POV Hyung Jun
-más rápido Min. –íbamos en la moto de Min a toda velocidad.
-vamos a más de 120km/h baby, quieres que choquemos. Lo siento pero soy muy hermoso como para morir.
-eres un narcisista, yo tampoco quiero morir… pero apresúrate. Todo es tu culpa. –murmure el final.
Luego de hacerlo en la cocina, nos bañamos e intentamos limpiar la cocina. Todo el comedor tenía restos de semen, al igual que la alfombra, la mesa y parte de las escaleras.
Menudo desastre. Debo tener muy presente no tener que hacerle ese tipo de bromas a Minnie, aunque lo disfrute mucho. “pero que dices Jun, reacciona”.
-Llegamos. –Min se estacionó en el parking subterráneo de la universidad. Baje de la moto y le entregue el casco que llevaba.
-¿Dónde será la competencia? –preguntó Min.
-en la piscina… está cerca de mi facultas, es la cu…
-la enorme cúpula de cristal. –completo mi frase.
-si… ¿la has visto?
-cuando vine a verte… -se quedó pensativo. Ya sé a qué día se refiere. –ese día… -desvié la mirada.
-oh. –recordar aquel día todavía me afectaba.
-vienes. –alce la mirada y vi a Min caminando hacia la cúpula.
-es… espérame. –corrí intentando alcanzarlo. –porque me dejas. –dije haciendo un puchero.
-si vuelves a hacer eso… te juro que te follo en este momento.
-¿Qué? –me tomó del mentón apretándolo ligeramente.
-no imaginas lo que me provoca verte así. –pase saliva con dificultad.
Pero que tiene este hombre en la cabeza, es acaso una maquina sexual.
-¡Oppa! Oppa! –Min me soltó volteando a ver a la dueña de esa voz. –Oppa! ¿Cómo has estado? –una joven se situó entre Min y yo, era muy bonita y si mi excelente memoria no me fallaba era una de las chicas más populares del campus universitario.
-¿Quién eres? –pregunto Min con un tono molesto.
-Oppa!... lo olvidaste, soy Jessica. –Min pareció no entender. –el día del incidente en el baño. –se apartó de min lado señalándome.
-Ah! Ya lo recuerdo, tu información me fue de mucha utilidad… pero… -lo pensó unos minutos. –no me digas que vienes para follar conmigo. –soltó con una de sus típicas sonrisas ladinas.
Los miré con ojos como platos, acaso dijo “follar” un segundo ellos tenían algo. Entonces Min se a acostado con ella y yo que papel ocupo en esa historia.
Que me ocurre, porque siento que mi corazón duele y mis ojos lagrimean. No quiero estar aquí y verlos.
Salgo corriendo del lugar “no quiero escuchar nada más”.
-baby… mierda… espera… -escucho que grita, pero no quiero detenerme… mi corazón duele y todo es por él.
-Oppa!
-joder… baby. –me agarra del brazo deteniendo mi huida.
-sueltame. –le susurro incapaz de encararlo.
-baby… porq…
-lo hicieron.
-¿Qué?
-tuviste sexo con ella… te gusta. –dije lo último mirándolo fijamente. Su expresión cambio radicalmente. Resoplo algo fatigado.
-no… ¡demonios! –paso su mano por su nuca. –la conocí ese día nada más, ella se me ofreció pero en ese momento no tenía ánimos como para follarla. Tú eras más importante. –yo soy más importante. –lo que dije fue solo una broma… como la que tú me hiciste esta mañana. -Pronunció molesto.
-br… broma.
-si… baby. –me lance abrazándolo, escondiendo mi rostro en su pecho mientras algunas lágrimas humedecían su camisa. Es dolor que sentía desapareció con esas palabras.
-lo… lo siento… yo… yo no sé… que paso… yo
-¿estabas celoso?
-creo… creo que sí. No sabía que tenía un lado así.
-eso es bueno.
-Eh!. –alce mi rostro mirándolo.
-significa que te gusto muuuchisimo. Es normal. Que podré hacer todos siempre caen rendidos ante mi belleza. Es algo con lo que tendrás que lidiar soy muy codiciado lo sabes. –dijo riéndose.
-no tiene gracia. –resople molesto.
-si la tiene.
