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QUIERO SER TUS OJOS por Shamita

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El silencio que produjo el comentario de Camus fue tal que este pensó que había dicho algo malo pero al dirigir su mirada hacia Shaka pudo ver como este se encontraba sonrojado y sonriéndole tiernamente, este ultimo despacio se acerco a donde se encontraban los intrusos quedando casi al frente del pelirrojo volvió a sonreír y contesto al comentario hecho por este.


–        Lo siento pero no puedo ver –contesto Shaka sonriendo –, pero si tú me pudieras decir que pasa no tendría ningún inconveniente.


–        Yo…. Yo… de verdad… –hablaba un sorprendido y avergonzado Camus– lo siento, no sabía… no quise…


–        No hay problema –interrumpió el blondo–, estoy acostumbrado a eso no te preocupes porque mejor no me dices que paso con Kanon.


–        Bueno… –dijo Camus mientras desviaba su mirada primero a Milo que asintió con la cabeza y después viro hacia Kanon que solo suspiro para después sonreírle– Veras Kanon tiro la mezcla que estaba asiendo.


–        ¡Oh! –sonrió el otro volteándose hacia la cocina– No hay problema Kanon, pero aquí nuestro amigo…  


–        Camus –ayudo Milo a su primo.


–        Camus te ayudara a preparar otra mezcla verdad –termino de decir el blondo volteando su rostro hacia su espalda sonriendo ampliamente.


–        Si, si –dijo Camus con un ligero sonrojo– Como tu digas.


–        Bien –hablo el de rubios cabellos caminando despacio mientras tanteaba donde había dejado lo que está ocupando anteriormente–, Milo me podrías ayudar necesito un molde que venía en las compras.


–        Ahorita te lo paso Shakita –dijo Milo mientras buscaba entre las bolsas el dichoso molde, cuando lo encontró fue al lado de su primo–. Aquí está el molde.


–        Gracias –respondió el menor–. Ya que estas aquí dime si tiene algún grumo la mezcla y como se ve.


–        Pues… según yo esta bien –hablo el otro mientras movía con una cuchara la mezcla– y pues… no se ve tan mal, dime Shakita ¿que estas asiendo?


–        Un pastel, ya te lo había dicho en la mañana –respondió el otro sacándole la lengua.


–        Que malo eres conmigo –contesto el otro haciendo una puchero.


Los primos siguieron conversando mientras eran vistos por dos pares de ojos, unos de color verde y otros de color rubí estos últimos no quitaban su mirada del rubio menor y es que se sentía un culpable por lo dicho anteriormente y al mismo tiempo aun recordaba el calor agradable que sintió cuando este le sonrió y cuando lo había abrazado de la cintura en el bar.


–        Si Milo no me hubiese dicho antes de que Shaka era invidente –comenzó a decir Kanon en voz baja mientras que traía los nuevos ingredientes que usaría– no me hubiera dado cuenta, aunque no lo aparenta Shaka es una persona casi autosuficiente, te sorprendería verlo caminar por el mundo con una seguridad de que si no fuera por el bastón que utiliza ni cuenta se da uno que él no puede ver el mundo.


–        Debí prestar más atención –comento el otro–, tal vez si no hubiese estado…


–        Si no hubieses estado perdido admirando su figura –interrumpió el de cabellos azules con una sonrisa–, tal vez te hubieras dado cuenta que los ojos de Shaka no tienen vida.


–        Como sabes…


–        No apartabas tu mirada de él cuando llegamos –dijo Kanon como quien no quiere la cosa–, pero me aceptas un consejo.


–        Emm… si –hablo el de cabellos rojos un tanto inseguro, raro en él.


–        Si quieres ser amigo de Shaka solo míralo como si no tuviera su ceguera, a él no le gusta que lo vean con lastima –hablo Kanon concentrándose en agregar los ingredientes tal como le había dicho Shaka mientras Camus batía de apoco–, pero si te llegase a interesar como más que un amigo te recomiendo que primero hables con Milo que te explique bien la enfermedad de Shaka y sobretodo que él y Rada te den su permiso.


