POV JungMin
-¿Quién es HongKi? –preguntó Kyu.
-él…
-antes que nada… será mejor que les cuentes a todos tu origen Min. Y por qué terminaste aceptando eso de Ki. –habla Hyun.
-¿Origen? ¿De qué hablas? –Saeng lo mira confuso.
-mi nombre es Park JungMin.
-eso ya lo sabemos. –dice KyuJong molesto.
-soy el primogénito y único heredero de los afamados empresarios Park. Y futuro heredero a la presidencia de la compañía Park.
-un momento. –Saeng me mira asombrado. –hablas de la multinacional Park. –solo asiento en respuesta. –ya lo recuerdo… pero ellos difundieron la noticia de que su hijo se encontraba en Londres.
-seguro lo hicieron.
-pero…
-miren. –me levanté caminando hacia la chimenea, observando el fuego el consumir los leños, transformándolos en simple ceniza. –Saeng… tú puedes entenderme. –lo miré. –todos piensan que nacer en familias adineradas es lo mejor que te puede pasar.
-no lo es. –respondió él.
-no. Es un castigo. Mis padres… si es que puedo llamarlos así. Nunca estuvieron presentes en mi vida. La única persona que pude considerar como mi familia durante mi infancia fue Nari, mi niñera. Ella recordaba mi cumpleaños e iba a los programas de la escuela.
-bien. –cortó Kyu. -¿Qué tiene esto que ver con el tal HongKi?
-en mi sexto cumpleaños. –reí. –días antes de eso estuve muy enfermo. Como siempre Nari fue la única que se percató de mis síntomas y me cuido los días posteriores. Ella prometió hacerme un pastel de cumpleaños del sabor que yo eligiera, pero mis padres tenían una reunión con unos de sus socios en la casa y la despacharon ese día. En realidad a todos los sirvientes, excepto al cocinero y el mayordomo. Recuerdo que era tarde y tenía mucha hambre, así que me levanté y caminé por los pasillos. Iba bajando las escaleras cuando me descompensé y terminé rodando por los escalones. No supe cuánto tiempo estuve inconsciente en el suelo, solo recuerdo a alguien llevarme en brazos a un cuarto. Cuando abrí los ojos vi a Ki a mi lado. En ese tiempo tenía 6 años. Él era mayor con 8 años para mí. No sé porque o cómo sucedió pero el terminó cuidando de mí en esos días. Les pidió a sus padres que los dejarán quedarse en mi cada y cuidarme. Mis padres obviamente aceptaron y por increíble que parezca. Me felicitaron por hacer algo bien. Su negocio se realizó a costa de mi accidente. Pase un mes en cama con varias costillas rotas y el hueso de mi pierna fracturado, todo eso fue solo un pequeño pago para su consorcio multimillonario.
-Min… -susurró Saeng.
Seguía sin mirarlos, no quería ver lástima en los ojos de ninguno de ellos.
-HongKi se convirtió en mi familia… en todo lo que deseaba de alguien; amor, cariño. Esa sensación de saber que eres importante para alguien, eso era Ki para mí. Eso fue durante toda mi vida.
-¿Cómo terminaste en la pandilla de Hyun? –preguntó KyuJong.
-eso fue a los 15. Ki fue enviado a un internado y yo me quedé solo. No podía comunicarme con él… y ese fue mi límite. En aquella casa no había nadie, solo era yo y los empleados, por eso decidí huir.
-pero… ellos deben buscarte. –dijo Saeng.
-lo hacen. –confirmé. –Ki los mantiene alejados de mí. Aun no sé cómo.
-algo no está bien aquí. –susurró Hyun. –porqué Ki querría a Jun.
POV Hyung Jun
Él seguía mirándome. Sonriendo como si fuera lo más divertido del mundo que yo estuviera atado y dolorido.
“Obvio que lo está. Él desea matarme… seguro desea torturarme hasta que eso suceda”
-yo sé quién eres. –mi visión comienza a tornarse difusa.
-¿Lo sabes? Dime quién soy. –apoya sus codos sobre sus rodillas.
-HongKi.
-cierto. –él no parece sorprenderse. –sabes mi nombre ¿Y?
-y…
-crees que eso es suficiente. Jun. Crees que todo lo que has vivido es real.
-¿Q… Qué?
-sabes quienes fueron tus padres-
-¡Claro que lo sé! –grité. -¿Qué tienes que ver con eso?
-piensas que tus padres murieron en un accidente de auto ¿Verdad? –yo solo me quedé en silencio. –te mintieron. Toda tu vida es una jodida mentira.
-cállate. –dije ya sin aliento.
-reconoces esto. –el sacó un pequeño relicario de su chaqueta, enseñándomelo.
-¿Cómo tienes eso? ¡Devuélvemelo!
-es un lindo accesorio. –ese relicario es el único recuerdo que tengo de mii madre. Un pequeño octágono plateado con detalles en azul índigo con un rubí en forma de corazón en el centro. –… pero no… no es tuyo. Sino mío.
