Ya han pasado unas semanas desde que la nueva familia vive junta, la relación del rubio con su madrastra parecía tranquila, no podía llamarla buena ya que más bien era fría, la mujer no le prestaba mucha importancia, pero al menos era amable con él las pocas veces que le hablaba; su relación con souma era muy rara, en la escuela lo trataba como si fuera algo así como un inferior, pero en casa era amable con él, realmente no la entendía; la relación que tenía con su padre, era igual a la de siempre, en el día casi ni lo veía por su trabajo, el poco momento que tenía para verlo era en la noche durante la cena, era algo tedioso; la relación con el moreno, no había cambiado mucho, salvo que ahora el moreno no le hablaba ni para gritarle, aun no comprendía porque aquel día el salió corriendo, sin embargo era con el que pasaba más tiempo y por alguna extraña razón se sentía seguro con su presencia; con el único que hablaba de manera segura y con confianza era ashura, pero dentro de dos semanas tendría que irse y no lo vería hasta después de 5 años, eso entristecía al ojiazul
-¿Qué tanto haces?...- la voz de la morena lo saco de sus pensamientos ¿Por qué entraba a su habitación sin avisar?
-¿Qué haces aquí?...- pregunto aun sorprendido el rubio
-es un dibujo, que hermoso…- se maravillaba la pelinegra al ver el hermoso dibujo del ojiazul; era el dibujo de un paisaje silvestre, con distintos tonos de verdes y amarillo, que le daban al dibujo un toque real
-es para el trabajo de artes…- le sonrió amablemente el ojiazul al momento de responder- ¿y tú que presentaras?
-ya tengo mi trabajo listo, de seguro te sorprenderá mucho cuando lo veas mañana…- la muchacha le devolvió la sonrisa con una triunfante
-seguro lo hará…- el rubio trataba de ser amable con la chica, sabía que quizá, podían ser grandes amigos. Un golpe fuerte de la puerta al cerrarse llamo la atención de ambos, era kurogane, entrando como siempre ¿Cómo hacia eso? ¿Entraba silenciosamente y una vez dentro anunciaba su presencia de manera ruda? se preguntaba el rubio al verle
-¡kurogane un día de estos me mataras de un infarto! ¡Deja de hacer eso!...- hablaba la pelinegra, sabía que kurogane siempre hacía lo mismo; el ojirojo por su parte no respondió, tan solo se hecho en la cama y guardo silencio sin quitar la expresión seria de su rostro, eso no le gustaba al ojiazul, que tan solo se limitaba a mirarlo, no le gustaba que le ignorara, quería que le hablara, aunque sea para gritarle ¿acaso era masoquista? Se preguntó
-bien nos vemos mañana en la escuela…- se despidió la morena
-¿acaso saldrás hoy?...- pregunto el rubio sorprendido por el “nos vemos mañana” ¿mañana? ¿Y la cena? ¿No estaría en la cena?
-no, lo que pasa es que estaré en mi habitación preparando mi trabajo, aun me faltan detalles, así que por eso el mañana…- respondió amablemente
-entiendo, entonces hasta mañana…- se despidió de la pelinegra, por lo que ella solo se fue
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-¿y tú harás algo especial para la exposición de artes de mañana?...- pregunto el rubio al moreno, tratando de romper ese silencio, pero no funciono ya que el otro seguía igual, sin pronunciar palabras, eso frustraba al ojiazul- está bien si no quieres hablar lo veré mañana entonces…- el rubio solo se volteó en dirección a su pintura dispuesto a terminarla, pero de momento en momento volteaba a ver al ojirojo y baya que este nunca cambiaba esa expresión, ni siquiera cuando serraba los ojos ¿Por qué se comportaría de esa manera?
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La escuela se veía llena de vida, con estudiantes corriendo de un lado a otro, preparando sus salones para la primera exposición de artes de ese año, la morena se encontraba con sus amigas mostrando su maravilloso trabajo, una pintura de un paisaje silvestre, todas se maravillaban por ese hermoso trabajo
-es hermoso souma, ¿en verdad lo hiciste tú?...- preguntaba una de ellas
-por supuesto, lo saque de un libro…- decía ella amablemente
-tienes mucho talento…- hablo la otra mirando detenidamente la pintura, la morena solo sonrió, al momento de ver al rubio por la puerta, muy agotado, como ella sabía, se le había hecho tarde
-hola fye…- saludo al recién llegado- ahora sí, puedo mostrarte mi trabajo mira- le mostro la pintura la cual era suya, eso hizo que el ojiazul solo abriera los ojos
-podemos hablar souma…- solo se limitó a decir aquello
-claro, dime…- respondió tranquilamente la morena sonriendo al rubio
-en privado…- hablo serio al momento de salir la puerta
-owww está enojado ¿Qué le hiciste souma?...- hablaba de pronto la chica que se había convertido en la piedrita en su zapato
-iré a ver…- respondió seriamente al momento de salir tras el rubio
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-¿¡que es lo que quieres!? ¿¡Porque me hablas así delante de mis amigas!?...- hablaba muy enojada la morena y estando frente al ojiazul en la azotea
-esa pintura es mía, me pase mucho rato buscándola ¿Por qué la tomaste sin mi permiso?...- le recrimino el ojiazul, mirándole seriamente
-mi trabajo se echó a perder, alguien le tiro pintura en cima ¿fuiste tú verdad? Eres el único que pudo haber hecho eso, por eso tome tu trabajo, porque no reprobare por tu culpa…-hablaba fría y confiadamente
-no es verdad yo ni siquiera vi tu trabajo y sería incapaz de hacer algo así…- hablaba sorprendido el ojiazul, si souma decía la verdad ¿Quién había destrozado su trabajo?
