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Avaricia. por Seiken

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Disclaimer: Estos personajes no me pertenecen y por lo tanto no gano dinero, solo la satisfacción de recibir sus comentarios, quejas o sugerencias… para quienes no hayan visto el Reboot de Thundercats, ¿Qué esperan? ¡Vayan a verlo que no se arrepentirán!

Thundercats-Thundercats-Thundercats

Resumen: Esta vez Grune se ha aliado a una fuerza superior y tomara lo que siempre ha querido.

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Avisos:

Este fic es Slash, si no te gustan las relaciones homoeróticas no seas grosero, simplemente no lo leas.

Esta historia está basada en los Thundercats que acaban de salir, no tiene muchos spoilers más allá de los que ya deben de saber.

Fic dedicado a Yuriko Hime por soportar mis constantes incoherencias y la que me ayudo a escribir este capítulo tan rápido…

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Avaricia Capitulo 4

Lion-O se mordió el labio al escuchar esas mentiras, al ver que Tygra comenzaba a creerlas, Grune no lo dejaría solo, su avaricia no destruiría a su familia. — ¡Guarda silencio!

Tygra sacudió su cabeza recuperando la compostura que siempre le caracterizaba, mostrando sus dientes blancos en una postura un tanto primitiva, el cabello de su nuca estaba erizado y respiraba hondo.

Panthro realizo su movimiento característico con los chacos y también se preparo para el combate.

Al mismo tiempo a lo lejos podía verse una segunda armada acercarse, maquinas de color verde con cientos de lagartos caminando a su paso, eso era aquello que Grune esperaba y por lo que se arriesgo a capturar a Tygra en vez de concentrarse en la espada del augurio.

De todas formas al llegar la otra infantería comandada por Slithe, Lion-O estaría en el punto de intentar rescatar a su hermano, arrastrándolos a los otros en su caída.

Grune extendiéndole su mano al joven tigre pronuncio, esperando que simplemente abandonara a su hermano y sus compañeros para ser su esclavo. — Por última vez Tygra, ven conmigo o atente a las consecuencias de tu necedad.

Inesperadamente un sonido de motor los alerto, Cheetara cuando amaneció y no regresaban decidió probar con el tanque, era difícil manejarlo pero con algo de intuición después de ver durante horas como Panthro lo hacía logro encender su motor e ir en la dirección en donde se encontraban sus compañeros.

Panthro arqueo una ceja al ver como su precioso tanque se acercaba a ellos, al detenerse Cheetara salió de él diciéndoles. — Es hora de irnos.

Panthro subió al asiento del conductor y arranco el tanque, al mismo tiempo que los otros subían en su interior sosteniéndose de las puertas mecánicas, después de todo ya tenían su buena dosis de lagartos del día.

Las puertas se cerraron y los mellizos preguntaron al mismo tiempo, ambos peleándose por la atención de los felinos de mayor edad. — ¿Qué paso?

Cheetara les dijo entonces al ver que Tygra se sentaba recargándose en la pared del tanque felino sin pronunciar una sola palabra, algo extraño en él tomando en cuenta que fue el primero en recibir a los hermanos en su grupo. — Estábamos muy preocupados…

Lion-O parecía distante al igual que su hermano, sin embargo, le dijo a Cheetara tratando de tranquilizar a los tres, aunque en realidad también estaba tratando de tener esperanza, de creer en su fuerza para proteger a las personas que amaba. — Nos encontramos con Grune, pero todo está bajo control.

Los ojos de Tygra estaban enfocados en algún punto entre sus rodillas, recordando algunos fragmentos de su infancia y adolescencia que poco a poco comenzaban a tener sentido.

Lion-O creyó por un momento que lo mejor era dejarlo solo y tratando de aligerar la tensión del grupo le pregunto a Cheetara con indignación. — ¿Condujiste el tanque?

Cheetara cubrió su boca con la mano derecha para cubrir una risita picara asintiendo cuando Lion-O pronuncio con la petulancia de un niño pequeño, o más bien, un adolecente que no le dejan salir de noche y a su hermano sí. — ¡Hey! ¿Cómo es que yo no puedo conducir el tanque?

