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Ataduras de pasion por lilycha10

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Dejarlo en la zona de interrogatorios con Tsunade y Jiraiya olfateando su cuello, no había sido para nada alentador. Apenas habían llegado al departamento de policías, cuando ya le habían arrebatado a Naruto de las manos y colocado a Gaara como compañero de investigación.

En un principio el rubio se mostró nervioso y reacio a separarse de él; pero por obligación y por su propia seguridad, tendría que hacer el reconocimiento, antes de tiempo. Nunca es fácil enfrentarse a las personas que te amenazan de muerte y era por esa razón que le dolió dejarlo solo.

-¿Preocupado? –Le pregunto Gaara.

Sasuke no quería perder el tiempo, ocultando algo que era evidente.

-Tal vez un poco –confeso.

El pelirrojo sonrió.

-Cuando reconozca a Deidara como uno de los miembros de Akatsuki, ya todo habrá terminado para el –se encogió de hombros-. Es solo cuestión de confirmar algo, que ya sabemos.

-Sabes perfectamente que no es así de fácil –ya salían del edificio-. Naruto se convertirá en el blanco de Akatsuki permanentemente y tendrá que cambiar de vida. Es un proceso bastante delicado.

-Si no quieres que le pase nada malo, entonces ayúdame a buscar al asesino de Sasori. Ese bastardo no era fácil de atrapar. Mucho menos de matar.

Sasuke sonrió de lado.

-Hasta ahora, Sasori siempre se había apoyado en la suerte, Gaara. Nunca fue bueno ocultando su trasero.

El menor lo escruto, intrigado.

-¿A qué viene eso? ¿Tienes una idea?

Sasuke asintió con la cabeza.

-Puede que Akatsuki se quiera deshacer de los miembros que le causan problemas y estén relacionados con su asesinato.

-En ese caso, Deidara también es un problema para ellos–Gaara se veía preocupado.

-Por esa razón Tsunade mando a llamar a Naruto- dedujo-. Mientras más rápido señale al terrorista como un miembro de Akatsuki, Deidara se verá obligado a decir todo lo que sabe. Le conviene más estar entre rejas, que suelto en la calle- sonrió de lado-. No duraría ni media hora.

Gaara se quedó pensativo, buscando la forma de usar eso en su favor.

-Eso no nos ayuda –concluyo al fin -. Si el asesino es de Akatsuki, será igual de imposible de encontrar.

-Mejor di difícil, no imposible.

El dúo se subió al auto de Sasuke.

-¿No es mejor ir en el de la estación? –Señaló un auto policial.

El moreno hizo un gesto despectivo.

-Por culpa de ese cacharro, muchas veces no he conseguido buenos testimonios –se subió-. Pese a todo, a la gente no le gusta inmiscuirse con los policías.

-Pero está prohibido hacer rondas con un auto civil.

El Uchiha sonrió arrogante.

-En ese caso, repórtalo como horas extras –le hizo un ademan-. Sube o te dejo.

Cansado de ser mangoneado por el mayor, Gaara se montó junto a él.

-¿A tu novio no le molesta que estés a solas conmigo?- comentó con descaro.

Intentaba molestar al Uchiha.

-Él no sabe de nosotros, además- arranco el auto-, entre nosotros no va a pasar nada.

-Eres más frio que un tempano de hielo, Sasuke–se quejó.

-Resígnate –se burló.

 

El auto azul de cristales polarizados, atravesó las calles oscuras y tétricas del barrio Shinigami. Desde prostíbulos ilegales a antros que se prestaban para satisfacer las perversiones de sus clientes, aquel lugar amparaba los escondrijos de las serpientes más astutas de la zona.

-¿Qué hacemos aquí?

-Vamos a cazar a una serpiente.

-¿No me digas que…?- Observo a su compañero con horror.

-Entonces mejor no te digo –se burló.

Dejo el auto escondido entre un montón de tanques de basura y aprovechando que a esa hora de la mañana todos estaban curándose la resaca, atravesó las calles con Gaara bien pegado a él.