–        ¿Permiso? –cuestiono el otro sonriendo de lado– Ni que fuéramos unos niños.


–        Créeme cuando te digo que Shaka es como su pequeño hermano y no dejaran que nadie le haga daño no importa que esa persona sea su amigo –comento Kanon atento a la mezcla–, es más creo que hasta yo participaría en darle una paliza a quien se atreva a hacerle daño a ese niño.


–        ¿A caso te gusta? –pregunto el otro intrigado por el comentario y sintiendo un retorcijón en su estomago.


–        Sé que soy una persona más del estilo solitaria y despreocupada pero créeme cuando te digo que ese niño es una persona muy valiosa –comento apagando la batidora que hasta hace minutos tenia Camus–, además con lo poco que lo conozco te puedo decir que es una persona muy buena y sensible, aparte de que me ha caído muy bien.


–        Ya veo –dijo el de cabellos de fuego agradeciendo la desaparición de aquel retrocijón.


–        ¡Camus! –llamo Milo– vamos a la sala ¡Shaka ya no me quiere! –decía mientras dramatizaba poniendo un brazo sobre su rostro– Prefiere la compañía de Kanon.


–        ¡Oh vamos Milo! –hablo Shaka con una sonrisa– Yo jamás te cambiaria es solo que Kanon es por mucho mejor que tú en la cocina.


–        A si,  ¿entonces porque tiro la mezcla hace rato? –se defendió el de rubios cabellos ensortijados– Haber dime, dime.


–        Tal vez  se le cayó porque alguien lo asusto o solo fue un momento de torpeza –contesto el menor de los primos–, pero tan siquiera el no a incendiado nada y antes de que lo hagas prefiero que estés lo más alejado de aquí.


–        Que malo eres conmigo Shaka –lloriqueo Milo– Vamos Camus antes de que me echen la culpa de todo lo malo que pase.


–        Emmm… –titubeo el mencionado.


–        Ve con él Camus, no vaya a hacer que incendie la sala –comento un divertido Shaka– verdad que si Kanon.


–        Si –dijo el de cabellos azules–, Shaka tiene razón vayan a la sala  nosotros terminaremos aquí y después iremos para allá.


–        Si Kanon me lo pide lo hare –hablo Milo acercándose al peliazul– pero solo, solo si me das un beso.


Cuando la pareja estuvo lo suficientemente cerca se besaron por unos momentos después tanto Milo como Camus salieron rumbo a la sala, mientras en la cocina se quedaron los otros dos acabando de ponerlas mezclas donde debían estar para después fuera Kanon quien prendiese el horno para que se comenzasen a hornear, mientras esperaban se dispusieron a preparar el betún de queso crema pasados varios minutos  estuvo listo el primer pastel que era en conmemoración al cumpleaños de Radamanthys, el mayor de los primos, mientras que el segundo que era la creación de Kanon aun le falta que una parte cuaje ya que el peli azul decidió hacerle un pastel imposible a su novio debido a que sabe lo adicto que es al chocolate.


Mientras esperaban a que se enfriasen ambos pasteles, el menor se dirigió hacia su habitación para darse un baño rápido para quitarse el sudor y la ropa que se le hubiese ensuciado cuando estuvo preparando las cosas, por su parte Kanon se dirigió hacia la sala donde se puso a platicar con los dos chicos que se encontraban ahí desde hacia tiempo, el tiempo transcurrió y pronto Radamanthys se puso a preparar todo para su parrillada siendo ayudado por su novio Albafica; un chico de largos cabellos celestes, piel blanca, ojos color del mismo color que sus cabellos,  complexión delgada pero con fuertes músculos;  después de varios minutos comenzaron a llegar los amigos del cumpleañero y algunos más de Milo.


Shaka había bajado nuevamente ahora vestido de con unos jeans azules, una playera verde y unos botines  color café, llevaba el cabello recogido en una trenza suelta, este se dirigió directo hacia la cocina donde fue alcanzado por Kanon y con ayuda de este comprobaron si ya estaba listo el pastel imposible del peli azul y comenzaron a decorar el pastel del rubio mayor de la casa,  desmoldaron el pastel de Milo y lo adornaron con algunos trozos de nuez.


