La mañana transcurría tranquila, el rubio se encontraba observando a través de la ventana de su salón, mientras el profesor de artes daba instrucciones para el nuevo proyecto; era el primer día de la semana y sin embargo no se encontraba animado, ashura partiría ese día; miraba el cielo, se mostraba algo nubloso, no quería que las clases terminaran ya que cuando lo hicieran, iría al aeropuerto a despedirlo y no lo vería durante cinco años, eso lo entristecía.
La hora del receso llego, todos los estudiantes salieron animadamente del salón, el solo se quedo mirando a la ventana
-veo que estas muy distraído ¿te preocupa algo?...- escucho de pronto la voz de alguien hablándole, era souma
-no te preocupes, estoy bien…- respondió el mientras volteaba a verla
-mira, se que hemos tenido nuestras diferencias, pero no me veas como una enemiga, la verdad, a mi me gustaría que nos lleváramos bien…- hablaba ella tranquilamente, no parecía la souma de la escuela, esa era ¿la souma de casa? ¿Había dos soumas? Se preguntaba el rubio dentro de sí, realmente esa actitud lo confundía- ya, di algo- exigió ella al ver que el rubio había guardado silencio
-a… a mí también me gustaría…- respondió el amablemente al tiempo de sonreírle, la verdad no le creía del todo, pero nada perdía con intentar hacer las pases
-genial…- dijo ella alegre, luego jalo el pupitre del lado y lo puso junto al de él para sentarse- ¿me contaras que es lo que traes tu con ashura?- preguntó de pronto la morena, eso puso nervioso al ojiazul ¿Por qué lo preguntaba? A caso ¿se dio cuenta? pensaba
-¿Por qué lo preguntas?...- preguntó el también tratando de ocultar su nerviosismo
-por nada, simple curiosidad; mira, puedes confiar en mí, no soy homofóbica ni nada por el estilo, si a ti te gustan los….- al oírla no podía evitar sentirse algo preocupado, era souma después de todo
-basta, ya no sigas…- interrumpió de pronto el ojiazul, lo asustaba el hecho de que souma sospechara, no quería negar sus sentimientos pero… debía esconderlos, por su propio bien, si su padre lo descubría no quería ni imaginar cual sería su reacción- por favor, no vuelvas a mencionar algo así- le pidió bajando un poco la cabeza
-¿Por qué te pones así? Tu actitud con ese chico no es normal, además ya hay rumores…- las últimas palabras alertaron al ojiazul ¿había rumores? ¿Qué clase de rumores?- yo puedo ayudarte, te estoy ofreciendo mi ayuda- hablo ella tocándole el hombro con una mano y mirándole tranquilamente, pero sin embargo esa expresión en el rostro de la morena, solo preocupaba al ojiazul ¿Qué quería?
-¿puedo confiar en ti?...- preguntó de pronto algo inseguro, la verdad era que no confiaba, pero era simple precaución, para evitar que cualquiera descubriera la relación que tenia con el pelinegro mayor, si lograba que souma creyera que confiaba en ella, tal vez descubriría si de verdad debía confiar
-claro…- respondió ella animadamente
-la verdad, ashura y yo somos como hermanos, eso es todo…- concluyo, eso molesto a la morena, no era la repuesta que esperaba y sentía que le estaba mintiendo ¿no confiaba en ella?
