POV Hyung Jun
No puedo creer que haya aceptado venir. Me encuentro en un café cerca de mi casa. Es un pequeño lugar con una temática retro, las paredes con varios grafitis adornadas con pinturas y extrañas esculturas, además de las mesas que son hechas de materiales reciclables.
-pero… -observo mi reloj. –que impuntual.
-llegue… esperaste mucho. –se para frente a mi.
-sabes, cuando fijas una hora de encuentro, esperas que esa persona llegue a la hora pactada, no 30 minutos después.
-ya estoy aquí. Eso es lo que importa.
-porque me citaste a esta hora. Van a ser las 11 de la noche. –Sulli se sentó frente a mí. Llamó al mesero y ordenamos un café. Permanecimos en silencio hasta que llegó nuestra orden.
-mañana regreso a Inglaterra. –dijo ella dando un sorbo a su vaso de café. –pero antes quería conversar contigo. –su expresión se volvió seria.
-Inglaterra. ¿Vives ahí?
-si hoy llegué a Corea y mañana me voy. Un viaje muy corto, no crees?
-pero entonces… no eres la novia de Min.
-¿Qué? Pensaste que era la amante de Min oppa. –me miró divertida. Dejando su vaso a un lado.
-no. –bebí mi café. -.. bueno. –la miré. –tal vez.
-seré clara Jun. –sonrió. Ella me pone nervioso. Tome la taza de café llevándolo a mi boca.–amas a oppa.
-Eh! –casi escupo todo el contenido de cafeína en su rostro.
-lo haces… verdad. Lo vi en tu mirada y oppa también lo hace. –pero que dice. Ella no dijo que amaba a Jung Min. –nunca había visto ese brillo en los ojos se oppa… y…
-¿Y?
-Jun. ¿Cuántas veces has tenido sexo con oppa?
-por… porque… preguntas algo así. –la miré asustado.
-te lo diré… pero primero respóndeme.
-eso no es algo que se diga con tal facilidad.
-que complicado… solo di un número… y… -me miro algo molesta. –te lo pondré más fácil. Fue más de una vez. ¿Sí o no?
-s… sí… ¿Por qué?
-silencio. –terminó de beber su café y acercó su silla sentándose a mi lado.
-Jun. –me tomó del brazo. –te contare algo… pero prométeme que nunca le dirás a oppa que yo te conté esto y menos que hoy nos vimos.
-no entiendo porque haces esto… y…
-eres tan molesto. Si mis suposiciones son correctas… de seguro no sabes nada de la vida de oppa ¿No quieres saber?
-sí. –si ella me puede dar información de la vida de Min estaría muy agradecido necesito saber porque se empeña en decir que no puede amarme.
-escucha atentamente lindo. –soltó mi brazo mirando los cuadros colgados en la pared. Parece que lo que me dirá es muy serio. Yo conocí a oppa hace muchos años. Era apenas una niña. El barrio en el que vivía era muy peligroso sabes… drogas, prostitución, asesinos, vagabundos, ladrones…. Eso era lo que siempre veías en las calles. Seúl no es todo lo que se observa en Corea Jun. Los barrios bajos son lo peor, ahí se sobrevive solo pasando por encima de los demás, todo es cuestión de supervivencia, tu lado humanitario se pierde. Oppa vivía en uno de los edificios abandonados de ese lugar, era el sitio más decente que había, antiguamente era ocupado por varias oficinas y un hotel. En ese lugar vivían varios hombres de la misma edad de oppa o menores. Todos pertenecían a la banda de los piratas.
-¿Pandilla?
-no interrumpas cariño. –me dedico una sonrisa y volvió a sumergirse en sus recuerdos.
-lo siento. –me excusé.
-tranquilo. Ellos no vendían drogas o asesinaban gente. Digamos que en nuestro medio ellos eran los buenos. El líder controlaba que no se cometiera ningún tipo de delito… ellos eran nuestros héroes… policía o la ley eran irrelevantes si los teníamos cerca. Yo siempre solía jugar en un pequeño parque deteriorado situado frente a su guarida. Me quedaba horas en el único columpio que existía allí, todo con la ilusión de verlos… en especial a él. Pero un día, cuando planeaba salir a verlos. –la mirada de Sulli se cristalizó. –mis padres vendían drogas. Y pues los hombres malos llegaron a nuestra casa. Mi madre me escondió en un pasaje dentro de las paredes de la casa y cerró la entrada. No supe cuanto tiempo permanecí allí… tal vez días o quizá fue una semana completa. Yo creí que moriría y terminaría formando parte de la estructura de aquel sitio, pero no fue así. Un día empecé a escuchar ruidos y con toda mi energía logre hacer ruido y llamar su atención.
