-la verdad… tu verdad. –nunca puedo engañarte Kyu.
-…
-Saeng…
-bien… pero… yo… es…
-¿Lo amas?
-creo… que sí.
-¿Le odias?
-¡Sí! –grité
-la verdad Saeng. –la verdad… la verdad es… que…
-no… al comienzo sí… pero luego… luego…
-lo perdonaste.
-eso parece.
-y ¿Qué es lo que te retiene?
-no lo sé… ¡Maldición! No quiero lastimarlo… yo…
-olvida el pasado… prince… desde ese día cambiaste tanto…
-¿Por eso me dejaste?
-sabes que esa no es la razón por la que terminamos.
-aún lo amas ¿A tu primo?
-sí. Aunque él este con alguien más.
-¿Qué? –me incorporé. –está con otro. –colocó su mano en mi pecho para que volviera a recostarme.
-no vine a conversar de mis problemas.
-nunca me dejaste conocerlo. –repliqué.
-no soy tonto Saeng. Cuándo te dije que lo amaba lo hubieras buscado. –es cierto.
-pero… ese tonto… como puede rechazarte.
-búscalo.
-¿Qué?
-búscalo… a Hyun
-¡No! –no puedo haberlo… no debo.
-Saeng. En todo el tiempo que te conozco… jamás te vi tan feliz como cuando estabas con Hyun. Era como verte antes del incidente.
-¿Por qué no lo dices? –me levanté. –… incidente… me violaron ¡Maldición! Eso no es solo un incidente.
-y por eso vas a odiar a todo el mundo… él te ama Saeng. los he visto juntos. Su amor es real.
-no existe ese sentimiento
-eso quieres decir que no lo amas.
-no… no lo hago.
-Ash!! Quieres que te golpeé. Si no lo amaras, entonces porque estás tan enojado porque tiene un hijo. No puedes solo olvidarlo… conviértete en su otra madre y vive feliz para siempre. ¿Cuál es tu temor?
-¡Qué me odie!
-¿Qué? –Kyu se levantó del sillón mirándome fijamente.
-que me odie… sabes cómo soy… yo no soy del tipo que es amable y amistoso… Menos aun con un niño… prefiero alejarme.
-cobarde
-si… si lo soy. –cubrí mi rostro con mi antebrazo. –yo no lo merezco. –cerré mis ojos intentando no llorar.
No puedo ser débil.
No de nuevo.
No debo llorar.
-Saeng… porque no te das la oportunidad de ser feliz. Se lo que sientes.
-no… no lo sabes. –las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos…
Hyun… hyun…
-quizá no en un 100%... sigo psicología. Lo olvidas.
-me intentas psicoanalizar Kyu…
-…
-Kyu… -que ocurre. Aparte el brazo de mi rostro para poder observarlo. El me miraba impasible, cómo luchando en su interior ¡Que rayos!
-ese día…
-no…
-Saeng…
-¡NO! No quiero recordarlo. –no quiero verlo.
-si no lo haces. Jamás podrás superarlo.
-ya lo superé. –me dirijo a mi habitación. Porque me hace esto. Escucho pasos detrás de mí. –déjame… no te llamé para esto. –reclamé aun sin mirarlo.
-No fue tu culpa Saeng.
-¡Cállate! –grité arrogándole una botella de perfume que se encontraba cerca de mí. Él lo esquivó y se acercó rápidamente a mí sujetándome y tirándome al piso. –suéltame Kyu. –tomo mis manos colocándolas sobre mi cabeza, mientras aprisionaba mi cuerpo con el suyo.
-lo necesitas…
-¡No!
-yo viví contigo todo Saeng…
-¡Basta! –me revolvía en el piso.
-llora… hazlo si quieres.
-¡No!... detente. –intentaba zafarme pero era inútil.
-es tarde… en casa de Hee… cómo ocurrió ¿Saeng? te has estado guardando lo sucedido por años. Esos recuerdos te están envenenando el alma. Lo único que dijiste fue que te violaron y con eso terminó la historia.
Un líquido salado recorría mi rostro llegando a la comisura de mis labios.
-Kyu…
-crees que solo tu sufriste por aquel incidente… no tienes idea de lo culpable que me sentí por no haber estado contigo… por fallarte. –Kyu estaba llorando… sus lágrimas caían sobre mí. Nunca lo había visto llorar…
-K…Kyu…
Bien.
Ya es hora Saeng.
Es tiempo.
