POV Jung Min
Uno de los mejores orgasmos de mi vida y llega Victoria a arruinarlo. Todavía podía sentir la esencia de baby en mi boca. Creo que le compraré varios libros de sexo de hoy en adelante o quizá debemos ver porno.
-aterriza JungMin, quita esta estúpida sonrisa y cúbrete. –hablo ella dirigiéndose a la cocina.
Intenté acomodar mi pantalón notando que mi pene estaba muy limpio.
“Baby~ hiciste un buen trabajo”
-pensé que se habían peleado. –murmuró Victoria sentándose en una sila frente a mi.
-si te quedo alguna duda con la escena que viste al llegar… te confirmo que ahora estamos muy bien. –señalé mi entrepierna.
-idiota… pero… -me miró fijamente. –porque sigues acostado.
-baby me empujó de la escalera y creo que me rompí una costilla.
-¿Qué? Y así se pusieron a hacerse una mamada.
-vaya… quién lo diría. –no pensé que lo dijera tan natural, cuando la conocí parecía tan inocente.
-¡cállate!... tú. –me señaló. –estás pervirtiendo a Jun.
-el solo está disfrutando y lo que hagamos es nuestro problema. –aclaré.
-aun no entiendo cómo se fijó en ti.
-soy hermoso. ¿Eres ciega?
-no… el que no tiene buena visión es Jun. Tendré que hacer que use sus lentes de nuevo y te mire con detenimiento. Además yo tengo buenos gustos JugMin.
-si claro. Por eso estás detrás de KyuJong.
-dejen de pelear. –aunque no podía moverme logré escuchar los pasos de Jun al bajar las escaleras. –vámonos Victoria.
-irse?... me vas a dejar baby. –él se sentó a mi lado besando mi mejilla.
-vendré rápido. Lo prometo. Ya llamé al doctor MinHo. Seguro no tardará en llegar. –se acercó a mi oído. –te amo~
Otra vez esa sensación cálida. Lo sujete del cuello devorando sus labios, penetrando su boca con mi lengua. Lo deseo tanto… que me asusta.
-cof… cof… estoy aquí por si lo olvidan. –gritó Victoria.
Lo solté notando que tenía los ojos cerrados y sus labios entreabiertos haciendo un tierno puchero.
-eres taaaaan inoportuna. Consigue un novio Victoria. –dije mirándola con fastidio. –y por cierto. ¿Dónde van a esta hora? Son las cuatro de la madrugada.
-eso no es asunto tuyo. –pronunció ella jalando a baby de su camisa. –vamos Jun… -ella se acercó a su oído murmurando algo. Baby se tensó y luego me miró nervioso.
“algo me esta ocultando”
-baby, qué me ocultas.
-no… no es nada… te contaré cuando regrese.
Habían pasado 40 minutos desde que baby y Victoria se fueron. Ahora que lo pienso HongKi no me ha llamado en estos días, eso es raro. Necesito saber que está haciendo y…
-Hola. –alguien entró. Intenté moverme pero todavía se me dificultaba. El sillón en que me encontraba no me dejaba ver la entrada.
-¿Cómo te encuentras JungMin? –era MinHo.
-es necesario responder. –señale mi cuerpo con la mirada.
-bien. Tu sentido del humor sigue igual. –un chico se encontraba detrás de MinHo, por un momento lo confundí con una chica, tenía el cabello rubio y vestía unos jeans y al igual que MinHo llevaba una bata blanca. -¿Quién es?
-Oh! Lo siento. –lo tomó del brazo haciendo que diera un paso adelante. –el es mi ayudante. TaeMin. Está en el último año en la facultad de Medicina y obtiene créditos extra siendo mi becario.
-Hola. Mi nombre es Lee TaeMin. Puedes llamarme Tae. –hizo una reverencia.
