Por su parte Takafumi estaba de pesimo humor, la razon del porque estaba de ese pesimo mal humor, es unica y exclusivamente culpa de Takano, este le habia obligado a acabarse 3 platos de ensaladas; aunque de cierta forma, se sentia agradecido por la preocupacion de su amigo ( eso ya era una exageracion considerando que no podia comer mucho porque despues se la tiene que pasar horas en el baño) sentia como si fuera a explotar, los mareos no se le iban y eso adjudicando ese horrible dolor de cabeza que parecia que ya formaba parte de su vida, por ese motivo mantenia esa mirada de que asesinaria al primero que se le cruzara en el camino.
-¿quienes son ustedes?-. Lo que queria era ya acostarse y descanzar
-a...y-yo... bue....-. La señora Kirishima no coordinaba ninguna palabra, ni siquiera miraba directamente a los ojos al pelinegro, mantenia la cabeza gacha-
-¿querida?-. El esposo se le acerca un poco preocupado, no era comun ver a su mujer como un ratoncito asustado-. ¿estas bien?-. Posa su mano en la hombre de la mujer.
Con el toque de su marido hizo que despertara del shock que le provoco encontrarse con el osito, ciertamente el tenia otra imagen de este, por todo lo que le contaba su nieta-. Pense que el tal Yokozawa era ese mocoso-. Se refiere al oji-verde, quien era fuermente abrazado por su koi que no dejaba de mirar mal a esa mujer.
-a usted no le permito.....
-Masamune-san-. Ritsu le niega con la cabeza, no queria que las cosas se complicaran
-
y quien diablos es usted-. Ciertamente el nunca le hablaria asi a una mujer, pero estaba hastiado y ahorita queria mandar a todos al diablo; se preguntaba si era por causa de su embarazo.
-no entiendo como mi hijo se fijo en alguien como usted
la mala mirada de Takafumi cambio rapidamente a una de sorpresa-. ¿hijo? -. ve fijamente a los mayores, pero sobre todo la cara de la mujer, ya que ahora que la observaba bien, tenia un ligero parecido con alguien que el conoce muy bien-. Zen-. Susurra
-exacto-. La mujer sonrie presuntuosa, estaba recuperando el caracter con el que lo llego a buscar-. Vine a hacerle entender que mi hijo es alguien normal, no un asqueroso marica
Takafumi ante la ultima palabra no puede evitar mirarla con furia, pero debia calmarse, despues de todo es la madre del idiota del padre de su bebe.
-¿que es lo que esperas de Zen? Solo te interesa su dinero ¿verdad?
-.........-. estaba contando hasta diez, para no faltarle al respeto a esa señora, pero ella no se lo estaba poniendo facil.
-pues dejame decirte que tus sucias manos no veran un solo centavo de NUESTRO dinero-. Suspira mientras ve al osito con burla-. Gracias al cielo Zen recapacito y pronto se casara con una hermosa mujer. Me gustaria ver las caras de tus padres, de seguro sienten lo mismo que estoy sintiendo yo en este momento al verte, asco.
Takafumi posa una de sus manos en su cabeza, se estaba sintiendo en verdad mal, lo unico que queria es que alguien cayara a esa mujer, pero ya.
-o tal vez-. La sonrisa de esa mujer se estaba ensachando al ver que sus palabras tenian efecto en el pelinegro-. Son igual de anormales que tu, ya que, ninguna persona normal daria a luz a una abe....-.
Sus palabras se quedan atoradas en su gargantas ya que cierto editor cabreado, MUY cabreado la tomo de las ropas haciendola chocar fuertemente con la pared, importandole muy poco el que se tratara de una mujer mayor.
-tiene hasta tres para irse de este lugar y jamas regresar-. Le habla con mirada glacial y voz neutra que la hizo temer por unos segundos por su vida.
-Yokozawa-san ¿se encuentra bien?-. Ritsu se le acerca muy preocupado, ya que parecia que este en cualquier momento se desmayaria.
-Onodera-.murmura, pero asiente levemente para despues voltear a ver a su amigo, que parecia que no tardaria en golpear a la mujer.
-podria soltar a mi mujer, por favor-. El señor Kirishima por primera vez abre la boca, mientras que la sonrisa que habia mantenido desde que llego se habia borrado, pero aun asi no se mostraba agresivo.
