Lo último que podía recordar fue que había comenzado a volar, por fin, después de algunos días en un lugar desconocido y tratando con cosas que no comprendía bien, termine bien librado, ese humano príncipe no intento volver a atacarme, y ese humano de armadura que era tan amable como María me ayudo a salir de los problemas… aunque, aun me costaba trabajo creerme que había peleado contra una bruja, yo, quien siempre estuvo bajo las ordenes de una bruja mala… por fin había logrado derrotar a una…
Ya quería llegar con el humano de Nine para contarle todo lo que me pasó y de paso golpearlo… ¿Por qué no había llegado a ayudarme?... claro… humanos y dragones nunca nos llevaremos, en especial si son caballeros y príncipes, todos tienen un odio que jamás será calmado… los humanos asesinan a los dragones y los dragones asesinan a los humanos… es una guerra que nunca podremos calmar aunque solo fuera yo…
Los humanos son malos, son crueles, son sanguinarios, obligan a otros a hacer algo que no quieren, son seres egoístas y obstinados… pero eran peores las brujas malas, las brujas te obligaban, te lastimaban, te forzaban y te destrozaban desde dentro… era difícil saber quien de ambos era peor… los humanos puede que no tuvieran magia, pero sabían intimidar y manipular, las brujas, te destruían desde el interior y también físicamente… ambos seres eran malos… supongo que los dragones solo nos defendíamos de la crueldad de esos seres…
Aunque… aunque debía de admitir que no todos los humanos eran malvado, no todos eran crueles o sanguinarios… anqué no podía negar que todos trataban de imponerse, solo que unos sabían usar las palabras de un modo suave y amable para que los demás hicieran lo que ellos querían… Nine era de aquellos que trataba de imponerse, que era orgulloso, que era a veces egoísta y obstinado… más que nada obstinado… María, era más como los otros humanos… no era mala, pero sabia manipular a mucha gente… para hacer las cosas que ella quería… como cuando le decía a Nine que no peleara conmigo o cuando me pedía que me sentara a la mesa a comer… los humanos eran manipuladores, aun si son buenos, son manipuladores… la única diferencia es que unos saben manipular mejor que otros…
Pero también estaba su bondad, esa amabilidad que tenían para con los demás seres, María, Nine, el anciano que estaba con Nine… incluso ese caballero Caleb… todos eran buenos, eran amables, cálidos y cuidaban mucho de los demás… eso era bueno, era la primera vez que conocía aquella calidez de un ser como tal. Me sentía contento… los humano no eran tan malos como lo era la bruja Felicia… eso, me hacía más que feliz
De todos modos, las brujas son malas, no importa como lo mire, no importa como trate de hacerlo, las brujas, todas son malas… tan malas, que siempre hacen daño a los demás con tal de conseguir lo que ellas mas desean, no importando cuánto daño hagan a seres inocentes como nosotros los dragones, mientras ellas se hacen con más poder a costa de nuestra propia vida… si, sin lugar a dudas, las brujas son los peores seres que he tenido la desgracia de conocer… y aun así, hay brujas que no tienen magia, que son más débiles y que aun así, son peligrosas… como esa mala mujer que se pegaba tanto a Nine… tenía que volver rápido, esa mala mujer ha de estarle haciendo cosas malas a Nine y ese idiota parecía no poder escapar… ¿ese humano era un prisionero como yo? De ser así, mataría a esa mala mujer si con eso, el también quedaba libre de sus cadenas…
*tengo… que volver con ese humano… y acabar con esa mala mujer* trate de crear un pensamiento claro y ese fue el primero que me llego… no dejaría que esa mala mujer, que esa bruja sin magia se le acercara mas a ese humano idiota, acabaría con su vida así como Nine acabo con Felicia… era justo, yo también lo ayudaría. Pero para eso, primero tenía que abrir mis ojos, los cuales me dolían demasiado el poder abrir
Me moví en mi lugar… me sentía muy lastimado en todo mi cuerpo ¿Qué había pasado ahora?... ho claro… después de haber logrado “derrotar” a esa bruja mala y por fin libre de ese otro príncipe peligroso trate de regresar a casa, al castillo de Nine… pero el tratar de mover mi cuerpo es difícil, aun cuando esa bruja mala me atrapo con una extraña red, no creo que fuera para que me lastimara tanto ¿cierto? Pero… si mal no me equivoco, caí desde los cielos