Flash Back.

Su padre había mencionado los festejos en nombre de Grune poco después de haber regresado, la mañana siguiente lamentarían la muerte de Panthro, una sombra de sus recuerdos, la cual fue opacada por el tigre dientes de sable.

Tygra cepillaba su cabello enfrente de un espejo, traía puesta una toalla alrededor de su cintura, su ropa lo estaba esperando sobre su cama, no le gustaba ponérsela con el pelaje húmedo y estaba esperando a que este terminara de secarse.

Dos golpes lo alertaron y sin prestar mucha atención le anuncio al visitante, a esa hora solo podrían ser dos personas, su padre y su hermano. — Adelante.

Su padre parecía muy serio, no tenía la apariencia de una persona que ha ordenado que se realice un festejo por que ha regresado uno de sus amigos con vida, su ceño estaba fruncido y esa nunca era una buena señal. — ¿Ocurre algo malo? ¿Lion-O hizo algo?

Claudius respiro hondo y le dijo cerrando la puerta detrás de sí. — He querido tener esta conversación contigo desde hace tiempo…

Tygra se dio la vuelta, no recordaba haber hecho algo malo para que su padre lo viera de esa forma, sentándose en la cama le pregunto con las orejas ligeramente bajas. — ¿Hice algo malo?

Claudius sonriendo le respondió caminando enfrente del guardarropa de su hijo, no era vanidoso a pesar de lo que se podría pensar, solamente le gustaba el agua y era muy limpio, le gustaría que Lion-O fuera como él en ese aspecto, en realidad en muchos aspectos, pero su hijo como a todo buen león no le gustaba bañarse. — No has hecho nada, pero quería asegurarme que entendieras una cosa.

Tygra le respondió arqueando una ceja mirando el suelo con resignación. — Si es lo del linaje…

Claudius lo interrumpió colocando una mano enfrente de él, no quería discutir sobre eso, tenía sus razones para haber nombrado a su hermano el heredero y esas no eran solo por la sangre que corría en sus venas. — Estabas muy emocionado al ver a Grune otra vez, te adelantaste a la comitiva tan rápido que ni siquiera Lion-O podría alcanzarte.

Tygra asintió respondiéndole con seguridad sin entender realmente por que le estaba hablando de eso su padre, porque después de todo, de quien era amigo Grune era del rey. — Sí, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que lo vi…

Claudius le pregunto sonriéndole, sentándose a su lado, fijando la vista en el mismo punto que su hijo. — A Lion-O no le agrada mucho Grune… ambos lo sabemos, pero… ¿Tu qué piensas?

Tygra asintió, riéndose de eso, no entendía porque Lion-O sentía antipatía por Grune, no era un mal hombre. — Lo sé, yo creo que es que nunca pudo derrotarme durante sus clases y está resentido… además, Grune me prestaba más atención a mí durante los entrenamientos.

Claudius asintió comprendiendo lo que le estaban diciendo para comentarle intentando fingir que no estaba tenso. — ¿Así que te agrada?

Tygra rascándose la cabeza medito la respuesta, habían pasado muchos años desde la última vez que lo vieron, era un buen maestro, un tanto rudo en sus enseñanzas y jamás lo dejaba descansar a menos que fuera perfecto en su técnica. — Era un buen maestro, es un tanto rudo pero es un guerrero y creo que eso es de esperarse, es leal a ti… yo creo que es un buen hombre.

Claudius insistió mirándolo fijamente, leyendo cada uno de sus gestos, provocando que Tygra tragara un poco de saliva. — ¿Solo eso?

El joven Tygra asintió, que mas podría sentir, era una buena persona y había pasado muchos años fuera de casa, además, sin su entrenamiento no sería tan eficaz en el combate. — Sí… aunque…

Claudius se había levantado de la cama, alejándose de su hijo mayor satisfecho por su respuesta, deteniéndose en el marco de la puerta le insto con un movimiento de la mano para que continuara.