- los vieron, en la pista de patinaje- hablo más seriamente haciendo que el rubio le mirara confundido ¿Qué fue lo que habían visto? No recordaba haber hecho algo malo, a demás… él se había ido cuando souma llego
-¿y que vieron?...- preguntó sin entender y mirando a la morena
-nada, quería ver si caías…- la feliz respuesta de la morena trajo tranquilidad al rubio, al tiempo que le sacaba una sonrisa, por un momento había pensado que se levantaron rumores por el hecho que ashura lo cargo
-¿y cuáles son esos rumores?...- siguió preguntando, quería despedir a todas las dudas que la morena había sembrado en el
-bueno, al ver como él a veces te trae, te recoge y se porta tan bien contigo y el hecho de que no tengas mas amigos que él, pues no es como para no sospechar…- hablo ella tranquilamente mirándolo, el solo bajo un poco la cabeza
-no soy muy sociable, eso es todo…- respondió sin mirarla y con la vista en la ventana
-ya, hoy se irá ¿verdad?...- le hablo ella volviendo al ánimo de antes, el ojiazul solo afirmó con la cabeza- es por eso que estas triste ¿verdad?- volvió a preguntar, el ojiazul solo volvió a afirmar- ven con migo, vamos a la azotea para que te distraigas un poco, no puedes quedarte aquí todo el receso- volvió a hablar ella muy animadamente, jalando al rubio del brazo, este solo la miro sorprendido, no pudo hacer mucho pues no se dio cuenta pero ya la estaba siguiendo sujetado de la muñeca
Llegaron a la azotea, el rubio se puso a mirar desde ahí, nunca antes había subido, ya que había malos rumores de ese sitio, imaginaba una azotea muy tétrica y solitaria, pero veía que la vista en realidad era hermosa, aunque solitaria si era
-creí que te gustaría mirar desde aquí, para despejar un poco tu mente…- hablo la morena tranquilamente, el rubio solo la miro y sonrió
-en realidad eres muy buena ¿porque a veces no?...- pregunto el ojiazul sorprendiendo a la morena, eso era verdad, ella solo sonrió de lado
-entiendo porque lo dices, entiendo que no me porte muy bien contigo, pero eso no significa que no me agrades, ya lo dije, quiero que a partir de ahora nos llevemos bien…- respondió ella calmadamente, fye solo se preguntaba si en verdad era honesta, se sentía mal por dudar
-de acuerdo…- respondió el sonriendo amablemente, por lo que ella lo hiso también
-cielos, olvide las bebidas…- hablo de pronto ella cambiando un poco su expresión- espérame aquí, iré por ellas- dijo para dirigirse a hacerlo
-espera, no es necesario…- trato de detenerla, pero esta solo levantó la mano
-sí lo es…- contesto mientras seguía su camino, el rubio solo la miro marcharse. Dirigió su vista a las redes y observo que desde ahí se veía todo el instituto, se preguntaba porque aquel lugar no era tan visitado, si veía que tenía una vista hermosa, tal vez sería por el mismo rumor que él había escuchado. Observo un momento al cielo, recordando cosas que deseaba olvidar y la vez no; de pronto un ruido lo saco de sus pensamientos, sonaba como a ¿ronquidos? No eran fuertes ¿acaso un perro dormía ahí? ¿Qué era? Se acerco al lugar donde provenían y justo en una esquina, detrás de unos cajones lo vio, era kurogane ¿acaso tenía la costumbre de dormirse en afuera? Tal parecía que sí; se acerco y se dispuso a levantarlo
Sentía los movimientos de su cuerpo balanceándose de un lado a otro y una voz que lo nombraba, esa voz era la misma que se había robado sus sueños desde algunas noches, confundiendo sus sentimientos, sus sentidos y alterando en algo su conducta; abrió de a poco los ojos y lo vio, era él, el ladrón de sueños. Se levantó de un salto sorprendido de él mismo ¿en que estaba pensando?