Cuando tuvieron todo listo lo pusieron dentro del refrigerador y acompañados de Camus y Milo se dirigieron hacia el jardín donde ya se encontraban los invitados de los hermanos Wolf, con el paso de las horas Shaka dispuso que era mejor partir el pastel de su primo mayor antes de que sus amigos bebiesen más y no pudiesen mantenerse en pie.


Después de partir el pastel de Radamanthys, el menor de los primos junto con Kanon se dirigieron nuevamente a la cocina  aprovechando que Milo se encontraba distraído con unos cuantos amigos, dispusieron llevar la sorpresa al carro de este para después activar la alarma con el fin de que el rubio de piel trigueña saliese y viese a su amado parado frente al carro y a los pocos minutos se pudo observar a Milo salir de la casa con el rostro preocupado por no encontrar las llaves en donde solía ponerlas y ya estaba pensando que tendría que desinstalar todo el sistema de alarma cuando vio a su querido novio y entre los dedos de este sus preciadas llaves.


–        ¿Qué tramas? –pregunto intrigado Milo a su novio.


–        ¿Por qué no lo averiguas? –contesto con otra pregunta haciendo sonar las llaves en su mano.


Milo se acerco para tomar las llaves pero por la ventana del piloto vislumbro el pastel haciendo que sus ojos se iluminaran instantáneamente.


–        ¿Para mí? –dijo mientras con emoción desactivaba la alarma para poder hacerse de su preciado regalo– No debiste molestarte amor.


–        Si, es para ti pero con una condición –hablo Kanon asiendo que nuevamente la atención de su novio fuera puesta en él.


–        ¿Cuál? ¿Cuál? –preguntaba emocionado el otro– Dime rápido para que lo pueda probar.


–        Que lo compartas conmigo –comenzó a decir recibiendo un reiterado gesto de afirmación por parte de Milo–, y que me des un beso ahorita pero más tarde me darás todo de ti –término con un tono sensual.


La respuesta de Milo no se hizo esperar y tomando el rostro de Kanon comenzó a besarlo primero despacio  para después pasar a un beso más demandante, asiendo que Camus  que había acompañado a Milo deseara no estar ahí pero luego se percato de que Shaka que también se encontraba ahí estaba sonrojado  y su rostro estaba girado hacia otro lado a pesar de que no veía nada, así que decidió acercarse a él.


–        Se están besando verdad –dijo Shaka sonriendo manteniendo el sonrojo que pronto se intensifico al escuchar un gemido por parte de los otros dos–. Me acompañarías a la sala, creo que aquí los que sobramos somos nosotros.


–        Estoy de acuerdo –dijo el pelirrojo– ¿Necesitas que te ayude en algo?


–        Solo que me dijeras que hay  alguien frente a mí, para evitar cualquier accidente –dijo el rubio comenzando a caminar despacio.


Cuando entraron de nuevo a la casa el rubio continuo caminando mientras que Camus le advertía si había algo con lo que pudiese tropezar o que pudiese tirar, estando en la sala el pelirrojo se sentía un tanto incomodo debido a que el rubio se encontraba mirando a la pantalla muy atento casi como si la estuviese viendo.


–        Dime Camus, ¿no te divierte lo que estás viendo? –hablo el rubio


–        Eh… bueno si pero… no quisiera ser impertinente pero Shaka… –hablaba un tanto nervioso el de ojos rubí– como es que tu…


–        Supe que era necesario que los dejáramos solos  –interrumpió el de pupilas turquesa apagadas–, no se necesita mucha imaginación cuando hay una pareja y de repente todo es silencio.


–        Si verdad… jejeje… –dijo un tanto avergonzado por lo que iba a decir anteriormente– Y dime Shaka me dijo Milo que ayer habían ido a ver una película, si no es indiscreción ¿Cómo es que le haces para disfrutar de una película?


–        Bueno veras –comenzó a explicarse el menor– cuando yo deseo ver una película Milo me describe a las personas que aparecen en ella y cuando hablan las primeras veces me dice quien está hablando después ya los distingo, también me dice donde transcurre la historia y a veces me dice los detalle como si estuviera leyendo un libro eso me permite a mi imaginarme lo que está sucediendo.


