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Una cita con Kim Jonghyun por Dolche

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Notas del capitulo:

 

 

   Miré de nuevo el papel frente a mí. Pasé saliva, y apreté mis sudorosos puños. Él esperaba que tomara la pluma y firmara. Pero no pasaría. Estaba completamente seguro de mi decisión y no planeaba echarme para atrás. El problema radicaba en que pensarlo era más fácil que hacerlo. Minho se encontraba a mi lado, apoyándome muy a pesar de lo que pudiera afectarle todo esto. Aún con él allí, era yo quien debía dar el primer paso.

 

   Empujé pluma y papel hasta el otro extremo de la mesa, negando con la cabeza. Él levantó ambas cejas, alarmado, y yo sentí como si el aire de la pequeña oficina fuera demasiado pesado para mis pulmones.

 

   —Lo siento, presidente Lee. Pero no planeo renovar mi contrato. En cuanto termine las actividades que me quedan de este mes, me iré.

 

   El señor Lee apretó los labios meditándolo, con ese gesto firme y aparentemente gentil que poseía.

 

   —Entiendo… ¿Estás completamente seguro de esto, Jonghyun? Sabes que no podrás cantar ninguna de tus canciones porque son propiedad de la empresa, ¿verdad? Será difícil para ti continuar con tu carrera.

 

   —Lo sé, Presidente. Y estoy dispuesto a comenzar desde cero si es necesario. Esta compañía y usted me han apoyado mucho (y se lo agradezco), pero pienso es hora de ir por mi propio camino y hacer lo que realmente quiero como artista.

 

   Recargando la barbilla en la mano, el señor Lee permaneció mirándome, sopesándolo hasta que finalmente asintió.

 

   —Muy bien. Si eso deseas, espero que te vaya bien en lo que hagas. Manager Choi —dijo, mirando a Minho—, vea que preparen el comunicado para la prensa.

 

   Minho asintió, y, con torpeza, sacó del bolsillo interno del saco un sobre, que dejó sobre la mesa.

 

   — ¿Qué es esto? —Preguntó al tomarlo.

 

   —Es mi carta de renuncia, señor. Quiero retirarme junto con él cuando su contrato finalice.

 

   —Así que también te vas… Bueno, es un alivio saber que Jonghyun no estará sólo; pueden retirarse ya.

 

**********

 

   — ¿¡Jonghyun!? ¿Qué haces aquí?  —preguntó alarmado, Key. Miró para todos lados y me tomó por la camisa, jalándome dentro—. ¿Cómo se te ocurre venir así? Cualquiera podría verte —me exigió con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

 

   Sentándome sobre sofá de su pequeña sala: —Tranquilo. No dejé que nadie me viera —y terminé guiñándole un ojo sólo para ver lo rojas que se ponían sus mejillas cuando hacía corajes.

 

   —Eres un inconsciente. Ya te dije que me marques para abrir; no me gusta que te quedes esperando afuera.

 

   —No deberías ser tan duro con una persona desempleada —dije divertido.

 

   Su actitud cambió al instante, dejando caer los brazos y mirándome un poco preocupado. Se sentó junto a mí y me miró a los ojos.

 

   — ¿Cómo estás? Desde el anuncio sólo se ha hablado de tu salida de la compañía; en los programas no dejan de especular, y las fans…

 

   —No te preocupes, son cosas sin importancia —traté de calmarlo—. No estaba en los planes, pero dado el revuelto que se ha hecho, la compañía decidió programar una rueda de prensa para que aclare la situación. Ese será mi último compromiso.

 

   — ¿Y qué harás luego de eso?

 

   —Me concentraré en componer. De momento, Minho y yo estamos analizando las ofertas que tenemos. En cuanto encontremos la compañía adecuada, volveré al estudio para comenzar a grabar las canciones que escribí.

 

   — ¡Eso es genial! —me dijo sonriendo. Entonces su boca de torció curiosamente y parte alta de sus pómulos tomó color rosa—. Ya quiero escucharlas. Seguro serán grandiosas.

 

   Había algo en la forma de Kibum al darme ánimos, que me alteraba. Podía sentir la sangre fluyendo deprisa por mis venas; y el corazón golpeando fuerte en mi pecho.

 

   Le sonreí.

 

   —Y lo harás —me miró como si un tercer ojo hubiese emergido de mi frente—. Me gustaría escuchar la opinión de mi fan número uno. Así que, en cuanto pueda, te llevaré conmigo para que las escuches.

 

   Cruzó los brazos en el pecho, recargando todo el peso de su cuerpo sobre un pie, en una postura altanera que combinaba mucho con el gento orgulloso de su rostro. O eso intentaba. Pero la forma en que sus mejillas se apretaban para intentar esconder su sonrisa lo delataba.

