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El ladron del bosque por lady kuro

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Capitulo II: recuerdos

Ciel phantomhive, de 14 años, vivía en ese inmenso castillo sin nadie que lo acompañara, ya que su tío siempre estaba ocupado, su primo alois estaba demasiado deprimido por la muerte de sus padres y el respetaba su duelo, no tenía nana. Se sentía solo y muy aburrido, eso puede ser una mala combinación en ciel ya que si se encuentra aburrido tiende a ser más original a la hora de divertirse.

Ciel se levantó de donde estaba, para salir a escondidas al jardín, camino hacia los establos para tomar un caballo, ciel sabía montar como ninguno, subió y se dirigió a los bosques que había cerca del palacio, era el único lugar donde no había guardias.

Empezó a cabalgar con lentitud para adentrarse a los bosques, al entrar en la profunda arboleda, se dio cuenta de dos cosas, la primera es que se sentía más solo ahí en medio de ese profundo bosque y la segunda era que el bosque tenía su límite, ya que había algo parecido a una barda de piedra que cruzaba casi todo el perímetro del castillo. Con curiosidad casi infantil se acercó a la barda descubriendo con sorpresa que esta era más alta de lo que aparentaba, no había arboles de ramas firmes cercas así que sería casi imposible cruzarla por arriba. Miro el muro con impaciencia, pero pronto se concentró en la parte baja de la pared y noto que había algo así como unas piedras sueltas, pero a la vez parecían ser ocultadas por un arbusto.

Se acercó para retirar las piedras, cuando las retiro por completo para su sorpresa noto que era algo parecido a una entrada secreta, con facilidad la paso, ya que era un poco pequeño de estatura para su edad, al entrar vio la inmensidad del bosque y se sintió tentado a volver a cruzar la pared y ocultar esa entrada, pero algo más fuerte que su propia voluntad le hizo adentrarse en ese bosque que parecía inmenso, al pasar los segundo empezó a vagar sin darse cuenta realmente de sus pasos. Cuando se dio cuenta de que no iba prestando atención al camino era demasiado tarde estaba perdido.

Hizo un pequeño gusto de preocupación, pero luego cambio a uno de despreocupación, ¿Por qué? Bueno después de todo había dejado la entrada al descubierto y si su tío notaba su ausencia de inmediato mandaría a los guardias para buscarlo. Algo interrumpió sus pensamientos, un sonido extraño como el del agua al caer, con lentitud se acercó hacia donde creyó que venía el sonido y encontró una pequeña pero hermosa cascada.

Alrededor había arbustos de moras, sus frutas favoritas, había encontrado el lugar perfecto para esperar, se sentó en el suave pasto recargando su cuerpo en un árbol, el sonido del agua al caer era demasiado relajante cerro los ojos para disfrutar de esa sensación de paz, pero un sonido casi imperceptible para cualquiera pero no para el azulino se hizo presente, el sonido de las ramas crujir. Abrió rápidamente los ojos para toparse con alguien que le estaba apuntando con un arco, esa persona casi lo deja sin aliento, era un hombre de quizá 21 años, su cabello era de un color negro tan profundo como las plumas de un cuervo y sus ojos eran de un peculiar carmesí

-¿Quién eres?- hablo aquel hombre, su voz hizo estremecer a ciel

-soy ciel phantomhive, el sobrino del rey- dijo con voz dura y para nada asustada a pesar de que en cualquier momento podría morir

-mmm sobrino del rey…- en la cara del sujeto se formó una sonrisa burlona- pues yo soy el ladrón más buscado Sebastián michaelis

¿Sebastián michaelis? ¿Ladrón más buscado…? Por alguna razón no creía sus palabras, lo miro con cierto recelo

-más que ladrón pareces noble- confeso ciel, al ver al hombre que bajaba su arco al parecer no tenía intenciones de dispararle o matarlo  

-me halagas…- decía con una sonrisa totalmente despreocupada mientras se acercaba al pequeño manantial- ¿Qué hace un niño solo por aquí?- pregunto el pelinegro, el chico solo frunció el ceño, como odiaba que las personas le digieran niño

-no soy un niño- dijo de manera irritada, sacándole una carcajada al pelinegro

-disculpa…- decía con una brillante y divertida sonrisa, ciel solo suspiro

-me perdí- dijo en voz baja

-¿disculpa?- pregunto Sebastián ahogando una carcajada

-¡me perdí!… maldición- dijo realmente molesto       

-ya, ya… ¡qué carácter!-  dijo Sebastián mientras se acercaba a un arbusto para tomar unas moras- de todas formas, se está haciendo tarde y si no regresas tu tío mandara a un ejército a buscarte y eso será un enorme problema para mí- le dijo- así que ven- ciel con recelo le siguió, caminaron durante unos minutos hasta llegar a la misma pared donde ciel había cruzado