-Recuérdame porque no barremos la basura de este sitio.

-Porque hay un par de políticos, que encuentran placer en este lugar –dijo con asco.

-¿Eso es excusa para no hacer nada?

-Ya empiezas a sonar como Naruto –se quejó-. No me preguntes a mí. He sacado a un par de putas de aquí, pero al final el número sigue creciendo. Si por mí fuera, ya los tendría tras las rejas.

-Que trabajo más miserable – murmuro Gaara.

-Son ellas las que escogen ese estilo de vida y no me creo con el derecho de juzgarlas.

-En realidad…, yo me refería a NUESTRO trabajo, Sasuke.

El moreno lo observo con un poco de gracia.

-Eso también es cierto.

El maullido de los gatos huyéndole a los perros rabiosos, los gritos de una prostituta en plena faena y los ocasionales tiroteos de los bares, eran los sonidos de fondo que acompañaban a Sasuke y a Gaara. Ninguno de los dos se estremecía por el contraste de tantas vidas en miseria y caminaban con el fin de eliminar un mal de la tierra.

Llegaron a un edificio de paredes negras y mohosas, que se encontraba escondido tras las ruinas de otros tantos. Un superviviente de la podredumbre que lo rodeaba y la encajaba firmemente; a la vez que acobijaba un nido de ratas. La mayoría de los apartamentos no tenían puertas o ventanas y subir los tres pisos que los separaban de su objetivo, se convirtió en una tarea tediosa.

-Este lugar apesta- comento Sasuke, tapándose la nariz con el dorso de la mano.

-Sera un cadáver de tres días- dijo Gaara indiferente-. ¿Por qué estamos aquí, Uchiha? Él no va a querer ayudarnos.

-Confió en que este de buen humor, después de que liberaron a su pareja.

-¿Ese tarado está libre? ¿Con el trabajo que nos costó agarrarlo?- exclamo el pelirrojo- Debes estar bromeando.

-Ese tarado tiene un cerebro envidiable y eso es lo que le gusta a Orochimaru. De lo contrario no habría gastado una fortuna en recuperarlo.

-Me imagino que estarán poniéndose al día- hizo una mueca de asco-. ¿Por qué me haces pasar por esto?

-Porque eres mi compañero.

Llegaron a la única puerta intacta del tercer piso y con toda la arrogancia de un policía, la hicieron astillas de un solo golpe. La escena que encontraron detrás de la madera, traumatizo a la pareja de policías de por vida y juraron en el acto, que nunca más pisarían ese edificio, mientras Orochimaru y Kabuto vivieran en él.

Haciendo honor a una escena familiar de los 80’s, la pareja de ladrones se demostraban su amor de una forma muy amable y empalagosamente dulce. Mientras uno de ellos se encontraba acostado a sus anchas sobre un ostentoso sofá de terciopelo rojo, el otro estaba sentado sobre sus rodillas y le daba en la boca pequeños bombones bañados en menta.

Sasuke y Gaara se habían preparado para una escena de fuerte y crudo sado-maso; pero esto superaba su capacidad de raciocinio. Más aún si el que hacia el papel de amada y devota “esposa”, era el mismísimo Orochimaru con su larga melena negra, trenzada con un listón violeta.

-¿Sasuke-kun? –dijo con los ojos muy abiertos y su voz viperina- ¿A que le debo el honor?

Le entrego otro chocolate a Kabuto, quien se mostraba algo nervioso por la situación. Solo su pareja era capaz de tratar a Uchiha Sasuke, como si fueran amigos de toda la vida.

-Necesito hacerte unas preguntas, Orochimaru –dijo con un leve tic en el ojo, mientras Gaara intentaba ignorar el panorama.

-Ahora estoy un poco ocupado, querido- señaló a Kabuto-. ¿No puede esperar?

El azabache giro los ojos, hastiado.

-Se trata de tu ex. Sasori- informo.

- ¿Sasori-chan?

El dúo sintió deseos de vomitar, tras escuchar el abominable “chan”.