-ese día. –miré a Kyu decidido. –Fui a ocultarme de ti… -desvié la mirada. –no quería verte. No después de saber que amabas a tu primo. Me sentí traicionado. Fuiste mi primer amor, mi primer beso… tú lo fuiste todo Kyu.
-yo…
-ahora déjame terminar.
-sigue.
-cuando entré a casa de HeeChul, esta se encontraba vacía. Me recosté en el mueble de la sala y no supe cuando me quedé dormido, luego escuche varias voces. Al abrir los ojos ahí estaban… mirándome fijamente. Eran 3 hombres… chinos…
-era… -la voz de Kyu se cortó.
-si… -observé la pequeña foto adherida al espejo frente a mí en ella se encontraban Siwon y Hee abrazados. –eran amigos de Hangeng. Ellos querían matar a Hee… pensaban que la muerte de Han era su culpa y deseaban vengarse de él. Querían vengarse a su modo… pensaban que era el amante de Hee…cuando ustedes llegaron ellos apenas salían de la casa. Por eso nunca supieron…
-ahora lo entiendo.
-lo entiendes. –centré mi visión en Kyu.
-no lo dijiste porque no querías lastimar a Heechul… no era mucho tiempo de la muerte de HanGeng y Siwon intentaba sacarlo d su depresión. Enterarse que ellos te lastimaron por él… lo hubiera terminado de destrozar. Quizá intentaría quitarse la vida.
-¡Wow! Serás un buen psicólogo Kyu.
-¿Cómo te sientes ahora?
-mis brazos están entumecidos y tu peso sobre mi cuerpo me dificulta respirar.
Kyu rió y me soltó sentándose en el piso. Lo imite quedando frente a él.
-siento como si hubiera estado llevando 100kg sobre mis hombros todos estos años… pero ahora me siento más ligero.
-y que harás.
-aun no lo sé. Primero debo pensar que haré con mi vida y con respecto a Hyun. Eso me llevará más tiempo. Lo amo pero…
-temes depender de él.
-la última vez que entregue mi corazón a alguien casi muero… literalmente.
-yo…
-no eres tu Kyu.
-lo dices por aquel tipo. Nunca me dijiste su nombre.
-no merece ni que lo nombre. Es un idiota.
-pero te enamoraste como un loco de él.
-cierto. Pero ahora que lo pienso no fue amor. Quizá al comienzo… luego solo era… algo de admiración tal vez.
-¿Admiración?
-él era todo lo que yo quería ser… en ese tiempo. –aclaré. –fuerte, seguro de sí mismo y si ningún temor. El ayudo a salvar la vida de Siwon cuando lo seuestraron. Después apareció Hyun, el era todo lo contrario. Lo quise matar cuando lo vi. –reí al recordarlo. –era amable, sentimental y con un sentido del humor extraño, él me veía con tal adoración que me repugnaba.
-por eso le despreciaste por tanto tiempo.
-sí. Pero insistió tanto que terminé por ceder. Me mostró que en este mundo habían cosas buenas, razones por las cuales vivir.
-entonces aférrate a él.
-ahora no. Estoy curándome Kyu. Mis heridas internas recién están empezando a cicatrizar, después de haber sangrado todos estos años. Necesito estar completo, él merece una persona mejor que yo.
-otro?
-no… un nuevo yo. Eso me tomará tiempo. Solo espero que no sea tarde para eso…
POV Jung Min
-calma… calma… ¡Joder!
Caminaba de un lado a otro por toda la sala. Eran las 2 de la madrugada y baby todavía no llegaba. Después de la estúpida cena con Sulli y ese enano. Él tuvo que ofrecerse a llevarlo a su casa.
-¿Qué demonios haré ahora? Y si Ju… -baby abría la puerta. Al parecer estaba hablando solo. Se detuvo cuando me vio.
-¿Qué harás con quién? –pregunte sin moverme de mi lugar.
-Eh! Na… nadie. ¿Qué haces despierto a esta hora?
-alguien me cito para hablar de nuestra relación… lo olvidaste…
-¿Relación? Ah…
-Ah! Eso es lo único que dirás.
-hablemos de esto luego. –se quitó los zapatos y se dispuso a subir por las escaleras.
Ahora el me está evadiendo.
¿Por qué?
Por ese enano.
Corrí hasta él sujetándolo del brazo.
-espera…
No volteó a verme, solo permaneció inmóvil… un suspiro cansado se escuchó salir de sus labios.
