Sasuke se sento en la ventana como peso muerte, subio un pie sobre el alfeizar y el otro lo dejo colgar hacia afuera. Su puño cerrado era el apoyo de su cabeza, en tanto observaba los vagos intentos del rubio por mantenerse en calma.
Intentaba encender un cigarrillo con mentol, pero sus manos temblaban tan frenéticamente que la llama no acertaba su objetivo.
-¡Joder! -se quejaba.
-Ven, déjame ayudarte -Sasuke extendió una mano hacia él, esperando que le entregara el encendedor.
-No, estoy bien -estaba a punto de botar el cigarrillo.
-Naruto, no seas obstinado -se bajó de la ventana y arranco el cigarro de entre sus labios.
Sin mayor ceremonia, se lo coloco entre los labios, lo encendió y se lo entrego a Naruto para poder regresar a la ventana.
-Gracias- dio una calada.
-Mgm-fue su escueta respuesta-. No sabía que fumabas -miraba hacia afuera, deleitándose con el bosque de bambús que limitaba el edificio.
-Usualmente no lo hago -su voz era trémula-. Pero hoy se me antoja uno ¿Ya… decidiste que vas a hacer?
-¿De verdad quieres saber?- pregunto sin mirarlo.
-Claro que si -respondió de inmediato y se acercó a el-. Escucha, sé que no tienes motivos para confiar en mí, pero quiero que sepas que nunca fue mi intención lastimarte-poso una mano sobre su pierna izquierda.
Sasuke se giró para verlo a los ojos.
-Lo se -cerro los ojos por un momento y tomo una decisión-. Está bien. Voy a escuchar lo que tienes que decirme. Pero después, sea cual sea mi decisión, no vas a interferir.
-Es justo -se terminó el cigarrillo de una sola calada-. Espera aquí, voy a… a mostrarte algo.
Sasuke lo observo con desconfianza mientras Naruto iba a su cuarto. No podía decirle que él no lo odiaba y que su problema era con Itachi y Deidara, porque la verdad, ya no estaba tan seguro de sus convicciones. Pero, aun así, no podía confiar en el ciegamente. No como antes.
Su rubio se veía muy diferente al muchachito revoltoso e inocente que había conocido y eso le resultaba doloroso.
Naruto regreso junto a él con una fotografía entre sus manos.
-Esta foto es de hace 15 años -se la entrego con una leve sonrisa y señalo de izquierda a derecha cada una de las personas que allí se encontraban-. Este es mi padre -señalo a un hombre muy parecido a Naruto-, Namikaze Minato. Hace 15 años el era el alcalde Konoha y según dijo Deidara, todos lo amaban. Junto a él está mi hermano - Deidara con su cabello corto mostraba todos sus dientes con orgullo-. Apuesto que ahora no parece un terrorista desalmado -se carcajeo bajito para alivianar el ambiente, pero no funciono. Sasuke estaba tenso como una roca-. Ammm, y ella… es… mi mama -trago duro-. No… no es como…si pudiera recordarlos. Tenía cuatro años -mostro a un niño de 4 años, tímido y sosteniendo un oso de peluche para protegerse de la cámara-. Creo que esta fue la ultima foto que nos tomamos en familia.
-¿Dónde están ahora?
-En Kirigakure -respiro profundo-. Ahora son dueños de una fábrica de acero.
- ¿Por qué Deidara no te llevo a verlos cuando se fueron de Konoha? -le devolvió la foto-. ¿No quieres volver a verlos?
-Ellos creen que yo estoy muerto y… se avergüenzan de que su hijo mayor se convirtiera en un criminal. Incluso antes de que él se uniera a Akatsuki, mis padres no podían ni verlo a los ojos. Si se llegan a enterar de lo que YO he hecho, lo más probable es que igual nos den la espalda.
-Eso no lo sabes, Naruto. Puede que solo se alegren de ver que estas vivo.
-No. Deidara me dijo que habían abandonado Konoha para olvidar y yo estoy de acuerdo en que están mejor lejos de nosotros.
-Se que es tu hermano, pero ¿Por qué confías en él? Podría estar mintiendo.
-No te preocupes por eso; yo mismo averigüé tan pronto pude y todo es cierto. Ellos sufrieron tanto... por mi culpa.
Sasuke observo como una lagrima se escaba de entre sus pestañas y por reflejo la limpio con su pulgar.
-No fue tu culpa -acaricio su mejilla levemente-. Eras solo un niño cuando eso paso. Si deben culpar a alguien, ese debe ser Pain.
El moreno suspiro largamente y retiro la mano para devolverla a su lugar.
-Continua.
Esta vez la foto que le entregaron consiguió una reacción por parte del mayor. Sus bellos corporales se erizaron y sus ojos se dilataron, tratando de reafirmar la existencia de esa fotografía.
