POV Jung Min
Estaba durmiendo o mejor dicho solo mantenía los ojos cerrados. Tenía pereza despertarme. De repente sentí como baby intentaba levantarse. Lo sujete de la cintura para que no se alejara.
-Min… -su voz es tan suave. -… te quiero. –escuchar esas palabras me desoriento.
Quererme, un momento porque esas palabras me alegran tanto. Lo solté y me giré para que no viera una estúpida sonrisa que se dibujaba en mi rostro. ¡Joder! Esto se está saliendo de mis manos, baby… baby… baby que me estás haciendo, si todo continua así será mi ruina. Todos mis planes se frustrarán y…
-olvídalo Min, no es tiempo de mortificarse con eso… por ahora solo vive el momento.
Me levante y me puse un pantalón de chándal que encontré en la cómoda.
Al salir escuche a baby hablar por teléfono. No le di mucha importancia hasta que escuche…
-yo también te quiero. –lo primero que hice al escuchar eso fue reclamarle pero él me respondió con una evasiva.
Tiene idea del conflicto interno que estaba batallando hace unos momentos por esas jodidas palabras y ahora le escucho decírselas a quién sabe qué tipo.
Baje rápidamente y lo arrincone contra la estufa.
Estaba furioso. Ayer prácticamente se declaró de mi propiedad y ahora le dice “te quiero” a otro.
Baby deberías hacerte responsable de tus acciones, no tienes idea de quién soy en realidad y de lo que puedo llegar a hacerte.
-creo que olvidaste algo baby. –mordi suavemente su lóbulo izquierdo.
-¿Qué?
-TÚ eres mío. –baje su bóxer rápidamente.
Ahora me vengaría por mentirme. Tome el frasco de aceite de sésamo que aún llevaba en las manos, lo destape regando un poco en mis dedos y tirando el frasco al suelo.
-¿Qué haces?... Min… -dirigí mis dedos a su trasero introduciendo 2 de un solo movimiento.
-Ah~~. –baby dejó caer su cabeza sujetándose de los bordes de la estufa. –Min… Ah~~… es… espera~~… Ah~~. –movía mis dedos en círculos y abriéndolos como tijeras.
Quería penetrarlo de una sola estocada sin ningún tipo de preparación, pero no quería lastimarlo, al menos no por ahora. Metí un tercer dedo… el aceite funcionaba mejor que cualquier lubricante “creo que mejor usaremos esto”.
-Min… para… me estas lastimando… Ah~~… duele…
-No más de lo que me dolió a mi escucharte hoy en el teléfono.
-¿Qué?... Ah~~… Min… eso era Ah~~ -baje con mi mano libre mis pantalones dejando libre mi erección, por suerte no llevaba bóxer. Y sin previo aviso lo penetre.
- Ah~~… Ah~~
-eres un mentiroso… a tu cuerpo le encanta, te estas volviendo muy masoquista baby… -al mirar su cuello pude ver la marca que había dejado la noche anterior.
Volví a morder en la misma zona sin detener mis embestidas.
- Ah~~… me… ¿mordiste?
-sí… de esa forma sabrán que le perteneces a alguien… y ese alguien baby soy yo. Te quedo claro. -El cuerpo de baby era tan exquisito, sus paredes aprisionaban placenteramente mi pene.
- Ah~~… Ah~~ -había tocado su próstata.
Arqueo la espalda chocando la parte trasera de su cabeza en mi pecho. Sus piernas empezaron a temblar, definitivamente no duraría mucho. Saque mi pene, lo giré y cargue.
El instintivamente rodeo sus piernas en mi cadera sujetándose de mi cuello. Lo lleve hasta la mesa del comedor haciendo que se sentara en el filo de esta.
Rápidamente volví a penetrarlo. Se dejó caer sobre la mesa, su espalda choco contra su superficie haciendo que un florero que se encontraba en una esquina cayera.
- Ah~~… Ah~~ Minnie yo… me correré.
-eso no baby. –tome su pene colocando mi pulgar en la punta evitando que se corriera.
-mmm… -gruño molesto por haber frustrado su liberación.
-te castigare baby… por mentirme. –seguí penetrándolo.
Abrí mas sus piernas para poder llegar más profundo. La fuerza de las embestidas hacía que la mesa tambaleara. Lo miré detenidamente… sus manos se aferraban a los bordes de la mesa, sus ojos se mantenían fuertemente cerrados, el sudor perlaba esa hermosa piel blanquecina… y de sus labios solo salían gemidos combinados con mi nombre. Solo con escucharlo gemir de esa forma mi excitación crecía.
-deja… que… me… co… corra… Ah~~. –abrió sus ojos mirándome fijamente, suplicándome.
-no.
-Minnie. –apreté su miembro. - Ah~~.
-Dime quien era.
-Eh!
-la llamada ¿Quién? –continuaba embistiéndolo. Intentaba controlarme para no correrme en ese momento.
-… era… Ah~~.
