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De Libros a SEXO [MinJun] por SamStarElf

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Notas del capitulo:

Hola linduras... al fin pude actualizar...

Mi mente se había bloqueado y no podía escribir... no se que ocurrió con migo pero ahora ya estoy de nuevo de regreso.

Espero esta vez no demorar mucho... plaese!!! No me abandonen


ENJOY!!!

 

POV Hyung Jun

 

Abro los ojos intentando despejarme pero mis parpados se sienten pesados. Me remuevo un poco sintiendo la suavidad de las sabanas.

 

“Estoy en mi cama”

 

-Junnie… abre los ojos.

 

Es más fácil decirlo que hacerlo”

 

Hago un esfuerzo por abrirlos. La luz lastima mis pupilas, entrecierro mis ojos hasta que logro acostumbrarme. Miro todo el lugar y veo a Victoria sentada a mi lado.

 

-Vic… toria. –mi voz se escucha débil y mi garganta se siente seca. –que… paso. Dónde… estoy.

 

-Junnie. No recuerdas lo sucedido.

 

-que ocurrió.

 

-no… recuerdas.

 

-yo… estaba con Min… en su cuarto y luego… algo… algo ocurrió… y me fui. –mi cabeza empieza a doler y mi respiración se torna inconstante.

 

-Jun… tranquilo. Lo siento, mejor descansa.

 

Cierro los ojos e intento dormir. En mis sueños los recuerdos comienzan a dar vueltas…

 

Debes desaparecer”

 

 

 

 

POV Jung Min

 

-¿Y bien? –pregunto levantándome del piso cuando escucho la puerta abrirse.

 

-no lo sé.

 

-cómo que no lo sabes. –grito.

 

-guarda silencio. –Victoria me agarra del brazo y me aleja del cuarto de Jun. –él está durmiendo.

 

-¿Cómo está? ¿Por qué no me dejas verlo? –dijo esta vez en voz baja.

 

-porque creo que es tu culpa.

 

-¿Qué?

 

-él me dijo que estaba contigo y luego salió de la habitación ¿Qué le hiciste?

 

-¡Nada! –vuelvo a gritar.

 

-seguro.

 

-no le hice nada. –susurro. –cuando entre él tenía mi chaqueta y una pulsera en su mano. Le reclamé porque pensé que había husmeado en mis cosas… luego…

 

-Luego que paso.

 

-no lo sé. Empezó a temblar, se puso pálido y salió corriendo.

 

-eso es todo. –dijo ella con duda.

 

-si eso es todo. ¡Joder! Victoria necesito verlo. Enloqueceré si no lo veo.

 

Era cierto.

 

Luego de que baby huyera de mí, lo seguí por todo el bosque hasta que escuche el crujir de varios arbustos y seguí el sonido. Lo que encontré en el fondo de ese barranco me heló la sangre. Baby estaba cubierto de sangre y con moretones por todo su cuerpo. De inmediato corrí a sacarlo y lo llevé a la casa. Cuando llegue me lo arrebataron de los brazos y no me permitieron verlo y de ese suceso ya habían pasado 3 días. Si no lo veía en los próximos minutos iba a derrumbar esa maldita puerta.

 

-está bien. Entiende JungMin. Todo es muy sospechoso.

 

-crees que yo lo lastimé. ¡Estás loca! –grité.

 

-claro que no. No creo que seas capaz de hacerle algo así. Pero pudiste ser el causante de que el huyera y se lastimara. –baje la mirada.

 

-yo nunca haría algo que pusiera en riesgo su vida.

 

-lo sé. Ve a verlo. –ella camino hasta desaparecer por el pasillo.

 

Con algo de duda abrí la puerta de la habitación donde se encontraba baby. Él se encontraba recostado en su cama observando la ventana con detenimiento.

 

-Baby.

 

-Min. –volteó a verme sonriendo.

 

-¿Cómo estás?

 

-como si hubiera caído de un barranco. –sonríe haciendo una mueca de dolor.

 

-eso no es gracioso. –me acerco hasta sentarme a su lado. –sabe lo asustado que estaba… ¿Por qué huiste?

 

-no lo sé.

 

-¿Qué? –su mano se aferra a la mía, pasa la yema de sus dedos por mis nudillos.

 

-cada vez que intento recordad… duele aquí. –señala su cabeza.

 

-pero…

 

-no. –aprieta mi mano. –no sé qué paso… pero debe ser muy grave para que inconscientemente lo haya bloqueado.