-aquí es…- le dijo ciel mientras veía la entrada intacta así que sin perder tiempo la cruzo

-adiós…- dijo Sebastián- mocoso maleducado, mira que  ni un gracias me dio- regreso a donde estaba el manantial, para sentarse en el mismo lugar donde ciel había estado, de repente  noto un pequeño brillo- ¿un anillo?- lo tomo entre sus manos, era un anillo excepcional, con bordes de oro blanco y en centro un diamante de un azul tan intenso que le recordaba a los ojos del niño con el que había estado- tiene que ser de ese niño…- involuntariamente sonrió mientras guardaba el anillo…

Ciel regreso corriendo al castillo ya que si su tío notaba su ausencia le daría un regaño del cual se acordaría hasta que tuviera veinte años, entro con sigilo hasta la biblioteca para su suerte no fue notado por ninguno de los sirvientes, al entrar a la biblioteca dio un suspiro totalmente de alivio

-¿Dónde estabas ciel?- casi le da un infarto de no ser porque vio el rubio cabello de alois, le sorprendió que saliera de su habitación, alois había estado muy deprimido y había tomado la decisión de no salir de ahí, pero ahora estaba en la biblioteca leyendo a toda calma, con una sonrisa divertida por la cara que tenía ciel….

-me asustaste alois- dijo volviéndose a sentar en un sillón para tomar un libro

-lo sé, pero estaba aburrido así que decidí verte, me encontré con la sorpresa de que no estabas aquí- decía el rubio mientras leía desinteresado- bien ¿Dónde estabas?

-en el bosque- dijo ciel de manera despreocupada

-¡en el bosque!- grito alois totalmente sorprendido

-silencio alois- le reprocho ciel, en ese momento toco el bolsillo de su saco con la desagradable sorpresa que ahí no estaba su anillo, el único recuerdo de su padre, ciel era un bebe cuando sus padres murieron cuando la mansión se incendió,  así que nunca los conoció, solo por unos retratos que su tío tenia, sabia como eran, ese anillo era de su padre y ese anillo fue lo único que sobrevivió de la cenizas- ¡maldición!- grito interiormente, pensando que ese ladrón que conoció le había robado el anillo

-ciel- llamo alois ante el silencio de ciel, este le miro y le sonrió de la manera más falsa e hipócrita que pudiera tener, ante esto alois lo miro extrañado

- alois dile a nuestro tío que me sentí muy mal- ciel lo miro con seriedad

-está bien pero…- ciel solo le guiño el ojo

-solo dile que me sentí mal- pidió de nuevo ciel

-si- ante esa respuesta ciel salió de la biblioteca para volverse a escabullir hacia el jardín, pero esta vez corrió directo al bosque, para volver a llegar a la pared y volverse a meter por la entrada….

De repente se quedó quito, no tenía ni idea de hacia dónde tenía que ir, pero sus instintos lo guiaron de nuevo al manantial y para su suerte el pelinegro seguía ahí

-¡oye tú!- grito, despertando al pelinegro

-¡¿pero qué…!?- Sebastián se sobresaltó, vio al niño azulino con el ceño fruncido- pero si eres el sobrino del rey, ¿te perdiste de nuevo?-bromeo

-déjate de bromas… ¿te robaste mi anillo?- pregunto con las manos en su cintura, Sebastián lo miro de mala gana

-no me lo robe…- ciel le interrumpió

-ja ¿Quién le creería algo así a un ladrón?- eso enojo a Sebastián  

-oye tu anillo se te cayo y yo lo guarde, debí suponer que era importante para ti y lo guarde- dijo de verdad indignado, ciel lo miro raro y le arrebato el anillo

-si es importante para mí... gracias- dijo con voz calmada y las mejillas sonrojadas, Sebastián sonrió después de todo era un niño

-de nada…- Sebastián se volvió a acostar

-creo que te tengo que dar algo como recompensa…- Sebastián miro al niño- toma- saco un anillo idéntico al suyo a diferencia de que había un rubí, un brillante y enorme rubí, Sebastián quedo boquiabierto al ver tan bella joya

-¿es real?- pregunto totalmente receloso

-si es real, mi tío me lo dio como regalo pero no me gusta, te lo doy como recompensa- Sebastián lo tomo con demasiado recelo pero luego sonrió al ver que la piedra era real

-deberías venir más seguido- río Sebastián

-no cuentes con ello- de inmediato retorno al castillo…

          

Notas finales:

les traigo el capitulo, este capitulo va tener segunda parte, donde se muestra el romance que tenian ciel y sebastian.

le agradesco a todas las personas que se han tomado el tiempo de leer y dejar sus reviews

Les deseo un buen dia

Atte.

Lady kuro  


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