-deberías perder esa maña de dormirte en donde te pesca el sueño, te vas a enfermar…- hablo de pronto el rubio trayendo al moreno totalmente a la realidad, este lo miro un momento, ahora ¿Qué le diría? Si no había dormido bien por estar pensando todo el tiempo que sentimiento tenía hacia el rubio, pero claro para el moreno solo eran idioteces, idioteces que le habían robado el sueño- kurorin ¿estás ahí?- volvió a hablar el rubio, moviendo una mano delante de sus ojos
-sí, estoy aquí, pero dime ¿Qué haces tú aquí?...- preguntó el moreno mirando serio al rubio, este solo se sorprendió un momento
-es un lugar público ¿Qué tiene de raro que este aquí?...- preguntó aun un poco sorprendido
-¿Qué? ¿No escuchaste del demonio rojo que golpea a quien viene a esta azotea?...- preguntó el moreno nuevamente mirándolo serio y cruzándose de brazos después de frotarse levemente los ojos, sabía que aquel nombre era el más temido del instituto y sin embargo veía que el rubio no entendía y la expresión de su cara lo delataba ¿a qué se refería? ¿Demonio rojo?- ¡yo soy el demonio rojo! ¡Y esta azotea solo la uso yo!- concluyo el moreno, confundiendo más al ojiazul quien solo soltó una risa que provoco que saltara la vena de la frente del moreno ¿Qué le causaba tanta risa?
-jajaja ¿demonio rojo? Que nombre más original kurorin…- hablo el rubio aun riendo- dime ¿Por qué hiciste eso? Oí rumores de este sitio, pero no imagine que fuera por tu causa, fue una sorpresa, de todos modos solo estoy yo a sí que no hay problema…- concluyo el rubio dejando de reír tanto y sonriendo al moreno, este solo lo miraba serio ¿¡como aquel chico que lo sacaba de sus casillas pudo haberlo confundido tanto!? Era más, aun lo tenía confundido, iba a decirle algo pero el ruido de la puerta de la azotea serrándose llamo la atención de ambos; rápidamente el rubio se dirigió a la puerta, no tenía un buen presentimiento, el moreno se incorporo y lo siguió
Forcejeó la puerta, y se percato que alguien la había serrado por fuera, no quería imaginar cosas malas pero… ¿acaso este era un plan de souma? Se negaba a creerlo
-¿Qué sucede?...- preguntó el moreno, poniéndose al lado del rubio quien comenzaba a preucuparse
-alguien la serró por fuera…- respondió en voz decaída, el moreno al escucharlo, rápidamente se dispuso a abrirla, pero vanos eran sus intentos, pues la puerta no se abría
-maldición…- se dijo a sí mismo al fracasar en sus intentos de salir
-¿sabes qué hora es?...- preguntó el rubio alzando la cabeza y viendo al moreno, este solo lo miro, sabia porque lo preguntaba, no sabía porque, pero eso lo molestaba; el timbre anunciando el regreso a las aulas respondió la pregunta del rubio, quien se asusto al escucharlo- no, se hará tarde- se dijo a sí mismo, pero en voz audible para el moreno, luego intento forjar la puerta una vez más, esta vez con más fuerza, pero era imposible; el moreno solo lo miraba; ese día se iría ese tal ashura, si no salían de ahí, se le haría tarde para ir a despedirlo al aeropuerto, esa idea le gustaba ¿acaso era tan malo? ¿Por qué pensaba eso? No comprendía muchas cosas y entre esas el porqué odiaba a ashura, aun sin conocerlo, y porque lo molestaba tanto cuando sabía que fye estaba o iría con él; decidió ignorar el deseo que tenía de no ayudarlo a salir y quedarse ahí hasta que alguien venga por ellos; así que se puso a forcejear la puerta también
Los minutos transcurrían y no lograban ni siquiera un pequeño avance y cuando creyeron que las cosas no podían empeorar, comenzó a llover
-genial…- dijo el moreno fastidiado y molesto, el rubio solo guardaba silencio- esperemos que pase un poco la lluvia, porque no usamos aquellas cajas para refugiarnos- ofreció el moreno, por lo que el rubio solo asintió. Se dirigieron a la esquina donde antes estaba kurogane tomando una siesta y armaron una especie de cueva con los cajones, ambos ya estaban mojados, pero al menos eso los protegía un poco del frio
