La noche en Londres se volvió fría, ya que después de una lluvia, un aire comenzó a correr de norte a sur. La gente en la calle se asustaba ya que las linternas se apagaban y la oscuridad comenzaba a invadir las calles, temían que el asesino volviera a atacar y temían mas porque aun la policía no podía hacer nada, tal parecía que la policía metropolitana y Scotland Yard estaban de manos atadas por los ataques de un simple hombre.
De igual forma, el detective que llevaba el caso estaba sumido en la oscuridad, las linternas fuera de su casa se habían apagado, el miedo volvió a su corazón, pero unos labios muy cálidos y húmedos lo hicieron sentirse en la tierra, en medio de una habitación oscura, donde unas manos tranquilas le sacaron la camisa de su pijama y acariciaban sus hombros. Esos labios cálidos recorrieron su clavícula y los dedos rosaron sus pezones para endurecerlos gracias a la ayuda del aire frio que corría.
-Um… -Se quejó y trago saliva muy pesadamente.
-¿Qué pasa Thor…? –Dijo el doctor y se detuvo a la altura del pecho del rubio, poso sus hermosos ojos verdes en él, pero la oscuridad no le permitía ver bien.
-Lo siento… Debo encender una par de velas…
-¿Te asusta la oscuridad…? –Pregunto y le tomo las manos entrelazando sus dedos.-Pero yo estoy contigo… No debes temer… -Hablo muy suave.
-Le temo a los demonios que están entre las sombras, esos que jamás dan la cara…
-Pero… -Le beso el cuello y sonrió.- Deberías temerle más a los monstruos que se esconden en la luz…
Eso tomo de sorpresa al detective
¿Monstruos, en pleno día…?
Jamás lo había imaginado y la sola idea lo hizo temblar.
Las manos suaves del doctor le acariciaron la nuca y lo empujaron hacia sus labios, que aunque fuese una oscuridad casi total, lograron unirse en un apasionado beso, el miedo del detective a lo que no conocía entre las sombras lo hacían aferrarse mas al doctor que estaba por primera vez cuerdo entregándose a lo que su razonamiento le decía era amor.
-Um… -Volvió a gemir el rubio y lo atrajo de la cadera a su cuerpo, le gusto sentir como entre sus piernas, ya se sentía su miembro muy endurecido y palpitante esperando su turno de ser atendido.-Loki…
El moreno lo seguía besando, el haber estado con su mujer le dejo un mal sabor de boca y su cuerpo necesitaba el firme y tosco cuerpo de Thor, no podía creer que se había consumido por voluntad propia con ella, por eso había venido para hacerlo del mismo modo con Thor.
Comprobar donde realmente había amor y no solo pasión desenfrenada.
-Thor… -Gimió y el rubio lo abrazo para protegerlo más, pero no solo implicaba protección, quería frotarse con él para que el miedo saliera de su cuerpo y se compensara con unos momentos llenos de lujuria que tanto le gustaba.
Quería también olvidar esos celos estúpidos.
-Quiero que me tomes… -Dijo el doctor y le acaricio la barba rubia que crecía en desorden en sus mejillas, la acaricio con cuidado y lo volvió a besar, pero esta vez, su lengua se encontró de frente con la de Thor para comenzar a luchar sin poderse detener, ambos deseaban dominar al contrario, pero el doctor terminaba por ceder, le gustaba ser tratado con cuidado por el detective y cuando perdía la razón, ser el objeto sexual con el cual el pudiese desquitar su fuerza.
-Ven… -Thor lo condujo hasta la sala, tumbo una mesa y con torpeza lo acomodo en una alfombra, eso hizo reír a Loki, lo que apeno al rubio, pero rápido tomo unos cerillos y encendió la chimenea, ahora era perfecto, la luz del fuego iluminaba al doctor que estaba acostado en medio de su sala esperando le hiciera el amor.
El rubio se sonrojo y se acercó a el para volverlo a besar con pasión, lo necesitaba, no podía permitirse privarse de no tenerlo con él, así que deshizo el nudo de su corbata para deslizarla con calma y arrojarla hacia el sillón más cercano. Después, le quito el saco y el chaleco para besar su cuello mientras el lugar se inundaba con los sonoros gemidos del doctor que incitaban al rubio a tomarlo con fuerza como solo él sabía hacerlo.
