-ja-. Se burla el hombre mayor-. Si no hubiera estado aqui esto no hubiera pasado
-¡abuela! ¡abuelita!-. La pequeña se encontraba con lagrimas resbalando por sus tiernas mejillas arrodiyada mientras movia desesperada a la mayor. La mayor no reaccionaba ni un poco.
-ahora si Hiyo-chan divirtamonos-. El mayor se le acerca dispuesto a agarrarla
Hiyori reacciona rapido, antes de que la llegue a tocar corre hacia el interior del departamento en direccion hacia el cuarto de su papa metiendose y poniendo el seguro a la puerta, su pequeño cuerpo no dejaba de temblar.
-¡maldicion!-. Se apresura a seguirla, pero no logra llegar a tiempo y le cierra la puerta en la cara-. Sal de ahi maldita niña-. No dejaba de golpear fuertemente la puerte-. Mientras mas tarde, peor te ira ¡ME OYES!-. Exclama furioso
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parecia que no tenia hora que los sacaran del elevador, pero eso a ambos hombres desde el momento en que se atasco el dichoso elevador, nunca fue de importancia. En este momento Takafumi se encontraba sentado en el suelo encima de su saco, mientras que Zen para el bochorno del gatioso le habia abierto la camisa mostrando a todo su esplendor la hermosa barriguita del osito, por lo que ahora se encontraba acostado en el suelo con la cabeza recostada en las piernas del mayor, mientras que acariciaba con ternura el vientre sintiendo los diferentes movimientos del bebe.
Takafumi acariaba suavemente los cabellos del editor, tarareando quedito una cancion que esa mañana habia escuchado antes de salir de la casa. Zen estaba cerrando sus ojos, un agradable sopor lo estaba invadiendo. Ambos salen abruptamente de la burbuja que habian formado ante el repentino movimiento del elevador.
-rayos-. Se tapa la cara el castaño-. Se hubieran tardado mas
-no seas idiota-. Le regaña el osito con una pequeña sonrisa, el tambien hubiera querido estar mas tiempo de esa forma con el mayor, pero obviamente no lo iba a admitir en voz alta.
Zen se apresura a ayudarle a abrochar la camisa al osito, el castaño no iba a permitir que nadie mas viera la tierna barriguita del menor, por lo que al abrochar el ultimo boton las puertas del elevador se abrieron.
-Kirishima-san, Yokozawa-san ¿se encuentran bien?-. Uno de los empleados se acerca preocupado ya que ambos se encontraban en el suelo.
-por un momento pense que viviriamos en el elevador-. Comenta burlon el castaño ocasionando varias risas entre las mujeres presentes.
-lo sentimos tanto, hubo un fallo en la energia electrica y tomo algo de tiempo solucionarlo
-ya no importa-. Contesta con una cortes sonrisa el castaño, uno que otro de los presentes que trabajaban con el editor se sorprendian de ver al castaño bromear de esa forma, hacia tiempo que nadie lo veia asi-Taka....-tose un poco-. Yokozawa, deja te ayudo.-. Le ofrece la mano con una dulce sonrisa.
Un rubor de verguenza adorna la cara del oso gruñon de marukawa, mientras acepta la propuesta del editor tomando su mano, por lo que se levanta, solo que rapidamente el castaño lo toma de la cintura asustado evitando que cayera, ya que un mareo invadio los sentidos del menor y las piernas cedieron ante su peso.
-¿Takafumi?
-quita esa cara-. Murmura-. Tengo dormida las piernas por culpa de cierto imbecil-. Miente, pero no se queja del agarre del castaño a pesar de que habia muchos ojos curiosos contemplando la escena.
-Yokozawa-. Masamune llega preocupado, habia escuchado que su amigo estaba atrapadao en el elevador con Kirishima, cosa que lo habia hecho salir corriendo hacia el primer piso tratando de se abrieran las puertas, lo que mas queria era impedir que ese editor se acercara al osito.
-Masamune-.susurra sorprendido al ver como el otro editor lo habia tomado del brazo alejandolo del cuerpo del castaño.
-Tu.....-.Zen se molesta de que lo haya separado de esa manera-. ...que te crees que haces?
La gente cada vez era mas, mientras no dejaban de murmurar entre ellos al contemplar esa escena rara y los guardias en vez de disipar el gentio, ellos tambien estaban haciendo bola con los demas.
-mas bien ¿usted que cree que esta haciendo?-. Responde con otra pregunta Masamune. Ambos editores se fulminan con la mirada.
Yokozawa al notar que habia pasado de pronto a segundo termino, viendo que la gente ahora le prestaba mas atencion a la pelea de miradas que tenian ambos editores, un poco mas repuesto toma su saco y sale sin ser notado ni siquiera por Zen ni Masamune que se habian enfrascado ahora a una pelea verbal y para como iban en cualquier momento se golpearian, ganas no les faltaba a ambos.
Suspira frustrado mientras contesta su celular que no dejaba de vibrar-. ¿si?
-¡ONII-CHAN AYUDAME!-. La angustiosa voz de la pequeña hizo que por un momento su corazon dejara de latir
-¡Hiyori! ¿que pasa?-. Pregunta asustado, podia percibir un fuerte ruido al otro lado de la linea
-onii-chan porfavor ven-. La voz a la pequeña le temblaba mientras su cuerpo no dejaba de contraerse con pequeños espasmos cada vez que el padre de Sae golpeaba la puerta
-¿donde estas? ¿voy en este momento?-. Pregunta apresurado mientras salia a toda prisa de la editorial
-en casa de papi onii....aaaaahhhhhhhhhh-. Se escucha un fuerte golpe despues del grito de la pequeña y la linea se corto despues de eso.
-¡Hiyori!-. Exclama aterrado. por un momento se olvido de su delicado estado y que no podia exigirse mas de la cuenta, paso a segundo plano, en ese momento su prioridad era la pequeña, por lo que sin medir consecuensias y sin pensar que era mas facil regresar a por el castaño para ir en coche, empezo a correr con todas sus fuerzas hacia el departamento de Zen.