Tygra sonriendo divertido pronuncio buscando sus pantalones para poder ponérselos. — Estaba pensando que Grune me dijo que una vez que regresara de su viaje sentaría cabeza… no imagino quien pueda ser la desafortunada… con ese carácter que tiene.

Claudius no pudo suprimir una sonrisa de alivio y estaba a punto de salir de allí cuando la puerta se abrió, no era nada menos que Grune, quien parecía sorprendido al verlo en el cuarto de Tygra.

Tygra dio un brinco al escuchar su puerta abrirse puesto que se había quitado la toalla de la cintura y apenas pudo sostenerla sobre su pecho cuando se dio cuenta que no era su hermano, dejando que colgara cubriendo las partes íntimas de su anatomía.
Los labios de Grune se torcieron en una sonrisa al verlo de pies a cabeza. — Tygra…

Tygra no pudo ver la expresión de su padre cuando empujo a Grune, cerrando la puerta detrás de ellos y tampoco quiso saber que deseaba el general, en vez de eso se concentro en vestirse para el festejo.

Flash Back.

Tygra se pasó una mano sobre su cabello con pesar, el tanque felino seguía moviéndose y sus compañeros de viaje seguían respetando su privacidad, ni siquiera Lion-O se atrevía a mencionarle palabra alguna.

Pero sus constantes miradas cuando pensaba que no lo veía comenzaban a irritarlo, le gustaría respirar un poco de aire fresco pero en el interior del tanque, aquello era imposible.

No sabía con quien estaba más molesto, con Grune o con él mismo por no darse cuenta de las constantes insinuaciones del general, eran tan obvias y aun así no pudo verlas.

Le regalo un collar, no un collar, una cadena de esclavitud que él recibió a pesar de su mejor juicio cuando era solo un adolecente, la forma en la cual lo tocaba durante los últimos entrenamientos, su mirada hambrienta.

¿Acaso pudo ser más ciego? ¿Por qué su padre no hizo nada? ¿Grune habría dicho la verdad? ¿Quizá su padre pensaba que él correspondía a sus afectos? Pero no, una de las últimas conversaciones que tuvieron le mostraba que no era así, que estaba preocupado por su seguridad, que no le gustaba la forma en la cual lo trataba su general, ahora lo comprendía.

Grune debió haberse divertido demasiado con él, con su ingenuidad y confianza.

Aun recordaba cuando le dijo que regresaría por su futura pareja después de encontrar el libro del augurio, que nadie podría evitar que le tuviera y que cuando hubieran unido sus vidas tendría la gloria, y él le deseo suerte con su empresa.

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Grune los vio partir con resignación, Tygra estaba confundido y demasiado herido para permitir que la otra brigada de lagartos lo viera si no estaba con el por su propia voluntad, Slithe odiaba a los de su especie con tanto fervor que estaba seguro que a la primera oportunidad, en el primer momento en el cual su gatito respirara intentaría matarlo.

Entro en su tienda y se sentó en la cama que momentos antes había recibido a su futuro amante, esa noche dormiría con su aroma impregnado en las sabanas, tendría dulces sueños.

Flash Back.

Grune intento adelantarse al rey, visitando al joven Tygra en sus habitaciones, el príncipe había crecido mucho desde la última vez que lo vio practicando con su hermano.

Ahora era un adulto muy atractivo, recordándole a él mismo cuando tenía su edad y se enlisto en la armada real con una meta en mente, portar la espada que lo convertiría en rey de Thundera.

Todos esos años que no pudo disfrutar de su compañía serían recompensados al final de cuentas, si no era por el rey Claudius, que encontraría una forma de no cumplir su promesa, lo haría Mum Ra, se lo merecía después todos sus esfuerzos.

Grune pasó enfrente de un espejo y se observo en él con detenimiento, no era un anciano pero tampoco era un hombre joven como cuando los estaba entrenando.