Takano la suelta de golpe, haciendo que esta callera al suelo dandose tremendo golpe en su retagujardia-..........-
-cariño, creo que ahora si te pasaste
-¿eh?-. La mujer ve a su mirada, nunca lo habia visto con esa actitud-. You....
-ve al carro de inmediato-. La interrumpe
-¿que?
-. deje que hicieras lo que te diera en gana, aun si no estaba de acuerdo, ahora dejame tratar este asunto
-¿que piensas hacer?
-tu nunca me cuentas lo que haras, asi que ve por favor-. Vuelve a sonreirle a su mujer, esta enojada no le queda de otra que aceptar, sin siquiera ver a los hombres presentes se va del lugar apurada.
-¿usted.....?
-es un placer conocerlo Yokozawa-san -. le sonrie sinceramente al gatioso-. Me premitiria hablar con usted en privado
-y usted cree que nosotros lo dejaremos a solas con el
-esta bien-. Responde sin pernsarlo dos veces el osito
-Yokozawa-. Lo ve sorprendido Masamune-.
-esta seguro Yokozawa-san
-si, no se preocupen-. Sonrie un poco-. Ese señor tiene el mismo caracter que el-. Susurra, los otros dos claramente lo escucharon.
Takano tiene que aceptar de mala que este entrara con ese sujeto al departamento mientras ellos esperan afuera, sabia que su amigo es muy fuerte, ya se lo demostro en el pasado, mostrando un temple impresionante, el como a pesar de las idioteces que el cometio cuando era mas joven, este nunca lo abandono, todo lo contrario, se quedo a su lado apoyandolo, dandole animos para seguir adelantes, incluso se acosto con el, entregandole su corazon... pero, en cambio el le pago de la peor forma, por eso ahora no lo dejaria solo, el le apoyaria con ese bebe, incluso si era necesario tambien ser otro padre para su hijo- abraza a Ritsu- ¨es como si fuera a tener dos hijos¨
-Masamune-san
-¿si?
-tu crees que Yokozawa-san arregle las cosas con el padre de su hijo
-no y no lo permitire
-¿he?-. Lo ve no entendiendo
-ah de ser un simple mocoso que no sabe ni lo que quiere, para que sus papas hayan tenido que venir a molestar-. Estrecha mas entre sus brazos a su lindo uke-. Alguien asi no debe estar con Yokozawa
-si.... un mocoso-. A Ritsu se le viene a la mente la cara del editor castaño-. ¨no creo que sea conveniente decirle de quien se trata¨
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Hiyo se encontraba en su recamara mientras abrazaba un peluche que se parecia a Sorata, como lo extrañaba en momentos como ese, pero sabia que estaba mas seguro con su onii-chan, que con ella, ya que esta, muy a penas se podia cuidar por si sola.
-Hiyo-chan abre la puerta-. El padre de Sae golpeaba la puerta, mientras hablaba quedito-. Vamos, ven a jugar con el tio, tengo un amiguito que te gustara conocer.
La niña se tapaba los oidos con ambas manos mientras abrazaba sus piernas, las lagrimas no paraban de caer, tenia mucho miedo, queria que alguien callara a ese hombre.
-anda Hiyo-chan, tu abuela te dejo encargada conmigo y yo deseo cuidarte MUY bien
-¨onii-chan¨-. Lo llamaba en pensamientos-. ¨papa¨
-que estas haciendo papi-. Se escucha la inconfundible voz de Sae del otro lado de la puerta, eso lleno de un poco de alivio al corazon de la pequeña.
-la mocosa no quiere salir-. Le contesta enojado, sin importarle que Hiyo le estuviera oyendo
-dejamelo a mi papi
Hiyo no entendio lo ultimo a que se referia esa mujer, pero luego vio con temor como la perilla de la puerta se estaba moviendo, eso solo significaba una cosa, ella estaba forzando la cerradura y para su desgracia la puerta cedio abriendose para terror de la pequeña.
-muchas gracias hermosa-. Le acaricia el pelo a Sae y esta le sonrie cariñosamente a su padre, para despues burlarse con la mirada de la pequeña.
-diviertete papi
se lame los labios viendo el terror en los ojos de Hiyo-. Ven aqui mocosa ingrata, estoy seguro que te gustara-. La toma de una de las piernas jalandola hacia el.