-Mmh… Detective… -Le dijo al oído y Thor le mordió el labio inferior para callarlo, no quería oir palabra alguna, solo sus hermosos jadeos, escucharlo perder el aliento gracias a sus habilidades perfeccionadas gracias a sus múltiples encuentros ilegales.
Las hábiles manos de Thor fueron abriendo poco a poco la camisa nueva de Loki para exponer su suave piel blanca, sus rosados pezones que ya estaba erectos por el frio que se colaba por alguna ventilación de la casa del rubio. Los gruesos dedos de Thor se fueron a presionar esos hermosos pezones para liberar jadeos muy sorprendidos del doctor.
-Ah… Mmh… Ah… -Gemía Loki cada que presionaba sus dedos Thor y aprisionaba su pezón.-Thor… -Dijo y lo miro tratando de pedir clemencia, pero en realidad no deseaba eso, quería que fuese más y más rudo, que lo tomara y lo hiciera olvidar todo lo que había afuera, todo lo que era y lo seria y sobre todo, lo que había hecho, que liberara su mente de todos sus problemas.
Solo quería ser feliz y con el rubio lo era.
Era bueno por fin admitirlo.
Y esperaba que Thor sintiera lo mismo.
-Thor… Vámonos… Vámonos… Huye conmigo… -Jadeo desesperado y tomo sus rubios cabellos para besar sus labios con fuerza..
-Si… Si… Loki… -Jadeo aceptando por fin su oferta, no podía arriesgarse a perderlo de nuevo a manos de su esposa, él era egoísta, demasiado, por eso quería solo tener a Loki para el, no sería torpe como su padre que dejo ir a Laufey.
No
El no sería un torpe.
Loki y el tendrían un final feliz.
A pesar de lo que Dios sentenciara duramente, lo que la reina prohibiera, lo que el parlamento reclama, o lo que la gente opinara…
El lucharía…
-Si Loki… Vámonos… Te amo tanto… Ya no puedo estar sin ti… -Dijo sin pena, ya no temía a las risas del doctor.
Pero la reacción del moreno fue maravillosa, sus ojos se llenaron de lágrimas y detuvo la pasión, sus ojos buscaron los de Thor y le sonrió.
-¿En serio…? ¿Tú sientes eso…? –Sonrió y acaricio su mejilla.- ¿Cómo puedes amarme…?
-No lo sé… Mi cabeza me lo dice… Y mi corazón también… Es de las pocas cosas en las que no voy a equivocarme…
Las manos del moreno acariciaron el rostro de Thor y el cerro los ojos sintiendo más las caricias de esas delicadas manos que tanto amaban.
-Hazme tuyo entonces… Sellemos este maravilloso momento con nuestros fluidos…
Una sonrisa perversa se formó en los labios de Thor, ya ansiaba poder lamer a Loki hasta hacerlo eyacular entre sus labios y el después, poderlo llenar y escucharlo gemir como una puta que el tanto amaba.
-Pero Thor… -Dijo Loki deteniéndolo.-Júrame que si vamos a huir… No quiero que tus palabras estén vacías solo por… -Le acaricio el pecho.- ...Solo por la pasión de este momento… N-no podría resistir que me mintieras… Mírame… Soy vulnerable sin el alcohol y sin mis cigarros… S-soy una persona normal al fin… -Se sintió frágil.
Una de las manos de Thor se fue directa a la mejilla suave y blanca del doctor y la acaricio.
-Jamás te mentiría… Y menos estando en este momento tan íntimo… -Lo beso tierno y sonrió.- Jamás le mentiría al amor de mi vida…
Eso sonrojo al moreno y se volvió a prender de sus labios para reencender la pasión, la cual no tardo mucho, las manos del rubio empezaron a desvestir prenda por prenda al doctor y este se retorcía disfrutando cada vez más y más como la suave brisa del exterior erizaba su piel al contacto.
-Mmh… -Gimió y se mordió un labio cuando sintió un primer beso de Thor en su rodilla. Poco a poco iba bajando por su muslo, las manos de Loki tomaron los rubios cabellos para acomodarlo sobre su miembro y obligarlo a que le diera una de esas mamadas tan perfectas que solo los labios de Thor podían.-Ah… Mmh… Thor… -Sintió que pronto terminaría por lo delicioso que sentía, pero prefirió morderse un dedo y disfrutar de las succiones que su amante aplicaba sobre su duro miembro.
