Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Llorar no sirve de nada... por chrome schiffer

[Reviews - 79]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Es muy obvio pero bueno, aqui Sasuke y Madara no tienen nada que ver, no es su tio ni nada por el estilo, ya, eso es todo, una aclaracion por si las moscas.

 

Hace ya quince días que fue la comida en la mansión de Madara-san y las cosas con Sasuke volvieron a están igual que antes, fui un iluso al pensar que sus cumplidos de ese día y el habernos acostado, darían paso a una mejor actitud de él, pero al parecer no fue así. El volvió a su actitud seria y hasta desinteresada con la que últimamente ha estado, sinceramente no sé qué es lo que lo tiene tan ocupado. Después de pensar que todo mejoraría, después de pensar que ese distanciamiento que se posó entre nosotros había desaparecido, que había sido solo un lapsus en nuestra relación y darme cuenta de que no es así, me siento peor, me siento solo, me siento triste, siento que ya no le intereso, siento que ya no me necesita en su vida, que ya no soy “su amor”, como solía decirme, siento que ya no soy nada. El sentimiento de sentirte un estorbo o peor aún, un cero a la izquierda para tu pareja es lo que yo estoy sintiendo en estos momentos, ¿Cómo todo cambio a esto?

 

--Sasuke… te extraño tanto…-- estoy hecho un ovillo en una esquina de la ducha abrazado a mis rodillas y con mi cabeza entre estas, supuestamente estoy dándome una ducha, pero aquí no me contengo en reprimir mis sollozos, total nadie me escucha, nadie me nota, él no me ve --quiero que me beses, quiero que me digas que me quieres, quiero…-- susurro escuchando el agua correr por las frías baldosas hacia el desagüe --ojala… ojala todo esto que siento… se fuera… se fuera también-- susurro queriendo que el desagüe se lleve todo y no solo el agua, siento como mi cuerpo convulsiona por los hipidos de mi llanto. Abrazo con más fuerza mis rodillas y mi mente se pierde en un sinfín de suposiciones que sé, solo me hacen más daño, pero me es imposible no pensar que tal vez no son tan irracionales ni imposibles, hay una que ronda constantemente y es que el ya no me ame y que se haya conseguido a alguien más… -no, no, no puede ser-- niego con mi cabeza negándome obstinadamente ante lo obvio --te amo tanto… tanto…-- digo sintiendo el vaho de mi aliento contra mi piel esperando tontamente que esas palabras le lleguen, que esas palabras le hagan volver a ser el de antes…

 

Los días siguientes trato de distraerme en los trabajos que me han salido en algunas revistas y hoy precisamente salgo de una sesión de fotos de una marca de ropa, estoy cansado y no me siento bien, así que decido ir a casa inmediatamente para descansar un poco antes de preparar la cena. O esa era mi intensión hasta que siento que el piso se mueve bajo mis pies y luces revolotean frente a mis ojos, pierdo el equilibrio y me siento caer, aunque no llego a sentir el golpe contra el pavimento.

 

--¿dónde…?-- abro mis ojos asustado y me siento rápidamente arrepintiéndome inmediatamente de ese acto ya que un fuerte mareo me obliga a acostarme de nuevo en una suave superficie, una cama. Miro hacia todos lados buscando saber dónde me encuentro, estoy en un cuarto muy amplio y elegantemente decorado, me ergo lentamente para poder sentarme y poder salir de acá para irme a casa, pero siento unos pasos acercarse y me pongo nervioso

 

--ya despertaste Naruto-kun, me alegra-- la persona frente a mí me sonríe amablemente y se acerca sentándose a mi lado --¿Cómo te sientes?--

 

--Ma-Madara-san… ¿cómo?... yo estaba… el piso temblo y…-- suelto palabras entrecortadas buscando explicación a mi actual situación

 

--Naruto-kun-- siento que pone una de sus manos en mi hombro para que me tranquilice y guarde silencio y sintiéndome con mi total atención, continua --te desmayaste, yo iba para una cita con unos socios y te vi en la calle, no te veías muy bien, estabas pálido y tambaleante, así que pedí a mi chofer detenerse y salí justo a tiempo para sostenerle antes de que cayeras al suelo, después te traje a mi casa para reponerse al percatarme que solo había sido un desmayo-- termina de contarme mirándome fijamente y con una expresión afable en su tez

 

--¿su casa?... ¿estoy en su… habi…?--

 

--sí, mi habitación, no podía dejarte en cualquier lugar ¿verdad?--

 