-y ella. –le señale a la chica que se encontraba en el mismo lugar observándonos.
-ven. –me tomó de la mano.
-Oppa! Que ocurre. –decía muy confundida, mirándonos a ambos.
-olvide presentarte… él es Jun. Mi novio. Lamento decirte que no podre follarte. –lo dijo de lo más tranquilo.
-¿eres gay?
-no.
-entonces.
-salgo con quien me gusta, si es hombre o mujer me tiene sin cuidado.
-TÚ… -me señalo moleta. –te odio…
-Eh!
-¡Cállate! Nunca en tu vida le vuelvas a hablar de ese modo me oíste. –le dijo en un tono amenazante, que por un instante sentí pena por ella. –vámonos baby o llegaremos tarde.
Caminamos hacia la cúpula dejando a la señorita muy furiosa.
Inexplicablemente estaba muy feliz de que Min me defendiera de esa perra. ¿Perra? Oh Dios! Que me está pasando desde cuando uso ese tipo de vocabulario.
-al fin llegaste… pensé que no vendrías Junie. –me regañaba Victoria.
-Ha sido mi culpa. –respondió Min. Hasta que dice algo coherente. –lo ejercite mucho en la mañana. –empecé a toser muy fuerte y lo mire furioso, es un descarado. Me giño un ojo sonriendo. Mis mejillas ardían de solo pensar en lo ocurrido.
-¡Oh!... –Victoria se lo pensó pero al final decidió pasar por alto lo que dijo Min. Cosa que agradecí infinitamente, no quería entrar en detalles sobre cuáles son los ejercicios que practico con Min. –muévanse, abuela está muy preocupada porque no llegabas rápido, incluso intento llamar a la policía. –dijo victoria con una pose dramática.
La seguimos hasta llegar a las piscinas, había mucha gente alrededor de estas apoyando a todos los competidores las gradas que se encontraban en la parte delantera estaban repletas de personas. Repase mi mirada por toda aquella multitud hasta que logré verla, se encontraba sentada en medio de toda esa gente con un traje azul marino y un sombrero del mismo color, era como ver una de esas antiguas películas de los años 60’s, Kyu se acercó donde ella se encontraba, ambos platicaban muy felices.
Ella pareció darse cuenta de que alguien la observaba y regresó su vista hacia nosotros. Victoria le hizo un gesto con la mano y de inmediato sonrió. Analizo cuidadosamente a cada uno de nosotros, a mí especialmente, repasaba su mirada sobre mí dudando si era o no su nieto. Hasta que grito mi nombre abriendo sus brazos.
Salí corriendo hacia ella, pero antes de poder llegar un terrible dolor en mi espalda baja me hizo caer.
-¡Auch! –caí sobre mis brazos y mis rodillas. Intentaba levantarme pero todo era inútil. Todo esto es culpa de Min, si no hubiera sido tan salvaje en la mañana… o si al menos no los hiciéramos todos los días, todo estaría bien. “pero a ti te encanta tener sexo” estúpido subconsciente, no intervengas.
-cariño… te encuentras bien. –levante mi rostro. Mi abuela se encontraba frente a mí, sus ojos reflejaban preocupación. –aunque estas muy guapo, veo que tu coordinación no cambiara… -se acercó más. –eso es de familia, mi hijo era mas descoordinado que tú.
-abuela… abuela. –sin darme cuenta estaba abrazado en su regazo llorando como un niño de 4 años.
-cariño… tranquilo, estoy aquí. –intento consolarme.
-abuela… snif… sabes… cuanto te… snif… extrañado. –decía abrazándome más a ella, temiendo que fuera a irse. Ella era mi única familia, la única persona que me amaba… bueno estaba Kyu pero eso era diferente.
-yo también cariño… casi no te reconozco, pensé que eras algún idol. –acaricio mi mejilla limpiando mis lágrimas. –no llores junie… harás que tu abuela este triste.
Asentí intentando sonreír.
-Ey! Yo estoy aquí lo olvidan. –hablo Kyu indignado.
-lo siento Kyunie. –le dije haciendo un puchero. El solo me sonrió y me ayudo a levantarme.
-eso es chantaje, usar tus gestos para que te perdone.
-no sé de que hablas.