-Pensé que murió ayer en la noche- comento Kabuto-. Eso fue lo que escuche esta mañana, cuando salí de la prisión.

Orochimaru le dio un ligero codazo.

-Estas mal informado, Kabuto –devolvió su atención a Sasuke-. Yo no tengo nada que ver con eso, Sasuke-kun. Tendrás que buscar en otra ratonera.

El nombrado entrecerró los ojos.

-¿Por qué dices que Kabuto está mal informado? ¿Qué es lo que sabes?

-Lo que saben todos –se hizo el difícil.

-¡Orochimaru!

-Lo siento, Sasuke-kun. Pero nada es gratis en esta vida.

“El dinero mueve al mundo”, era una frase que ya conocía de sobra; pero nunca resultaba fácil igualar las expectativas de Orochimaru. Por suerte, esta vez tenía un compañero de su lado.

-Tu información por nuestro silencio –dijo Gaara repentinamente, sorprendiendo a los presentes-. ¿Qué tal eso?

-¿Qué es lo que me sabes, Gaara-kun? –sonrió el pelinegro-. No he hecho nada malo en las últimas veinticuatro horas.

-Puede que no- dijo para sorpresa de Sasuke-. Pero recientemente, un doble agente descubrió que una vez formaste parte de Akatsuki.

-Eso no es un secreto–se burló el ofidio.

-No- señaló el pelirrojo-. Pero lo que sí es nuevo, es que ya no tienes en donde esconderte y nosotros –señaló a Sasuke- tenemos a un miembro de Akatsuki bajo custodia.

Orochimaru se tensó visiblemente.

-Si por “accidente” se filtrara tu nueva dirección, tus viejos amigos no tardarían en hacerte una visita Orochimaru y no creo que para Kabuto-CHAN, sea muy conveniente que esa pandilla de pervertidos le ponga las manos encima a una joyita tan delicada.

Sasuke sonrió orgulloso.

No era lo mismo amenazar a la serpiente, que amenazar la vida de su joya más preciada. Kabuto era la única debilidad del viejo y por el había decidido alejarse de Akatsuki y pagar las deudas del rubio.

Podía escuchar los dientes de Orochimaru rechinando y sus ojos no dejaron de amenazar al pelirrojo en ningún momento.

-Menudo compañero te has buscado, Sasuke-kun- se quejó el terrorista-. La próxima vez, ven a verme solo.

-Si me ayudas a desarmar a Akatsuki, no habrá una próxima vez.

-Si desarmas a Akatsuki, te venderé la información gratis.

-¿Qué es lo que sabes?- repitió la pregunta.

Orochimaru se incorporó para servirse una copa de vodka.

-Se exactamente, lo que Tsunade no quiere que sepas.

-Y eso es… -alentó Gaara.

-Que Sasori llevaba más de cuatro días muerto, para el momento en que lo encontraron –informo.

Esto sorprendió a los tres presentes.

-¿Cuatro días? –repitió Gaara.

Orochimaru asintió con la cabeza.

-¿Por qué ocultarían algo así?

-Porque tienen miedo –dijo simplemente.

Sasuke se fijó en que Kabuto se tensó ante las palabras de su amante.

-Si no saben esto, significa que tampoco les han dejado ver el cuerpo del chico. ¿Verdad?

El dúo, negó con la cabeza.

-Según escuche- continuo Orochimaru-, fue asesinado con una katana de hoja de plata. Un corte recto y firme, que le atravesó el corazón.

Bebió un trago largo.

-Una muerte instantánea, me imagino.

-¿Por qué dices que mi superiora tiene miedo?- Pregunto el azabache.

-¡Porque yo tengo miedo! ¡TODOS TENEMOS MIEDO!- Grito el hombre, histérico- Esto no es un caso, como esos a los que estás acostumbrado, Sasuke. ¡Ni siquiera es un caso que esté aprobado por la alcaldía!

-Explícate.

Para su sorpresa, Kabuto fue el que le respondió.

-Akatsuki no nació de la calles, Sasuke. Nació de la corrupción de Konoha y sus raíces, están demasiado profundas como para cortarlas, sin dañar todo el árbol.