-¿Era Jung Min?
-¡Bingo! Era oppa. El me cuidó por varias semanas… hasta que me fui a vivir a Inglaterra con mi tía. Y pues ¡Inglaterra cariño! De los barrios bajos pase a vivir en Europa.
-¿Por qué me cuentas esto?
-porque yo amo a oppa. –desvié mi mirada. Y al parecer él también te ama. –pero no de esa forma Jun… no estés celoso. –volví a mirarla. Ella sonreía muy divertida.
-yo lo amo como una hermana… pero siempre me gusta bromear. ¡Hey! –acarició mi mejilla. –tengo un sexy novio ingles esperándome en Inglaterra.
-¿Tienes novio?
-sí… quieres verlo. –sacó el celular de su cartera y me mostro una foto dónde ella estaba abrazando un hombre extranjero.
-es atractivo.
-lo sé… y es solo mío. –volvió a guardar su teléfono.
-aun no entiendo Sulli… que pretendes con esto.
-devolverle el favor a oppa. El me salvó y yo quiero hacer lo mismo… salvarlo.
-¿De qué?
-si conozco tanto a oppa como creo… seguro que te ha dicho que el no cree en el amor o que no puede amarte.
-¿Cómo lo sabes? –pregunté. Es exactamente lo que me dice.
-porque cuando vivía cerca de él… recuerdo a varias de las mujeres que se acostaban con oppa que reclamaban eso. Él no les ofrecía amor, solo sexo.
-es lo mismo para mi… él nunca me ofreció amor… solo… sexo… -mi corazón aun duele recordando lo del cine.
-lo suponía… pero algo interesante es…
-¿Qué? ¿Qué es?
-Él nunca tiene sexo más de una vez con la misma persona.
-Eh! –solo una vez, pero si lo hemos hecho varias veces.
-así es… por eso creo que hay esperanza.
-no lo creo Sulli. El simplemente no me ama y no creo que llegue a hacerlo… ya me lo ha demostrado.
-Jun. Eres tan ingenuo. Creo que eso es lo que cautivo a oppa. No te has fijado como te mira… en esa mirada definitivamente hay amor, es solo que oppa no sabe cómo demostrarlo.
-no…
-espera… -se levantó y me miró por unos segundos. –te diré una última cosa. –tomo su bolso y se arregló el vestido. –cuando tú nunca has recibido algo… nunca podrías dar los mismo. Oppa jamás recibió amor Jun… aunque varias mujeres y hombres morían por estar con él… era solo eso deseo… sexo o simple atracción. No sé en qué clase de circunstancias se conocieron, pero ten paciencia. Si tú no recibes amor puro y sincero… cuando existe una persona que te lo ofrezca, no sabrás cómo reaccionar. Y menos como corresponderle. –saco dinero de su bolsa y lo dejo sobre la mesa. –yo invito… un gusto conocerte Jun. Espero que seas capaz de romper esa muralla que oppa construyó en su corazón.
-lo he intentado… pero parece no funcionar. –reclame cuando se alejaba.
-no puede deshacer en días… lo que él construyó en años. Ya tienes mi número. Si tienes cualquier duda o necesitas mi ayuda con oppa. Solo llamame. –Sulli caminaba hacía la salida.
-¡Espera! –grité. Ella regresó a verme, aun sosteniendo el pomo de la puerta.
-¿Qué ocurre?
-no comprendo. Porqué fingir ese tipo de amor por Min si ya tienes a alguien a quién amas.
-yo… -suspiró. –intentaba salvarlo…
-¿Cómo?
-eres listo… estoy segura que lo deducirás. Ahora es tu turno Junnie…. Adiós.
-adiós. –respondí. Sulli salió y yo me quede pensando aun en sus palabras.