La saliva de Thor se escurría de entre sus labios, gracias a la velocidad que aplicaba en darle placer a Loki.
-Um… Oh si… Si…. –Dijo sintiéndose más y más duro, no podía creer que estando sobrio, tener sexo se sentiría tan bien.-Mmh… Thor… -Se sonrió y presiono con más fuerza su cadera contra la boca del rubio para que lo tragara todo y nariz chocara contra su ombligo.-Ah…. ¡Nh! –Gimió fuerte cuando otra vez, el rubio trago todo su miembro y le jalo el cabello al arquear su espalda.
Las manos de Thor se fueron a masajear las nalgas de Loki, las abrían con fuerza y las apretaban clavando sus dedos en ellas, le gustaba por que dejaba marcas rojas en esa suave piel, sabía que si Loki veía esas marcas estando solo, lo más seguro es que pensara en él y en ese momento tan lleno de pasión.
¿Podría el olvidarlo?
Claro que no podría… Cualquier cosa le recordaba al doctor, todo, por eso tal vez aceptaba los casos donde sabía que él podría ayudarlo, porque era una maldita droga tenerlo cerca y llamarlo era recaer en el vicio tan hermoso.
-Ah… Thor… -Gimió de nuevo el moreno temblando, no podía pensar con claridad, las succiones de Thor lo estaban haciendo llegar, y más cuando sintió un dedo travieso presionar en su interior para incitarlo a eyacular en su boca. Un segundo dedo entro para presionar con fuerza, pero el moreno era fuerte, él no se permitiría llegar tan rápido.
No, no debía haber alguien más fuerte que él.
-Ven… -El rubio le abrió las piernas y se sacó su miembro de la boca para hacerlo lamer sus dedos y después usarlos para lubricar la entrada de Loki que se contraía una y otra vez cuando sentía los dedos traviesos coquetear con el.-Oh Loki… ¿No me deseas dentro de tu cuerpo?
-Si… Sabes que si… Pero no te será tan fácil… -Se sonrió y llevo su mano para el mismo penetrarse, liberando un jadeo de los labios de Thor al sentir como el dedo medio de Loki entraba en él y lo hacía jadear muy deseoso. Los ojos azules de Thor se entrecerraron muy excitados al ver al doctor jadear por la invasión de ahora dos de sus dedos.
-Mmh… Thor… -Gimió el doctor.
-Loki… -Le hablo al oído y sonrió.- Así… ¿Te complaces sin mi…? ¿Cuántos dedos te metes…?
El doctor solo desvió la mirada, para evitar verse reflejado en los ojos de su amante que respiraba hondo al ver tan delicioso espectáculo.
-Mételos más… -Le hablo y mordió su oreja.
-S-si… -Loki tembló y metió hasta el fondo sus dedos y jadeo en el oído del rubio.- Métemelo… Tu… -Lo incito metiendo una y otra vez esos largos y blancos dedos.
El rubio sin dejarlo retirar los dedos, tomo su miembro y aprovechando lo poco dilatado de su entrada, clavo la punta de su miembro y eso hizo jadear al moverse con fuerza, pero muy firme, quería llenarlo de una buena vez, todo ese jugueteo lo había hecho desesperar.
-Mmh… -Jadeo el rubio mordiéndole el hombro mientras las uñas de Loki se clavaron sobre su espalda para empujarlo a hacer más, el también deseaba ser del rubio como tantas veces lo había sido.
El silencio de la noche solo se podía romper con los deliciosos sonidos que los amantes provocaban, jadeos muy leves, el choque de sus pieles con los frenéticos movimientos de adelantes hacia atrás, sus respiraciones agitadas.
Eran los sonidos del placer puro.
Como Loki apretaba sus dientes para que sus jadeos fuesen más ligeros y no los de una mujerzuela más de Londres y como el rubio fijaba sus ojos en el cuerpo del doctor, verlo cubierto de sudor lo hacía gruñir como un animal y moverse más ya más rápido.
-Thor… Ah… -Jadeo el moreno y se acercó a su oreja.-Huye conmigo…-Suplico de nuevo mientras jalaba su cabello dorado como el sol.- Hazlo… Hazlo… -Volvió a insistir, a lo que el rubio contesto asintiendo con la cabeza, estar dentro del doctor lo hacía perder la razón y con tal de seguir teniendo de esa preciosa droga, comprendió que lo seguiría hasta el fin del mundo si era necesario.