-si viste abuela… Jun está muy bien… excepto por ese incidente, no tienes nada de qué preocuparte. –decía Victoria caminando hacia nosotros con Min a su lado.
-eso parece, creo que mi ausencia te ayudo mucho. –respondió mirándome tiernamente. –ya eres todo un hombre cariño… uno muy hermoso. –me agarro una mejilla estrujándomela.
-de eso no cabe la menor duda, es precioso. –Min colocó sus manos en mi cintura posando su mentón en mi hombro.
-Min. –lo mire molesto.
-Y… ¿Quién es este lindo jovencito? –regrese a ver a mi abuela que analizaba de pies a cabeza a Min.
-el… es un amigo. -¡vaya! Mentir últimamente me sale tan natural.
-¿amigo?
-si… se esta quedando en la casa. Vino a Seúl hace 1 semana y no tiene donde alojarse. Así que yo le ofrecí hospedaje hasta que encuentre un lugar donde establecerse. –reitero lo dicho, me estoy convirtiendo en un mentiroso experto.
El silencio nos rondo, mi abuela no decía nada y Kyu parecía algo molesto con lo que dije.
–abue…
-¡maravilloso! –exclamó sorprendiéndonos a todos. –al fin Junie tiene un amigo.
-¡Eh! No estas molesta.
-porque habría de estarlo cariño… además me parece perfecto que se esta quedando contigo, de esa forma no estarás solo y yo me sentiré más tranquila. –se acercó a Min. –y dime jovencito ¿Cómo te llamas?
-mi nombre es Jung Min señora. –él le sonrió de una forma tan inocente. –un gusto conocerla.
-Min… eres tan apuesto cariño. Y dime ¿estudias o trabajas?
-Trabajo, señora.
-Oh, llámame abuela.
-por supuesto. Abuela. –ya conquisto a mi abuela. No puedo creerlo, es bueno agradando a la gente.
-y en que trabajas Min.
-yo… -esto no está bien.
-abuela… ya es suficiente. La competencia de Kyu ya va a empezar. Luego lo interrogas. Ok.
-está bien. Lo siento Kyu vamos, no quiero perderme el momento en el que ganes. –agarró el brazo de Kyu y Victoria y se fueron. –Junieee! –gritó desde la piscina. –olvide mi cámara, la puedes traer. La dejé en el auto.
-ok!! –respondí gritando en respuesta. –Min ve con ellos, yo iré por la cámara y regreso.
-y que se supone que…
-solo ve. Y no hagas nada imprudente.
-Imprudente… ¿cómo qué? –fue acercándose hasta que nuestros rostros quedaron a escasos centímetros. –respóndeme. Baby. –su aliento se mezclaba con el mío. Podía sentir su perfume recorrer todo mi sistema respiratorio. La temperatura de mi cuerpo empezó a aumentar estrepitosamente. -Baby~
-detente. –lo aparte. –me voy a ver la cámara. –salí corriendo. Que me está ocurriendo, mi cuerpo últimamente reacciona a cualquier cercanía de Min. Me estaré convirtiendo en un ninfómano. Olvídalo Jun… no pienses. Al menos no en eso.
Llegue al estacionamiento me puse a buscar el auto de mi abuela por todo el lugar.
-¿Dónde estará? –bajé al estacionamiento subterráneo. -¡Ah! –al bajar el último escalón un dolor en mi parte baja volvió. –Min… eres el culpable. –encontré el auto, abrí la puerta y saque la cámara que se encontraba en el asiento del copiloto. Cerré la puerta y me dirigí a la salida.
-¿Qué piensas hacer Jessica? –quien será. Sin darme cuenta, ya me encontraba escondida en la parte trasera de un pilar del estacionamiento.
-No lo sé… pero no perderé contra ese nerd.
-Ya perdiste contra él.
-¡Cállate Sunny!... ese idiota no ha ganado. –me asome un poco y vi a 4 chicas que se encontraban frente a un hermoso convertible rojo. Una de ellas era la chica que saludó a Min. Pero ¿Por qué me estoy escondiendo?
-Sica… es gay, no puedes contra eso. –están hablando de Min.
-no lo es… él lo dijo. Todo es culpa de ese imbécil, seguro que le ofreció su puto culo a oppa en bandeja de plata.