--disculpe la molestia pero tengo… tengo que irme-- me puse de pie tambaleándome un poco ante un nuevo mareo y pensé en mi irremediable caída, pero como la vez anterior, eso no sucedió. Sentí los brazos del hombre a mi lado sostenerme por la cintura evitando así mi caída… por segunda vez

--espere un momento, no te apresures-- con cuidado me instó a sentarme de nuevo en su cama y me deje hacer porque en realidad me sentía mal, no me percate realmente de su cercanía hasta unos minutos después logrando sacar un sonrojo en mis mejillas y ponerme inquieto

 

--pero tengo que…--

 

--está bien, está bien, yo te llevare a tu casa si tanto insistes en marcharte-- se pone de pie y pone su mano frente a mí para ayudarme a levantar y acepto sin pensarlo de mas, tal vez solo es mi imaginación que él estaba muy cerca.

 

--muchas gracias, Sasuke llegara pronto y no quiero que llegue y no me encuentre--

 

--entiendo, entonces ¿vamos?-- jala sutilmente su mano instándome a caminar y así en poco tiempo llego a casa y me despido de Madara-san dándole las gracias nuevamente y pidiéndole disculpas por las molestias que le cause a lo cual lleva su mano a mi mejilla acariciándola con delicadeza como lo hizo en el balcón de su mansión y diciéndome que fue todo un placer el poder ayudarme junto con una sonrisa muy amable y galante. Al él retirarse llevo mi mano a mi mejilla acariciándola

 

--huele muy bien…-- musito y luego niego con mi cabeza --pero… Sasuke huele mejor-- cierro la puerta y voy a la cocina rápidamente a preparar la cena.

 

---------------------------------------------------------------------------

 

--estoy cansado-- susurre dejando escapar el aire de mis pulmones y recostándome en la silla en la cual me encuentro sentado en estos momentos. Hace dos años estoy trabajando en una firma de arquitectos, bueno, un año, porque el otro año solo era practicante y digamos que trabajaba pero sin paga, pero de un año para acá, Madara-san, el dueño de la firma me ha contratado oficialmente y todo ha mejorado, empezando que tengo sueldo y eso es importante ya que vivo con mi pareja, un doncel llamado Uzumaki Naruto y no es como si quisiera que viviéramos en malas condiciones, aunque no me estoy quejando de lo que poseemos, me parece que así estamos bien, vivimos felices y las cosas materiales no son indispensables para nuestra vida juntos.

 

Últimamente he estado demasiado ocupado, Madara-san me ha puesto a cargo de uno de los proyectos más importantes que la constructora ha logrado tener, ya que según el confía en mi talento, en mis conocimientos y mi capacidad para hacer que todo funcione como debe hacerlo y ¿Qué puedo decir? Soy totalmente capaz de conseguirlo, no por nada casi me he matado para poder conseguir este trabajo, es lo que me gusta además de que gano buen dinero, y en estos momentos lo necesito mucho, he pensado pedirle a Naruto que sea mi esposo, vivimos en unión libre y estamos bien, pero yo quiero que él sepa que es el amor de mi vida y quiero tenerlo a mi lado hasta que la muerte nos separe, no es que un papel que nos declare marido y esposo sea indispensable, pero sé que él desea casarse y tener una familia con hijos y estable como la que él no tuvo, así que quiero dársela porque así lo deseo también y porque sé que nunca me arrepentiré de tal cosa.

 

El doncel con el que pretendo casarme quiere que tengamos hijos, y en esa cuestión si le deje en claro que no era el momento, no es que no los quiera, pero prefiero que primero tengamos una vida estable, eso incluye una casa apropiada, más grande y con los cuartos y espacios suficientes para que nuestro o nuestros hijos puedan correr, saltar, jugar, en fin, disfrutar de una infancia como se debe.

 

No quiero que a mis hijos les falte nada, ni a ellos ni a Naruto, así que me estoy esforzando para poder darles lo mejor, lo que se merecen y es por ello que he invertido muchísimo de mi tiempo en este proyecto, me darán una excelente comisión y con ello podre abonar a la casa que quiero comprar, es hermosa y sé que a Naru le encantara, le comprare un anillo y le pediré que sea mi esposo y que quiero que tengamos un hijo, siento que esperar más por ello no es necesario.

 

--Uchiha-san-- escuche por el intercomunicador a mi asistente Yamanaka Ino, sacándome de mis pensamientos. Trabaja bajo mi cargo hace un par de meses, es una mujer rubia de ojos azules, piel clara, de buen ver y muy competente en cuanto a su trabajo, lo único malo es que no pierde oportunidad para insinuárseme, es muy molesta y trato por ello de tratarla lo menos posible, lo estrictamente necesario, aunque es muy difícil.

