-¿Qué...? ¿Qué… no tiene… el poder…?- lo decía sin creerlo Nine mientras su mirada se perdía en quien sabe donde, por su parte el dragón lo veía asombrado, incrédulo por las palabras que él estaba más que seguro serian una mera mentira, una mala broma
-¡eso es una mentira viejo brujo!- grito molesto el dragón viéndolo pero detrás de Nine, por supuesto, estaba más que consciente de aquello, sabía bien que el brujo que estaba frente suyo era poderoso y que solo estaba ocultando su poder, aunque, le parecía extraño que el anciano no dejara esa faceta suya tan tranquila, como si no le temiera o siquiera le importara lo que les pasaba a ellos
-cálmate dragón- le dijo Nine haciendo que regresara a su lugar, se vieron con algo de enfado pero al final tuvo que obedecer
-¿nos podría explicar a que se refiere señor?- pregunta tratando de mantener la calma logrando que el anciano sonría
-realmente eres un príncipe muchacho… escuchen, para poder acabar con el poder de la bruja solo hay 2 alternativas, si bien pueden obligar a la bruja a que destruya las maldiciones y todo contento sin contar el trabajo que les ocasionaría eso y tomando en cuenta que está muerta y que no puede ser una opción, solo les queda esta a los 2…- dijo mientras caminaba hacia el exterior de la cabaña siendo seguido a una distancia prudencial por los otros 2 jóvenes
-yo no puedo ayudarles mucho en este sentido porque, para que el conjuro funcione necesitan hacerlo ustedes mismos, no yo, si lo hiciera yo, no serviría de nada, no tendría el poder que se necesita, pero, para destruir la maldición de tu hermana y tu poder volver a ser un dragón de verdad, deben de conseguir ciertos materiales ustedes mismos, además de aprender a leer los dialectos de los magos y brujos- dijo mientras salía y mostraba de quien sabe donde un grupo de libros que flotaban a su alrededor asombrando tanto al dragón como a Nine
-¿entonces nosotros debemos hacerlo todo?- dijo asombrado Nine a lo cual el sabio asintió con una sonrisa de oreja a oreja
-exacto mi niño, pero no te apures, yo les enseñare a leer nuestros dialectos, aunque… lo que tendrán que conseguir no queda cercas… tendrán que viajar mucho para poder llegar, sin contar el asunto de que muchos no pueden demorar mucho en el viaje, solo unas horas- decía al viento mientras un libro de caratula gruesa dorada se posaba frente a él abriéndose en una página y este lo leía
-sería más fácil si voy yo solo- dice Draak llamando momentáneamente la atención de todos, sin embargo el sabio negó mientras continuaba el camino hasta lo que se mostraba un granero
-no, no mi niño, ustedes 2 deben hacerlo juntos, sino no podrán lograrlo, además, cada uno debe de tomar lo que necesita para su propio hechizo, son cosas diferentes y necesitan cosas diferentes- dice parándose por fin frente de aquel granero
-bien, este será su lugar para quedarse mientras aprenden- dice girando para ver a ambos a la cara, ambos se miran entre ellos y Nine es el único que habla mientras Draak observa el lugar sin moverse
-no puedo quedarme hoy, solo vine en busca de ayuda, no contaba con tardar tanto- dijo preocupado, el anciano hizo una mueca de desagrado hacia su comentario pero le resto importancia
-mi niño, no vamos a comenzar hoy, hoy no es propicio, será en un mes mi niño, hasta entonces tendrán tiempo suficiente para dejar dicho que se desaparecerán 6 meses mas- dijo tranquilo mientras los miraba y como estos abrían sus ojos como platos
-¿estaré así otro mes más? Y… espera… ¿Cuánto es 6?- pregunta Draak mientras mueve sus dedos tratando de hacer cuentas, por su parte Nine solo se palmeo la frente en son de protesta y lamentación al ver al dragón suspirando derrotado
-¿está seguro que podrá? ¿no seremos molestia señor?- pregunto entonces respetuoso a lo que el anciano sonrió mientras negaba tranquilo y contento
-es bueno tener compañía mi niño- sonrió, se acerco a Nine y le golpeo suavemente con el codo en sus costillas
-y así tendrás mas tiempo con ese lindo doncel- susurro solo para que el otro lo escuchara, mas la mirada intrigada del príncipe le dio a entender que no sabía aquel gran secreto que el dragón custodiaba y que, por lo que tal vez creyera, no sabía de sí mismo, suspiro algo decaído por esto último pero decidió no tomarle mucha importancia mientras por su parte tanto Nine como Draak se miraban intrigados, tendrían que esperar un mes, un mes para poder dar inicio y no solo eso, tardarían 6 meses… tal vez Draak no conociera el tiempo ni los números pero suponía que debía de ser mucho para ser llamado 6… y aun así estaba preocupado