-Kim Bum… Kyu… ¿otro?
-Mi abuela ¡maldición! –me detuve en el acto.
-¿Qué? –lo miré sorprendido
-era ella… me pidió que… que fuera hoy… a… a la competencia de Kyu… ella viene a verlo… competir. –no podía hablar muy bien dada la situación en la que se encontraba.
-tu abuela. –un momento, entonces todo fue un engaño. –tu… tú te atreves a jugar conmigo baby. No tienes idea cuanto detesto las bromas. –tienes idea de lo que puede haberte hecho.
-lo… -intentaba recuperar el aliento. –lo lamento… solo. –volví a embestirlo.
Mis testículos chocaban contra su trasero. El primer piso se llenó de nuestros gemidos y el sonido del contacto de nuestras pieles.
-Minnie… Ah~~… deja que me corra… por… por favor.
-no lo hare… pagaras por tu bromita. –estúpido baby, sabe lo molesto que estaba cuando lo escuche decir eso pensando que era otro.
¡Joder! Me estoy involucrando mucho con él… y eso no es bueno, no se suponía que debía ser así. Pero ya es muy tarde para arrepentimientos.
-MIN. –gritó sacándome de mis pensamientos.
En un rápido movimiento se incorporó sujetándose de mi cuello. Quedando sentado sobre la mesa, con mi pene aun en su interior.
-Ah~~… duele. –se quejó. Mi mano seguía en su pene evitando que llegara al orgasmo. –Minnie. –se acercó a mi cuello dando pequeños besos hasta llegar a mis pezones.
-Mm… -un gemido ronco salió de mi boca. ¡Joder! Él es tan impredecible. Ah~~ espera. –mierda… es tan jodidamente buena con su lengua.
Hará que me corra solo haciendo eso… ¡No! Ese era su objetivo… maldito cerebrito, lo tiene todo calculado. ¡Joder! Seguía succionando mis pezones… mordiéndolos. No puedo detenerlo, tenía una mano en su pene y otra en su cadera evitando que cayera.
Retire mi mano de su pene y lo tome de los muslos levantándolo de la mesa. Se sujetó a mi cuello y aferró fuertemente sus piernas a mi cadera.
-Min… me voy a caer. –Alcé un poco su trasero y lo bajé rápidamente haciendo que mi pene se adentrara en lo más profundo de su interior.
-¡Oh joder!
- Ah~~ Ah~~ Min… ya no… puedo Ah~~ -se corrió manchando su abdomen y el mío. Repetí el mismo movimiento varias veces. Por suerte tenía fuerzas, porque estar de pie… sin ningún respaldo, cargando a baby como si fuera un koala y levantando su trasero para profundizar las penetraciones. Sin duda necesitaba resistencia.
Unas estocadas más y me corrí en su interior. Lo recosté de nuevo sobre la mesa intentando recuperarme del orgasmo.
Ring… Ring “Hola no estamos en casa deja tu mensaje después del tono piiii”
– “Junie ¿Dónde estás? Tu abuela llegará en 10 minutos y la competencia de Kyu empieza en media hora… apresúrate”
–“mensaje guardado”
-¡Oh no!... abuela ya está ahí.
-debemos apresurarnos entonces.
-Eh!
-No pensabas invitarme.
-Eh!... si… si… esto
-¿Qué?
-puedes salir de mi.
-¡No!
-Min
-tu interior es muy acogedor. –me incline hacia el besando su mejilla. Pasando mi lengua por sus labios. –y además eres delicioso. –desvió la mirada sonrojándose. Es tan lindo… “lindo” un momento que me ocurre desde cuando pienso que un hombre es lindo.
-Minnie… llegaremos tarde. –volvió a mirarme. Me levante saliendo de él. –mmm…
-¿Te duele?
-un poco.
Caminamos hasta llegar a las escaleras.
- Ah~~
-¿Qué ocurre?
-Ash!... deberíamos usar preservativos.
Lo mire sin entender. Se dio la vuelta señalándome su trasero, pude divisar como mi semen se escurría por sus piernas.
-no los usaremos. –sentencié molesto.
-pero… -resoplo. –por seguridad debes…
-tú eras virgen ¿verdad?
-sí lo era… hasta que tu…
-yo nunca lo he hecho con nadie sin protección… estoy limpio.
-entonces… porque… conmigo tu…
-no lo sé. –me revolví el cabello algo frustrado. En realidad no sabía porque lo hacía.
-Min est… -lo tome del cuello besándolo, introduciendo mi lengua en su boca… era tan cálido… Ha mejorado, al comienzo era muy torpe para seguirme el ritmo.
Me separe de él y subí las escaleras. Antes de llegar al último escalón giré viendo en la misma posición. Volteo a verme.
-sabes que es lo que más me gusta de ti. –“Todo” pensé decir, pero mi orgullo no me dejaría expresarme de esa forma. –poder marcar tu interior y reclamarte como mío. Y eso es algo a lo que jamás renunciare.