Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ahora tengo una razón. por AkireSemeruder

[Reviews - 109]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Volviendo de las vacaciones más horribles de mi vida, en el peor lugar del mundo. Hacía años que no visitaba el rancho de mi abuelo y hace diez años lo que menos me importaba es que estuviera tan apartado de la civilización, era la parte divertida de todo, pero ahora es cuando me doy cuenta que es un lugar terriblemente aburrido. Tres semanas, tres semanas completas apartadas de todo contacto con el exterior porque allá no hay Internet en cualquier lado y estando acompañado de la familia hasta para dormir (literalmente) es imposible escapar hasta buscar un café Internet en medio de la nada. Aquí la continuación, espero aún me sigan o sería realmente triste. 

Una noche, Kazuhiro me había pedido una noche; al recibir sus mensajes tan tarde no había reflexionado en la gravedad y todo lo que significaba. Hacía un tiempo atrás no me habría importado, pero ahora era completamente diferente, pues aunque nunca fui el tipo de persona que dejara pasar una noche como esa por simple y llano placer, el pensar en ello ahora me hacía sentir extraño. Leí los mensajes varias veces, no estaba seguro aún de cómo podía escapar del compromiso sin arriesgarme a que Kazuhiro fuera con la prensa a inventar una relación conmigo o algo peor, pues eso significaba dos cosas, el derrumbe de todo mi esfuerzo en la carrera que había forjado y perder a quien de verdad me importaba, Uruha.

Dejé que pasaran los días, pues siempre he servido mejor pensando a presión para resolver ciertos problemas y ese era uno de esos en los que las respuestas podían llegar de golpe, como enviadas por los dioses; cada día leía los mensajes para recordarme el plazo y esperando la iluminación. Los días pasaban lentos en ellos mismos al no poder ver a Uruha, por un retraso que tuve en la entrega del segundo capítulo y no tenía oportunidad de salir siquiera por una taza de café, las horas pasaban como si fueran dos en una sola, pero de la nada me di cuenta que ya era martes y tenía sólo dos días para conseguir mi solución.

Quería hablarlo con Miroku, pero no estaba seguro que fuera a darme algo que me sirviera, pues a pesar de ser mi amigo no dejaba de ser también mi manager, ese que velaría por mi éxito y no por mi vida personal, él siempre lo decía "un artista vive por y para su arte y el arte es celoso, no puedes vivir para nadie más". Él no estaba casado ni quería estarlo, era feliz consigo mismo y sus sobrinos a los que cuidaba y amaba más que a su vida propia.

Llegó la hora de ir a dormir, no estaba muy seguro de poder hacerlo, pero una taza de té de hierbas dulces y limón me iba de maravilla en este tipo de situaciones, el alcohol también servía, pero después de lo ocurrido la otra noche lo único que me venía a la cabeza, cuando pensaba en ello, era asco. Después de la ducha y con la taza de té en mano decidí ir a la cama, puse el té en el buró y con sólo la lámpara encendida me puse cómodo para comenzar a escribir, pues el leer solía ponerme inquieto. Miroku decía, "eres tan vanidoso que no eres capaz de aceptar que no eres la única persona con talento en este mundo", yo sólo reía, pero en el fondo llegaba a preguntarme si sería verdad.

Estaba yo a mitad de un párrafo cuando mi celular comenzó a vibrar, haciendo un ruido desagradable contra la madera del buró, lo tomé rápidamente y noté que era un mensaje de Kazuhiro, en ese instante me quedó clara una cosa, no podría dormir tranquilo.

SMS: Hola mi amor, espero no hayas olvidado nuestro compromiso, ya lo sabes, entre tú y yo, todas las promesas son pacto de sangre.
Una frase que usábamos cuando estuvimos juntos.
RESPUESTA: ¿Qué tan necesario es?
Error grave, no pude tener más falta de sutileza, pero mi mente no andaba bien.
SMS: No estarás tratando de romper tu promesa, ¿o sí? sabes muy bien que no me gustan tus juegos sucios y tus enredos. Y otra cosa que sabes bien es que no te conviene dudar
Claro, era una reacción obvia.
RESPUESTA: Lo sé, lo sé, sólo media posibilidades, sabes que ante todo mi carrera es lo que me preocupa.
SMS: Yo seré discreto si tú no provocas lo contrario, sabes que te amo y sólo quiero tu bienestar
Sí, por supuesto, amor y bienestar, el tipo de palabras que viniendo de Kazuhiro se convertían en una absurda parodia.
RESPUESTA: Me queda claro Bou, por ahora quiero dormir, ¿me permites?
SMS: Sí mi amor, que tengas dulces sueños de nosotros juntos.
¿Sueños? era broma, ¿Verdad? Tratándose de Kazuhiro, algo como eso no es más que una cruel pesadilla, al final de cuentas, no sé cómo, pero terminé perdido en sueños.

Miércoles y mi solución brillaba por su ausencia, no tenía ganas de estar en la oficina un momento más y ser aplastado por esas cuatro paredes. Salí yo mismo a entregar el archivo a pesar que Miroku se había ofrecido a llevarlo, al regresar decidí ir por unas galletas para mi café, aunque claro, mis intenciones eran otras. Estaba de espaldas a la puerta del estudio de fotografía, cuando la escuché abrirse, para evitar voltear intenté ver por el reflejo de la máquina expendedora y lo logré, era la lagartija resfriada quién salía con el chico del otro día, Takanori, pude notar cómo el más bajo lo sostenía con fuerza del brazo, yo intenté aparentar que ni siquiera los había notado, leyendo cada uno de los empaques de la máquina, hablaron bajo, pero pude escucharlos.