“Creo que lo he visto en alguna parte, aunque no estoy muy seguro”
-vamos a revisarte. Jun me contó lo ocurrido. Tae abre mi maletín y pásame el estetoscopio.
-si.
Me revisaron por diez minutos, tocando mi tórax, revisando mi presión y no sé qué otras estupideces más, por favor he estado en peores situaciones, una costilla rota no es nada.
-Tae, llama a una ambulancia. Lo trasladaremos.
-¿Qué? No quiero.
-JungMin, tienes 3 costillas fracturadas, necesito acerté una radiografía y resonancia para poder verificar que todos tus órganos internos no hayan dufrido algún daño. Además hay que revisar tu columna, podrías tener algún disco cerical en mal estado.
-no es necesario…
-no estas en condición de replicar. Jun me autorizó a trasladarte si fuera necesario.
-¿Qué?
-vamos. Le llamaré para decirle que nos encontramos ahí.
-el no tiene derecho…
-venga… deja de quejarte. La ambulancia no tardará.
POV Young Saeng
Nunca pensé que confesar mi secreto me relajaría tanto. Kyu sin duda será un excelente psicólogo.
Desde que él se fue de mi apartamento tome una decisión. Hablar con Hyun… necesito verlo antes de irme.
Llegué a su guarida. A pesar de haber caminado desde Gagnam hasta el sur de Seúl no siento ningún tipo de cansancio. Al parecer va a amanecer.
-Saeng ¿Qué haces aquí tan temprano? –volteo a ver y es Mir.
-Hola Mir. ¿Cómo has estado?
-no me quejo. –hizo un puchero.
-problemas con LeeJoon…
-es un idiota. Cree que soy un tapete, folla con cualquier zorra que se le cruza y piensa que estaré ahí siempre para él.
-y no es así.
-ya no.
-Mir. Sabes que cuentas conmigo para lo que desees. ¿Verdad?
-quiero irme hyung… ya no quiero verlo. Lo amo, pero el no lo aprecia… desearía poder desaparecer. –una lagrima recorre su rostro.
-Ven conmigo Mir.
-¿A dónde?
-aun no lo sé. Un lugar donde podamos pensar y curar nuestras heridas. –él me mira confuso. -¿Dónde está Hyun?
-está en su cuarto.
-piensa en lo que te dije. Quizá la distancia haga que el tonto de Joon te valore.
Entre al edificio en dirección de su cuarto, cuantas veces había venido y pasado temporadas aquí, ahora que lo pienso, nunca me detuve a observar adecuadamente el lugar, a pesar de que por fuera parecía un edificio abandonado por dentro se encontraba en buenas condiciones. El lugar constaba de 5 pisos; el primero era la recepción, ya que esto fue un antiguo hotel, el salón de eventos se convirtió en una guardería para las madres que trabajaban y no tenían un lugar donde dejar a sus hijos. La cocina y el comedor se mantenían. En el segundo y tercer piso se encontraban las habitaciones para todos los amigos de Hyun. El cuarto piso tenía las habitaciones para los segundos al mando de la pandilla, allí vivían JungMin, Mir, GO, Hyun y LeeJoon. Ellos eran los encargados de que nada se saliera de orden, vigilaban toda la zona y dirigían a los integrantes nuevos. El quinto piso en realidad nunca supe lo que se encontraba ahí, Hyun mantenía restringido a ese lugar, solo él y JungMin podían entrar, a pesar de que varias veces le exigí que me dejara entrar el siempre evadía mi pedido, con el pasar del tiempo deje de darle importancia.
Ya frente a su puerta todo lo que había planeado decirle se esfumó. Acerco mi mano al pomo para abrir.
-ya no tengo ese derecho.
Alejo mi mano para tocar la puerta con mis nudillos pero esta se abre dejando ver a Hyun con su torso desnudo, vistiendo solo un jean.
-Sa… Saengie… -lo observo detenidamente y me percato de que el sostenía a un niño entre sus brazos.