El rey se había encargado de alejarlo de sus ambiciones por tanto tiempo que temía que su gatito lo pensara demasiado viejo para él, aunque un anciano no podría cargar una catapulta él solo, ni derrotar a Panthro como lo hizo.

Al regresar con su regalo después de años buscando el libro del augurio le daba un estatus de celebridad, los sirvientes y soldados le saludaban alegres, confiando en que Grune tendría una razón para dirigirse al cuarto del príncipe por lo que no tuvo ninguna clase de cuestionamiento.

Nadie se atrevía a detenerlo, solo a levantarle los pulgares o sonreírle, se sentiría tan bien ser el rey en ese castillo.

La puerta que guardaba a su futuro amante estaba cerrada, por un momento pensó en tocar para anunciarse, sin embargo, quería sorprender a Tygra por lo que simplemente la abrió, descubriendo una visión que le quito el aliento, el príncipe estaba desnudo y al verlo apenas pudo sostener la toalla enfrente de su cuerpo. — Tygra…

Claudius rugió por lo bajo y lo empujo, cerrando la puerta detrás de él, sosteniéndolo por el cuello de su armadura. — ¿Qué haces aquí?

Grune le respondió soltándose, tragándose su orgullo por solo unas horas más. — Vine a saludar a Tygra, no sabía que lo encontraría desnudo Claudius…

Claudius lo soltó, respiro hondo y le pregunto. — ¿Entras así al cuarto de mis hijos tan a menudo que ya se ha hecho un habito?

Grune le respondió cruzando sus brazos delante de su pecho, pensando en los lagartos que pronto abrirían las puertas de la ciudad y como Mum Ra lo convertiría en rey. — He estado buscando el libro del augurio durante años Claudius, no he visto al príncipe en demasiado tiempo y pensé que el también querría verme.

Claudius recordaba su conversación y seguía en la misma posición, lo supo cuando pronuncio con seguridad. — Esto no puede continuar Grune, pensé que el tiempo afuera te daría paz y que regresarías siendo la persona que admiro, pero veo que me equivoque.

Así que sus suposiciones eran ciertas, Claudius intento alejarlo de sus metas embarcándolo en una búsqueda que al final no resulto ser tan inútil. — Tu hijo ya no es un niño y ya no puedes ordenarme que me mantenga alejado de él.

Claudius le espeto en ese momento cerciorándose que nadie estuviera cerca para escuchar esa conversación que no debía estar tomando lugar. — No, no podría, sí Tygra compartiera tus intereses, pero no lo hace y cuando te rechace será mejor que lo escuches.

Grune le pregunto molesto, sin entender porque Tygra lo rechazaría, era fuerte, seria rey, tendría el poder que siempre quiso y la única forma de salvar la vida de su hermano menor. — ¿Cómo estás tan seguro que me rechazara?

Claudius le respondió finalizando esa discusión que no tenía ningún sentido, porque en realidad la opinión de Tygra ya no le importaba tanto como lo hizo cuando joven y una vez siendo rey lo tomaría como su consorte, lo quisiera o no. — Tygra no te ama, no te desea y lo único que lograras es que pierda todo sentido de amistad que siente por ti.

Grune no pudo evitar sonreír al ver que Claudius comenzaba a alejarse del pasillo, seguro que no entraría en el cuarto de su hijo porque el rey se lo había ordenado, no porque su hijo dentro de poco cambiaria de habitaciones para mudarse a las del nuevo rey, por un momento se detuvo y respiro hondo, imaginándose como olería esa piel recién bañada.

Poco después se alejo, primero se realizaría un festejo en su honor, el rey se retiraría a sus habitaciones y en ese momento el podría visitar a su príncipe.

Flash Back.

Grune recorrió la cobija que tenía varias marcas de sangre seca en ella, provocadas por la negativa de Tygra y la intervención de Panthro.

Pudo haberlo poseído en esa cama cuando aún estaba inconsciente, sin embargo, deseaba que cuando lo hiciera Tygra supiera exactamente qué estaba pasando, con quien estaba compartiendo el lecho, quería dejar en claro que le pertenecía.