 

   —Kim Jonghyun, aun no me has preguntado si quiero ir. Es más —se miró la uñas—, no creo tener tiempo.

 

   Una de las cosas que más me gustó de estar con Kibum, era molestarlo.

 

   Lo tomé por las presillas de esos extraños y pequeños shorts que tanto le gustaba usar pero que de alguna manera lucían bien él, y lo jalé para que se sentará a mi lado. Muy pegado a mí. Con mi brazo sobre sus hombros y mi mano levantando su barbilla, le dije:

 

   — ¿Me harás marrarte y llevarte a la fuerza, Key?

 

   Su rostro pasó por varios colores antes pellizcarme en el abdomen y maldecirme, mientras se alejaba de la sala.

 

   — ¿¡Quieres comer algo!? —oí su voz gritar desde la cocina.

 

   — ¡Sí! —me apresuré para ir tras él.

 

   La comida de Kibum era otra de las razones por las que me gustaba llegar su pequeño departamento.

 

**********

 

   Tres golpes en la puerta. Giré sobre el asiento en el momento que Kibum entraba al camerino.

 

   —Me pidieron que te diga que ya debes subir.

 

   Liberé el aire que estuve reteniendo en un trémulo suspiro y me limpié las palmas de las manos sobre la tela del pantalón, asintiendo.

 

   —Estás nervioso —Key  se burló.

 

   —Lo sé, es una tontería. Probablemente este año no sea así, pero quiero ganar de todas formas —dije con resignación—. No me gusta ser codicioso, pero… qué se le puede hacer.

 

   Permaneció en silencio un momento evaluando mis palabras, antes de asentir.

 

   —Tranquilo, nadie vendrá a castigarte por desear cosas —Avanzó hasta colocarse a mis espaldas y me tomó por los hombros, apretando y masajeando un poco, antes de llevarme hasta la puerta—. Todo va a salir bien. Pero primero debes salir a cantar; yo estaré esperándote en nuestros asientos, y luego… cuando te llamen para recibir ese premio, te daré un abrazo tan fuerte, que te desmayaras y quedarás en ridículo en televisión nacional.

 

   Reímos juntos al imaginar la escena. Kibum siempre sabía cómo calmarme en momentos como este.

 

   Se alejó con un último apretón a mis hombros, para ir a buscar su asiento.

 

   “Cinco, cuarto, tres, dos… uno”.

 

   Levanté el micrófono y salí.

 

   Fue muy difícil comenzar de nuevo. Lidiar con los chismes y superar las expectativas, fue lo más duro. Pero fue un esfuerzo que valió la pena por completo. Fue la mejor decisión que puede tomar en aquel momento.  

 

   Cuando se lanzó el primer álbum, casi tuve un ataque de pánico. Esa mi música, mis letras; ese era yo. Y temía tanto no ser aceptado. Sorprendentemente, cinco de las canciones del disco llegaron rápidamente a los primero lugares, siendo de los álbumes más vendidos y con más descargas digitales. Luego llegaron invitaciones a muchos programas y eventos, muchos compromisos y conciertos.

 

   Con el segundo álbum esperábamos igual las ventas del primero, y continuar como hasta ese momento. No esperábamos que todo se saliera de control a tal magnitud. Estuve en el primer lugar de todas las listas por muchas semanas. Las ventas, las fechas para conciertos, y los fans se multiplicaron por montones. De un momento a otro, no existía en Corea, persona que no supiera de Kim Jonghyun.

 

   Por eso este tercer disco era tan importante. Ese premio estabilizaría mi posición como “el cantante de la nación”, o me hundiría volviéndome un éxito del momento.

 

   Terminé la canción, agradecía al público que aplaudía y fui tras bambalinas. Muchas fueron las manos que se posaron sobre mis hombros felicitándome por presentación de minutos antes.

 

   Cuando llegué hasta Kibum y tomé asiento a su lado, anunciaban a los grabadores en la categoría de bailes. Al instante nos paramos y aplaudimos.

 

   — ¡Estuviste impresionante! Los dejaste a todos con la boca abierta; como siempre —me susurró, con un guiño travieso de ojos—.

 

   No fue hasta media horas después que por fin anunciaron “el premio, de premios”, el trofeo por el cual todos nos encontrábamos en aquella habitación, en aquel momento.

 

   Fui el segundo en ser mencionado entre los nominados: dos chicos más, una chica y yo. 

 

   Apreté la mano de Kibum en la mía para calmar mis nervios. ÉL se apretó más contra mí; mordía su labio y cruzaba por dedos.

 

   “—El ganador a Mejor Artista del Años es… —dijo la voz femenina.

 

   — ¡Kim Jonghyun! —El hombre le robó las palabras.”

