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De Libros a SEXO [MinJun] por SamStarElf

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POV Jung Min


 


Maldición como pude dejarme acorralar por Junho, ese bastardo me engaño para acabar conmigo. No tengo la culpa de que el fácil de JaeJoong prácticamente se me ofreciera para que me lo folle.


 


-Junho. Enserio haces todo esto solo por la puta de JaeJonng, vaya pensé que eras más inteligente.


 


-¡cállate¡ tú abusaste de mi Joongie y ahora pagaras caro por ello príncipe.


 


¿Príncipe? Lo olvidaba, nadie sabía mi nombre a excepción de Hyun Joong. A quién se le había ocurrido apodarme príncipe, aunque por mi belleza mejor apodo no podía tener.


 


-esto lo pagarás con tu vida. –saco una navaja de su pantalón con la clara intención de apuñalarme con ella. Maldición no debí provocarle y menos ahora que no estoy muy consiente.


 


-morirás príncipe. –joder el maldito piensa hacerme pedacitos, ¡o no¡ eso no lo permitiré, soy muy guapo como para morir en un lugar así. Intente moverme cuando vi una figura delante de mí.


 


-no interfieras insecto. -¿Quién es?, acaso es estúpido, como se le ocurre enfrentar a alguien desconocido en un callejón oscuro. No ves películas esas acciones heroicas siempre terminan mal.


 


-cómo no voy a interferir si planeas matar a alguien, no sabes que no es correcto atentar contra la integridad física de otra persona. –y se supone que con eso el malo se irá.


 


-¿Qué? Pero de donde ha salido este… oye te romperé tu integridad si no te apartas.


 


-¿Quién está ahí? – ¿Qué? Un policía, ¡genial! Lo que me faltaba si la ley me descubre ahí sí estoy perdido.


 


-maldición, la próxima no tendrás tanta suerte príncipe. –si claro vete maldito, si estuviera bien no te atreverías a enfrentarme. ¡Maldición! Mi cuerpo está perdiendo fuerzas, creo que me desmayare, pero antes tengo que…


 


 


¿Qué es esto? Alguien está desnudándome, siento unas manos suaves y cálidas acariciar mi rostro, es una mujer. Sí tiene que serlo… se siente tan bien… quiero tocarla… la necesito. Y sin pensármelo más le tome del brazo y la acerque hacia mí.


 


-¿Quién eres? Susurre abriendo poco a poco mis ojos. Cuando logre divisar esa figura sobre mí, no podía creerlo ¡era un hombre!


 


-yo… yo… yo te encontré en ese callejón y te traje a mi casa.


 


-¿Por qué? –cómo es posible que aquella calidez pertenezca a un hombre, aunque quitándole esos lentes espantosos es muy lindo.


 


-Porque… pues estabas herido y no podía dejarte ahí y… y…


 


-¿y?


 


-y podrías soltarme, es muy incómodo estar en esta posición. –lo olvidaba, lo tenía agarrado fuertemente del brazo recostado sobre mi pecho con nuestros rostros a pocos centímetros tanto que nuestras respiraciones se mezclaban, se veía tan lindo asustado. Sin darme cuenta mi mirada se encontraba analizando cada detalle de aquellos labios… se veían tan apetecibles. Y sin avisarle nada, ya había juntado nuestros labios. No me equivocaba, sus labios eran tan suaves e inexpertos ¿Qué extraño? Es como si nunca hubiera besado. Era un beso tan delicado, sin prisas. Solo quería esa calidez que emanaba de él, era tan…


 


-¡Suéltame! Grito empujándome y zafándose de mi agarre. Mi respiración estaba agitada solo con aquel simple contacto. –¿Cómo? ¿Por qué? ¡Tú!. –se encontraba tan alterado y con las mejillas totalmente rojas… era lindo así.


 


Yo solo opte por recostarme, al parecer me encontraba en su habitación y en su cama. Era un cuarto de color gris, con las paredes llenas de diplomas, reconocimientos, medallas y trofeos.


 


-así que eres un genio ¡Eh!


 


-¿Qué?


 


-digo por los diplomas y todo lo demás.


 


-solo soy…


 


-un cerebrito. –termine su frase. Al parecer eso le molesto, haciendo un puchero de lo más tierno.


 


-y tú un maleante. – me respondió irónico.


 


-sí. –sonreí, ocasionando que el desviara su mirada y si mis instintos no me fallan yo le gusto. Aigooo!! Jung Min existirá alguien que no se pueda resistir a tu belleza.