Lo único que no tiene es amor… ¿Amor?
“Si tú no recibes amor puro y sincero… cuando existe una persona que te lo ofrezca, no sabrás cómo reaccionar. Y menos como corresponderle.”
Ya veo. Querías pagar tu deuda amándolo, dándole lo único que los demás no le podían ofrecerle… amor verdadero.
-Ahora. ¿Qué se supone que haga? Amarlo hasta que muera.
“Sálvalo” esa palabra no abandona mi mente. Y si al salvarlo yo termino hundiéndome.
Llame al mesero. No quiero ir a la casa todavía. Necesito pensar.
-sí. Que le podemos ofrecer.
-un capuccino y un trozo de tarta de frambuesa.
-le recomiendo la tarta de arándanos. Es la especialidad de nuestro nuevo chef.
-bien. Aceptaré su consejo. ¿Disculpa cuál es tu nombre?
-HongKi señor.
POV Young Saeng
Terminé de darme una ducha y arreglar el desorden del día anterior.
Ding donga86;a86;a86;
-llegó. –de dirijo a la entrada y abro la puerta. –bienvenido KyuJong. –le sonrío. Sigue tan guapo… cabello oscuro, facciones fuertes y delicadas a la vez… erfecto
-terminaste de admirarme, prince.
-Aún no. Te ves mejor de lo que recordaba.
-me dejarás entrar.
--por supuesto. Pasa. –señalé la sala con mi mano, dándole espacio para que pase.
-todo sigue igual. –observo todo el lugar sentándose en el sillón del centro.
-quieres algo de tomar.
-Saeng… -me miró curioso. –no sobreactúes.
-intentaba ser amable.
-eso no te va.
-estas diciéndome grosero.
-más bien… mm creo que prince te va de maravilla. –“complejo de príncipe”
-¿Cómo quieras?
-¿Qué ocurre? –había olvidado para que lo llamé.
Me senté a su lado abrazándolo. Cuanto necesitaba esto… que hubiera pasado si no hubiéramos terminado. Quizá no estaría sufriendo tanto como ahora.
-Saeng…
-déjame… déjame permanecer así… por favor.
-bien. –me acercó más a él, envolviendo sus brazos en mi espalda. –paso algo malo con Hyun. –me tensé. Solo escuchar su nombre…
-terminamos. –sentí un soplido en mi cabello. –te estas burlando.
-prince… te conozco mejor que nadie.
-incluso mejor que tu primo. –susurre en su pecho. Su olor tampoco ha cambiado, aunque parece que se ha vuelto más fuerte.
-incluso él. No por nada fuimos novios Saeng.
-el primero. –me alejé de él. Recuperando mi postura. –mi primer amor, amigo, amante y todas las A que existan.
-me dirás como es que terminaste con el amor de tu vida. –me aparte un poco de él y apoye mi cabeza en sus piernas mientas subí las mías en el descansa brazos del sillón.
Giré abrazando su torso. Suspiré amargamente, solo de recordarlo me enfurece, oculte mi rostro en su camisa… no quería que viera mi expresión. Empezó a acariciar mi cabello.
-me engañó. –silencio… no dirá nada.
-ok. Me contarás ¿Cómo?
-tiene un hijo.
-¿Un hijo?... cuantos años
-no lo sé. No me interesa de igual forma.
-¿Debería? Necesitas saber su edad para saber si fue antes o después de conocerte.
-y eso que tiene que ver. –giré mirándolo. –me engañó… tiene un maldito hijo.
-¡Saeng! El niño no tiene la culpa. No te expreses de esa forma.
-y yo que… es que nadie toma en cuenta que yo tampoco tengo la culpa. ¡Rayos! Pensé que estarías de mi parte.
-sabes muy bien que yo no tomo partido
-por eso te llamé… vamos… fuimos novios por casi 3 años. Tu eres el único que puede ayudarme con este lío.
-y qué quieres
-P.O.V –aclaré cada letra.
-¿Punto de vista?... ok… -acarició mi rostro. –suéltalo. –siguió jugando con mi cabello.
-no sé qué contar…
-empieza por decirme ¿Cómo te sientes?
-ya te lo dije.
-la verdad… tu verdad. –nunca puedo engañarte Kyu.