*¿Qué rayos me hizo esa bruja mala?* me pregunto luchando por ponerme de pie, aunque siento que algo me obliga a quedarme en el suelo, al no poder abrir mis ojos y sentir como algo me seguía negando a poder levantarme me gire lo mas rápido que pude, escuche algún gritillo y luego, por fin pude abrir mis ojos, solo para encontrarme en un extraño lugar
-¡estás vivo! Que diga… ¡estas despierto!- mas que extraño el lugar, extraño era ver a la mujer frente a mis ojos… podía oler que era una humana, una harapienta humana, María se vestía mejor y sus ropas no tenían tantos huecos, pero esa mujer, esa mujer de cabellos como los arboles, de piel blanca y de ojos carmesí me miraba sorprendida señalándome, parpadee un par de veces y luego, lo mas rápido que pude, trate de averiguar dónde estaba…
Era un lugar parecido a donde Nine y yo dormimos, un lugar que el humano siempre llama “su habitación” había esa cosa mullida que él llama una cama, esa gran caja de madera donde guarda sus “ropas” y otras cajas de madera mas, la mujer que esta frente de mi estaba sentada en el suelo viéndome aun asustada, giro a mis espaldas… no tengo mis alas ni mi cola… parezco un humano mas, vuelvo a ver a esa humana que me mira asustada y agito mi cabeza, sintiendo el dolor en esta y todo mi cuerpo
-¿Qué paso? ¿en dónde estoy?- pregunto, tratando de evitar el dolor en mi ser entero, viendo como esa mujer deja por momentos de verme con sorpresa para verme ahora con desconfianza
-¿no estabas muerto?- pregunta ella con desconfianza, al verla me molesto y gruño poniéndome en pie ignorando mi dolor
-¿hozas creerme tan débil?- pregunto enfadado, ella se levanta desafiante, mirándome sin temor… claro, mientras que no sea un dragón, nadie me tendrá miedo… pero eso también me permite hablar “civilizadamente” (a según palabras de María) con otros seres vivos y que no salgan todos corriendo de miedo por mi apariencia “tenebrosa” y bueno, debo de admitir que si daba miedo como dragón y puede que María tuviera razón… aun así, me quede viendo a la mujer que ahora, con paso firme y fuerte “podía escuchar sus pasos” se acercaba peligrosamente a mí, casi golpeando narices
-¡¿y yo como voy a saber quién diablos eres?! Te vi medio muerto cuando desperté, es lógico que este asustada si no se ni quién eres o porque estás aquí… ¡genio sub desarrollado!- bien… lo ultimo ¿era algo así como un insulto? No lo comprendí… ella por fin se lajea de mi y se rasca la nuca con enfado
-en todo caso, tenemos que buscar cómo salir de aquí antes de que esa bruja vuelva otra vez- gruñe molesta, ahora recuerdo… esa bruja se iba acercando a mí, asustado, miro a todos lados y doy por fin un paso hacia el frente
-disculpa, mujer extraña y peligrosa… esa bruja de la que hablas… ¿Cómo sabes que va a volver?- pregunto, ella me mira, entre la sorpresa, luego el enfado y un rojo en sus mejillas, inclino mi rostro… ¿Qué le pasa?... me acerco a ella y toco su frente viéndola lo más cercas posible
-¿te sientes bien? Estas muy roja- le explico, ella, ahora con toda su cara roja me empuja lejos, gruño molesto… Nine hizo algo parecido aquella primera vez que lo conocí
-¡¿Qué es humano el empujar a alguien que te está preguntando por que se pone uno rojo?!- pregunto gruñendo, al menos el rojo en sus mejillas desaparece para verme confusa
-¿humano?- pregunta únicamente, yo asiento molesto, ahora, realmente molesto, quitando mi collar de mi cuello y dejando ver mi forma… aun ahora me pregunto en qué momento llego mi collar a mi cuello
-¡yo soy un dragón! No esperes que sepa la razón del rojo de los humanos- respondo molesto, ella se hace hacia atrás asustada ahora, me detengo de mis rabietas y giro a mis espaldas para ver mis alas… siempre han sido hermosas igual que mi cola, pero parece tenerme miedo con esto… María tenía razón, da miedo ser un dragón… doy miedo solo por ser un dragón… así que solo puedo volver a colocar mi collar en su lugar, desapareciendo aquello que me muestra como un dragón, suspiro con fastidio y observo a la mujer