-¿Qué demonios es esto, Naruto?
-Yo no soy el único que no tiene memorias de su niñez, bastardo.
En la foto, Itachi y Deidara se encontraban en sus años de adolescencia. Itachi sonreía con bondad, orgullo y paz. Pero a Deidara parecía costarle sonreír, porque sus gestos se notaban falsos. Lo que realmente sorprendió a Sasuke, fue la edad que ellos aparentaban y que obviamente, no parecían estar a punto de inaugurar una organización traficante de armas.
Pero había algo más. Otro niño un poco más joven que ellos, el cual sonreía hasta por los codos.
-Ese… soy yo. Pero… no recuerdo a…
-Es normal que no lo recuerdes -se sentó al otro lado de la ventana-. Esa fue la única ocasión que mis padres llevaron a Deidara de regreso a Konoha después de varios años. Ustedes se tomaron la fotografía en ese entonces, pero después de eso pasaron muchos años antes de Itachi fuera a buscarlo.
- ¿Como lo sabes?
-Itachi me fue el que me dio esa foto.
Sasuke miraba la imagen y vagamente recordaba a su hermano presentándole a un amigo de la infancia. Pero solo era un recuerdo muy lejano ¡Apenas y le había prestado atención al rubio!
Miro a Naruto de reojo, pero él estaba concentrado en el bosque y trataba de no hacer contacto visual.
-Naruto -le costaba hacer esa pregunta-. Tu y yo…. ¿Nos conocíamos de antes?
El rubio se carcajeo bajito, pero no lo miro a los ojos.
-No lo sé. Es probable -cuando volvió a mirarlo, sus ojos mostraban un sentimiento cálido y lleno de paz-. Pero no creo que fuéramos amigos. Tu eres mucho mayor que yo, así que dudo que en ese entonces quisieras pasar tiempo conmigo.
Sasuke lo miro a los ojos y trato de recordarlo en sus años de juventud, pero solo recordaba a su hermano Itachi cuidando de el luego de que sus padres murieran. Un sentimiento de adoración lo calo hasta lo mas hondo, al pensar que tuvo a Naruto cerca de su vida a tan temprana edad. De no ser por la relación de Itachi con los Namikaze, pensaría que esto era obra del destino.
Nuevamente actuó por instinto. Acerco su mano a su rostro y acuno su mejilla izquierda, deseando que las cosas fuera como antes. ¿Por qué su vida laborar y su vida personal no podían estar mas separadas? ¿Por qué demonios Naruto estaba involucrado en todo esto?
El rubio cerro los ojos para disfrutar del contacto, pero Sasuke volvió a hablar.
-Me habría gustado conocerte de otra forma -movía su pulgar sobre la suave piel-. Creo… que si las cosas no se hubieran enredado tanto y tú y yo tuviéramos vidas mas aburridas, aun así me habría enamorado de ti.
-Eso me habría gustado- tomo sus manos entre las suyas-. Vivir mi niñez junto a mi familia. Crecer con mi hermano. Conocerte toda mi vida y… acosarte hasta que aceptaras ser mi novio.
Los dos se carcajearon por su ocurrencia.
-Si, tu serias muy capaz -sus ojos mostraban el mismo cariño que habían expresado tiempo atrás-. ¿Qué impidió que tuviéramos esa vida?
Naruto se irguió.
-Pain.
Sasuke también se irguió.
-Deidara es el único que lo recuerda claramente. Esa noche, mis padres fueron a una fiesta por temas políticos y no era adecuado que llevaran dos niños -trago duro-. Pero el ya era lo suficientemente listo para cuidar de mi y no necesitar una niñera.
Sasuke volvió a ocupar una pose descuidada.
-Pain se aprovecho de eso; sus hombres irrumpieron en la casa y me tomaron como rehén. Mis padres hicieron lo posible por recuperarme, pero Akatsuki nunca pidió un rescate asi que creci con ellos. Solo me querían a mi y a otra docena de niños para formar su pequeña guerrilla. Nos criaron para matar, espiar, engañar -bajo el rostro con vergüenza- y para sobrevivir a sus torturas, hacíamos cualquier cosa que pidieran.
-Hasta que Itachi te encontró -miraba la caja de cigarrillos sobre la mesa, pensando que uno no le vendría mal.
El rubio asintió.
-Tu sabias que el estaba infiltrado en Akatsuki, ¿verdad?
-¡Claro que lo sabía! Estaba orgulloso de que fuera el primero en conseguirlo -se encogió de brazos-. Pero el día que supuestamente nos iba a entregar la lista de los miembros de la organización, desapareció. Mas adelante nos reencontramos mientras intentábamos atrapar a Deidara y trate de obtener una explicación, pero… en lugar de regresar lo ayudo a escapar.
Se paso la mano por la cabeza.
-Desde entonces… no ha sido para nosotros más que un traidor.
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