El invierno había empezado, esta época del año donde una pareja que te mime, te envuelva en tus brazos y comparta su calor con el tuyo, pase el tiempo libre contigo haciendo locuras, te encierre en una burbuja con sus labios es lo que toda persona desearía tener en esta tiempo.
Pero yo solo tengo la soledad, la absurda y desquiciada soledad que me acompaña en todas partes, en toda época del año, en todos los años que han venido pasando desde que ocurrió aquel accidente, teniéndola como amiga o en ocasiones hasta de enemiga a la soledad.
No tenía rumbo fijo en la vida, para que tenerlo, de que servía tenerlo si todos estos años le habían demostrado que las cosas nunca van a cambiar y siempre será la misma monotonía y hasta ira aumentando su depresión y su angustia por seguir embargado en la soledad pero sin nadie a quien recurrir y siempre la misma frase "siempre serás inútil y cuando no nos tengas quedaras solo. Como te lo mereces". Siempre las mismas palabras, de noche y de día corrían por su mente atormentándolo con aquel recuerdo, dejando por el piso su autoestima cada día que se levantaba con ánimos, cada vez que veía un camino o algo positivo esa frase lo destruía todo, como si fuera un gran huracán que siempre estuviera al pendiente y atacara cuando menos se lo esperaba.
Todo llegaría al final, solo tenía que ser más paciente y esperar a que llegara la fecha, ese día en el que por fin podría volver a sonreír y hacer algo bueno para él.
-Hey! La mesa cinco rápido!!
Me grito el administrador del bar, mientras mi cabeza seguía insistiendo con querer explotar, el maldito ruido entraba por mis oídos como si fuera por diez y yo quería salir corriendo inmediatamente de ahí.
-Apúrate!! Oh acaso quieres que te lo escriba a ver si entiendes?! Imbécil, mira a ver si despiertas un poco
Dijo de nuevo, mientras me empujaba hacia el montón de gente, que estaba reunida frente a la barra y más allá al espectáculo que cada noche se daba pero hoy era especial " La diva" se estaba presentando, por lo que me tocaba pasar entre esos cuerpos sudorosos, regordetes y hasta de mal olor, era repugnante ver que solo se reunían viejos verdes y solo había una pequeña cifra que se salvaban que eran unos hombres demasiado atractivos y eran los que si valía la pena toparse con ellos para restregarse en su cuerpo y envolverse en su colonia pero como ya dije son tan pocos los casos.
Vaya casi que no salgo, busco la mesa cinco y rápidamente capto a tres personas que disfrutan la noche, por sus hermosas caras sonrientes. Wau me gane la lotería oficialmente, me acerco a ellos mientras ellos se fijan en mi
-Buenas noches... Mandaron a llamarme?
-Si!! Necesitamos más bebidas, de las mismas por favor
Dijo uno de ellos, su mirada era completamente malévola, parecía un lobo ante una caza pero rápidamente se le suavizaron al ver al que estaba a su lado, que pedía su atención, era incluso más tierno y me daban hasta ganas de jalar uno de sus cachetes.
-Una botella de vodka también, por favor
Dijo al terminar de escuchar a la otra persona, recogí inmediatamente los vasos y me dirigí de nuevo al tortuoso camino para llegar a la barra. Descanse mi cabeza en mi mano, mientras esperaba las bebidas, los gritos y silbidos seguían en aumento y mis ojos empezaban a pesar, quería dormir, de nuevo y volver a despertarme solo para venir al tortuoso trabajo.
-Aquí están las bebidas lee
Cogí la bandeja y me dirigí de nuevo a la mesa, difícil tarea llevando bebidas. Respira respira y no le lances la puta madre me repetía una y otra vez, tratando de controlarme y llegar rápido sin regar las bebidas, porque si lo hacia estallaría con el maldito que me hiciera regarlas.
Vaya estaba sorprendido y un poco satisfecho de haber salido de toda esa multitud con las bebidas completas, alce mi vista y esta vez me encontré con cuatro personas, quien era él? Era... Hermoso
-Estúpido
Diablos!!Sentí como se me caí la bandeja y de paso yo caía al piso, sintiendo un enorme peso en mi espalda. Mi cabeza, mi horrible dolor de cabeza, retumbaba, sentía que me partían, quería llorar, quería gritar quería cerrar mis ojos y olvidar toda esta maldita situación y volver a mi horrible cuarto, encerrarme en ella y abrazarme en mis cobijas mientras mis lágrimas caen tranquilas por mis mejillas
Sentía alguien se acerca y me ayudaba a quitar aquel peso de mi cuerpo y luego me se agachaba y tomaba mi mano para que me levantara, pero sin abrir tan siquiera los ojos tome una gran boconada de aire y me levante liberándome de esa mano. Busque a el sujeto que se me había caído encima y no fue difícil reconocerlo, ya que sobaba su cabeza
-Tu!! Maldito hijo de puta! Que coños tienes en esa cabeza, acaso no te fijas que hay más personas! Eres. Un maldito imbécil, acaso piensas que eres una plumita y que no pesas? Me has jodido la maldita espalda y mi cabeza va a explotar todo por tu maldita borrachera mira a ver si aprovechas más un poco tu vida y dejas de andar mariquiando con las cosas
Dije para luego dirigirme a la mesa a la donde iban las supuestas bebidas pero me di cuenta que las cuatro personas estaban paradas y la otra persona que había llegado ahora estaba a mi lado, probablemente fue la que me ayudo
-Me temo que tendrán que ir hasta la barra por sus bebidas
Dije mientras daba media vuelta y me dirigía a la estúpida salida, sin importarme nada más, francamente no lo soportaba más y mi ánimo está demasiado mal, peor que como siempre lo mantengo y todo el mundo me vale mierda en estos momentos
-Oye!... Oye, espera!!!
Escuche que me gritaron pero de que vale, no quería escuchar las bobadas de cualquier tipo. Mi casa no estaba muy lejos, entre rápido y sin prender nada, me dirigí a mi habitación, ni siquiera me preocupe en despojarme de la ropa, simplemente me tire en las sabanas y me abandone en la horrible pesadilla de siempre a la espera de ver de nuevo un horrible amanecer