-está bien… entonces vendremos en un mes si no es mucha molestia- dijo Nine tomando a Draak de los hombros para comenzar a caminar, el anciano sonrió tranquilo y justo cuando ambos le habían dado la espalda escucharon un gritillo
-¡ha! ¡Espera tu dragón!- aquello puso los pelos de punta de Draak quien corrió detrás de Nine para protegerse del anciano a quien sabía bien aún le quedaba mucho poder como para andarse tan tranquilo, gruño por lo bajo, casi tan imperceptible mientras lo miraba con aquellos gigantescos ojos azules que brillaban tan magníficamente que hasta al anciano enamoró
Mostro sus manos frente suyo creando una joya del mismo color que los ojos del dragón y luego lo colgó en el cuello de la hermosa criatura y mágicamente tanto su cola como sus hermosas alas desaparecieron, Draak asustado se quito el collar del cuello y volvió a ver sus alas, un suspiro de alivio se mostro en si mientras tomaba con cuidado sus alas y las acariciaba igual que su cola con amor
-hahaha, tranquilo mi niño, es solo para que puedas pasar desapercibido en el reino del príncipe, supongo que es molesto estar oculto para que nadie te vea como un dragón, este collar ocultara esas partes de drago, pero descuida, en cuanto te lo quites volverás a la normalidad- dijo mientras volvía a ponerle el collar logrando así que Draak comprendiera
-¿Por qué me da esto señor?- pregunto intrigado y algo desconfiado, el anciano solo sonríe y acaricia sus negros cabellos con una caricia demasiado dulce pero que Draak reconoce de otro modo que no sabe diferenciar, lo hace sentir levemente incomodo por el revoltijo de sus tripas internas ante aquella caricia, no sabe si es agradable o detestable pero solo lo mira sin saber qué hacer
-puede que te sea de utilidad- es todo lo que dijo, Draak lo mira intrigado y un escalofrió le recorre toda la espalda, asiente a la poca mirada del anciano y se va corriendo con Nine quien ya va varios pasos alejados de ambos, en cuanto llega se quita el collar y lo guarda en uno de los bolsillos que tiene el pantalón y alza el vuelo mientras ve que Nine se despide alegremente del anciano, traga duro y comienzan ahora el viaje de regreso al castillo
… … …
Un buen rato mas tarde de haberse alejado de la casa del sabio, Draak por fin se siente lo suficientemente tranquilo como para bajar de los cielos y ver al humano, solo que esta vez se pone a su lado mientras nota que el corcel va a galope
-¿Por qué ese anciano nos ayuda?- pregunta viendo al frente para no chocar tampoco, Nine lo mira por unos segundos y vuelve su mirada al frene para no caer por los acantilados, poco después de unos segundos de silencio por fin habla
-se dice que hace las cosas por una razón, pero nunca te dice porque, no pide nada a cambio, no hace nada solo porque si, si lo hace, debe tener una buena razón- dice no muy seguro tampoco de lo que planea el sabio de las montañas, si bien era un sabio con una gran riqueza en cuanto a conocimientos, su sabiduría llegaba a niveles demasiado grandes como para llegar a pensar que realmente en vez de ser un sabio era un loco con mucho poder
-¿entonces es bueno confiar en él?- avanzo un poco mas Draak para que Nine lo viera en su rango de visión y poder girar para verlo junto a sus dudas, Nine se lo pensó un momento y solo respondió lo único que sentía en esos momentos
-no lo sé- aquello fue el final de la charla, el resto del camino permaneció tranquilo y callado hasta estar finalmente a unos pasos de entrar a la ciudad alrededor del palacio, Nine y Draak se vieron y el dragón saco de entre sus ropas aquel collar que el sabio le había dado, vio con algo de miedo a Nine y finalmente se coloco el collar al cuello desapareciendo casi al instante aquellos atributos que aun lo demostraban como un no humano, tembló con algo de miedo mas sintió con suavidad una de las manos en su hombro, al girar vio que Nine le regalaba una suave sonrisa en señal de apoyo y tranquilidad, Draak trago duro aun temeroso de aquella idea y ambos entraron por fin a la ciudad, solo que esta vez ambos iban abajo del corcel para no asustar mas al dragón