La lluvia cada vez era más intensa y los cajones comenzaban a decaer, el moreno sentía mucho frio y podía ver que el rubio también, y sin embargo la expresión triste de su rostro era lo que más se notaba en él, no era el mismo de siempre, no le gustaba verlo así; en un impulso, acercó su cuerpo con el del menor y lo abrazo sorprendiendo a este
-¿kuro?...- preguntó muy confundido y haciendo notar al moreno lo que había hecho, este se cuestiono dentro de sí ¿Por qué lo había hecho? No lo sabía, su cuerpo actuó solo, si lo soltaba se malinterpretarían las cosas, así que dio la escusa más creíble
-así sentiremos menos frio…- dijo de manera seca, el menor seguía sin entender del todo
-ya ¿te refieres a eso de que un cuerpo calienta a otro?...- preguntó sin mucho ánimo, por lo que el moreno solo bajo la cabeza y lo acerco mas
-sí…- respondió en el mismo tono de antes, el rubio solo se dejo, ya pronto seria la salida y si no salía de ahí, no llegaría a tiempo con ashura, eso bajaba su ánimo, no podía llamarlo, pues su celular se había quedado en el curso, se sentía desesperado ¿Quién los había encerrado? Para él no había duda de que era souma, no había regresado de ir a traer los refrescos ¿Por qué lo había hecho? Se aferro al cuerpo del moreno inconscientemente, no entendía, pero se sentía más tranquilo estando con él- te preocupa no llegar a tiempo al aeropuerto, para despedir a tu amigo ashura ¿verdad? - habló de pronto el moreno, haciendo que el rubio lo mirara, eso era verdad
-ya no importa, pronto sonara la alarma de salida, ya no tengo tiempo, le falle…- respondió el más bajo bajando la mirada, con esa expresión triste de la que no había salido hace rato; el timbre anunciando la salida, mato la esperanza que podía quedar, entristeciéndolo más
-¡no te rindas tan fácil!...- hablo el moreno alzando un poco la voz y sorprendiendo al rubio- ¡rendirse es de cobardes!- concluyo para luego levantarse a intentar una vez más salir de ahí; sujeto una vara de fierro que no había visto antes- esto servirá- se dijo así mismo sonriendo de lado y estando más confiado, la puso en la división de la puerta y comenzó a palanquear, el rubio solo lo miraba, no creía que el moreno podía llegar a ser tan testarudo, eso le gustaba, tomo el ejemplo y comenzó a ayudarlo sosteniendo la punta de la vara y haciendo fuerza el también.
Pasaba el tiempo y parecía inútil, ya que no lograban mucho, el ojiazul quería dejarlo ya, pero al ver que el moreno no lo hacia se dejo guiar y siguió, pasaron un largo momento, hasta que por fin la vara cedió, rompiendo con ella parte de la puerta, ambos sonrieron al ver que lo habían logrado, estaban completamente empapados, pero se sentían felices. Kurogane metió la mano por el lugar que habían roto y logro abrir la puerta completa
-bien ahora ve a el aeropuerto…- dijo el moreno mirando al rubio, este solo lo miro, ¿en verdad había hecho esto por él?- ¿¡que pasa!? No me dirás que me hiciste trabajar en vano- habló viendo que el menor no se movía
-creo que ya no hay tiempo…- hablo por fin molestando un poco al moreno, que en seguida lo tomo del brazo y lo llevó con él- ¿Qué haces?- preguntaba el rubio sin obtener respuesta alguna; veía como sus compañeros los veían sorprendidos, al ver que el moreno manejaba de esa forma al rubio y que ambos se encontraban mojados, al llegar a la calle, el moreno rápidamente tomo un taxi y subió al rubio junto con el
-al aeropuerto…- ordeno al chofer el cual obedeció, el ojiazul permanecía en silencio, realmente kurogane era sorprendente, sorprendentemente testarudo, sonrió por lo bajo pensando en eso, nunca imagino que él lo ayudaría en algo así, la lluvia comenzaba a cesar ¿que importaba eso? Si de todos modos ellos ya estaban empapados, dirigió una vez más su vista hacia kurogane; ashura se iría, era verdad, pero con kurogane a su lado, tal vez no se sentiría tan solo, pensaba el menor mientras el coche seguía su curso.