 

--¿sucede algo?--

 

--Hatake-san solicita su presencia en su oficina, dice que es acerca del nuevo socio, Madara-san--

 

--enseguida voy para allá-- me levanto cogiendo mi leva que se encontraba en el respaldo de la silla y me la coloco para ir donde Hatake, pasando a su lado sin siquiera mirarle, pienso que hacer esa mínima cosa podría darle alas que no quiero que tenga.

 

Al salir de su oficina me dirijo a mi oficina y tomo mis cosas para salir donde el socio del cual hablamos, al parecer tiene algunos problemas en cuanto a unos planos y necesito ir para ver cuál es el dichoso problema. Desde la comida en su mansión parece mucho más interesado en el proyecto que tenemos con él y me llama muy seguido poniéndome más trabajo e insistiéndome en que quiere que todo quede en regla y que resulte como lo esperan ambas partes lo antes posible, así que mi tiempo se ve ahora mucho más reducido y ocupado.

 

---------------------------------------------------------------------------

 

En estos momentos voy saliendo de un consultorio médico, no me he sentido muy bien últimamente y no quiero perder algún trabajo extra o no asistir a la empresa por estar enfermo. Me tomaron algunos análisis y tengo que recogerlos en unos días. En estos momentos no tengo nada realmente que hacer porque le pedí el día a Gaara, fui a un parque que estaba cerca y entonces vi pasar un carrito de esos de helados, literalmente se me hizo agua la boca y sin pensarlo dos veces me acerque a el y pedí un helado de fresa, lo pague y me senté en una silla de dicho parque a disfrutarle, me lo comí tan rápido que me dio dolor de cabeza al estar tan frio, pero ni tiempo tuve de quejarme ya que me entraron unas nauseas terribles, respire hondamente tratando de que estas se me quitaran y al parecer resulto, decidí mejor irme a casa y descansar un poco.

 

Me fui caminando lentamente, no estaba muy lejos y así me daba aire, entonces sentí mi celular sonar en mi bolsillo y lo saque extrañándome de no conocer dicho número, conteste sin más y al  reconocer la voz del otro lado me detuve

 

--¿Madara-san?-- pregunte algo indeciso, tal vez y solo lo estoy confundiendo

 

--buenas tardes Naruto-kun ¿Cómo estás?-- efectivamente es su voz, ya confirmado respondí preguntándome ¿cómo fue que consiguió mi numero?, tal vez Sasuke se lo dio pensé, pero ¿para qué?

 

--buenas tardes… y estoy… bien, bien gracias, ¿usted qué tal?-- me sentía muy raro, no se para que me llama

 

--muy bien mi bello doncel, mi llamada es simplemente para saber si usted quisiera honrarme con su presencia esta tarde en un almuerzo, si me lo permite ¿está muy ocupado?--

 

--¿almorzar?--

 

--en efecto ¿es posible?-- insistió

 

--pues vera…-- en ese momento mi estómago gruño, tenía hambre pero no me parecía correcto aceptar dicha invitación, no me había mencionado a Sasuke en lo absoluto, así que mejor la rechace con algo de pena --en estos momentos me encuentro algo ocupado, así que no me será posible aceptar su invitación, lo siento mucho-- me disculpe

 

--oh no se preocupe, en otra ocasión será, disculpe si le interrumpí por favor--

 

--¿eh?, no, no, no hay problema, pero lo siento, debe irme, hasta luego-- colgué rápidamente después de escuchar su despedida y me quede mirando el aparato entre mis manos --tal vez necesitaba hablar sobre Sasuke-- susurre pensando en que tal vez hice mal en rechazar su invitación.

.

.

.

 

Pasaron otros quince días y casi no había visto a Sasuke en casa, salía muy temprano y para cuando llegaba yo ya estaba durmiendo, el sueño me vence recientemente y por más que quiero esperarlo despierto me es imposible. Cuando lo veo solo me saluda y va al estudio a seguir trabajando, todo parece estancado en nuestra relación ¿hay aun alguna relación entre los dos?, no lo sé realmente, quiero pensar que si la hay aún, pero es difícil.

 

.

.

.