-¡No!
-este relicario fue heredado por mi familia. A pertenecido por años a los Lee. ¡Tú no tenías ningún derecho a tenerlo! –gritó. –tu no tenías derecho de tener nada. –dijo más calmado levantándose.
-tu… familia.
-sí. Mi familia.
-¿Por qué me atacaste aquella vez? Hace 10 años. ¿Por qué deseabas lastimarme tanto? Era solo un niño.
-yo también fui un niño… y sufrí aún más que ti. Lo que hice esa vez no tiene comparación con lo que yo tuve que padecer por tu causa.
-¡Deja de culparme de todo! Yo no hice nada.
-me quitaste a mi padre… ahora yo te quitaré todo aquello que amas… aquellos que te aman.
-¡No te atrevas a tocar a mi familia! –grité intentando en vano librarme de las ataduras de mis manos.
-¿Quién dijo que ellos son tu familia? –se alejó caminado a la puerta con un rostro inexpresivo. –aun no lo comprendes… tú… nunca tuviste familia.
POV JungMin
-¡Hermanos! –gritaron todos.
-sí. –afirmé. –bueno… en realidad son medio hermanos,
-pero ¿Cómo? Hyun tu sabías esto –dijo Saeng mirándolo.
-así que era él. –habló bajito Kyu.
-¿Lo sabías? –le pregunté a Kyu mirándolo por primera vez desde que conté mi verdad.
-mira. –apretó sus manos intentando tomar fuerza para decir algo. –mi abuela trabajaba en casa de los Lee. Era el ama de llaves. Nunca decía nada de su trabajo. Un día ella llegó a nuestra casa con un niño en sus brazos. Jun apenas tenía 4 años. Estaba sangrando. Se había dado un fuerte golpe en la cabeza y tenía algunos raspones en su cuerpo. Abuela no nos dio muchos detalles pero mi padre lo averiguó meses más tarde cuando los diarios publicaron que la familia Lee había fallecido en un atentado. El Sr y la Sra Lee fueron hallados sin vida en su alcoba luego de que la mansión se hubiera incendiado. Y el pequeño heredero había desaparecido al igual que el hijo mayor.
-por eso no tenías remordimientos de amar a Jun. Él no es tu primo. –dijo Saeng.
-no lo es. –respondió Kyu. –mis abuelos lo criaron como su hijo. Aun cuando Jun se recuperó no pudo recordar nada, además era un niño, no poseía muchos recuerdos. Por lo que fue fácil hacerle creer que era parte de nuestra familia.
-¿Por qué no informaron a las autoridades? Jun tenía derecho a saber. Es dueño de una gran fortuna. –Saeng miraba acusadoramente a KyuJong.
-la abuela nos dijo que su vida corría peligro. Las personas que asesinaron a sus padres querían matar a Jun también.
-eso no tiene sentido. –me acerqué al bar para servirme un trago. –si fuera así ¿Por qué Ki no fue asesinado?
-no lo sé. –respondió Kyu. –pero puedes afirmar que él no lastimaría a Jun.
-eso… -lo pensé por un momento. –… ya no estoy tan seguro de ello.
-¿Qué quieres decir?
-Creo que Ki odia a Jun.
-¿Qué? Es su hermano.
-hay algo… cuando conocí a Jun… hace años…
.-.-.-.-.-.-.-.- -.-.-.-.-.-.- FLASHBACK .-.-.-.-.-.-.-.- .-.-.-.-..-.-.-.-.-.-
-Ki. ¿Por qué estás tan triste? –me apoyé en él. Estábamos sentados en la azotea. Este lugar se había convertido en nuestro escondite secreto, un sitio donde nuestros padres no pudieran encontrarnos.
-papá tuvo a su hijo.
-tienes un hermano. –exclamé abrazándolo.
-no. Él no es nada mío. –me alejé lentamente. La dureza y odio en su voz me asustó.
-Ki…
-¿Quieres verlo? –me preguntó levantándose y tendiendo su mano para que me apoyara.
Bajamos al segundo piso y caminamos por un largo pasillo. Giramos varias veces hasta llegar a una habitación. Estaba pintada de celeste con varias calcomanías adherida a las paredes y una enorme cantidad de juguetes.
Nos acercamos a una pequeña cuna que estaba situada en el centro de la habitación, cerca de la gran ventana que daba al jardín. Un tierno bebe se encontraba cobijado con una mantita amarilla.
-es lindo. –susurré sin quererlo despertar.
-es una molestia. –Ki sujetaba firmemente el borde de la cuna, sus nudillos se volvieron blancos por la presión ejercida. –mi padre solo tiene ojos para él… su cariño y amor me está siendo negado.
-pero es un bebé.
-es un estorbo.
.-.-.-.-.-.-.-.- -.-.-.-.-.-.- FIN DEL FLASHBACK .-.-.-.-.-.-.-.- -.-.-.-..-.-.-.-.-.-
POV Hyung Jun
Pasaron algunas horas desde que él salió. Mi cuerpo dolía.