Respirando hondo en ese dulce aroma recordó la noche antes del festejo en su honor, cuando pudo entrar en su cuarto utilizando el afecto que el príncipe sentía por él y su confianza para poder verlo dormir.

Le advirtió esa noche que no sufriría ningún daño siempre y cuando escuchara sus consejos, pero no le creyó, siguiendo a su hermano, por cuya lealtad no se daba cuenta que su vida mejoraría siempre y cuando aceptara su protección.

Flash Back.

Era casi media noche en el castillo, el cuarto de Tygra estaba oscuro, ni siquiera la luz de la luna se atrevía a entrar en su habitación como temiendo las represalias del guerrero que había ingresado algunos minutos antes utilizando la oportunidad otorgada por los guardias dormidos en el pasillo, el festejo no había servido para nada más que bajar sus defensas.

Tygra estaba dormido abrazando una almohada, apoyando su cabeza sobre otra, en su sueño había sacudido todas las cobijas y su camisa sin mangas se había enrollado en su espalda, unos pantalones cortos se habían pegado a su piel por culpa del sudor.

Grune al verlo se relamió los labios bendiciendo el calor insoportable de aquella noche, Tygra era toda una visión para una vista cansada, demasiado hermoso para su propio bien.

Grune con las puntas de sus dedos recorrió la mejilla de su príncipe, debía hacerle entender que si seguía sus órdenes no saldría malherido, ni él ni su hermano.

Tygra repentinamente sintió unos dedos rozando su mejilla izquierda de una manera familiar y les dio un manotazo pronunciando medio dormido, dándole la espalda. — Déjame dormir Lion-O…

La presencia en su cuarto se sentó en su cama susurrándole recorriendo la línea de su espalda con su dedo índice provocando que sintiera un escalofrío y su pelaje se erizara a la altura de su nuca. — Tygra despierta.

Tygra dio un salto al sentir su uña recorrer su espalda en una postura que indicaba que estaba listo para defenderse, Grune inmediatamente lo tranquilizo diciéndole. — Buenas noches Tygra.

Al ver que se trataba de Grune, el tigre froto sus ojos aun medio dormido creyendo que su padre había enviado al general por él, que tal vez Lion-O había salido otra vez en busca de chatarra. — ¿Lion-O está bien?

Grune escondió su molestia y en vez de eso le dijo. — Sí, pero es sobre él de quien quiero hablarte.

Tygra bostezando al mismo tiempo que estiraba sus piernas, unas bastante bonitas, las que hubiera rozado con sus dedos de no saber que llamaría la atención del joven príncipe, le pregunto. — ¿Qué hizo ahora?...

Grune permaneció sentado en su cama mirándolo fijamente, sus ojos brillaban en la oscuridad y de haber un poco más de luz el príncipe podría darse cuenta que sus labios estaban retorcidos en una mueca extraña, llena de lujuria.

Tygra se levanto sentándose en la cama, sus pies rozaban los muslos del gato de mayor tamaño, diciéndole. — ¿Qué pasa?

Grune no respondió su pregunta, en vez de eso intento convencerle de su constante preocupación por su seguridad, imprimiendo todo el arrepentimiento que podía en su voz al mismo tiempo que colocaba su mano en la del joven tigre. — Me preocupa la decisión que tomó tu hermano de liberar a esos lagartos, podrían ser espías y estar organizando un golpe contra el palacio…

Tygra asintió medio dormido, sabía que no apreciaba a los lagartos, que compartía su idea de que eso había sido un error, le había enseñado bien.

El príncipe le respondió colocando el dedo índice y pulgar en su propia barbilla, un gesto imitado del rey, quien hacía lo mismo cuando estaba pensando. — A mí también me preocupa, pero… es una decisión que Lion-O tomó, la cual le interesa y debemos respetarla, además, es la primera vez que veo que se interesa en algo más que la supuesta tecnología.