 

El día de hoy decidí ir a visitarlo a su empresa, quiero invitarlo a almorzar y tratar de tener una charla con él, hablar de cualquier cosa esta bien, del clima, de su trabajo, del mío,  lo que sea, tan solo quiero acercarme de nuevo a él. Baje del bus y camine un par de cuadras que era lo que me faltaba para llegar, distinguí su figura en la entrada al parecer esperando a alguien y sonreí con la intención de dirigirme allí, pero todo eso se me olvido al ver como una rubia muy bonita pasaba sus brazos por el cuello y le besaba en los labios con tanta confianza que parecía tan natural esa acción, como si lo hiciera a diario, como si él fuera su…

 

Salí corriendo con dirección opuesta con una opresión en el pecho espantosa al saber, al confirmar que lo que me suponía era verdad --lo sabía, lo sabía… soy un idiota-- seguía corriendo con ahora lagrimas resbalando por mis mejillas sin intención de detenerse, siempre estuve convencido del amor de Sasuke por mí, nunca pensé que el pudiera aburrirse de nuestra relación y conseguirse a alguien más, sabía que yo no era la mejor persona, sabía que tenía muchísimos defectos, sabía que tal vez Sasuke merecía a alguien mejor, sabía que no era el doncel ideal que los varones buscarían para compartir su vida, pero pensaba que Sasuke era feliz conmigo y que me aceptaba y amaba tal cual era, pensaba tantas cosas que al parecer solo fueron… fantasías --¿porque Sasuke?, ¿porque?-- susurre y sin darme cuenta ya había llegado a casa, subí y me metí bajo las mantas de mi cama, enterré mi rostro en la almohada y me desahogue llorando como no lo hacía desde hace años, buscando quitar esa imagen de él y ella besándose de mi mente desesperadamente.

 

No sé en qué momento me quede dormido, solo sé que cuando desperté mi cabeza dolía horrores y que mis ojos estaban muy hinchados, me siento triste y me intento poner de pie y no sé si es porque me levante muy rápido pero un intenso mareo acudió a mi cabeza haciéndome volver a sentarme, pensaba quedarme unos minutos para reestablecerme pero unas fuertes arcadas vinieron de repente y no pude más que correr hasta el baño procurando no caerme para poder vomitar

 

--esto es horrible-- limpie mi boca y fui de nuevo a la habitación, mi celular sonaba y conteste al percatarme que no se trataba del número de Sasuke --¿diga?--

 

--buenas noches Naruto-kun, ¿cómo te encuentras?-- esa voz, Madara -san de nuevo

 

--buenas noches, disculpe Madara-san pero Sasuke no está y no puedo hacerlo pasar, así que…--

 

--no lo llamo a él precioso, ¿no es acaso este tu teléfono?--

 

--esto… si, si lo es, discúlpeme Madara-san no fue mi intensi…--

 

--no te preocupes Naruto-kun, quería invitarte mañana a almorzar y no recibo un no por respuesta, la vez pasada me prometiste que accederías a mi invitación, así que mañana a las 12:30 en tu trabajo pasare a recogerte--

 

--¿eh?, bueno si, está bien, lo espero a esa hora, que tenga buena noche-- colgué después de ello y quede mirando mi celular, no me dio opción alguna de refutar o de negarme a dicha invitación, aunque pensándolo bien, tal vez me seria de ayuda salir un poco, no quiero entristecerme más de lo que estoy, si Madara-san puede desviar mis pensamientos de Sasuke y su secretaria, bienvenida sea su invitación.

 

Esa noche Sasuke no vino a dormir y casi sin ganas me levante para ir a trabajar, ¿tiene algún sentido seguir con toda esta farsa?, 

.

.

.

 

--buenas tardes Naruto-kun, que bueno que hayas decidido venir-- me saluda el hombre frente a mí y besa el dorso de mi mano con caballerosidad, entramos al restaurante y una de las meseras nos guía a una mesa, apartada y como no, sin mucha gente alrededor, nos pasa las cartas y Madara-san pide por los dos, mejor, yo no tengo ganas de siquiera leer, él me sonríe como siempre, como desde el día que le distinguí en la reunión esa a la que Sasuke me llevo por obligación --¡Naruto-kun?-- me llama el mayor frente a mí y yo doy un brinco al no haberme percatado de que lleva un buen rato tratando de llamar mi atención

 

--¿eh?, perdón Madara-san, estaba algo distraído, ¿me decía?--

 

--¿Qué te tiene tan pensativo y triste mi bello doncel?--

 

--¿triste? No, no, no… yo no estoy triste, todo está bien-- digo esbozando una especie de mueca que pretende pasar por una sonrisa y parece que la persona frente a mí no se la traga del todo

 