-¿y? ¿Ahora escaparas de mi aterrada gritando que soy un dragón malo y que te matare?- pregunto ahora yo ofendido y enfadado… es mal momento para acordarme de Nine y extrañarlo ¿cierto?... pero no quiero estar cercas suyo… al menos el no me mira con miedo ni me rechaza por ser un drago maldito…
Vuelvo a gruñir y comienzo a caminar, lo mejor es buscar como volver a casa con Nine antes de que esa bruja mala regrese otra vez… en todo caso, tengo que buscar cómo salir antes de que algo aun peor llegue a suceder, pero el sentir como esa humana me sujeta de mis ropas y me jala hacia atrás me asusta a mí, yo me jalo y corro ahora un par de pasos para crear distancia entre ella y yo, ahora, era ella quien me veía fijamente sin hacer mas movimientos, solo… viéndome
-si tu eres un dragón… ¿eres su sirviente?- me pregunta ella, yo gruño y doy un paso hacia atrás
-no te confíes humana… por que sea un dragón no significa que sea sirviente de nadie… ese humano me salvo de otra bruja… no pienso volver a la esclavitud de una bruja malvada- gruño para finalmente salir de aquella extraña habitación o por lo menos tratarlo pues, al golpear la puerta para que se abriera, no pude, al jalarla, tampoco se abrió
-estamos encerrados tu y yo, por eso pensé que eras igual que yo… pero, no se- dice ella de un modo más suave, esta vez ya no con ese sentimiento de agresividad que antes mostraba, yo bajo la mirada y giro a verla molesto
-¿no sabes si soy tu enemigo o tu aliado?... fácil, no soy nada, ninguno de los 2… odio a los humanos como tu que creen que por que soy un dragón soy malo, pero tengo que salir… ese humano idiota me necesita- gruño, esta vez, arrancado mi collar de mi cuello, guardándolo y dejando ver mis alas y mi cola, mostrándola frente a mí, centrando mi poder… si con fuerza humana no puedo abrirlo, lo abriré con el fuego
Una llamarada sale de mis manos, esta vez no me lastimo al crearlo, cuando la bola de fuego sale disparada solo crea un hueco, la puerta ha desaparecido, fue consumida por mi fuego, así que, comienzo a caminar hacia la salida… tengo que encontrar rápido a Nine
-¡espera! ¡por favor espera!- le escucho gritar ya cuando me encuentro en unas grandes escaleras, suspiro molesto, girando para ver a la mujer que, aun indecisa me mira, parece que no sabe que decir
-por favor… ayúdame a volver a mi hogar- me pide, parpadeo varias veces y niego
-no puedo ayudarte, ni siquiera se como volver a mi propio hogar… ese humano de Nine está preocupado por mi y no sé como volver a su lado… no sé cómo ayudarte a volver a tu propio hogar- dicho esto, sigo bajando las escaleras, aunque esta vez escucho como ella baja rápido hasta escuchar su voz a mi lado, baja junto conmigo las escaleras, aunque, ahora ya no se ve agresiva hacia mi ser… pero… aun así… ella me miro de ese modo que me asusta… ¿me atacara apenas le dé la espalda? No sería la primera en hacerlo, muchos humanos lo han hecho y ahora que mi cuerpo y mi piel no es fuerte y resistente, es más fácil que sea atacado y herido… la espada del hombre, aquel humano que me ataco cuando trate de proteger a Nine es clara muestra… aun no creo que sea una buena persona ese humano que Nine llama padre… pero, por ahora es todo lo que puedo hacer
-por cierto soy Alia, una sirvienta del castillo de Zareb- me dice apenas bajamos unas cuantas escaleras, giro para verla y recuerdo aquel nombre extraño de ese humano que trato de tocarme del mismo modo que había estado haciendo Nine… observo a la mujer otro poco de tiempo y recuerdo
-¿realmente eres una sirvienta? Hasta donde recuerdo las brujas solo secuestran doncellas como las princesas o algo así- respondo… si mal no me equivoco, hasta donde sé, las brujas solo secuestran a gente de la realeza… no hay mucho merito en secuestrar a una sirvienta que puede ser remplazada en cualquier momento… aunque esa mujer solo baja un poco la mirada con una triste sonrisa
-si bueno… alguna vez yo también fui una princesa- responde ella, le miro ahora extrañado… ¿se podía dejar de ser príncipe y princesa? Si eso era cierto, puede que Nine pudiera salvarse de esa mala mujer sin poderes, y aunque deseo saber cómo fue que ella dejo de ser una princesa gira a verme con esa sonrisa que se ve muy triste, como si estuviera ahora completamente sola