Alcé la cabeza y noté que mi piel estaba tornándose púrpura por los alrededores de las ataduras, la sangre se había secado y ahora solo era una costra marrón, si esto seguía así iba a conseguir una grave infección. El dolor de cabeza y la elevada temperatura corporal que sentía eran indicadores de que mi sistema inmunológico estaba reaccionando.
La puerta se abrió de golpe y Ki entró volviendo a sentarse frente a mí.
-¿Cómo te sientes? Estás cómodo.
-enloqueciste.
-tal vez.
-¿Cuánto tiempo planeas tenerme aquí?
-no mucho.
-sabes qué mi familia te buscará… ellos…
-¿Qué familia? Jun… conociste a tu madre, padre. –la voz de él ahora era fría y burlesca.
-¿Por qué sigues diciendo eso?
-Quieres que te cuente una historia. –él se levantó caminando a mí alrededor. –había una vez un padre y su hijo. Ambos eran muy felices. Se querían mucho… un día el padre de ese niño se enamoró de una mujer. Al niño no le gustaba mucho que ellos estuvieran juntos pero lo aceptó porque eso hacia feliz a su padre. –él se encontraba a mi lado acariciando mi rostro sin mirarme. Su mirada parecía estar lejos… en sus recuerdos. –los tres se comenzaron a llevar bien. A ser una familia. Ella era mable y cariñosa con el niño, como una madre de verdad y pronto el niño comenzó a quererla. –de repente agarró mi cabello tirándolo hacia atrás, provocando que mis pies se desestabilizasen y mis brazos soportaran todo mi peso.
-Ah! –uno de mis pulgares pareció dislocarse. Mis brazos se fueron cubriendo poco a poco de mi sangre, dejando atrás la sangre reseca, adornando mi piel con líquido rojo fresco.
-pero todo eso cambió. –su agarré se volvió más fuerte. -¿Sabes qué? –su vos se volvió más grave. Su rostro a escasos centímetros del mío, el odio que reflejaban me asustó. -¡Por qué ella tenía que embarazarse! ¡Ya tenían un hijo! ¡Por qué tener otro! –me soltó para luego golpear mi estómago con su rodilla. El dolor se multiplicó, no podía respirar, pequeñas lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. –y sabes que paso después. –él continuaba paseándose a mi alrededor con una tranquilidad desconcertante. –el padre dejo de prestarle atención a su hijo… solo velaba por su esposa y ¡El nuevo bebé! –otro golpe recayó en mi costado. – ¡Ese maldito bebé! –gritó. –y al nacer todo fue peor… el niño fue dejado a un lado por causa de ese bebé. Ya no habían salidas juntos, juegos o muestras de cariño para él. ¿Por qué? ¡Por qué todo era para ese estorbo! –esta vez su puño se estrelló contra mi mejilla.
Mis fuerzas me abandonaron. Mi cuerpo yacía colgando, ya no poseía fuerzas para estabilizarme y evitar el tirón de mis músculos, el sonido de mi hombro al dislocarse hizo eco en mi mente, si eso no era un indicador de que se había salido de su posición, el dolor desgarrador que recorrió desde mi brazo al resto de mi cuerpo lo era.
Este dolor me recordaba tanto a esa tarde. El mismo odio, el mismo dolor y… la misma persona.
-¿Por… por… qué? –mi boca estaba entumecida, el sabor de la sangre empezaba a marearme aún más. Deseaba levantar mi cabeza pero mi cuerpo ya no me obedecía. –que te hice.
-cuantas veces tendré que repetirlo. ¡Nacer! –gritó. –no lo entiendes. –por las sombras de sus pisadas podía saber que estaba caminando de un lado a otro frente a mí. –el maldito bebe que llegó para arruinar mi vida eras tú.
¿Qué?
Eso no podía ser.
-no…
-de verdad pensabas que eras un Kim. Que ellos eran tu familia… nunca te preguntaste porque no habían fotos de tus padres.
-fo… tos…
Era cierto. No habían fotos de mamá o papá en la casa, pero la abuela decía que fue un incendio que hubo antes de nacer que arrasó con todos los recuerdos de ellos.
-ya lo percibiste… hermanito.
Reuní todo mi esfuerzo para poder verlo. Necesitaba verlo. Eso no podía ser cierto.
Mi abuela… KyuJong… él tío.
Ellos no me mentirían con algo así. No me ocultarían mis orígenes.
El abuelo. Él no me hubiera engañado.
-men… tira.
-Oh! No me crees. –rió. –bien. Te lo mostraré. –se desabrochó la camisa dejando ver un pequeño lunar en forma de media luna cerca de su clavícula. –todos los Lee lo tenemos y aunque es una lástima que tu lleves mi sangre. –se acercó y de un tirón desabrochó mi camisa. –lo ves. –señaló mi vientre. Seguí su mirada. Cerca de mi ombligo estaba el mismo lunar.
-no... no…
-yo no miento… Lee HyungJun