 

-baby.

 

-Minnie déjalo.

 

-bien… solo porque estas lastimado.

 

-necesito dormir.

 

-me estas echando. –dijo indignado.

 

-no… solo deseo descansar. –desvía su mirada de mí. “Hay algo extraño”

 

-de acuerdo. Iré a ver a la abuela. –me levanto y camino hacia la puerta.

 

-Min.

 

-sí. –giro antes de salir.

 

-te amo.

 

-yo también te amo baby.

 

Cierro la puerta y bajo hasta llegar a la cocina. Veo a la abuela y Victoria dicutir sobre los ingredientes de la sopa de Jun.

 

-Hey! –exclamo alzando las manos. Ambas giran para verme. –Porque hacen ruido.

 

-es ella. –dicen al mismo tiempo.

 

-seguro. –río ayudándolas a preparar la sopa.

 

 

 

 

POV Hyung Jun

 

Veo la puerta cerrarse y escucho disminuir el sonido de los pasos de Min. Abrazo mi cuerpo y solo entonces me permito llorar.

 

-no puede ser cierto… el no… porque… porque tenía esa cosa en su chaqueta.

 

No mentí cuando de dije a Victoria que no recordaba lo ocurrido, solo que después, cuando ella salió y dormí unos minutos, pequeños fragmentos d lo sucedido esa noche comenzaron a aparecer como flashes.

 

Él… ese hombre… esa persona que me lastimó tanto hace años… todos los recuerdos dolorosos que me ocasionó”

 

Todo eso no se compara con la conmoción que sentí al ver de nuevo esa pulsera en propiedad de Min.

 

-porque la tenías. –lloro aún más, hundo mi rostro en la almohada. Ese objeto era el que más recordaba, el que me atormentaba en mis pesadillas.

 

-serán conocidos… porque él. –me siento. –no. Eso no puede ser. –quito mis cobertores y camino hasta la ventana. –no… definitivamente no debe ser eso. Él me ama… Min me ama. Solo necesito descubrir la verdad.

 

-Junnie. –escucho tocar la puerta.

 

-adelante.

 

-cariño que haces de pié. –mi abuela entra con un plato de sopa en sus manos.

 

-ya me siento mejor… no hace falta que te preocupes.

 

-yo siempre me preocuparé por ti Junnie. Casi mueres. –ella deja el plato en la mesita cerca de mi cama y se acerca a mí. -¿Qué ocurrió?

 

-no lo sé. –miento. –lo olvidé.

 

-cariño…

 

-abuela… de verdad no lo sé.

 

 

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- -.-.-.-.-.-.-.-.-                -.-.-.-.-.-.-.-.-

 

-gracias por todo abuela. –la abrazo y beso su mejilla. –te voy a extrañar.

 

-yo también cariño.

 

Me alejo y camino hacia el auto mientras los demás se despiden. Abro la puerta trasera y me siento.

 

Luego del “incidente” como todos decidieron llamarle, pasaron 2 días hasta que me dejaron abandonar mi cama. Los golpes que tenía en el cuerpo tardaron en sanar. Les mentí diciéndoles que fue a causa de la caída, también mentí cuando dije que todo fue a causa de mi torpeza. Dado mi historial fue muy satisfactoria mi respuesta, pero Kyu y Min estaba reacios a creerme.

 

-¡Vámonos! –gritó Victoria entrando al auto, sentándose en el asiento junto al mío.

 

-Jun. Porque te sientas aquí. No irás adelante… a Min le toca manejar esta vez.

 

-no… yo… quiero descansar, -miré de reojo a Min en el asiento del conductor. –puedo recostarme en tus piernas.

 

-Eh! Si claro ven. –Victoria se sentó más cerca de la puerta y colocó una pequeña frazada en su regazo.

 

-seguro que te encuentras bien. –preguntó Kyu.

 

-sí… yo solo… dormiré un poco. –me recosté en el asiento descansando mi cabeza en las piernas de Victoria.

 

Durante todo el viaje Min no dijo nada, la única conversación que se daba algunas veces fue entre Victoria y Kyu.

 

Yo no pude dormir, solo mantenía mis ojos cerrados, mi mente daba vueltas en aquel suceso, pero por más que lo pensaba no llegaba a una respuesta coherente.

 

Min me amaba, eso era algo que no lo ponía en duda, lo demás era aun más difuso para mí. Necesitaba saber qué relación tenía Min con ese hombre. Pero no quería… o mejor dicho temía preguntárselo.