Grune asintió fingiendo comprender las palabras del joven príncipe, fijando su mirada en las piernas rayadas que se cruzaron como si estuviera meditando al mismo tiempo que se rascaba la mejilla con pereza. — Ya es suficiente malo que sus futuros súbditos piensen que está loco, ahora creerán que no está con ellos…

Tygra se detuvo un instante y le observo fijamente para después posar su vista en la puerta, que estaba cerrada, la que no había escuchado abrirse. — ¿Cómo es que entraste?

Grune riéndose por lo bajo le respondió al príncipe, ignorando su malestar, como si aquella pregunta estuviera equivocada y fuera correcto que entrara en su habitación, casi como si esa fuera una rutina. — Solo me preocupo por tu seguridad Tygra… solo realizo mi deber… que nada se interponga entre nosotros.

Tygra no supo que decir, le preguntaría el día siguiente a su padre si había decidido que Grune fuera su guardaespaldas, algo realmente extraño pensando que él no era el príncipe heredero, por lo que no necesitaba ninguna clase de protección. — Por qué no vuelves a dormir Tygra, yo hare guardia.

Tygra pensó por un momento en ordenarle que saliera de su habitación, que no era correcto que estuviera en ella cuando tenía tan poca ropa puesta, no obstante, aquella orden le sonó extraña porque ambos eran hombres y Grune pensaría que le incomodaba que lo viera semidesnudo, por alguna razón que no alcanzaba a comprender no quería que pensara que su amistad significaba otra cosa. — ¿Aquí?

Grune respondió sentándose en uno de los sillones de su habitación como si fuera natural, recargándose en su codo, fingiendo que veía el paisaje a través de la ventana. — Me sentiría más seguro… esas criaturas pueden atacar durante la noche… y sin Panthro tu eres el único amigo que me queda.

Tygra arqueo una ceja y después se recostó, diciéndole, guiñándole el ojo como por reflejo, al cubrirse con una sabana hasta la cintura, la que había descartado pocas horas antes. — Si no lo supiera mejor, comenzaría a preocuparme por mi virtud…

Grune solamente se rio por lo bajo, acomodándose un poco mejor en el sillón blanco sin negar aquellas palabras. — Duerme bien, yo me encargare de tu seguridad...

Tygra se durmió pocos minutos después y nuevamente comenzó a moverse en su sueño provocando que la sabana que cubría raquíticamente sus piernas cayera al suelo, estaba inquieto, probablemente por culpa de una pesadilla, sin saber que los ojos de Grune no se habían movido de su cuerpo.

El mayor, felicitándose por tener la confianza plena del príncipe se limito a disfrutar del paisaje, imaginándose lo que sería una vez que Mum Ra entrara en el castillo.

Flash Back.

Tygra volvió a pasarse una mano entre su cabello tratando de deshacer los duros mechones formados por la sangre seca, aun estaba algo adolorido y no había atendido sus heridas desde que huyeran de la emboscada que ayudo a tender inconscientemente.

No sabía cuántas horas pasaron, en lo único que pensaba era en lo ingenuo que fue toda su vida confiando en esa bestia, esa última noche casi se entregaba a Grune en bandeja de plata, debió haber sido muy divertido para el general que lo dejara dormir en su cuarto, creyendo su historia sobre su temor por que fuera lastimado durante un golpe maquinado por los lagartos.

Tygra se petrifico un instante y después arranco un puño de hierba, Lion-O vio a Mum Ra, Grune le dijo veladamente lo que harían esa noche. — Soy un idiota.

Lion-O se sentó a su lado preguntándole tocando su cien en donde podía verse algo de la sangre seca que formaba pequeños mechones en su cabello, los cuales intentaba separar con sus dedos. — No has atendido tus heridas…

Tygra le respondió enfocado en la llama que brillaba con fuerza, dentro de pocas horas comenzaría su guardia. — No…

Lion-O lo tomo de la muñeca diciéndole con una sonrisa en los labios. — Tenemos que limpiar esa sangre y revisar que no tengas ningún hueso roto.

