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Amandonos en la oscuridad 2.0 por Aoilex

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Notas del capitulo:

Como siempre recordar que ningún personaje de esta serie me pertenece. Todos pertenecen a su respectivo autor y a la empresa que se encarga de su distribución.

Ahora si, me disuclpo por el retraso que tuve para subir esto. Se que ha pasado mucho tiempo desde que colgué el primer capítulo y que puede que los que sigan este fic me quieran matar pero deben entender, estaba falto de inspiración. Su falta de reviews tampoco ayudaba asi que... fue un bajón.

Por otro lado, al fin voy a colgar el segundo capítulo. Espero que les guste, que lo disfruten y todo lo demás.

Light salió de la ducha con la toalla amarrada a la cintura, aún no podía creer lo que había pasado durante el baño que tomó. Era imposible que él se hubiese corrido con la imagen de otro chico.

“Imposible” pensó para sí mismo, no puedo haber sentido algo por alguien así. Metido en sus pensamientos, Light terminó de cambiarse aún teniendo en mente al pelinegro que había llevado a su casa la noche pasada.

Sin nada importante que hacer, se fue a la cocina a preparar su desayuno. Descendió por las escaleras y caminó rumbo a la cocina pero, se detuvo. Había visto algo que le llamó la atención de sobre manera. El pelinegro se encontraba dormido en uno de los sillones de la sala y tenía el televisor prendido. Sintió su cuerpo estremecerse.

“No, no es posible” pensó. Sacudió su cabeza y siguió rumbo a su destino.

Dentro de la cocina, empezó a preparar un desayuno que fuera lo suficientemente grande para ellos dos. No tenía idea pero, había algo en ese chico que le hacía querer ser amable con él.

-Listo- dijo para sí mismo el castaño, que había terminado de preparar unos deliciosos hot cakes. Los colocó sobre un plato y dejó el plato sobre la mesa, al lado de varias otras cosas más que había preparado.

-¿Qué demonios estoy haciendo?- se recriminó.

-Eso mismo me pregunto yo-dijo una extraña criatura de ojos rojos.

-Ryuk, eres tú- El shinigami asintió ante la afirmación de Light, tomo una manzana del frutero y se la comió- Deberías estar con Misa, ¿por qué estás aquí?

-Me cansé de estar con la estúpida rubia, que por cierto, no está nada feliz de que la hayas dejado plantada- dijo el shinigami.

Light se quedó pensativo.

Era verdad, la noche anterior, por haber ayudado al pelinegro, había cancelado totalmente los planes que tenía con su novia. Misa Misa, su novia, definitivamente no estaría feliz con eso, siempre le recriminaba que nunca salían juntos y que fuera de la universidad ni siquiera parecían novios.

Definitivamente no parecían novios, a Light Yagami no le importaba tener una novia. El único motivo para estar con esa rubia descerebrada eran los ojos de shinigami que ella poseía. Nada más. Lo que ella hiciera o dejara de hacer le importaba en lo más mínimo. Solo era un peón más dentro de su juego. Una pieza que sacrificar para encontrar al famoso detective L y asesinarlo con su Death Note.

-¿Quién eres?- una voz desconocida sacó a Light de sus pensamientos.

Giró hacía donde había provenido la voz y lo vio. El pelinegro estaba parado en la puerta, se tallaba los ojos con una mano y con la otra cubría su gran bostezo.

-Buenos días- le dijo Light en un tono amistoso- ¿Dormiste bien?-añadió con una sonrisa.

-Si, gracias- respondió el pelinegro- Todavía no me has dicho quien eres.

-Ah, claro. Disculpa, mi nombre es Light Yagami y cómo puedes ver, soy el dueño de este apartamento.

-Mucho gusto, yo soy Ryusaki-se acercó hasta el castaño y le extendió la mano

Light miró a Ryusaki acercarse a él, le extendió la mano y este, como buen anfitrión, le correspondió.

-¿Por qué estoy en tu apartamento?- siguió preguntando el pelinegro.

-¿No recuerdas? Ayer estabas borracho, te quedaste dormido sobre la barra, casi te caes, entonces decidí pagar tu cuenta y traerte para que descansaras.

El pelinegro no recordaba nada de lo dicho por el otro muchacho, pero debía ser cierto. ¿Por qué otra razón iba a estar en un departamento que no era el de él? Había descartado totalmente la situación en que ambos se hubiesen acostado al haber analizado su cuerpo pero, había algo que le dejaba la duda con respecto a castaño.

-¡Hey!- lo llamó el castaño- Por si te lo preguntas, no pasó nada entre nosotros. Ahora, siéntate a comer.

Con cierto recelo, Ryusaki se acercó a la mesa, tomó asiento y con asombro observó el gran desayuno que el castaño había preparado.

-¿Hiciste todo esto tú solo?- preguntó entre curioso y emocionado al ver la cantidad de comida y dulces que había.

-Si. Puedes servirte lo que desees- invitó el castaño.

Ryusaki le dedicó una sincera sonrisa a Light y segundos después de dispuso a comer. Light no podía quitar la vista de él, si verlo dormir ebrio era algo magnífico, el verlo despierto, feliz y comienzo dulces era algo que superaba por mucho la situación anterior.