 

Qué pasa si no me gusta su respuesta. No, eso es un engaño ¿Qué pasa si Min se va?… si todo termina.

 

No. Yo no puedo perderlo, no quiero perderlo. Lo amo, lo amo tanto que no estoy seguro de poder vivir sin él a mi lado.

 

 

El auto se detiene. Escucho las puertas abrirse.

 

-Jun… ya llegamos. –Victoria acaricia mi cabello. –despierta Jun.

 

-déjalo Victoria. –la voz de Min se hace presente.

 

Siento que me toman en brazos y me sacan del auto. Sigo fingiendo dormir, apoyo mi cabeza en su pecho sintiendo su aroma. Es imposible, Min no sería capaz de hacerme daño. Esos brazos que me sujetan tan firmemente, protginedome de todo. Este hombre que nunca le dijo te amo a nadie y ahora esas palabras se dirigen a mi con tanta naturalidad. Estoy seguro de que hay una explicación muy razonable para todo esto. Quizá él se encontró esa pulsera… tal vez es algo común tenerla.

 

Lentamente me acuesta en la cama, quita mis zapatos y me cubre con una sábana. Un lado de la cama se hunde, puedo sentir su presencia muy cerca, su mano retira algunos cabellos de mi rostro.

 

-que ocurrió baby. –susurra muy débilmente. –que pasó. –un suspiro cansado emana de sus labios.

 

Abro lentamente los ojos.

 

-Hola.

 

-Hola baby.

 

-¿Dónde estoy?

 

-en casa.

 

-tú me trajiste. –el solo asiente. –quiere acostarte a mi lado… Minnie.

 

Sonríe, se quita la chaqueta y los zapatos.  Se acuesta a mi lado. Acercándome a su cuerpo, haciendo que mi rostro descanse en su pecho. Me aferro más a él intentando olvidar lo ocurrido.

 

-te amo Min. –hablo bajo al fin pudiendo conciliar el sueño. A lo lejos creo escuchar un “Te amo más de lo que imaginas baby”

 

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-                -.-.-.-.-.-.-.-.-                -.-.-.-.-.-.-.-.-

 

Salgo del salón de clases exhausto, no físicamente, sino mentalmente.

 

Me levante muy temprano. Min aun dormía cuando salí. Le deje una nota en el velador diciendo que tenía que estudiar y que iría a la biblioteca para luego dirigirme a la Universidad.

 

-Yah! Jun! –volteo.

 

-Hola DongHo –lo saludo.

 

-que ocurrió contigo hoy.

 

-¿Por qué?

 

-Jun. –me quita mi carpeta sacando una hoja, colocándola frente a mi rostro. –sacaste 26/100

 

-¿Qué? –grito. -26/100. –tomo la hoja de vuelta y la reviso. Era cierto. Yo saque un 26. –Cómo paso esto.

 

-eso te quería preguntar… incluso yo saque un 72.

 

Recojo de vuelta mi carpeta y guardo el examen.

 

-Me tengo que ir… te veo luego.

 

-Jun! Espera.

 

Camino sin prestar atención a DongHo. Un 26. Desde cuando sacaba notas así, la calificación más baja que recuerdo haber tenido era 98.

 

Cuando salí de la casa eran apenas las cinco de la mañana, no podía dormir y menos con Min a mi lado, era algo cruel decirlo pero me incomodaba tenerlo tan cerca, sentía… miedo, angustia… todos aquellos sentimiento que tenía con aquel hombre al parecer se transmitieron a Min.

 

Y eso era lo que más me enfadaba. Yo no debería estar sintiendo esto, era horrible solo de pensarlo.

 

Min… el hombre que me ama, el que me salvo de los ataques de los demás, el que me ayudó a sobrevivir en este mundo sacándome de la burbuja en la que todos me habían metido.

 

Me sentía mal solo de pensar en el de esa forma tan bélica pero… no podía evitarlo.

 

Caminar por más de 3 horas no ayudo mucho, para cuando llegue a la universidad mi cuerpo dolía por sobre-esforzarme tanto, pero los pensamiento seguían ahí por lo que cuando empezaron las clases yo seguía cavilando en todo lo ocurrido en ese lugar, resultado de eso… un 26 en comercio internacional.

 

-Jun. –alguien me toma de los brazos deteniendo mi caminata.

 

-¿Qué? –levanto el rostro y veo a… -Eli.

