-Kuroko había pasado toda el día en el castillo esperando a que Aomine regresara para hablar con el sobre la cancelación de su compromiso, ahora que habia encontrado denuevo a su amado Taiga no lo dejaría ir y mucho menos le dejaría por Aomine, miro al moreno entrar por las puertas principales del castillo hecho una furia, camino hacia él pues le intrigaba saber el por qué su prometido venia echando fuego por los Ojos- A-Aomine… ¿Te a Ocurrido algo?... por que vienes con este humor?...
-Aomine no giro a ver su “Prometido” solo le hizo señal de que lo siguiese llevándolo a su habitación y encerrándose con él en ella- Me pasa que Obtuve el mejor trofeo de toda mi vida… y no me siento bien…-se sentó sobre la cama mirando el suelo y después sus manos, recordando el rostro de kise Humedecido en lágrimas y su expresión vacía, sus Gemidos ahogados- Joder!...Porque todo tiene que ser así de problemático… Kuroko ¿Alguna vez te has enamorado de alguien?...-el moreno comenzaba a darse cuenta que era lo que ocurría en su interior había caído prenda de aquel rubio y ahora se sentía culpable por no haberlo respetado y haber mancillado de aquella manera su cuerpo…- Lo echo, echo esta… -su propio orgullo no le dejaba admitir su error, decidió solo recostarse sobre la cama, ahora aquel rubio era suyo y lo seria todo el tiempo que quisiera-
-El de cabellos celestes observo la actitud de su amigo quedando algo confundido ante la pregunta de este por lo que se coloco frente a el- Aomine…tu siempre has sabido que mi único amor a Sido Taiga…lo recuerdas, el hijo del instructor de equitación… Hace algunos días me ha rescatado del peligro y le he recordado, inclusive lo que había sentido…No! Lo que siento por el, Aomine… No podemos seguir con el compromiso… es obvio que yo no te amo… y si me estas preguntando por esto, sería fácil suponer que tú también te has enamorado de alguien… aunque conociendo lo bestia que eres seguro Has hecho las cosas mal y ahora te arrepientes de estar enamorado…¿No es asi?
-Le devolvió la mirada al más bajo suspirando y sosteniendo aquella lucha entre sus azules ojos- Yo no estoy enamorado de nadie Kuroko…Yo solo obtengo lo que quiero y estoy de acuerdo contigo… ese estúpido compromiso no puede seguir mas… No te preocupes hablare con mi padre y con tu padre, para poder negarme formalmente a casarme contigo…Jamás te eh amado y jamás lo are, Yo solo conozco el amor propio… y no quiero atarme a ti…
-Dio una sonrisa imperceptible y se acercó abrazando a su amigo- Te agradezco que me des mi libertad… Aomine te has convertido en mi mejor amigo desde niños y se que deseas mi felicidad tanto como yo deseo la tuya… Descuida estoy seguro que a pesar de los errores que cometas aquella persona de la que estas enamorado te va a perdonar, solo dale su tiempo y no le presiones…sueles meter la pata en grande y hasta el fondo…- soltó una ligera carcajada caminando a la entrada- Además Por lo que se y me han contado por ahí…aquel Gitano también te ama... o que has creído que no me enteraría de que todas las tarde salías a Ver a Ki-chan~…-el de cabellos celeste con su poca presencia un día le había escuchado hablar solo sobre los ojos que poseía aquel gitano, que el menor conocía y sabia de sobra que era aquel niño que solo el habia confundido con una niña cuando eran pequeños- Kise- Kun es Orgulloso pero si se algo es que te ah amado desde niños…-fue lo último que dijo saliendo de su habitación y dejando aun moreno confundido que solo estaba dispuesto a dormir, Kuroko habia quedado de verse con su amado Taiga esa noche, el de cabellos Rojos le había dicho que tenía una sorpresa para el y que esa noche sería la mejor que pasaran juntos- Desearía que La tarde pasase en solo segundo en lugar de horas…
-En otro lado de la ciudad se encontraba el tigre pelirrojo, terminando de preparar las cosas que necesitaría para esa noche junto a su amado, el rey saldría del reino al atardecer y su pequeño pasaría 3 días junto a él disfrutando de su compañía- Esta noche Kuroko y Yo uniremos aun mas nuestro amor…-planeaba hacer de esa noche mágica y especial pues estaba seguro que en esa noche de luna llena se aria uno con su pareja, estaba ansioso, noto que faltaba menos de dos horas para poder tener entre sus brazos a su amado, por lo que decidió meterse a la ducha y luego arreglarse y llevar las cosas al lugar predestinado donde pasaría la noche con su amado-