-tú también te ofreciste y te rechazo.
-maldición SeoHyun eres mi amiga o que?
-solo estoy analizando la situación Sica… Hyung Jun es muy atractivo. No te has puesto a pensar que quizá solo le gusta. -¡Atractivo! ¡Wow! Eso nunca lo había escuchado de una chica que no fuera Victoria o mi abuela.
Volví a asomarme para ver de quién se trataba. Era SeoHyun compartíamos varias clases. A diferencia de los demás ella nunca me trato mal o humillo.
-estás loca SeoHyun… él es un monstruo. –mo… mons... truo.
-cambio su apariencia para conquistar a mi oppa… obviamente el no iba a fijarse en ese idiota con ese horrible aspecto, así que cambio para acostarse con él. No hay diferencia entre una puta y él. Chicas en este mundo solo hay 2 clases de personas: las bonitas como nosotras y las feas como ese.
-Sica?
-y los que quieren ser bonitos… son MONSTRUOS. Porque aunque aparenten belleza que nunca tendrán, siempre serán feos y nadie los amará. Ese espanto no se quedará con mi oppa.
-venga Sica… no seas bruja.
-estoy mintiendo Sunny, te apuesto todos mis zapatos de marca que cuando oppa se aburra de follar su culo lo desechara tal y como se bota un condón.
-¿condón? Vaya comparación.
-lo usas para joder, pero después ya no sirve. Lo usaste… disfrutaste y luego lo botas. Y cuando eso ocurra yo estaré ahí para….
-ser el condón de ese tipo. Estas loca Sica. Venga vámonos. Das miedo cuando te obsesionas con un hombre.
Escuche el sonido de las llantas del auto cuando paso por el lugar donde me encontraba. Mi cuerpo no reaccionaba, me encontraba petrificado. Aun no asimilaba toda aquella conversación.
Me deslice hasta quedar sentado en el suelo apoyando la espalda contra el pilar.
-¿monstruo?... eso soy. –mis lágrimas empezaron a salir. –yo… Min… solo… me desechara… eso debe… ser –no podía formar ninguna frase.
-baby, porque demoraste tanto. Tu abuela empezó a contarme toda su vida y la competencia de Kyu está por empezar. Y tu… que ocurre. –escondí mi rostro entre mis piernas flexionadas. No quiero que me vea en este estado lamentable. Suspire. Me ha visto en estados peores, a sus ojos debo ser la persona más patética que ha conocido.
-baby… mírame. –sentí como intentaba que me levantara. Pero lo detengo.
-dejame… déjame solo. –logro al fin decir, aun ocultando mi rostro.
-alguien te hizo algo. –en ese concepto me tienes. Como un ser débil que necesita ayuda. Es verdad. Por eso te diviertes conmigo, debe ser divertido. –que…
-¿Qué me dejes solo? –cruce miradas con él. –déjame en paz. Que no lo entiendes. Te odio. –no es cierto, no te odio. Me odio a mí mismo por no ser lo suficientemente bueno para ti. Porque inconscientemente te has vuelto más esencial que el propio aire.
-levántate. ¡Ahora! –grito, haciendo que pegara un brinco. –no me obligues a usar la fuerza baby.
-vete. Por qué no lo entie… -me sujeto del brazo y de un tirón me hizo levantarme. Lo miré asustado. Otra vez aquella mirada fría y penetrante.
-¿Qué demonios te ocurre? –su aliento chocaba en mi rostro.
-déjame. –intente soltarme sin éxito. Mis lágrimas empapaban mi rostro, mi corazón dolía tanto que pensé que me daría un ataque. –por qué… porque estas… conmigo.
-de que hablas… baby alguien te dijo algo. –su rostro reflejaba ¿miedo? No eso no era posible.
-¿quién tendría que decirme algo?
-no lo sé… te encuentro llorando en el estacionamiento y…
-yo… snif… soy un… monstruo.
-¿quién te dijo eso? –me sujeto del mentón haciendo que lo mirara.
-yo… escuche a Jessica… ella…
-esa puta… baby esa zorra es una desequilibrada. Como puedes creerle algo de lo que ella diga.
-¿me amas?
-¿Qué?
-no lo haces verdad.