La noche se mostraba tan tranquila luego de pasar una tarde llena de anécdotas; aun pensaba en las palabras que por primera vez le parecían tan sinceras en el ojiazul, las que más le gustaron fueron: todas ¿acaso era idiota? Parecía colegiala, su rostro se torno de un tono morado por ese pensamiento ¿Qué estaría asiendo ahora el rubio?
En la parte de debajo del gran hogar, específicamente en la cocina, el chico de ojos azules se encontraba preparando los alimentos para cenar esa noche; sentía como si su corazón se hubiera llenado ¿Qué era ese sentimiento tan agradable? Luego de una tarde así, sentía que después de todo, ese había sido uno de los mejores de su vida
-¿Qué habrá para cenar?...- preguntó souma entrando en la cocina
-estofado…- le respondió contento
-baya, parece que hoy si la pasaron bien, los veo a ambos muy animados…- volvió a hablar la morena en un tono de picardía, provocando un leve bochorno en el rubio, quien no quiso asegurar nada. Era cierto, tenía una charla pendiente con la muchacha
-dime souma ¿Por qué me mentiste sobre kurogane aquel día?
-no es obvio, para que ambos se dieran cuenta de que se gustan…- aquello volvió a avergonzarlo un poco, sin embargo pretendía ser directo
-no solo eso, que por cierto fue cardiaco; si no ¿Por qué me dijiste que kurogane te gustaba y a el que el que te gustaba era yo?...- la morena había cambiado su rostro a uno serio al oírlo, pero sin embargo volvió a sonreír
-porque las personas luchamos más por lo que queremos si lo vemos expuesto al peligro. Por eso…- su voz sonaba muy tranquila, pero algo le parcia inquietante al ojiazul
-¿Por qué parece que tienes el afán de unirme a kurogane?...- volvió a preguntar, provocando de nuevo la expresión seria en la morena
-no es afán; yo solo quiero ayudar, eso es todo; me arece cruel que me juzgues sin haber hecho nada malo…- ahora su voz sonaba ofendida
-no, no era mi intención; es solo…- no supo como continuar, tal vez lo mejor era dejarlo así- no es nada- concluyo
-pues no suena a nada…- respondió seria la morena, le inquietaba la desconfianza del rubio. La puerta abriéndose llamo la atención de ambos dejando a la vista la silueta de la llamada señora mine. Sin duda para el ojiazul, no era nada tranquilizante tener a esa mujer cerca
-¿están peleando de nuevo?...- saludo con aquella pregunta al ver a los dos jóvenes
-no, para nada, fye y yo ya nos llevamos bien ¿verdad?..- dijo souma sonriendo y dirigiendo su vista en dirección al ojiazul, el cual solo asintió con la cabeza
-…- la mujer solo se acerco en silencio al rubio, provocando en este un sentimiento de inquietud- no sé si sea buena idea que te involucres con este chico- soltó de pronto
-¿a qué te refieres?...- preguntó la morena menor sin entender
-solo hazme caso…- respondió en tono serio- tú- dirigiéndose al chico- sírveme la comida que tengo hambre
-aun no esta lista…- su voz sonaba suave al momento de responder
-¿Cómo que no esta lista? En verdad eres un inútil
-…- aquello lo había molestado, más por el tono que había usado para decirlo esperando en verdad ofenderlo; en un principio no era su deber preparar los alimentos, lo hacía ¿Por qué lo hacía? Porque veía que el moreno disfrutaba de lo que el preparaba, sin imaginar aquello lo sorprendió
-¿no vas a responder?...- volvió a hablar la mujer al ver que el rubio se había quedado en silencio
-…- sin embargo este continuo en silencio, la verdad era que no tenía nada agradable para decirle a aquella mujer, se había propuesto ser honesto y ya no podía fingir calma ante situaciones que lo molestaban, así que lo mejor era quedarse callado, quizá no era la decisión correcta, pero viendo la desventaja que tenía, era lo mejor
-¡responde de una vez!...- la mujer había comenzado a exaltarse, ella tomaba esa acción como una falta de respeto del menor a su persona; de pronto un nuevo ruido se hizo presente, era la puerta abriéndose nuevamente, dejando visible la figura del padre de él rubio
-¿Qué está pasando aquí?...- preguntó el hombre al entrar
-tu hijo, que se porta grosero todo el tiempo conmigo…- aquello había producido que ambos menores la vieran ¿hablaba en serio? En parte aquello le hacía gracia al ojiazul- ¿lo ves? Ahora incluso se burla de mí- la voz de la mujer sonaba ofendida
-fye pídele una disculpa a tu madre…- ordeno el hombre, por lo que el menor solo lo miro, no esperaba nada más de su padre, pero que afirmara que esa mujer era su madre lo molestaba profundamente
-no es mi mamá…- hablo al fin, sabía que eso disgustaría a ambos de gran manera, pero qué más daba, era momento de hacerle frente a la realidad y ya no estar escondido tras la máscara de siempre
-¿Qué dijiste? Repite lo que dijiste…- la voz del hombre sonaba molesta, souma solo podía ver en silencio, no lograba entender que pasaba ahí
-dije que no es mi mamá…- como era de esperarse un golpe se hiso presente en su mejilla; el menor solo lo miro y luego salió rápidamente de ese lugar en dirección al patio
El frio de la noche de algún modo era acogedor, se recargo sobre el árbol que estaba justo en la entrada de la casa, vio el cielo, se veía nublado; solo pudo guardar silencio; en parte aquello era gracioso, siempre salía culpable, aun cuando no tuviera la culpa de nada ¿en verdad algún día cambiarían las cosas? La vibración de su bolcillo llamo su atención, una llamada entrante; cuando vio el nombre de quien llamaba, vio que era ashura por lo que respondió casi por instinto
-hola fye ¿te encuentras bien?