 

-te encuentras bien. –ya no llevaba el yeso y las muletas, solo unas pequeñas marcas en su mejilla y en la frente.

 

-¿Qué?

 

-se puede saber que te ocurre… desde cuando sacas 26 en un examen.

 

-¿Qué?

 

-podrías dejar de decir “Qué”

 

-¿Qué? –dejo de hablar. –lo siento…es solo que… como te enteraste.

 

-toda la escuela lo sabe.

 

-como se…

 

-eres uno de los mejores estudiantes. –me interrumpe. –causo un gran revuelo tu nota.

 

-genial… ahora soy popular.

 

-¿Qué ocurrió?

 

-no es tu asunto… suéltame. –señalo su agarre en mis brazos.

 

-lo siento.

 

-si… como sea. –rodeo su cuerpo para seguir mi camino.

 

-espera. –me sujeta nuevamente.

 

-¿Qué quieres?

 

-Jun… ni siquiera cuando te jodia la existencia bajaste tus calificaciones. Algo muy grave debe estarte ocurriendo para que eso pase. –me quede en silencio por un momento.

 

-no es tu asunto. –dije al fin. –no te metas.

 

-yo te puedo ayudar. –lo miro sorprendido.

 

-tu… ayudarme? –no puedo evitar reír de forma audible haciendo que varios estudiantes que pasaban por el lugar nos miren.

 

-¡Jun! –grita Eli.

 

-lo siento… pero… eres la última persona que creí que me diría algo así. –intento tranquilizarme.

 

-sé que lo que hice…

 

-silencio. –coloco mi mano en su boca. Los recuerdos de ese día vuelven a atacar mi mente como termitas a la madera. Varias lágrimas descienden por mis mejillas. Eli quita mi mano de su boca.

 

-Jun… discúlpame si…

 

-no. –agarro su mano. –tú no eres responsable de esto.

 

-necesitas ayuda… o… desahogarte.

 

-porque harías eso. –pregunto aun llorando.

 

Eli acaricia mi rostro secando mis lágrimas con su pulgar. Su mirada es tan diferente, se ve tan frágil y con un sentimiento que no pensé que podría demostrar.

 

-porque si ya lo has olvidado... –cierto dolor se puede distinguir en sus palabras. -…yo te amo Jun.

 

-¿Qué?

 

-alguna vez te preguntaste porque te molestaba tanto.

 

-molestar… me golpeabas.

 

-Jun… -su voz era tan calmada. –yo no era el responsable de todo lo que ocurría contigo.

 

-no? –dije irónico.

 

-la mayoría de las veces todo era plan de Taecyeon… eras un nerd de los pies a la cabeza.

 

-Y?

 

-y eras blanco para todos los brabucones… yo no podía dejar que ellos te lastimaran.

 

-así que me lastimabas tú.

 

-en parte. –acarició mi mejilla. –lo que yo hacía era perseguirte y hacer que cayeras con tus libros… pero… -retiró su mano de mi rostros haciéndola un puño. –cuando Taec estaba cerca tenía que fingir y eso…

 

-eran los golpes y bromas crueles. –terminé su frase.

 

-sí. –su mirada denotaba vergüenza.

 

-sabes lo raro que es esto. Me estás diciendo que eras… como mi protector.

 

-Jun… quién crees que aviso que te habían encerrado en la bodega.

 

-¡Después de tres días! –grité alejándome.

 

-¡Yo no sabía de eso! –gritó de igual forma. –pregunte por ti pero nadie me daba información. Luego Taecyeon soltó una broma diciendo que te habían encerrado y algo más, en ese instante corrí a avisar a KyuJong que te ayudara.

 

-y lo del baño… Taecyeon también te obligó.

 

-no… yo… Jun ese día no sé… te fui a buscar a tu casa porque estaba preocupado por lo del día anterior y… te vi… saliendo de tu casa con él… te veías tan feliz que… me cegué por los celos. Y de solo pensar que ustedes…

 

-bien… eso es todo.

 

-no, aún falta algo.

 

-qué… hay más.

 

-recuerdas el día que te perdiste en el baño.

 

-tu…

 

-yo fui el que envió el equipo de rescate.

 

-Eh!

 

-cuando no te encontré al llegar al hotel casi morí. Esparcí la noticia pero nadie se daba cuenta de tu ausencia, después de que regresábamos todos empezaron a buscarte. Yo llamé a mi padre y enviaron a los rescatistas.

 

-entonces… el equipo que me encontró…

 

-fui yo.


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