-Así que ese es el motivo- el shinigami que todo este tiempo se había mantenido como un observador, rompió su silencio al notar como el poseedor de la Death Note miraba al otro chico. Sus ojos tenían un brillo extraño que nunca había notado en los ojos de Light, ese brillo que le indicaba que los humanos habían caído ante algo peor que la muerte, el amor.

Light dejó de sonreír al momento de escuchar a Ryuk. No le había gustado para nada el tono que había usado el shinigami.

-Ten cuidado con él, Light. No queremos que interfiera en nuestros planes

El castaño no respondió, si respondiera seguramente se vería como un lunático que habla solo. Fingió no escuchar a Ryuk y se inclinó a tomar un sorbo de su café.

-Te gusta- añadió Ryuk- has desarrollado sentimientos por él, en una noche.

El castaño casi se atora al escuchar eso, había pasado el café de un solo trago para evitar escupirlo en la cara de su invitado pelinegro.

-¿Estás bien?- preguntó el pelinegro

-S...si- respondió- No pasa nada

Ambos chicos se sumieron en un silencio incómodo. Ninguno hablaba, cada uno estaba metido en sus pensamientos.

Terminaron de desayunar en total silencio. Ninguno le dirigía la palabra al otro. El pelinegro le preguntó si podía utilizar la ducha al castaño y este asintió. Mientras el lavaba los platos, Ryusaki podía aprovechar y darse una ducha para quitarse el olor a alcohol.

Ryusaki se desplazó al piso superior, dentro de la habitación se despojó de sus ropas. No llevaba otras así que, las dejó dobladas para volver a ponérselas luego de salir de la ducha.

El castaño, por otro lado, se encontraba lavando las cosas que habían quedado del desayuno. No podía dejar de pensar en esas palabras que le había dicho Ryuk. “Te gusta”. No era posible. El amor solo le traería problemas. Se concentró en lavar los platos. Al terminar, se dirigió a su habitación para recoger la ropa del pelinegro, se la llevó para meterla a la lavadora no sin antes dejarle ropa de repuesto.

Ryusaki dejaba que el agua se deslizase por su cuerpo y mojase su cabello. Necesitaba olvidar. Quería creer que el agua se llevaría sus problemas y que de una manera u otra dejaría de sentir esa sensación de pesar que tenía. Recordó que esa no era su casa y terminó de ducharse.

Salió del baño, se acercó a la cama y no vio su ropa. En su lugar, notó un conjunto diferente al suyo, seguro que Light lo había dejado en repuesto a las suyas, ya que las de él estaban sucias. La amabilidad del castaño le hizo recordar aquello que tanto quería olvidar.

No pudo resistirlo más, se echó sobre la cama, escondió su rostro en la almohada y dejó que su llanto fluyera. Que toda su tristeza se diera a conocer, que saliera de su cuerpo sin que esta la retuviera más tiempo. Sintió a alguien que lo miraba desde la puerta. Light estaba ahí.

-Yo… perdón.- el castaño se dio media vuelta con la clara intención de salir de la habitación y dejar al pelinegro solo.

-No. No te vayas, Light- dijo el pelinegro con los ojos llorosos fijos en la espalda del castaño- Quédate conmigo.

El castaño no pudo hacer nada con respecto a la última frase, dio media vuelta y se acercó hacia la cama. Se sentó al lado del pelinegro, lo rodeo con sus brazos e hizo que este se apoyara en su pecho. El pelinegro continuó llorando, no podía evitarlo. Una de sus compañeras había muerto, muerto por él. Por su culpa.

Light se quedó en silencio. Sosteniendo a Ryusaki entre sus brazos, sabía que estaba llorando, sentía su cuerpo moverse por los espasmos del llanto. No sabía que hacer, solo podía tenerlo así. Demostrarle que estaba ahí. Ni una palabra de aliento se le ocurría para dársela al chico.

Poco a poco, Ryusaki se fue tranquilizando. Se sentía mejor, hacía tiempo que no lloraba. Se separó un poco de Light y lo miró, sus rostro estaban cerca. Muy cerca para ser dos chicos. Ambos se miraron, podían verse reflejados en los ojos del otro, sentían como su corazón se aceleraba, lentamente iban aproximando sus rostro pero…

DING DONG

Alguien llamaba a la puerta, habían tocado el timbre. Los muchachos se observaron sin que el sonido del timbre interrumpiera su momento; sin embargo, al parecer la persona que estaba en la puerta no era nada paciente. Se escuchó como el timbre sonaba un par de veces más y de ahí silencio.

Segundos más tarde, se escuchaban pasos en la escalera. La persona subía corriendo.

-¿Qué demonios pasa aquí?- dijo alguien desde la entrada de la habitación.

Notas finales:

Bueno, gracias por leer este capítulo. Como dije, me demoré para subirlo y todo eso por problemas que tuve. Me sentiría mejor si me animaran a seguir este fic a través de sus review, un review de vez en cuando no los va a matar. Para los que desean seguir esta serie, les prometo que pondré todo mi esfuerzo en colgar capítulo más seguido y no con tanto tiempo de diferencia.

Gracias por todo, hasta la próxima


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