 


-deberías darte una ducha, ya que estas despierto. De esa forma podré curar mejor tus heridas.


 


-porque me ayudas tanto.


 


-no lo sé… es lo que cualquiera haría.


 


-no es cierto, otra persona me habría dejado en ese callejón. Y hubiera llamado a la policía. Tú por el contrario me traes a tu casa y me ayudas, puedo ser un asesino es serie, podría violarte ahora mismo, descuartizarte y vender tus órganos.


 


-entonces llamare a la policía, contento. –se dio la vuelta tomó su teléfono y empezó a marcar. No se atrevería.


 


-Hola…  policía… escuche tengo que reportar un incidente, una pers… -ignorando el terrible dolor en mis costillas, quizá y una estaba rota. Corrí hasta él y le arrebate el celular cortando la llamada.


 


-pero que haces, ¡estás loco!


 


-tu dijiste que tenía que llamar a la policía, o no?


 


-no… escucha la policía no puede saber lo que ocurrió.


 


-¿Por qué?


 


-eso no te incumbe.


 


-bien entonces si no te incumbe… le llamare a la policía.


 


-ok, ok. Te lo diré. –que molesto es. – tú lo dijiste soy un maleante y sí…


 


-ya deduzco lo demás, no te molestes en explicarme.


 


-¿Qué? –ahora si estaba confundido.


 


-perteneces a una pandilla y si la policía descubre lo ocurrido te encerraran hasta dar con toda la pandilla, a que es así. –dijo de lo más tranquilo sonriendo.


 


-algo así.


 


-ok… ve a ducharte ahí te deje algo de ropa y todo lo que necesites está en el baño. Cuando termines baja para que cenes algo. –diciendo esto salió del cuarto dejándome sorprendido por su actitud. No es momento de pensar en él, mejor me ducho y salgo rápido de aquí o sí no el que sí me matará será Hyun Joong cuando se entere que le desobedecí.


 


 


 


POV Hyung Jun


 


No puedo creer lo que ocurrió. El me beso, a mí. Un desconocido me beso y lo peor es que ese fue mi primer beso. Noooo! Eso no es justo, mi primer beso fue con un hombre del que no sé ni su nombre y lo peor un delincuente.


 


Es cierto que es atractivo, con una sonrisa espectacular y un cuerpo increíble… pero que estoy diciendo parezco una adolescente enamorada.


 


Tranquilo Jun, solo concéntrate y prepara lago que sea comestible, luego te preocuparas por lo demás. Si mal no recuerdo mi abuela dejo kimchi en la nevera y arroz. Ah! Genial si hay algunos aperitivos, con esto será suficiente.


 


-oye!! Enserio crees que voy a utilizar esto, este tipo de ropa no lo utilizan ni mis abuelos. – como puede ser tan exigente él es un… un adonis… bajaba de las escaleras con una toalla que cubría desde la cadera a no más arriba de las rodillas, con su cabello aun húmedo y su torso cubierto por pequeñas gotas de agua. Aún se podía divisar pequeños moretones y una que otra cicatriz.


 


-¿Qué?... que… que. –ashh!! Porque tartamudeo. ¿Qué tiene de malo mi ropa? –logré decir al fin.


 


-es horrible y… yah!! Algo se quema, pero que idiota. –me había quedado tan sorprendido cuando lo vi semidesnudo que olvidé que tenía la sartén con el tocino friéndose en la estufa. ¡Oh no! La sartén preferida de mi abuela. –serás idiota! –el intentaba quitar la sartén prácticamente carbonizada de la estufa.


 


-lo lamento. –mi abuela me regañara mucho cuando se entere.


 


-eres un… auch!! … mi dedo.


 


-¿Qué ocurrió?


 


-me queme, de seguro se inflamará.


 


-es mi culpa… déjame ver. –tome su mano rápidamente y vi que se había quemado su dedo índice, estaba totalmente rojo. Que hago. Ah! Ahora recuerdo que cuando yo sufría alguna quemadura, cosa que sucedía casi a menudo, mi abuela… ya recordé.


 


Sin pensármelo mucho tome su dedo y lo metí en mi boca, la saliva ayudaría a calmar el ardor hasta que piense donde deje el botiquín de primeros auxilios que utilizaba todos los días. Estaba mirando por toda la cocina, buscando donde lo dejo mi abuela la última vez. Cuando me topé con el rostro de él. Tenía una mirada extraña, indescifrable y que por un momento me causo temor.