Caminaron por todo el poblado siendo el centro de atención de estos pues, no era algo normal ver pasear a pie al príncipe y menos llevando de la mano a un joven de cabellos negros y de gran belleza el cual parecía una pequeña criatura asustada que se aferraba con fuerza con su mano libre de la ropa del príncipe mirando a todas partes como si a cualquier segundo lo fueran a atacar
-por todos los cielos ¡Draak! ¡Alteza!- casi grito una mujer, ambos jóvenes giraron su mirada hacia la dirección donde habían escuchado aquella voz sorprendiéndose de descubrir que se trataba ni más ni menos que de María, un brillo apareció en los ojos de Draak quien soltando a Nine salto a los brazos de una sorprendida María ronroneando suavemente mientras se restregaba suavemente entre su pecho y su cuello abrazándola con calidez y suavidad, tal cual le había mostrado
-María- dijo Nine llegando a su lado aunque con un notorio puchero de desagrado que solo María pudo notar y que solo ella logro comprender la razón, ahogo lo más discreta una risotada y una sonrisa burlona al ver lo celoso que podía ser Nine para con el dragón que había alegado odiar con todo su ser… pero eso no era lo importante ahora, sino el asunto mas preocupante para ella desde que los había visto juntos
-¿Qué le paso a sus alas y la cola?- pregunto asustada pasando la mano por la espalda sin encontrar las alas tan hermosas que ya varias veces le había elogiado al dragón, mas solo recibió un encogimiento de hombros por parte de Nine que molesto ligeramente mira a María
-el sabio de las montañas le regalo el collar para que pasara inadvertido por el pueblo hasta que volvamos a ir con él para comenzar con el entrenamiento- fue todo lo que dijo y dejo con muchas dudas a María, mas aquello tuvo que acabar ahí pues Nine tenía que llegar pronto al castillo para dar su respectivo reporte, por su parte María se haría cargo de Draak hasta que Nine estuviera libre de sus responsabilidades…
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-entonces has encontrado el método para salvar a la princesa- dijo con algo de esperanzas el rey mientras miraba expectante a Nine quien, con porte seguro y confiado asentía a la pregunta de su padre el rey, mas por si aquello fuera poco todo el mundo dentro del consejo que se había reunido de urgencia lo miraba como si por fin hubieran encontrado la respuesta que tanto buscaban
-así es mi señor, pero el sabio nos ha dicho que dentro de un mes tendríamos que asistir a su hogar de nuevo, hasta entonces le sería imposible el tenernos- dijo Nine algo serio sabiendo que lo que venía no sería bueno para nadie que lo escuchara
-bueno, si ese es el caso podemos esperar, debe de tomar su tiempo lograr un antídoto contra el maleficio de la princesa- dijo tranquilo el rey mientras se recargaba en su trono aliviado, Nine se puso algo nervioso y hablo de una vez antes de que el mal entendido se hiciera de proporciones desmedidas…
-no exactamente mi rey…- aquello hizo que los aullidos de victoria y alegría cesaran dejando la habitación en un pesado silencio incomodo que a todo el mundo le pareció asfixiante hasta que el más joven de aquella habitación decidiera hablar
-explícate- ordeno con fuerza el rey mientras lo miraba con unos ojos afilados y nada amistosos, Nine tomo una bocanada de aire y comenzó a explicar
-el sabio me ha dicho que no puede salvarla el mismo, quien tiene que destruir el maleficio es ella misma o yo, así que, para esto pide tiempo, ignoro la razón pero pide un mes para volver, el me entrenará y preparara para hacer el hechizo que destruya la maldición de mi hermana, esto demorara 6 meses aproximadamente según me ha contando el sabio, pido una disculpa por no haberme explicado primero- dice mientras se inclina respetuosamente
Una vez más los murmullos se vuelven inestables y ensordecedores aunque por igual incomprensibles para los demás, Nine suspira un poco cansado, sabía bien que aquello pasaría y no había ideado aun un plan para callarlos, después de todo, aquello estaba muy por encima de él y no creía poder con tanto, aunque fuera el príncipe y el hermano mayor, no creía estar a la altura de la situación que se presentaba frente suyo y aun así… seguía al pie de todo, dispuesto a todo por su amada y pequeña hermana