-mi… mi reino y mi hogar en si fueron… bueno, ya no existen mas- responde por fin, nos detenemos y me le quedo viendo, ahora que veo, hay una puerta frente nuestro, al tratar de abrirla no puedo, así que con una de mis llamaradas de fuego logro calcinarla para poder pasar a través de ella
-¿Por qué no existe más tu hogar mujer?- pregunto tranquilo, caminando aun para poder salir de ese castillo que se ve deshabitado, por lo menos no hay presencia de esa bruja que nos ha atacado a ambos, esa mujer por su lado solo me mira y continua caminando, viendo perdida hacia el techo, camina con sus manos en la espalda y tratando de mostrar lo que supongo es una sonrisa aunque se siga viendo realmente triste
-mi hogar fue tragado por el fuego de un poderoso dragón negro que era controlado por una bruja malvada… al final solo sobreviví yo de todo el reino… escape al reino de Zareb y desde entonces vivo ahí- responde suavemente, algo confundido pero también un poco asustado la miro… aquel dragón negro que destruye hogares con su fuego… pude haber sido yo… incluso yo, he matado a tanta gente como aldeas y reinos que es difícil recordar realmente a cuantos he acabado con el fuego que me ordenaba expulsar aquella bruja malvada
-cada uno tiene sus propios dolores humana- respondo luego de un rato, al encontrar una nueva puerta encerrándonos, gruño por lo bajo y levanto mi mano dispuesto a lanzar un nuevo ataque de fuego, pero ella me detiene y me obliga a verla directamente
-¿a qué te refieres con que nuestros dolores son diferentes?- pregunta ella como sí quisiera ver si hay algo detrás de lo que he dicho en primer lugar… yo solo la observo y niego tranquilo, viendo hacia la puerta, rasco mi cabeza y puedo escuchar el gorgorear de mis tripas… extraño a María, tengo hambre y quiero volver a comer cercas de Nine…
Cansado y frustrado me siento en el suelo, tallando un poco mi cara con mis manos, molesto hago mis cabellos hacia atrás y luego observo como la mujer también se ha sentado, aunque me mira de un modo extraño ahora, parece que tiene dudas pero no sé por qué, bufo algo molesto… tengo hambre y quiero comer manzanas pero no puedo hacer nada hasta ver a María otra vez…
-tu perdiste a tu hogar por un dragón, yo he vivido prisionero de una mala mujer, una bruja que me ha vuelto lo que soy ahora- respondí haciendo ver que era algo parecido a un humano y a un dragón sin ser uno ni ser lo otro, sonreí suavemente, con algo de tristeza y soledad
-aunque no comprendo tu dolor, puedo comprender el dolor en sí mismo- respondí una última vez, levantándome y por fin viendo frente de mi la puerta que posiblemente podría ser la salida, respire hondamente y tomando impulso, en una de mis manos cree con todas mis fuerzas un ataque de fuego que, no solo mando a volar la puerta de madera, sino que la pulverizo casi al instante… respire lo más hondamente y comencé a caminar hacia la salida
Apenas logre salir de aquel castillo observe lo que se mostraba como una aldea humana en ruinas… aquella mujer me miro con pesar y luego el mismo paisaje que yo veía, ambos respiramos hondamente y finalmente comenzamos a caminar… me detuve unos momentos y gire a ver a la mujer que comenzaba a caminar en dirección diferente a la mía
-humana… ¿conoces el reino del príncipe Nine? Yo vengo de ahí- le dije, ella me miro unos momentos y asintió un poco señalando en una dirección opuesta a la que yo venía
-si vas en esta dirección podrás llegar en tal vez 4 días a pie, si vas volando supongo que demoraras menos… pregunta por el reino de tu príncipe y lo encontraras con facilidad en las aldeas vecinas- me respondió, yo asentí y comenzamos a caminar cada uno por caminos diferentes
Apenas pude ver que la mujer desaparecía a espaldas del castillo, yo camine en dirección a done apuntaba el sol hermoso, sonreí contento al ver al sol una vez mas y extendí mis alas lo más fuerte que pude y alce el vuelo tratando de no perder el camino que se me había señalado…
-Nine… ya voy a casa- susurre emocionado, viendo ahora al hermoso sol
-por favor guíame en mi camino gran sol- pedí suavemente para el