- Cálmate iguana - le decía el más bajo al reptil.
- ¿Me pides que me calme? míralo, ahí como si nada mientras que... -algo diría, pero fue interrumpido.
- No seas imprudente, sabes que hay vigilancia.
- Pero yo quiero partirle la cara, no me importa la vigilancia, no me importa nada más que... - fruncí el entrecejo al no poder escuchar todo, pues Takanori le interrumpía a cada momento.
- Ya lo sé, lo sé muy bien - bajó un poco más la voz, sonaba triste - sabes que me queda claro.
- Perdón, disculpa - se calmó enseguida, volteó a ver al chico y con voz tranquila le dijo - vamos por tu botella de jugo - caminaron juntos y desaparecieron al dar vuelta en el siguiente pasillo, dejándome con más dudas que respuestas, con menos información que preguntas y más frustrado que nada.

Me sentí mal, me estaba sintiendo terrible, Uruha no estaba bien, aunque pensar en ello me daba una esperanza de que si lograba arreglar pronto lo de Kazuhiro, podría intentarlo con lo de Uruha, tomé el empaque de la máquina y volví a ser absorbido por esa habitación llamada oficina. Después de estar sentado un momento y medio comer las galletas decidí fumar en la ventana, mientras se llegaba el momento de salir, me acerqué tranquilo y encendí el cigarrillo, iba yo por la mitad, justo el momento en que mis nervios estaban lo suficientemente calmados para no enloquecer. Veía los rayos de sol irse consumiendo poco a poco, miraba al cielo con un poco de tranquilidad hasta que por alguna razón bajé la vista, estaba por volver la mirada al cielo de no ser porque noté que quien iba saliendo del edificio era Uruha, con ese caminar ligero y elegante, sólo un poco de viento era suficiente para jugar con su cabello, caminaba junto a Kai, se detuvieron, Uruha comenzó a buscar en la mochila que traía al hombro, luego comenzó a hacer señas, apuntando hacia adentro del edificio, Kai comenzó a caminar de regreso con pasos acelerados, iba a mitad del camino cuando se detuvo, la lagartija salía del lugar con una billetera en la mano que elevó y sacudió un poco, Uruha corrió y lo abrazó, yo sabía que era una señal de agradecimiento, pero por alguna razón mi corazón se sintió oprimido como atrapado por una prensa que lo sofocaba, casi pude verlo en cámara lenta y una voz dentro de mi gritaba "sueltalo, SUELTALO", pero tuve que aguantarlo, quise cerrar los ojos pero por alguna razón no pude hacerlo, lo vi hasta que por fin se apartaron, Uruha abrazo su cartera y por alguna razón Kai negó con la cabeza, se quedaron ahí hasta que el más bajo salió junto con el otro chico de quién no recordaba si conocía o no su nombre, subieron a la camioneta que los esperaba y se fueron, me quedé ahí, como si la sombra de Uru se mantuviera en el piso por el que había caminado y al final decidí ir a casa.

Estaba ya en el coche, buscaba la cajetilla de cigarros en la guantera y fue cuando escuché unos golpes en la ventana del copiloto, volteé y noté que era Kazuhiro, estaba ahí sonriendo y saludando, bajé el vidrio.

- ¿Hay lugar para mí, a-mi-go? - suspire pesadamente.
- ¿Y qué si digo que no? - indagué.
- No te gustaría~ - lo dijo con esa sonrisa cínica que había llegado a odiar - me lo debes por lo del golpe del otro día, del cual no me has preguntado cómo estoy~
- Sube ya - no tenía opción, subió y volteó para dirigirme una sonrisa que aunque antes hubiera descrito como tierna, ahora me parecía macabra.
- ¿Y bien?
- ¿Qué?
- ¿No vas a preguntarme cómo estoy por el golpe del otro día en casa de la abuela?
- ¿Tendría por qué preguntar? - al conducir pude notar dos autos y una motocicleta, nos seguían de una forma ausente de sutileza.
- Claro que sí, ¿acaso no te importo?
- ¿Seguro que quieres una respuesta?
- Qué malo eres Miyavi, y yo que pienso en ti todo el tiempo preocupándome por tu bienestar - otra vez sus palabras absurdas.
- Déjate de tonterías y dime qué es lo que esperas con pedirme que te lleve a tu casa
- No quería arriesgarme a enviarte un mensaje esta noche para acordar lo de mañana, no obtener respuesta de tu parte y que después me dieras una excusa tonta - mi único plan probable se iba al demonio con eso, suspire y no tuve más que preguntarle.
- Bien, dime ¿Cuál es el plan?
- Mañana hay partido de fútbol, y no me mires con esa cara, que bien sabes que sólo lo tomaré por pretexto, llegaré a tu casa a las 9:30 con todo lo necesario para una noche de juego y tendrás que recibirme si no quieres arrepentirte luego - me advirtió.
- Kaz... Bou, ¿te estás escuchando? la forma en que me amenazas no suena para nada a una persona enamorada.
- Te equivocas, sólo estoy obligándote a aceptar lo que tú y yo sabemos, si no lo hago, seguirás negándolo como si yo te lo fuera a creer.
- Basta por ahora, ya nos están alcanzando esos malditos - dije mirando el retrovisor
- Bien, no hay más qué decir, mañana llego a tu casa y verás cuál equipo es el mejor - me guiñó el ojo y pronto llegamos a su casa, bajó del auto y grito desde la puerta - ¡azules, a ganar! - y con ello pretendía que nadie notara que no sabía el nombre del equipo solo mencionando el color de los uniformes, le hice una señal de despedida y me fui a casa a intentar descansar.

Notas finales:

No tengo nada que agregar, según creo, así que iré a responder sus reviews. Hasta pronto.

 

Lord Akire du Zaine


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).