-Kuroko por su lado había despedido ya a su padre y se encontraba dentro de la bañera impregnando su piel de aromas y esencias, estaba tan conectado con su tigre que sabía lo que este deseaba y que aunque él no lo expresara también lo deseaba, quería ser suyo y solo suyo, estaba decidido esa noche su tigre y el consumarían ese amor que habia nacido entre ellos desde niños-
-Las hora shabia pasado y ahora el galante tigre se encontraba en la salida trasera del castillo esperando por su amado, para llevarlo con él, entre las sombras vio aparecer ese cabello azul celeste, acompañado de un hermoso traje en color blanco con una camisa azul pastel bajo de este y su corbata negra junto con los guantes blancos- ¿Has esperado mucho por mi? –pregunto temeroso el peliazul se encontraba algo nervioso y no podía evitarlo pues esos ojos rojos le sostenían la mirada acunando el brillo de sus ojos-
Te esperaría toda mi vida de ser necesario Kuroko- el De cabellos rojos portaba un pantalón negro y una camisa rojo vino con un chaleco en color negro al igual que la corbata, se acerdo a su pareja tomándolo de la cintura y besando sus labios, disfrutando de esos pedacitos de piel que lo hacían sentir que no habia nada mejor en ese mundo- Bien… es hora de irnos… -tomo a su pequeño ayudándolo a subir al caballo y subiendo después de el con cuidado de no golpearlo, comenzó la cabalgata hasta llegar a un inmenso prado, donde se encontraba una manta sobre el césped con una canasta sobre ella algunas almohadas y mantas aun lado- Esta noche cenaremos a la intemperie…- Bajo del caballo ayudando a su novio a bajar también de este, caminando de la mano hasta la manta y sentándose junto a él, Tomo dos copas de vino sirviendo un vino tinto y entregándole la copa a su amado, saco un plato que contenía sobre el algunas frutas y quesos para degustar junto con el vino, el ambiente era hermoso sus ojos se transmitían ese amor que ambos sentía , no hacían falta las palabras solo las miradas cómplices que ambos entendían en un lenguaje que solo ellos lograban descifrar- Brindemos porque esta noche es la primera que pasamos juntos…- el pelirrojo alzo su copa mirando el vino en su interior y dejándola aun lado suyo-
-El peli Celeste solo admiraba el paisaje y contemplaba de reojo a su amado, escucho con atención sus palabras sonriendo ante estas y dejando su copa junto a el- La primera de muchas noches en las que planeo dormir a tu lado… Taiga… yo siempre pensé que Este momento jamas llegaría…pero esta noche…Yo deseo entregarme ati…-un sonrojo se hizo notorio en su nívea piel, desviando la mirada y siendo su rostro aunado en las manos fuertes del mas alto recibiendo un dulce beso sobre sus labios-
Kuroko, si es lo que deseas y estas realmente seguro… te are el amor esta noche y todas las que me lo pidas –su amor era sincero y por mucho que el deseara hacer suyo a su pequeñoprincipe lo aria hasta que el lo estuviera-
Taiga…claro que estoy seguro, esta es la manera más grande de mostrarte mi amor…yo deseo con toda mi alma ser tuyo y pasar toda mi vida a tu lado –abrazo el cuello de su pareja escondiendo su rostro en el cuello del menor- así que por favor esta noche… hazme sentir tuyo hasta que en mi cuerpo se grabe tu aroma…
Y en mis manos se grave tu piel –el mas alto tomo su cintura terminando la oración de su amado, sus brazos lo recostaron sobre aquella manta, compartiendo dulces miradas y algunos besos, quería contemplar cada detalle de su pareja y cada exprecion que etse fuera a regalarle, no se perdería nada.-
-Kuroko por su parte se dejaba hacer, sentía los tibios labios de su pareja recorrerle el rostro y llegar Asus labios una y otra vez, las manos del mayor le soltaron cuando estuvo recostado, comenzando a acariciarle el rostro, cuello y hombros, causándole leves espasmos, la batalla imperial entre el rojo y el azul de sus ojos se desataba a cada mirada que compartían, sabiéndose cómplices de esa locura que aria en muestra de su entrega de amor-