-no te creo, pensaba no decir nada, pero como veo que quieres a serme ver como la culpable le contare todo a mi madre y a tu padre…- al momento de terminar de decir aquello la chica solo paso por su lado y se dirigió a su salón, el rubio solo se limitó a guardar silencio.
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Llegada la hora de la exposición, todos los estudiantes presentaban sus trabajos ya sean buenos o malos, el maestro calificaba cada uno de ellos; cuando llego al de souma sin dudarlo le puso la mejor calificación, eso frustro más al rubio que no supo qué hacer cuando llego su turno de presentar el suyo; al verlo sin ningún trabajo el profesor no tuvo más opción que regañarlo y mandarlo a la dirección como castigo, el rubio solo se limitó a guardar silencio y obedecer
Se sentía entre triste y decepcionado ¿de quién realmente era la culpa? Eso no importaba nada le daba el derecho a una persona de culpar a otra de algo sin tener pruebas y estar segura, era el primer proyecto que tenía en su nueva escuela y trabajo muy duro para hacer lo mejor posible, pero de nada sirvió. Cuando entro a la dirección vio a ¿kurogane? ¿Qué hacía aquí?
-¿tú tampoco tienes un proyecto?…- saludo con aquella pregunta al ver al azabache, pero como era de esperarse el otro no respondió, pero si lo vio muy sorprendido- ¿Por qué no me hablas? Bueno, está bien si no quieres…
-tu porque estás aquí, si no parabas de fastidiarme con la luz hasta tarde ¿te la pasabas pintando un cuadro no?...- respondió el moreno interrumpiendo al rubio, eso le sorprendió
-así que no te comieron la lengua los ratones, ya me estaba preocupando…- le hablo sonriendo el ojiazul, realmente le hizo feliz que le hablara
-¿no vas a responder?...- pregunto mirándolo ya no tan seriamente, pero no había cambiado mucho su expresión
-lo sabrás al llegar a casa…- bajo la mirada al terminar de hablar y sentarse a su lado
Los minutos pasaban tranquila mente, el rubio no sabía cómo entablar una conversación que no durara solo medio minuto y miraba al moreno ¿Por qué no cambiaba esa expresión?
-te debo algo…- hablo de pronto el mayor, sorprendiendo al rubio- ¿Por qué no paras de mirarme?
-sé que eres una buena persona ¿Por qué finges ser el malo?...- le hablo tranquilamente el rubio mientras le sonreía, eso exalto al moreno
-no soy bueno, soy malo y me gusta ser malo…- respondió seriamente, haciendo que el rubio sonriera mas
-no es verdad kurorin…- y ahí estaba de nuevo, asiendo salir a su vena rebelde, y luego pregunta porque no le hablo, se dijo así mismo el moreno
-¡no me llames así!...- alzo la voz asiendo que la secretaria volteara a verlos
-habla en voz baja, si no, no saldremos de aquí…- le hablo en voz baja el rubio, el otro solo le miro con cara de: te voy a matar
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La noche se mostraba fría y el cielo estaba nublado con claras intenciones de querer llover
-¿¡qué hiciste que!?...- hablaba alterada mente la morena mayor viendo a su hija souma, que le había contado lo ocurrido en la escuela ese día
-¡tenía que hacerlo, el arruino mi proyecto!...- se defendía ella viendo a fye y a su padrastro
-¿es verdad eso fye?…- pregunto por su parte el padre de fye, pero el solo negó con la cabeza
-no, no fui yo quien arruinó su trabajo…- respondió el rubio, su padre solo lo miro
-está bien, si quieren creer que yo soy la culpable, hare lo que creen es correcto…- la morena bajo un poco la mirada mientras se acercaba al rubio- perdón por lo de hoy fye- se disculpó, eso hizo que el ojiazul se sintiera con ganas de correr, esa disculpa no era sincera, pero si no respondía el seria el malo de la historia, asi que solo suspiro, después de todo ya estaba hecho
-está bien olvidémoslo ¿sí?...- le regalo una sonrisa, luego guardo silencio y se dirigió a su habitación
-bien ya está resuelto este conflicto, creo que todos deberíamos irnos a dormir…- hablo calmadamente el padre del ojiazul
-tienes razón cariño…- respondió la morena mayor, para luego dirigirse a souma- trata de llevarte bien con fye ¿sí?, espero que esto no se vuelva a repetir
-claro…- fue la simple respuesta de souma mientras salió de la sala en donde estaban y se dirigió a su habitación también
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El rubio entró a su habitación, se sorprendió ver sentado en su cama al moreno cruzado de brazos, lo veía seriamente, nada nuevo, pero esta mirada en verdad que le inquietaba
-su… ¿sucede algo malo?...- preguntó algo nervioso el rubio
-yo…- bajo la mirada y cerró los ojos, realmente le era difícil decir lo que tenía que decir- te debo una disculpa- hablo rápidamente, sorprendiendo al más bajo
-¿una disculpa? ¿Por qué?...- realmente no entendía la actitud del moreno ¿Por qué se disculpaba? El ojirojo solo lo miro seriamente y continúo con lo que tenía que decir
-yo fui quien arruino el trabajo de souma…- eso sorprendió mucho al menor, que tan solo abrió sorprendida mente los ojos ¿Por qué kurogane aria eso?