-Kirishima-san, Takano-san calmense-. Kisa quien tambien se encontraba en el lugar observando decide intervenir puesto que parecia que despues de la pelea verbal que maltenia los editores, de un momento a otro se irian a los golpes.
-Kisa no te metas, esto es entre Kirishima-san y yo -. se quita sus caracteristicos anteojos Masamune-
-y tampoco tu te debes de meter-. Habla el castaño de forma fria-. No entiendo porque despues de haberle roto el corazon a Takafumi estes aqui dandotela de gran amigo.
Se muerde el labio dando a entender que eso le afecto-. Pero yo hable con el y no fui un maldito cobarde casandome a escondidas, mientras a Yokozawa que se lo lleve el tren
la gente que conforme pasaban los minutos iban aumentando y cuchicheando, pero al ohir que la disputa es por nada mas y nada menos que Yokozawa el oso gruñon de Marukawa, hizo que la chicas chillaran de la emocion al pensar que todo eso se trataba de un triangulo amoroso.
-no hables si no sabes nada Takano
Masamune esboza una sonrisa-. Tal vez no sepa ni el como iniciaron una relacion ustedes dos, pero lo unico que si se es que yo sere un padre para ese bebe.
-¡el unico papa soy yo!-. Exclama furioso.
En el lugar nadie respiraba, todos estaban expectantes, de un momento a otro se habian perdido en la conversacion. Cierto uke con una venita a punto de explotar se abre paso entre la multitud en direccion hacia los editores, mas en especifico a Takano.
Este no vio venir el gran golpe que recibio en su cabeza por un libro que le estrellaron con bastante fuerza.
El pesado ambiente se disolvio de un momento a otro, Masamune se encontraba agachado con las manos en la cabeza quejandose de dolor.
-¿onodera?-. Murmura sorprendido el castaño-. ¿lo querias matar?-. Pregunta burlon.
El ojiverde voltea a ver da mal modo al editor mayor-. Usted tambien se merece esto o hasta mas.
-Ritsu-. Takano toma la mano del ojiverde ayudandose con eso a levantarse mientras un chichon se empezaba a formar en su cabeza-. No tenias que golpearme asi
el oji-verde se suelta del agarre de su pareja enojado-. ¿y porque estabas peleando aqui como un crio?
-para que deje de molestar a Yokozawa.
-pero no tenias que hacer como si lo reclamaras como tuyo-. Le reprocha Ritsu con la mirada dolida-. Enfrente de toda la gente de la editorial
los editores caen en cuenta de todas las miradas curiosas, a la vez que notan que cierto osito ya no se encontraba en el lugar, por su parte Ritsu se da la vuelta llendose enojado y triste.
Asustado-. Ritsu, ¡por favor esperame!
-si tiene sus propios problemas, para que se mete en lo que no le importa-. Susurra el castaño llendose tambien, meintras la gente se empezaba a retirar viendo que la funcion habia terminado.
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Yokozawa ya habia llegado al complejo de departamentos, despues de subir practicamente las escaleras corriendo se recargo un poco en la pared tratando de recuperar un poco el aliento, mientras se sujetaba su vientre puesto que un intenso dolor agudo lo estaba invadiendo, sus piernas querian ceder ante su peso, pero su voluntad fue mas grande y vuelve a correr hacia el departamento que tan bien conocia.
La puerta se encontraba abierta y ve que en la entrada se encontraba la mayor inconsciente-. ¡Kirishima-san!-. Se apresura hacia ella comprobando que solo se encontraba sin sentido, pero bien.
Su corazon dio un vuelco cuando escucho el grito de la pequeña castaña, asi que abre la puerta de golpe viendo como un viejo gordo jalaba de la pierna a su pequeña para que se acercara a el, mientras ella no dejaba de patalear y gritar su nombre junto con el de su papa.
Una inmensa ira invadio todos sus sentidos, el hombre ni siquiera habia notado su presencia por lo que no vio venir como el osito lo agarro del cuello de la camisa y le propino un fuerte puñetazo que lo mando hacia el suelo estrepitosamente.
-¡ONII-CHAN!-. Exclama alegre la pequeña bajandose de la cama para brincar hacia los calidos brazos del mayor-. Oni-chan-. No dejaba de repetir la castaña derramando lagrimas de alivio-. Tenia miedo
-estoy aqui-. Le acaricia la cabeza tratando de calmarla-. Todo esta bien-. Le sonrie el pelinegro
-mi..mi abuela... ella
-esta bien, solo esta inconsciente
-tu madlito bastardo-. El padre de Sae logra recuperarse un poco del golpe, trata de levantarse pero aun seguia aturdido.
-Onii-chan-. Se aferra con fuerza del saco del mayor mirando con miedo como el otro se levantaba lentamente
-¿quien te crees que eres para interrumpir mi diversion?-. Ante la mirada horrorizada de la pequeña este saca su arma
Yoko no pierde la calma, mientras que con cuidado hace que Hiyo se ponga detras de el para protegerla de cualquier cosa.
-largate antes de que te de un tiro-. El mayor se veia irritado por completo.
-Hiyo-.susurra el osito-. Corre
-¿eh?-. La pequeña no comprende
pero entiende cuando ve como el osito la empuja hacia la puerta del cuarto para que saliera mientras el se abalanza hacia el hombre para sorpresa de este, lo unico que se escucha fue un disparo.