Tygra le pregunto arqueando una ceja caminando medio a rastras en la dirección que Lion-O le indicaba. — ¿Cómo?

Lion-O le informo entonces sin soltarlo, caminando en dirección de la puerta trasera del tanque felino, en donde podría atender las heridas de su hermano mayor sin que nadie los viera. — Les dije que revisaríamos tus heridas…

Tygra le pregunto indeciso, inseguro de bajar la guardia una segunda ocasión cuando los lagartos o Grune podrían estar cerca, comprendiendo también que tenían que asegurarse que ninguna herida se infectara y se convirtiera después en una carga para el grupo. — ¿Crees que sea una buena idea?

Lion-O rasgo un pedazo de tela de su capa diciéndole con seguridad tomando con una mano una de las cantimploras de agua fresca, habían avanzado suficientes kilómetros para alejarse del ejercito de lagartos, estaban tan seguros como podrían estarlo y le preocupaba que las heridas de Tygra llegasen a infectarse. — Quítate tu armadura.

Tygra le respondió con cansancio y fastidio comenzando a desabrochar la primera parte de su armadura. — Me han visto demasiadas veces sin ropa para toda una vida…

Lion-O sentándose enfrente de su hermano le insistió, intentando convencerlo de que sabía lo que estaba haciendo y que estaban seguros, recordando otras ocasiones en las cuales Tygra había limpiado sus heridas para que su padre no supiera que se había lastimado desobedeciendo sus órdenes. — Vamos, si tienes alguna herida puede infectarse…

Tygra comenzó a quitarse las piezas de su armadura primero, después la tela que se encontraba debajo, quedándose solamente con su ropa interior, tenía bastantes cortes y moretones, regalo de Grune cuando lo lanzo contra varias rocas afiladas.

Al principio la gran cantidad de cortadas y moretones helaron la sangre del menor, Panthro le había dicho lo que había ocurrido, Grune en su afán por capturarlos ataco a Tygra sin consideración alguna a pesar de no tener ninguna forma de protegerse de sus golpes, casi lo mata. — Aun soy mayor que tu y puedo cuidarme solo.

Lion-O después sonrió cuando Tygra le recordó que él era el mayor, en pocas palabras que era su responsabilidad protegerlo, su hermano dentro de poco volvería a ser el mismo de siempre, respondiéndole revisando primero los moretones, que eran bastantes, buscando cualquier clase de hueso que pudiera estar roto. — Parece que no tienes ningún hueso roto…

Al no encontrar ninguna herida importante comenzó a lavar las pequeñas cortadas que tenía su hermano sobre su pecho, brazos y espalda, la mayor parte eran raspones, algunos otros eran un poco más profundos. — Grune te hizo mucho daño.

Tygra apretó los dientes y pronuncio con arrepentimiento, irradiando vergüenza, seguro que su padre de seguir con vida estaría muy decepcionado por su torpeza, preguntándose porque nunca le dijo comento sus temores. — Fui un estúpido, Lion-O…

Lion-O le pregunto revisando su cabeza, limpiando la sangre con tanto esmero y cuidado que provoco que Tygra se sonrojara. — ¿Lo dices por confiar en Grune?

Tygra asintió, no estaba dispuesto a contarle todavía lo que había pasado la noche del festival, como lo dejo entrar a su habitación y dormir en ella, como había aceptado un collar y dejado que se lo pusiera, tantas ocasiones que lo hacían sentir sucio. — Todos confiábamos en el…

Tygra le respondió, recordando perfectamente que Lion-O nunca había sido muy apegado a Grune, que en realidad parecía que lo detestaba. — A ti nunca te gusto… lo recuerdo bien.

Lion-O se sonrojo inmediatamente, recordando en más de una ocasión como Tygra lo había abandonado para complacer al mayor, aun la noche del festival, su reto fue para alejarlo de Grune, el que seguía invadiendo su espacio personal como muchas otras ocasiones, y como muchas otras su hermano no se daba cuenta dejando que rodeara su hombro con su brazo.