–        Ya veo –dijo el de cabellos rojos.


Se quedaron varios minutos sin decir nada, no era un silencio incomodo sino que era uno agradable, al de ojos color rubí no le gustaba platicar mucho así que estar con alguien que al parecer disfrutaba igual que él del silencio le era grato, debes en cuando desviaba su mirada del televisor y la posaba en el perfil del menor se le hacia una pena que los ojos turquesa de su acompañante estuvieran muertos y no pudiesen brillar tanto como lo hacía todo lo demás del menor pero también todo eso lo hacía tener una belleza inusual, una belleza que a cualquiera le gustaría poseer, hermoso esa era la palabra con la que describiría a Shaka y con ese pensamiento se acerco sigilosamente al menor.


De un momento a otro Shaka sintió la cercanía del otro cosa que se le extraño ya que siempre sabia cuando alguien se le acercaba en demasía, había aprendido a ver con sus demás sentidos para poder enfrentarse al mundo, cuando volteo su rostro con una expresión interrogante debido a la sorpresiva cercanía del otro sus labios fueron apresados por otros más fríos pero tibios a la vez una combinación extraña sin duda, el beso que había empezado como un simple roce de labios se fue intensificando cuando el de cabellos de fuego  lo sujeto de la cintura y comenzó a buscar entrar a esa boca para probarla por completo, mientras que el menor se había quedado como congelado debido a lo sorpresivo del beso hasta que de repente unos brazos fuertes separaron a ambos jóvenes y Camus se encontró con los ojos azules de su amigo que en esos momentos echaban chispas.


–        ¡QUE TE CREES QUE ESTAS ASIENDO CAMUS! –grito Milo a punto de írsele a los golpes– ¡CREES QUE PUEDES VENIR A MI CASA Y APROVECHARTE DE MI PRIMO!


–        Mi.. Milo… cálmate por favor  –dijo Camus trataba de tranquilizar a un furioso Milo–, te lo puedo explicar…


–        ¡QUE ME VAS A EXPLICAR! ¡QUE VIENES A MI CASA SOLO… SOLO A APROVECHARTE  DE SHAKA! –gritaba Milo fuera de sí– ¡QUE SOLO QUIERES ENCAMARTE CON EL Y DEJARLO COMO A TANTOS OTROS!


–        ¡Milo! –llamo Shaka que salía de su estupor, se levanto y trato de tomar a su primo del brazo para calmarlo– Tranquilízate Milo, no paso nada malo.


–        ¡TU CALLATE SHAKA! –grito mientras zafaba su brazo del agarre de su primo para después empujarlo pero el de cabellos ensortijados no midió su fuerza causando que el rubio menor tropezase con la mesita que había delante de él y cayendo al suelo– ¡SHAKA!


–          ¡Shaka! –alzo la voz Kanon que se había mantenido al margen pero ahora se acercaba a donde había caído el menor de los primos ayudándolo a pararse– ¿Te hiciste algún daño?


–        No, estoy bien –hablo en un susurro el de lacios cabellos.


–        ¿¡Shaka te encuentras bien!? –preguntaba un preocupado Milo– Te juro por dios que no fue mi intención pero es que me dio tanta rabia….


–        Tranquilo Milo, estoy bien –interrumpió el de ojos muertos–. Por favor, no te molestes con tu amigo de seguro solo fue un impulso y nunca más pasara verdad.


–        Lo siento –hablo Camus que se encontraba aún asombrado por la reacción de su amigo–, no fue mi intensión que creyeras que me iba a aprovechar de tu primo pero que sea ciego Milo no tiene que ser impedimento para que experimente como cualquier chico.


–        Yo te…


–        Calma Milo –interrumpió Kanon–, porque no mejor dejamos que sea Shaka quien decida si Camus ha hecho algo malo.


–        Pero claro que hizo…


–        Milo –fue interrumpido ahora por su primo que se acerco con cautela y despacio hacia donde provenía la voz de su pariente–, por favor no te molestes con Camus yo no quisiera que tuvieses un problema con tu amigo por mi culpa.