 


-¿Dé ocudse? –pregunte aun con su dedo en mi boca.


 


 


 


POV Jung Min


 


Me preguntaba que ocurría. ¿De verdad? Tienes mi maldito dedo en tu boca y me preguntas que ocurre, o eres muy inocente o un jodido pervertido. Lo siento baby pero si continúas así no podré controlarme.


 


Tome su cintura y lo acerque a mi cuerpo, su rostro demostraba sorpresa por mí acción. Retiré cuidadosamente mi dedo de su boca u un sonido húmedo resonó por toda la habitación y un pequeño hilo de saliva bajo por su barbilla. Oh por Dios! Como podía ser tan sexy. Le quite esos espantosos lentes, así podía observar mejor su rostro. Acorte lo más rápido posible la distancia de nuestros rostro y uní nuestros labios, pero esta vez quería probar más, sentir su lengua, así que en una acción de él por tomar aire penetre su boca con mi lengua, explorando su cavidad… deleitándome con el sabor de su saliva. Él se quedó paralizado, no ejercía ningún movimiento hasta que suavemente se separó.


 


-detente… esto no es correcto… tú eres un hombre y yo igual… y… no… -respiraba con dificultad, como si nunca hubiera besado a nadie.


 


-que tiene de malo, no me digas que eres un puto homofóbico.


 


-no es eso… pero es que no te conozco…


 


-ahora nos estamos conociendo… mmm muy profundamente, no te parece. –sonreí lascivamente.


 


-es que yo…


 


-no te gusto.


 


-como me vas a gustar, si hace unas horas apenas te conocí y de una forma muy particular.


 


-y cuál es el problema… a mí me gustas, no es suficiente. Además soy muy atractivo y…


 


-¡Soy virgen! –gritó desviando la mirada y rojo a mas no poder. Abrí mi boca sorprendido. ¿Qué? Era enserio… quién a esa edad es virgen, yo perdí la virginidad a los 13. Un segundo se debe estar refiriendo a… -¿Quieres decir que nunca te la han metido verdad? Tu culo es virgen.


 


-¿Qué? No debí decírtelo.


 


-un momento me estás diciendo que eres virgen totalmente… nunca has utilizado tu pene, y… -un momento entonces no era mi imaginación. –Oh! No me jodas, me vas a decir que el beso de unos instantes. –joder, esto si era increíble. Sin darme cuenta ya me encontraba en el suelo descojonándome de risa. ¿Cómo podía existir una persona así?


 


-sí fue mi primer beso… y no me hace gracia que tu fueras el primero… yah!! Deja de reírte. –grito cruzando los brazos molesto.


 


Me levante y volví a quedar frente a él, lo tome de los hombros y lo volteé para que me mirara.


 


-eres así con todas las personas que conoces, a la primera te las follas… no sabes lo que es el sexo responsable.


 


-pero de que cojones hablas. Sí tengo sexo con todos los que se me cruzan y cuál es el problema.


 


-ni siquiera sabes quién soy y ya quieres acotarte conmigo.


 


-uff!! Está bien, conozcámonos te parece. Venga vamos a comer y así nos conocemos como tú quieres y luego ya podremos tener sexo. –lo guie hasta la mesa e hice que se sentara.


 


-Noo!! –gritó levantándose de golpe.


 


-era broma… solo tendremos sexo.


 


-eh!


 


-jajajajajajaja… deberías ver tu cara… solo nos conoceremos, te parece.


 


-vale. –susurro volviéndose asentar. – ¿cómo te llamas? Porque no creo que tu nombre sea príncipe.- soltó irónico al final.


 


-Acaso no parezco uno… 


 


-serás narcisista.


 


-jajaja me llamo Jung Min. –no sé porque pero me dio confianza decirle mi nombre real, quizá sea porque su presencia no resultaba peligrosam además no conocía a nadie de la banda.


 


-mucho gusto joven Jung Min, yo me llamo Hyung Jun. – me dijo de lo más formal… era como ver las típicas presentaciones de las películas de los años 60´s.


 


-tu nombre se parece al de un amigo, y me da mala grima decirlo… ya se, mejor te llamaré baby… ese te queda mejor.


 


-no me gusta. –resoplo haciendo otro típico puchero… parecía un niño de ocho años.


 


-pues no hay de otra baby… desde este momento serás mi baby. –le volví a dar un beso y salí a la cocina para servir la cena, dejando a mi baby sorprendido en el comedor.


 


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