 

   Key y yo guitamos al mismo tiempo. Me apretó fuerte en sus brazos, como dijo que haría, mientras gritaba palabras de aliento en mi oído, por sobre el ruido de los aplausos. Nos separamos, y no esperó ni un segundo darme un empujoncito, camino al escenario.

 

   Tomé el premio en mis temblorosas manos, y miré a la inmensa multitud. Las luces casi dejándome ciego, y la corbata cerrando mi garganta.

 

   —No sé muy bien qué decir… Realmente no me lo esperaba —la gente rio un poco—. Es un honor enorme, ganar este premio por tercer año consecutivo. No se imaginan lo mucho que significa para mí, el que vuelvan a creer en mí como merecedor de esto —alzo el premio en mi mano para que todos puedan verlo—. Me gustaría agradecer a Banana Records, por creer en la música que creamos juntos; a mi manager Minho, quien ha estado ahí para guiarme por el camino más sabio; y por supuesto a las fans, que hacen este tipo de cosas posibles, y que siempre encuentran las formas más sorprendentes de mostrarme su amor —miré el premio por un instante—. Y para concluir, me gustaría dedicar este premio a… mí mejor amigo, Kim Kibum. Quien nunca me deja olvidar quien soy. Y es eso, lo que me permita crear la música que mis fans aman. Gracias.

 

   Salí por el lado izquierdo del escenario para poder llegar de regreso a mi lugar.

 

   Kibum me recibió con una serena sonrisa. Extendió su mano y puse en ella el trofeo para que pudiera verlo.

 

   Sentándome a su lado, me acerqué mucho hasta su pálida oreja.

 

   —Casi pareces normal, pero estoy seguro de que lloraste otra vez —susurré con chulería.

 

   No lo negó ni afirmó. Pero todo él se volvió rojo. Lo sabía.

 

   El pasatiempo preferido de Kibum era hacer el duro, cuando por dentro era la cosa más dulce del planeta. Fácil de conmover.

 

   Me reí fuerte de él, y pasé mi brazo por sus hombros, invitándole a relajarse un poco.

 

**********

 

   El teléfono timbró tres veces antes de responder secamente: — ¿Qué quieres? Déjame dormir…

 

   —Oh, ¿así que seguías durmiendo? —dije—. Por lo que supongo ¿que no has visto de lo que habla todo el mundo?

 

   —Claro que no… y no me importa —murmuró—. Pero ¿qué dicen?

 

   Me reí.

 

   —De cómo el gran diseñador en ascenso, Kim Kibum, alias Key, lloraba como magdalena mientras su mejor amigo Kim Jonghyun, tres veces ganador del premio del año, dice su discurso.

 

   —Oh, púdrete —colgó.

 

   El mejor momento para molestar a Key, era en las mañanas. Se ponía como un gato refunfuñón. Reí un momento más para mí antes de golpear su puerta.

 

   —Tengo tus rosquillas favoritas —miró la bolsa de papel en mis manos, mientras consideraba la opción cerrarme la puerta en la cara.

 

   Para mi fortuna, las rosquillas ganan nuevamente.

 

   — ¿Qué hacen? —preguntó la voz de Taemin cuando llegó a la sala con una rosquilla a medio comer en su mano.

 

   Estabas sobre el sofá de la sala, con la televisión encendida, y Kibum sobre mí, trabando de asfixiarme con uno de los carísimos cojines de colección.

 

   —Viendo en especial sobre los premios.

 

   —Los vi anoche —informó Taemin, sentándose en el sillón individual—. Key lloró como contratada de nuevo.

 

   —Bueno, alguien tiene que hacerlo, ¿no? —Contestó Key—. Dile al señor del premio que se consiga una novia y deje de llevarme a esas cosas.

 

   —Tu sabes que eso es complicado por… —comencé—. ¡Allí está!

 

   Taemin y yo reímos al ver la cara llorosa de Key, asintiendo a lo que sea que yo haya dicho durante el discurso.

 

   —¡¡Largo de mi casa, los dos!!

 

   — ¿Ehhh? ¿¡Pero yo vivo aquí!?

 

**********

 

   Me fui de casa de Key muy tarde, ese día. Ahora pasaba mucho tiempo en su casa. Taemin y Key se habían mudado hace medio año a un departamento más grande en una de las zonas céntricas de Seúl. Tardaba alrededor de veinte minutos de una casa a otra.

 

   Además, ahora pasar tanto tiempo juntos, era también una necesidad desde que Kibum se hacía cargo de mi vestuario. No fue algo que los dos planeáramos, simplemente sucedió así en medio de las promociones del segundo álbum.

 

   Cuando estaba a punto de salir al  escenario, el encardado de vestuario me llamó la atención por un pañuelo que Key había colocado en mi cuello. El hombre se enojó tanto cuando le recalqué que no me lo quitaría, y contestó furioso que, “si siempre iba a hacer lo que aquel mocoso me decía, mejor lo contratara a él”.