-tu… hijo… -susurro.
-Saeng…
-me dejarás pasar.
-si... cl… claro… pasa. –se hizo a un lado dando espacio para ingresar.
La habitación había cambiado. Habían varios juguetes tirados en el suelo al igual que la mayor parte de las pertenecías de Hyun. Junto a su cama se encontraba una cuna adornada con varias figuras animadas y pequeños dibujos de aliens.
-veo que adecuaste todo… para… tu hijo. –hablo pasando los dedos por la cuna.
-si… lo recostaré.
-iré al estudio, hablemos ahí. –salgo del lugar. Camino hasta llegar al pasillo del fondo. Usualmente utilizado para las reuniones de la pandilla.
Abro la puerta.
-aquí todo sigue igual.
Aun en el umbral lo primero que llama mi atención es el retrato de los dos que se encuentra en el escritorio de Hyun.
-entremos. –Hyun se encontraba detrás de mi hablando cerca de oído. -Saeng~~
-ngh… basta… -me aparté sentándome en el sillón frente al escritorio.
Mi corazón latía con tal fuerza que temía que él lo escuchara. Hyun se sentó frente a mi aun con el torso desnudo.
“Es que acaso no tiene camisas”
-Saeng…
-espera. –levanto mi mano en señal de alto. –déjame hablar. Yo… no te odio Hyun. –hasta ahora me mantenía con la mirada baja, es extraño, jamás bajaba la mirada ante nadie, desde aquel suceso aprendí a tener o al menos fingir valentía. Tomo valor para verlo a los ojos. –te amo. Y no me molesta el hecho de que tengas un hijo. Creo en realidad que nunca me importo aquello, quizá al comienzo… pero… tenía miedo.
-¿Miedo?
-miedo de dejar de ser importante en tu vida. Después de que me transformaste en el centro de tu mundo, temía que me hicieras a un lado. De que un día te des cuenta que no soy la persona que amas… que veas todos mis defectos. Hyun se que nunca te conté lo que ocurrió en mi pasado… antes de que me conocieras yo era diferente. Hyun… -me levanto hasta llegar al pequeño librero a la derecha de donde se encontraba él. La mayor parte de estos libros Hyun los trajo para mí. En este momento no quería verlo, no cuando dijera esto. –era un chico ingenuo que creía en el amor verdadero y los cuentos con finales felices. Pero un día todo eso
Terminó. –escuche la silla recorrer. –Kyu terminó conmigo después de estar juntos por 5 años, mi hermano entró en depresión por Rella y… y… yo… tuve que pasar por varias situaciones desagradables solo. Desde ese instante entendí que me encontraba solo… siempre de esa forma. Fue entonces que decidí cerrar mi corazón, porque tarde o temprano siempre te decepcionan. –Hyun me abrazó colocando su mentón en mi hombro, rodeando sus brazos en mi cintura.
-yo te amo Saeng. Aun conociendo todos tus defectos y tu humor bipolar. Me enamore como un loco de ti esa noche que te vi en los brazos de Min.
-de verdad. –incliné mi cuello para verlo mejor.
-no te abandonaré Saengie. Quisiera ser capaz de hacerte feliz, d hacer que cada día tengas una razón para sonreir.
Me tomo de la cintura haciendo que volteara. Nuestros rostros quedaron frente a frente, tomando en cuenta que le se había agachado para quedar a mi altura. Deslizó su mano por mi rostro delineando con su pulgar mis mejillas hasta mis labios.
-te amo Saeng.
Lo último que sentí fue sus labios posarse sobre los míos, moviéndose suavemente, delineando con su lengua mi labio inferior. Abrí mi boca permitiendo el paso de la suya, desencadenando un beso apasionado.
Me aferro a sus brazos para evitar caer, el deseo con el que me besa me abruma. Kyu tenía razón, le amo… le deseo… le quiero… pero aun no es el momento.