-suficiente- se escucho la fuerte reprimenda del rey, todo el mundo cayó en cuanto lo escucharon hablar, quedándose de nuevo la sala en silencio perpetuo, todos aguantando el pesado ambiente que de nuevo se había creado, se miraron entre todos y el rey por fin hablo
-¿es todo lo que podemos hacer mientras tanto? ¿Esperar un mes más?- pregunto el rey a su hijo mientras lo veía tranquilo para darle aliento a seguir, Nine asintió mientras lo observaba con asombro de como con una simple orden suya todo el mundo de obedecía, realmente le tenía un gran respeto y admiración, tanto a el como a su abuelo quien a su costado le susurraba que todo estaba bien
-así es, es la opción que me dio el sabio- dijo seguro ante su padre quien sonrió suavemente y se levanto de su lugar
-pues, si el sabio nos ha dado esa oportunidad tendremos que tomarla y esperar hasta que sus exigencias hayan sido cumplidas al pie de la letra- dijo haciendo que todos estuvieran de a cuerdo con su decreto sin que hubiera alguien que dijera algo mas, Nine sonrió suavemente en son de agradecimiento y luego miro como su madre lo miraba con una suave sonrisa
-debes estar cansado por el viaje, ve a descansar, nosotros nos haremos cargo del resto de la reunión hijo mío- dijo su madre con voz suave y gentil tal cual debía de ser la reina, Nine asintió sin chistar y con una reverencia se despidió de todos los que se encontraban en la reunión para salir de esta
En cuanto se encontró fuera se estiro agotado por el viaje y tratar tan pronto con el consejo, suspiro un poco y dedujo que el dragón seguiría con María así que, por un momento, tenía tiempo real para relajarse… no es que el dragón fuera algo malo pero era bastante pesado estar todo el tiempo al pendiente de él en especial cuando esté no le escuchaba y se ponía tan terco y serio con todo lo que lo rodeaba, sonrió suavemente y supuso que podría dormir un poco en su habitación lejos de las responsabilidades de ser príncipe y de ser niñero de un dragón con aspecto humano
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En cuanto Nine los había dejado Draak se quedo con María a esperar hasta que el otro pudiera llegar, mientras María escucho de palabra de Draak todo lo que había pasado (en especial la parte del acantilado) asustándose de la actuación de ambos y su modo de resolver el asunto
-amor mío, eso pudo ser peligroso, no sabias si el caballo actuaria así- dijo preocupada, no como un regaño, sino como un consejo, Draak bajo la cabeza algo triste, María supuso que lo había lastimado aunque había tratado de no ser así
-pero… si no lo hacía… iba a morir- susurro bajito, tanto así, que apenas María pudo distinguir lo que le había dicho notando principalmente un tono de tristeza y preocupación, suspiro entonces con una suave sonrisa adornando sus labios y se acerco al joven dragón para apegarlo a su pecho mientras le daba una suave caricia en sus negros cabellos y besaba la corinilla de su cabeza de forma suave
-está bien pequeño… se que tus intenciones no eran malas- susurro como a un dulce canturreo para aliviar el dolor en el corazón de Draak y lo cual funcionó rápidamente, María entonces levanto con cuidado el rostro del joven dragón y lo miro con una cálida sonrisa maternal
-debes tener hambre luego de ese largo viaje ven, te daré algo de comer mi dulce pequeño- dijo para luego besar suavemente la frente del dragón que con un suave rosa en sus mejillas asentía a las palabras de María
Caminaron por el lugar lleno de gente asombrando a Draak quien, aferrado a la camisa larga de María iba viendo todo con asombro y siendo guiado en sus pasos por la mujer que sentía que en vez de portar a un joven de aparentes 17 años, parecía más un niño pequeño que apenas descubría el mundo como era y como seria… no pudo evitar sonreír al saber que su instinto materno estaba tan desarrollado cuando se trataba de este joven tan hermoso a la vista de todo el mundo que no dejaba de verlo…
Finalmente, luego de una gran excursión dada para el joven dragón, llegaron a la pequeña choza de María donde había pasado la noche pasada Draak cómodamente, en cuanto entro fue y se sentó en un pequeño grupo de paja donde debía de ir lo que suponía María era un sofá, tal vez no lo fuera pero era muy cómodo y ahí le gustaba quedarse a Draak por lo que había observado