-…- que saludara con aquella pregunta lo sorprendió ¿acaso le había colocado un chip? ¿Cómo sabía que estaba en problemas?
-¿fye estas bien?...- volvió a preguntar
-sí, estoy bien ¿y tú?...- trataba de sonar calmado, pero su tristeza era percibida por el mayor
-¿paso algo malo? Sabes que puedes contármelo
-…- ¿contárselo? Claro que no podía hacer eso, solo lograría distraerlo de sus estudios y tenerlo preocupado, definitivamente no podía contárselo
¿fye estas ahí?..- preguntó nuevamente al ver que el menor no respondía
-sí, estoy aquí, en verdad no es nada, no te preocupes, me alegra escucharte ¿Cómo va todo para ti?
-…- al mayor no le convencían esas palabras, sin embargo sabía que si el rubio no quería hablar, no hablaría, por lo tanto…- en los estudios estoy bien, incluso es posible que acabe antes de los cinco años; en lo sentimental te extraño mucho, pero me mantiene en pie la promesa que me hiciste de esperarme
-…- aquello sorprendió al rubio; era verdad, esa era la promesa que le había hecho ¿en verdad la estaba cumpliendo? ¿o ya la había roto?
-¿fye?
-me alegra que te baya bien en los estudios, ya ansió volver a verte…- respondió francamente, a pesar de que las dudas comenzaban a rondar su mente ¿Qué estaba asiendo?- lo lamento, te llamare mañana, mi batería está muy baja
-de acuerdo ¿pero es seguro que estas bien verdad?
-sí, nos hablamos luego…- y con esto último colgó; vio el celular, la batería estaba casi llena ¿Por qué le mintió? Porque no podía seguir fingiendo que las cosas estaban bien, y por la ganas que sentía de decirle que se olvidara de esos estúpidos estudios y regresara, que lo necesitaba, que comenzaba a dudar de sus sentimientos, que no sabía que era kurogane para él y que no sabía cómo debía a hacer las cosas ¿lo estaba haciendo bien? Al pensar todo aquello se abrazo las rodillas, era tan pesado todo eso
-¿te encuentras bien?...- escucho de pronto esa voz que conocía tan bien ahora, era kurogane
-no, no estoy bien…- respondió casi por instinto al verle, sorprendiéndose de sí mismo y sorprendiendo también al mayor
-¿volvieron a lastimarte verdad? Souma me conto lo que paso…- hablo el moreno al momento de sentarse justo al lado del rubio; para el menor era extraño, sentía tanta paz cuando él estaba cerca , como si ya no tuviera que temerle a nada ¿Por qué se sentía así solo con él?
-no importa…- respondió al fin- mira las estrellas, hace un momento el cielo se veía nublado y ahora se despejo…- dijo mirando en dirección a arriba, por lo que el moreno lo hiso también
-es verdad, está lleno de estrellas, se ve bien…- la verdad era que no sabía que debía hacer ahora, sentía que el más bajo se encontraba triste ¿acaso todo su avance había caído? No, justo hace un momento había sido honesto con él al confirmarle que no estaba bien ¿Cómo ayudar de verdad? Se sentía tan inútil
-gracias por lo de hoy…- se escucho de pronto, por lo que volteo a ver al rubio- por acompañarme, me divertí mucho; fue la primera vez en la que en verdad me divertí – concluyo sonriendo
-fuiste tú el de la idea, no tienes que agradecer…- respondió por su parte el moreno, trataba de sonar serio, pero la verdad era que aquello lo hacía muy feliz
-hay algo que quiero preguntarte
-…- aquello lo agarro de repente- ¿Qué cosa?
-¿Por qué le tienes miedo al carrusel?
-…- aquello lo había avergonzado un poco- bueno…- no sabía cómo decirlo- cuando era niño mis padres me llevaron a uno, fue la última vez que nos divertimos juntos, ellos me esperarían justo al frente de ese juego para que me sintiera tranquilo; pero cuando me subí a esa cosa y comenzó a girar, me sentía triste, pues no lograba verlos, fue la primera vez que sentí la vida sin mis padres y me asustaba, cuando baje y al fin pude verlos me alegre mucho y me aferre a mamá, y solo pude decirle “no me gusta”
-…- el rubio lo miro de manera tierna al escucharlo, se le hiso lindo imaginar al moreno pequeño e inocente- ¿y ahora le sigues teniendo miedo? Digo, subiste a uno hoy- sonrió al concluir
-no, porque hoy pude verte todo el tiempo; debería agradecer, lograste espantar mi miedo…- esas palabras sin saber porque habían alegrado el corazón del rubio
-¿tú podrías hacer lo mismo?...- esa pregunta sorprendió al moreno ¿hacer lo mismo?- por favor, ayúdame a vencer mis miedos
-…- lo miro sorprendido ¿Por qué le pedía eso?- eso intento- respondió
-lo estas logrando
-…- aquello lo sorprendió de nueva cuenta y lo alegro también; casi por instinto tomo la mano del mas bajo sin decir nada más y así ambos se quedaron viendo en dirección al cielo en aquella noche que se veía tan llena y cálida; esas últimas palabras rondarían la mente del moreno, para traer tranquilidad en el “lo estas logrando” que bien sonaba eso