-no… -lo detengo. –ahora no puedo.
-¿Qué?
-me voy de Seúl o de Corea, aun no lo decido.
-¡No! –grita. –no permitiré que me dejes. Que paso con eso de que me amabas. –coloque mi índice en sus labios.
-te amo… te amo tanto... por eso lo hago. –él quería replicar, pero volví a interrumpirlo. –Hyun… tú mereces algo mejor… y no quiero decir que me iré por dejarte. Al contrario. Si se te ocurre engañarme en ese tiempo juro que te mataré. –el enarco una ceja. –quiero decir… que necesito tiempo… tiempo para encontrarme a mí mismo, a mi antiguo yo. Al Saeng que fui antes… uno que te merezcas, sin odio y rencor de por medio. Me esperaras… -susurre dudoso, apartando mi mirada.
Y si no aceptaba… era justo. Me comporte con un hijo de puta todo este tiempo. No merezco alguien como él. Hyun tiene derecho a rechazarme.
Sentí como retiraba mi mano de su boca y la dirigía a su pecho.
-sientes. –habló. –mírame. –alcé mi rostro. Sus ojos tenían un extraño brillo. –te amo. Y aquí. –afianzó el agarre de mi mano en su pecho. –solo estas tu. Y si estás de acuerdo un pedacito lo tiene Min. –rodé los ojos. –y también mi hijo… nuestro hijo.
-pero… ella…
-ella me cedió la custodia total del niño. No quiere saber de él. Al parecer su carrera es más importante que el bebe.
-yo… no sé… si pueda… -me abrazó. Podía sentir el calor de su cuerpo calentar el mío.
-lo lograremos… yo tampoco se nada… pero estoy aprendiendo… si prometes estar conmigo lo demás es lo de menos.
-y si me odia.
-tiene apenas un año… creo que tendrás mucho tiempo.
Quizá no todo sea fácil. Solo espero poder amarlo… a él y a… nuestro hijo.
POV Hyung Jun
-¿Cómo te encuentras? –cierro la puerta sentándome en la silla frente a la camilla dónde se encuentra Min.
-con una aguja en mi vena. –respondió cortante.
-tan mal te fue. –reí tomando su mano.
-¿Dónde estabas? –empecé a observar el electrocardiógrafo. –baby. –estaba enojado.
-…
-Jun. –lo miré sorprendido. Nunca me llamaba por mi nombre.
-JungMin… estaba ayudando a la tía de Victoria. –hable molesto. No me agradaba que me llamara así.
-a esta hora.
-ella tenía que viajar temprano a Japón. Necesitaba ayuda con unos balances antes de irse. Por si no lo sabías yo estudio administración… y bueno… el único disponible a esa hora.
-lo siento… -no. Yo lo siento aun más Min.
-no te disculpes… es raro escucharlo tan seguido. No vuelvas a llamarme así.
-si… para mí también fue raro. Es solo que…
-confía en mí, sí.
-sí.
-ahora duerme. Debes descansar. Yo me quedaré hasta que te duermas. Iré a casa y traeré algo de ropa para pasar la noche contigo. Por lo que me contó MinHo, debes permanecer aquí unos días.
-no es para tan…
-shh!! Duerme. –sonrió asintiendo. Apretó mi mano… a los pocos minutos note como su cuerpo se relajo y junto con ello su respiración.
-Min…
Lo siento ero no puedo decirte la verdad ahora. Perdóname. Estoy seguro que si lo llegas a saber… Mejor no quiero ni imaginarlo.
+´+´+´+´+ Suena el teléfono+´+´+´+
Lo saco de mi bolsillo y reviso el número.
-Hola.
-no todo salió bien.
-solo cumpla por favor con lo que le pedí. No quiero que nadie se entere.
-si lo llegaran a saber… solo que no quiero que sea ahora.
-cuidese… Sra. Seo.
“Ahora que haré”