-¡NOOOOO....-. Pataleaba, pero esta sin notarlo estaba haciendo que e viejo se divirtiera mas-. ¡PAPA, ONIICHAN! -. su corazon se hizo chiquito cuando sintio como ese hombre con su asquerosa mano deslizo una de sus manos por debajo de la falda de la niña. Esta con todas sus fuerzas da una patada en las partes intimas de ese hombre haciendo que la soltara de inmediato
-criaja desgraciada-. Se encorva el vejete-
-¡papi!-. Sae se le acerca preocupada
Hiyo sin esperar mas sale del cuarto lo mas rapido que le permiten sus pequeñas piernas, con la intencion de salir del lugar cuando antes, pero la puerta es abierta por un cansado y apatico castaño.-. ¡papa!-. Exclama feliz y aliviada la castaña llendo a abrazarce la cintura de su progenitor.
-Hiyo, ahora no... estoy cansado-. Hace que la niña lo suelte para dirigirse a su habitacion.
La pequeña se queda de piedra ante la actitud de su papa, no se movia de lugar, ese no era su cariñoso papa, el que siempre velaba por el, era como si se lo hubieran cambiado.
-¿que paso aqui?-. Se escucha la voz del castaño mayor-. Hiyo.... por que le pegaste? -. se notaba la mirada incredulo del castaño-. Yo no te eduque asi... pidele una disculpa rapido
la niña voltea a ver a su papa sorprendida, ya las lagrimas habian parado, pero aun asi, su corazon era ahora el que lloraba desgarradoramente, tambien nota las sonrisas de los otros dos-. TE ODIO-. Le grita la castaña a su padre-. TE ODIO TANTO-. Sin mas sale corriendo del departamento
-¡Hiyori!-. Exclama preocupado
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ya estaba oscureciendo en la ciudad, muchas parejas disfrutaban de una tranquila velada ya que sin a ver ni una sola nube, podia disfrutar las estrellas que se mostraban a todo su esplendor, muchas familias estaban contentos comiendo en familia, pero no, en el departamento de Yokozawa este estaba simplemente callado escuchando a Masamune, simplemente no tenia ganas de contestarle, hasta el propio Ritsu acostumbrado a esa nueva faceta de su amante, tambien le ignoraba mientras tomaba un te de manzanilla, con eso evitaba las molestas nauseas que eran sintoma de su embarazo.
-asi que es un no-. Masamune termina diciendo mientras se cruzaba de brazos
-que te crees, mi papa-. Le contesta molesto, el se encontraba ya arreglado para la cena con Iokawa, vestia una ligera camisa negra, que hacia resaltar su tez palida y sobre todo su cintura esbelta, junto con un pantalon de mezclilla, ajustado, haciendo que pudieran ver lo bien dotado que se encontraba en su retaguardia, lo unico que ocasionaba con esa vestimenta era que se quisiera hacer cosas nada sanas con el.
Esboza una sonrisa el editor-. Seria buena idea avisarle a tu papa, estoy seguro que se pondria feliz.
-¡ni se te ocurra!-. Exclama parandose el osito mas palido que de costumbre
-¿su papa?
-te sorprenderias al saber quien es el papa del gran oso gruñon
-¿eh? ¿lo conozco?
-no solo tu, creo que to...
-Masamune-. Se estaba enojando en serio.-. Tu ni se te....-. Un mareo lo hizo trastabillar y si no hubiera sido por el editor que detuvo la caida, se hubiera dado duro contra el suelo
-vez y aun en ese estado quieres ir
-Yokozawa-san, Masamune-san tiene razon, no es bueno que se esfuerze de mas y lo sabe muy bien
se muerde el labio, el realmente no queria ir, pero no queria que nadie supiera quien es el otro papa de su hijo. En eso suena el timbre, Masamune ayuda a que el osito se siente de nuevo, para ir el a atender.
-¿si?
-ho-hola-. Quien se encontraba al otro lado de la puerta era nada menos que Iokawa, se mostraba nervioso al ver al otro, aun sentia como si lo tuviera de nuevo encima golpeandolo-. ¿y Yokozawa?
-aqui estoy-. Habla el osito sosteniendose disimuladamente en la pared, mientras que tambien ignoraba la mala mirada del editor-.
Iokawa abre los ojos sorprendidos, se veia tan celestial con ese atuendo, sin su acostumbrado traje, se veia mucho mas joven, muy hermoso, sentia que su corazon se le queria salir por la boca.
-Yokozawa-san-. Los tres voltean ante la energica voz encontrandose con la sonriente cara de Henmi, quien portaba una pequeña cajita de chocolates.
TBC