Lion-O quería demostrarle a su hermano que él también era un buen guerrero, que no solamente el general merecía su consideración, Tygra intento negarse a competir pero fue Grune quien lo ínsito a eso. — Me estaba robando a mi hermano.

Su hermano mayor se rio ligeramente preguntándole, arqueando una ceja, sintiendo como Lion-O había dejado de limpiar sus heridas por un instante. — ¿Robándose a tu hermano?

Lion-O se alejo un poco de Tygra diciendo, sentándose enfrente de él, sus ojos azules enfocados en los suyos recordando al mismo tiempo su infancia. — Cuando estábamos solos nos entendíamos, me prestabas atención… solo llegaba Grune y tú me ignorabas, me tratabas como si fuera una peste… como si me odiaras.

Tygra no negó aquellas palabras, pensaba que Grune era un gran hombre, un soldado valiente, tan fuerte como su padre, al verlo su hermano menor era relegado. — Ese es mi punto…

Lion-O repentinamente le dijo colocando una mano en su mejilla, obligándolo a mirarlo. — Pensé que iba a perderte… sé que no siempre nos llevamos bien y que no estás de acuerdo con que yo sea rey, pero no quiero perderte, eres la única familia que me queda…

Tygra no supo que responder, los ojos de su hermano brillaban y podía ver una gota en su lagrimal, la que limpio con delicadeza, podía fingir que no estaba asustado ni molesto, o que no se sentía como una de las personas más ingenuas de Thundera, pero no lo haría, no cuando estaban tan lejos de casa.

Tampoco deseaba perder a la familia que le quedaba, había perdido a sus padres dos veces, la primera casi no recordaba que ocurrió, la segunda seguía fresca, aun dolía demasiado.

Tygra se relamió los labios, tal vez el golpe de su cabeza le afecto más de lo que pensaba, pero su hermano no sería el único que hablaría esa ocasión. — No sé que hice para ganarme su atención, pero eso no me asusta tanto… lo que me da miedo, es que no pueda hacer nada cuando Grune intente matarte, como no pude hacer nada cuando mataron a nuestro padre, cuando esas maquinas diezmaron nuestro ejército…

Un profundo silencio siguió a esa declaración, repentinamente no sabían que decirse habiendo confesado su mayor temor, ambos habían bajado sus escudos, los que seguirían en su lugar de no haber sufrido la emboscada.

Lion-O fue el primero en hablar, encontrando que las palabras fluían de sus labios sin ninguna presión, de manera natural, de tal forma que era su corazón quien las decía. — No permitiré que te toque un solo cabello.

Tygra le respondió encogiéndose de hombros intentando no prestarle atención a la seriedad de su hermano menor, ni a su mirada. — Yo tampoco lo hare si puedo evitarlo…

Los dos hermanos juntaron sus frentes, cerrando los ojos, perdidos en esa calma celestial que por algunos minutos se llevo todos sus problemas dejándolos solo a ellos dos en un mundo un poco menos sombrío por que se tenían el uno al otro.

Al abrir los ojos se separaron y regresaron a la fogata mucho más tranquilos, Tygra se había recuperado del todo, Lion-O lo supo cuando le guiño el ojo a Cheetara, el joven rey sentía que podía proteger a las personas que amaba, que su hermano estaba a salvo.

Que por fin se había borrado el velo que los separaba, esa sombra que le había susurrado demasiadas veces a Tygra que no compartían la sangre, que no era parte de su familia, que intentaba separaros con cada aliento de su ser.

Una sombra que si osaba colocar un solo dedo en el pelaje rayado de su hermano sería destruida.

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¿A quién le interesaría que esta historia se convirtiera en un Tygra/Lion-O?

Llevo 5 votos por que si… y 2 votos por que no…

Otra pregunta, ¿Quién quiere que Grune obtenga a su dulce príncipe?

Que opinan, ¿qué pareja quieren ver para Tygra? Estoy dispuesta a escuchar sugerencias.

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