 

   Luego de eso no volví a verlo. Sin embargo su idea fue muy buena. Key al principio dudaba en hacerse cargo de mí, porque aún era un novato. El cambio fue sorprendente y trajo una nueva imagen a mi carrera.

 

   Desde entonces lo trajes que Key confeccionaba para mí comenzaron a llamar mucho a atención de todos, desde entonces mi nombre no paraba de ser mencionado entre los “Mejor Vestidos”.

 

   De momento, Key se quebraba la cabeza con los vestuarios para gira del tercer álbum por Seúl.

 

   — ¡Tú… ven aquí y ponte esto! —Key llegó en medio de la prueba de sonido.

 

   Al entrar a los camerinos, arrojó una montaña de ropa hacia mí y se dio la vuelta. Taje tras traje, estuvo apretando aquí, aflojando allá y tomando notas.

 

   —Cada vez hay menos tela, Key —resalté, enfundado chaleco que dejaba a la vista mis brazos y gran parte del pecho.

 

   —Cada vez hay más musculo —murmuró aun metido en su pequeña libreta—, así que no debemos desaprovecharlos.

 

   Sentí la sangre correr a mis mejillas por ese comentario.

 

   Luego de un rato, se sentó junto a mí en el sofá mientras suspiraba.

 

   —No te alteres, todo va a salir bien. —Coloqué me brazo sobre sus hombros y lo atraje a mí. No dudó en acomodar su cabeza sobre mi pacho—. Siempre haces que funcione.

 

   —Sólo me aseguro de que todo esté listo antes de irme. No puede haber ningún error estando tan lejos de aquí.

 

   —Si surge algo trataré solucionarlo yo sólo —le tranquilicé—. Tu disfruta tu estancia en París, y ten mucho éxito en el desfile. Estaré pendiente de los artículos que publiquen.

 

   Ajusté más mi brazo alrededor de él, inhalando su perfume a fresas. Cinco días sin Key a veinte minutos de distancia. Recargué mi mejilla sobre su cabello mientras pensaba en lo mucho que me haría falta.

 

**********

 

   Los primeros tres conciertos pasaron sin ningún contra tiempo. Kibum pondría feliz al oír eso, y que las fans habían gritado mucho la ver los vestuarios que preparó.

 

   Sólo una noche más… Key estaría de regreso y podría pasar por él al aeropuerto mañana por la tarde.

 

   Hasta que eso pasara, se pondría al corriente con el trabajo de Key en Francia. No me gustaría que Kibum me arranque la cabeza por no estar al pendiente de él. Las primeras noticias que encontré fueron del desfile, sus participantes, la dinámica, las modelos; Y claro, los dos modelos que Key presentó fueron los inesperados protagonistas de la noche. ¡Kibum logró deslumbrar a todos y conquistar Paris!

 

   Al parecer, la sociedad francesa no fue lo único que Key conquistó…  Mencionaban a un tal Simon Porte Jacquemus. Había muchas fotos de él junto a Key paseando por las calles de París, saliendo de restaurantes y cafés. Huno dos que llamaron especialmente mi atención: la primera era de la noche del desfile, se mostraba al tal Simon besando la mano de Key en medio de la pasarela, en medio de los demás diseñadores y modelos. En la otra se les veía a los dos en la mesa de un café, uno frente al otro, sus rostros muy cerca, dedicándose miradas intensas; como si estuviesen hablando algún muy importante, intercambiando secretos o… a punto de besarse.

 

   No puede dormir toda esa noche.

 

 

 

 

Notas finales:

Hola a todos.... lo sé, ha pasado muchisimo tiempo.

Para ser sincera, hace mucho que me había olvidado de mis fics, porque el prabajo, la escuela y los problemas ecomomicos y mentales me mantenian muy cansada y ocupada. 

Hace unos días, recibí un mensaje por facebook de una chica, preguntandome si continuaría "tal " fic. Y al intante me lo negué a mi miasma. Pero pasaron los días, y seguí barajeando esa posibilidad.

Dejé de escribir, también, porque nada venía a mi. Me sentaba miles de horas frente a la lap, y nada surguia. 

Pero ahora que me tome un rato para desenpolvar mi viejos fics, las palabras surgieron y volví a escribir.

Aviso por este medio que retomaré todos mis fanfics. Los terminaré todos y escribiré más. Iré lento, pero lo haré. :)

Para quienes leen "una cita con kim jonghyun", les aviso que el ya sólo queda un capitulo (el cual escribo al momento de subir esto).

Espero que todos esten bien. Que puedan recibirme nuevamente con los brazos abiertos, que al igual que yo, no dejen este mundillo abandonado y continuen escribiendo. 

Nos veremos pronto, Dolche.  ;)


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