--si tienes problemas con Sasuke-kun, le propongo que después de este almuerzo me acompañe a una exposición a la que estoy invitado y por supuesto, usted también está muy cordialmente invitado a acompañarme, despéjese y vera que se sentirá mejor-- no sé qué hacer, no pensé ser tan evidente en cuanto a mi estado de ánimo y esta persona parece saber o adivinar los pensamientos de los demás, aunque que yo no haya negado su primera afirmación debió darle la confirmación que necesitaba. A punto estaba de negarme a su invitación pero en ese momento llego nuestra comida, olía realmente bien y debido a que no había comido en todo el día mi estómago estaba pidiendo desesperadamente algo para satisfacerlo, cosa de la que no me percate hasta tener la comida frente a mis narices --buen provecho-- le escucho decirme al tiempo que alza su copa con vino y yo hago lo mismo

 

--gracias, se ve muy rico-- bebo un trago y me dispongo a comer. Extrañamente no me doy cuenta del paso del tiempo, Madara-san es un hombre muy conocedor y me ha hecho contra todo pronóstico, pasar un agradable momento, pero a veces mi mente me traiciona y pienso en él, cuando eso pasa me reprendo a mí mismo diciéndome que no vale la pena, que todo acabo aunque no lo hayamos dicho con palabras el uno frente al otro. Ya todo está perdido y por lo que queda del día de hoy, no quiero pensar en nada.

 

--y entonces Naruto-kun, ¿me acompañas?--

 

--si, muchas gracias por invitarme-- estoy a punto de terminar el ultimo bocado de mi comida, pero de repente unas ansias espantosas por vomitar me asaltan, pido disculpas rápidamente al hombre sentado en la mesa y tratando de aparentar lo mejor posible mi estado, me dirijo a los sanitarios, entro en uno de los cubículos vacíos y sin dar espera desocupo totalmente mi estómago, tengo que sostenerme de una de las cuatro paredes a mi alrededor para no caer, como si fueran poco las arcadas, un mareo invadió mi cabeza --tal vez no debería ir a la exposición, pero ya le dije que sí, no sería educado de mi parte retractarme-- voy hacia el lavamanos y enjuago varias veces mi boca, seco mi rostro y mis manos con toallas desechables y antes de salir respiro hondamente. Al volver a la mesa noto que en la mesa ya no están los platos y que Madara-san está listo para irse

 

--¿te encuentras bien precioso?-- acerca una de sus manos y acaricia mi mejilla --te noto algo pálido, tal vez no deberíamos ir y mejor te llevo a casa--

 

--no, no se preocupe, estoy bien, así que ¿vamos?-- me acerco a la silla recogiendo mi maletín y me hago a su lado

--está bien vamos, pero si te llegas a sentir mal, por favor házmelo saber ¿sí?-- asiento con mi cabeza y subimos a su auto el cual nos lleva en pocos minutos al lugar de la dichosa exposición.

 

En realidad yo no sé mucho de arte, pero me impresiono mucho al ver que la exposición es de fotografía, hay muchísimas imágenes muy bien logradas, preciosas a la vista y mis ojos se pasean sobre ellas como los ojos de un niño se pasearían en Disney Land. Madara-san me habla sobre su gusto por la fotografía y la verdad es que sabe mucho, mi gusto por la fotografía es algo que está muy arraigado en mí y el estar aquí en estos momentos es más de lo que yo podría pedir en estos momentos, mi atención está totalmente sobre la persona y fotografías frente a mis ojos, el tiempo se pasa volando mientras recorremos el lugar, observando, deleitando la vista y sintiendo todas esas emociones que una fotografía bien hecha puede brindar. Nunca me imaginé el gusto de la persona a mi lado por la fotografía, conversar con él me hizo sentir a gusto y cómodo, las palabras en la conversación fluían sin ningún obstáculo y la sensación de saberme comprendido e identificado con alguien más sobre mi pasión por este arte me alegro y lleno de una temporal tranquilidad, tranquilidad que en estos momentos necesitaba.

 

.

.

 

No sé exactamente qué es lo que estoy haciendo, debería estar en mi casa, esperando a mi pareja, ¡ah! De verdad, al parecer ya no la tengo, al parecer él ya no me necesita, ya no me ama, las cosas han cambiado tanto desde hace ya tres meses, casi cuatro y mi mente esta tan inundada de pensamientos pesimistas y desalentadores que no pensé con la cabeza en el momento en que acepte la invitación del hombre que está conmigo en estas cuatro paredes que conforman su habitación.

 

--Naruto eres tan hermoso-- escucho lejanamente su voz mientras siento sus manos recorrer lentamente mi espalda por sobre la ropa. No me percato de que ya no usa ese “kun” después de mi nombre como solía hacerlo, solo sé que estoy de pie frente a él mientras con mis ojos cerrados siento el pasear de sus manos dando caricias por mi cuerpo por sobre mi ropa. ¿Qué estoy haciendo?

 

Continuara...

 

Notas finales:

Gracias por leer :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).