-suéltame. No quiero verte o escucharte. Necesito tiempo para pensar. Puedes seguir ignorándome como lo has venido haciendo hasta ahora. Tal parece que eso se te da muy bien.
-baby… ¿Qué pasa contigo?
-suéltame JungMin. –una extraña sensación recorrió mi cuerpo. Su voz se escuchaba tan fría y sin emoción.
-Bab…
-¡Suéltame! –gritó zafándose de mi agarre haciendo que perdiera el equilibrio, cayendo de las escaleras.
-Argh!! ¡Joder! –me golpeé la espalda. Intenté levantarme pero mis cotillas dolían. –Ah! –cerré los ojos con fuerza. Maldición. No otra vez esto.
-M… Mi… Min… -Escuche que baby se acercaba. –lo… lo sien… siento… yo… yo… no quería. –abrí los ojos. –Min
Mi corazón empezó a latir irregularmente. El estaba a mi lado con lágrimas recorriendo su rostro. Su mirada denotaba preocupación y miedo… ¿Todo eso era por mí?
-discúlpame… que hago… llamaré una ambulancia. –intentó levantarse, pero lo detuve.
-no… no es necesario. –intenté sonar despreocupado.
-¡Claro que lo es! Te pudiste haber fracturado la columna… llamaré…
-solo quédate conmigo… no necesito nada más.
-¿Qué? Estas delirando… o no… te golpeaste la cabeza… todo es…
-estoy muy consciente. –me mira dudoso. –baby… no me dejes.
-¿Cómo te dejaría en este estado?
-No hablo de eso…. No… no te alejes de mí… yo… -como decir algo así. Si ni siquiera yo lo sé con seguridad. –baby…
-apóyate en mí.
-¿Qué?
-no puedes quedarte aquí. No estoy seguro de poder subir las escaleras contigo. Así que mejor te recuesto en el sofá de la sala mientras esperamos a un médico para que te revise. Necesitas descansar… luego llamare al doctor Min Ho
-podrás conmigo… serás capaz de llevarme sin dejarme caer. –baby me mira extrañado por mis palabras… intentando leer el mensaje oculto tras esas líneas.
-aun no lo sé… pero si llegas a caer… yo caeré contigo. Ahora vamos.
Baby si supieras las consecuencias de tus palabras. Ya no hay marcha atrás. No te permitiré dejarme, no te alejarás de mí.
Me ayudó a incorporarme con algo de dificultad. No tenía idea de que tenía tanta fuerza.
Me recostó en el sofá con tanta delicadeza, si supiera que he estado en peores situaciones que esta.
-buscaré algún calmante.
-espera…
-JungMin, no quiero hablar de eso.
-¿Por qué?
-porque no sé qué hacer. Ya no sé qué es lo que quiero… yo… debería terminar esto… es sofocante.
Intenté sentarme, pero el dolor en mi espalda me lo impidió.
-no te muevas. –baby me sujeto y me acomodó en el sofá nuevamente.
-yo… yo… creo… que… -como digo algo así. –yo… me… estoy… yo…
-habla de una vez. ¡Te duele algo! Llamaré al doctor Choi.
-creo que me estoy enamorando de ti.
Baby se detuvo en medio de la sala. Giró lentamente y se acercó a mí con pasos dudosos.
-¿q... qué?
-¡Joder! ¡Enloqueceré! –grité frustrado cerrando los ojos. Odiaba cuando no tenía control sobre la situación. –qué me estás haciendo baby… yo… -de repente sentí una fuerte presión sobre mi cuerpo.
Baby se encontraba sentado a horcajadas en mi pelvis. Abrazando mi torso como si fuera un koala. Podía sentir como pequeñas gotas cálidas se filtraban por mi camisa.
“Estaba llorando”
-baby… que…
-no estoy soñando… es real… tu lo dijiste… -reí. Su voz se escuchaba tan infantil debido al llanto.
-no creo que sea un sueño… ya que siento el dolor de mi espalda por tu peso baby.
-lo siento. –hizo ademan de apartarse pero lo sujete de la cintura.
-quédate así.
-¿me amas? ¿Desde cuándo? –dijo mirándome esperanzado, acercándose hasta que nuestras respiraciones se mezclaban. –no mientes.
-no se cuando empecé a enamorarme de ti. Ni siquiera estoy seguro que sea eso. Yo nunca he amado a nadie baby.