Mientras ella se dirigía a la cocina para prepararle algo de comer al dragón pensaba profundamente en lo que había visto con sus 2 amigos, si bien Nine había actuado de un modo no muy adecuado frente al dragón, el que tuvieran un mes de espera a que el sabio los ayudara no podía ser del todo bueno, el tiempo corría y la maldición de la princesa se hacía cada vez más difícil de detener para los magos y sabios del consejo del rey… además, la princesa no era tonta, ya sospechaba algo al respecto… tenían que darse prisa…
*y luego está el* dedujo mientras miraba discretamente al dragón que se acomodaba como un felino en el montón de paja y suspiraba tranquilo quitándose el collar dejando expuestas sus hermosas alas y la cola negra, suspiro mientras volvía su mirada hacia la comida que le preparaba a una criatura que fácilmente podría matarla si se lo proponía… después de todo los dragones eran conocidos por su alto temperamento tan agresivo y peligroso… tener a una criatura así bajo su techo realmente era peligroso, pero al ver aquellos ojos o aquel rostro lleno de inocencia y que, pese al miedo lucha por mostrarse seguro e imponente… le hacía nacer algo en su pecho y tener esa necesidad de protegerlo aunque aquello le fuera a costar la vida entera… no le importaba si podía proteger a esa hermosa criatura que bien podría matarla de un tajo
Sacudió la cabeza en repetidas ocasiones y aparto tanto como pudo aquellos pensamientos complicados dentro de sí misma, tomo el tazón de su amigo y camino hasta la mesa donde con una cálida sonrisa comenzó a acomodar todo mientras llamaba dulcemente al joven que despertaba de golpe ante el llamado de María
Sonrió suavemente mientras le veía estirarse como a un felino y luego caminar hasta ella para saludarla y sentarse en su lugar, valla, como había costado ese momento la primera vez, había sido todo un reto entrenar a ese dragón sin amenazarlo, hasta ella había tenido problemas con su comportamiento pero nada que un poco de mimos y premios no solucionaran con algo de esfuerzo, al final, el resultado se veía ahora… Draak, el dragón estaba comiendo sentado en una silla para él, con cuchara en mano y comiendo lo más decente que podía un dragón, lo impresionante era su gran habilidad para aprender lo que se le enseñaba una sola vez
Lo vio comer con aquel apetito voraz que parecía no había comido en mucho tiempo, lo observo a detalle cada uno de sus movimientos y sus gestos mientras probaba su comida y como sus ojos brillaban a cada sabor nuevo descubierto, no pudo evitar una cálida sonrisa al ver que ese dragón, tal cual había pensado que sería peligroso en realidad era la criatura mas inofensiva del mundo y la más amable entre ellas… reamente su amigo y príncipe Nine había tenido una gran suerte para encontrarlo y un gran corazón para traerlo consigo pues, era fácil el saber que ese dragón, con esa apariencia humana no sobrevivirá a la noche por si mismo…
Una vez acabando de comer, vio como se estiraba un poco dejando ver un pequeño bulto en su estomago, realmente se había llenado con su comida y ahora le sonreía dulcemente mientras le daba las gracias tal cual le había enseñado a hacerlo, María negó suavemente mientras le quitaba importancia y pudo ver como de nuevo, Draak, como a un pequeño animal, volvía al montón de paja para reposar volviendo a hacerse ovillo como si fuera un gato ya alimentado, rio un poco por esta idea y comenzó a lavar los trastes sucios, para cuando volvió para ver a su amigo lo encontró dormido, suspiro un poco, había ido a verlo para decirle que saldría pero el ver lo así de tranquilo le causo cargo de consciencia… no quería despertarlo, así que suspirando desvió su mirada hacia la puerta de entrada
*supongo que no habrá problema si llego antes de que despierte* se dijo a sí misma, camino con cuidado por el lugar y finalmente salió de su pequeña cabaña con cuidado de no despertar al dragón que ahora reposaba tranquilamente encima de un montón de paja… una vez fuera suspiro tranquila y comenzó a caminar, sabía que el dragón no despertaría en un largo rato así que era un buen momento para salir, el dragón estaría bien si lo dejaba solo por un rato…
Mas… hubo un pequeño detalle que nadie… ni siquiera el dragón pudo notar a tiempo…