Al azabache le pareció escuchar las palabras de Naruto, explicándole la verdad de su ciudad. Tal vez el rubio no estuviera caminando en falso y supiera mucho más que él.

-Si destruyes a Akatsuki, le quitaras poder a las ratas que mantienen a Konoha en pie.

-¿Quiénes son?

-No lo sé- admitió la serpiente-. Es por eso que Tsunade y Jiraiya tienen miedo. Ellos quieren saber la verdad, pero saben que esta puede causar mucho daño.

-Un mal necesario- dijo Gaara al aire.

Orochimaru asintió con la cabeza.

-Si sigues presionándolos para que salgan, se van a defender- le advirtió-. Si se defienden, delataran a la verdadera escoria de esta ciudad y si eso sucede, ese selecto grupo de ratas usaran todo su poder para acabar con la amenaza.

-Primero acabaran con Akatsuki –continuo Kabuto- antes de que ustedes lo encuentren y después, eliminaran a todo aquel que sepa demasiado.

-¿A quiénes te refieres?

-A Sasori o… a Deidara –dijo Kabuto.

-¿Por qué a Sasori?- Pregunto el pelirrojo.

-Porque siempre a ha sido un bastardo codicioso –dijo Orochimaru con asco-. Probablemente le vendería información a las personas equivocadas o dejo demasiada evidencia en sus trabajos. La cuestión, es que Akatsuki se ha convertido en un estorbo y se van a deshacer de ellos, uno por uno.

-Deidara no tardara en darnos la información que necesitamos –Sasuke intento ganar tiempo-. Es solo cuestión de tiempo.

-¡Tiempo que no tienes! –Orochimaru dejo la copa sobre la mesa de la cocina, con un fuerte golpe-. Antes de que ese rubio hable, recibirá un disparo entre ceja y ceja. No tendrá tiempo de defenderse.

-El estará bien protegido. No le quitaran el ojo de encima y no permitirán que ningún extraño entre en la comisaria –entrecerró los ojos-. Deidara está a salvo y nadie podrá llegar a él.

La sonrisa que se le escapó a la serpiente, lo hizo sentir inseguro y sin armas para defenderse. Como si supiera algo que ya había pasado y que él no era capaz de entender.

-¿Estás seguro de eso?

Sasuke no respondió.

-Podría ser uno de tus compañeros –miro a Gaara de reojo, con una pequeña sonrisa-. Podría ser uno de tus superiores, que desea ser ascendido.

Se acercó al azabache.

-Tal vez será alguien en quien tú confías, Sasuke –dijo con seguridad-. Alguien tan seductor y agradable como una vez lo fue tu hermano.

-Itachi- susurro Sasuke.

-Alguien tan dulcemente mentiroso, que en la comisaria no tendrían ningún problema en dejarlo cerca de Deidara.

-¿Quién es? ¡DIMELO!

Gaara se vio obligado a detenerlo, para que no se abalanzara sobre el ofidio.

-Yo no lo sé- admitió el mayor, retrocediendo a su sitio-. Pero aunque no lo creas, tu si sabes quién es.

Y si lo sabía.

Desgraciadamente sabia, que las palabras de esa serpiente le habían abierto los ojos y que había confiado en el mercenario, que limpiaría la basura de Konoha.

Salió corriendo del departamento, con Gaara gritando su nombre detrás de él. Se sentía mareado y en shock, pero estaba lo suficientemente lucido como para llamar a Tsunade y gritarle una orden.

-Sasuke.

-¡No dejes que se acerque a Deidara!

-¿Quién?- Pregunto alarmada.

-NO DEJES QUE SE ACERQUE A DEIDARA. ¡NARUTO ES UN SICARIO!

 

Notas finales:

Se que ahora mismo me quieren asesinar, pero fuerzas mayores me impiden actualizar con mas frecuencia.

Aun asi, agradeceria un par de reviews. O unas decenas si quieren.

Gracias por leer, Lilycha 10


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