–        No es tu culpa –hablo Milo mientras abrazaba al menor–, es culpa de él por atreverse a besarte sin tener buenas intensiones.


–        Milo si me dejaras…


–        Tu cállate –interrumpió Milo al de cabellos rojos–, ahora no quiero escucharte bueno tal vez lo único que quisiese escuchar de tu boca es que te disculpas con Shaka por lo que has hecho.


–        Milo no importa –hablo el rubio menor aun en los brazos de su primo–, yo disculpo a Camus sé que no lo hizo con intención de dañarme.


–        Pero…


–        Shh –silencio Shaka poniendo su mano cerca de los labios de su primo– Cálmate que esta noche debía ser perfecta para ti y Kanon, y no me perdonaría que se les arruinara por esto.


–        Shaka –llamo el pelirrojo la atención del mencionado–, de verdad siento si te molesto lo que hice pero fue algo que no pude evitar y Milo por supuesto que no viene con ninguna intención de aprovecharme de tu primo menos teniendo en cuenta su…


–        Mi ceguera –termino Shaka–. Vez primo, tu amigo no me haría nada malo tal vez solo fue un efecto del alcohol.


–        Lo pasare por esta vez –hablo aun receloso el de ojos azules–pero que sea la última vez Camus que te atrapo en algo parecido con mi primo.


–        Milo, vamos a partir tu pastel –convido Kanon–. Shaka ¿vienes?


–        No, iré a descansar a mi cuarto gracias Kanon –contesto el otro– Nos vemos mañana.


–        Hasta mañana –contesto la pareja mientras comenzaba a alejarse en dirección a la cocina.


–        Supongo que será mejor que me vaya–hablo Camus–, nos vemos cuando se te baje el enojo Milo y Shaka de verdad que siento si te cause daño.


Shaka se giro hacia donde provenía la voz del pelirrojo y se fue acercando hasta que con sus manos toco los brazos del otro, acción que le causo escalofríos,  y los recorrió hasta que llego a la altura de los hombros mientras le regalaba una hermosa sonrisa a Camus.


–        No te preocupes, estoy bien –le dijo tranquilamente–. Además un beso no hace ningún daño ¿o sí?


–        No, claro que no –contesto el otro sintiendo que se perdía en aquellas pupilas turquesas sin vida–. Shaka no te gustaría salir mañana  –término de decir sin siquiera pensarlo.


–        Pues… por mí no hay problema –hablo el otro un poco sorprendido–, pero no quisiese que Milo se enojase más contigo.


–        Por mi si hay –dijo Milo aun disgustado desde la puerta de la cocina sin dejar de vigilar a los otros dos–, además deberá pedirle permiso también a Rada.


–        Lo hare–concedió Camus–, mañana que venga por Shaka hablare con él.


–        Si, si como digas –hablo el de piel trigueña– ¡Shaka ya ve a dormir!


–        Si –convido el menor de los presentes pero antes se volteo de nuevo hacia el pelirrojo–. Bueno nos vemos Camus.


–        Nos vemos Shaka, vendré sobre las seis –contesto el otro tomando del brazo al rubio para detenerlo y recibiendo un asentimiento de este.


–        Hasta mañana –se despidió Shaka mientras con cuidado se soltaba del agarre y se encaminaba hacia las escaleras.


–        Hasta mañana –dijo despacio Camus viendo como se alejaba el de largos cabellos, después de que lo vio desaparecer por las escaleras salió de la casa, se subió a su moto y se dirigió hacia su departamento.


Cuando Shaka llego a su cuarto se dejo caer en la cama  mientras que tocaba con sus dedos sus labios recordando la sensación que había sentido cuando los labios de Camus habían tocado los suyos y así estuvo hasta que los ruidos en los cuartos contiguos lo hicieron querer haberse dormido hacia unas horas, cansado de no poder dormir y estar escuchando a sus primos disfrutar con sus respectivas parejas la noche decidió ir a dormir a la sala o al menos podría pensar en silencio.


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