-Si… Si… Vámonos… Loki…- hablo muy acalorado y con el orgasmo llegando a su cuerpo, sintió el temblor en sus piernas por el ejercicio, después vio la piel blanca como la nieve de Loki erizarse y su miembro exploto dejando salir todo su semen para regarse entre ellos, mientras que el propio llenaba la entrada del doctor que poco a poco iba saliendo para manchar la alfombra.
De repente todo quedo en silencio, solo el crujir de los leños en la chimenea se alcanzaba a escuchar, los amantes cesaron sus movimientos y un tierno beso los volvió a unir.
-¿Estás seguro…? O… ¿Solo lo dijiste para…? –Loki tenía dudas.
-No… Loki… Esta vez estoy seguro… Dejare todo por irme contigo… -Le acaricio sus mejillas que se sonrojaron, no podía creer que el detective aceptara tan de buena gana irse con él.
-Vayamos a América… ¿Si?
Thor se sonrió, el no conocía el nuevo mundo y le llamaba mucho la atención, así que solo le respondió besándole sus labios. Pronto se dejaron vencer por el sueño y se acomodaron desnudos frente a la chimenea que les brindaba más calor del que ya tenían.
-Te amo… -Dijo Loki de nuevo, esas palabras fueron tan bien recibidas en el corazón de Thor que este respondió besando sus labios.
No había nada mejor para combatir todos los temores que abrazar al amor y no dejarlo ir.
Pero aún falta más… Todavía faltaba mucho para el “final feliz”
******
En Wembly, un señor de edad avanzada, que vestía traje bien elaborado y unos lentes muy finos sobre su nariz, leía una carta del señor Lusk, que mencionaba la recomendación del señor Banner para tratar de resolver el caso de las mujeres asesinadas en Whitechapel.
-¿Qué lees…? –Hablo un joven castaño que llevaba en sus manos un libro de mecánica muy básica (es obvio, apenas iba naciendo esa roña por estas fechas, ósea muy burdo)
-Es una carta… Nos requieren en Whitechapel… -Volvió a doblar la carta y lo miro.-Prepara las maletas… Debemos estar ahí lo más pronto posible…
El joven asintió y dejando el libro se fue a sacar un par de maletas que ya parecían estar empacadas para los viajes tan repentinos como ese, siendo detectives privados, era lo más normal para ellos dos.
-Ven Scott… -Dijo el mayor tomando su saco y guantes.-Cerremos bien la puerta para salir… -
Scott asintió y tomo un sombrero pequeño (bombín) para salir tras el hombre mayor.- Hank, ¿Por qué tu maleta pesa más? –Se quejó sosteniendo su maleta rojiza.
-Es que recién metí un par de experimentos…
-En ese lugar solo hay mujeres… No vamos a necesitar más que fuerza de voluntad para no caer seducidos por ellas… -Dijo Scott algo bromista.
Pero el mayor solo sonrió y llamo a un cochero para pedirle los llevara hasta el barrio, algo inquieto, el sujeto solo asintió y los dejo subir al coche para irse de inmediato.
De camino a Whitechapel, los hombres iban en silencio, era obvio, la noticia del asesino tenia de cabeza a todo Londres, de hecho, a todo el imperio que se enteraban por las gacetas y las leyendas urbanas que mencionaban que el asesino era una especie de demonio que aparecía para castigar a las malas mujeres y después se iba.
-¿Crees… En los fantasmas, Scott? –Hablo Hank mientras fumaba un poco de una pipa que saco.
-No mucho… Generalmente, los “fantasmas” con los que luchamos, siempre son hombres… Bastante buenos para ocultarse… Siempre usando dos mascaras…
-Así es… Una máscara de bondad y otra…
Scott lo miro muy serio, cuando el Dr Pym hablaba, sabia como hipnotizarlo, era muy elocuente y el por eso se unió en su agencia de detectives privados, no había caso que el Dr no pudiese cerrar.
-Me temo que este asesino… Por los informes… Tal vez sea un hombre… Con un pasado atormentado…
-¿Y si esperamos a leer los reportes de la morgue? –Scott estaba inquieto, no quería que su mentor se llegase a equivocar, no podía concebir tal acto.
-En esto de ser detective, hay muchas variantes… Uno incluso hasta debe ser vidente… Tratar de ver más allá de lo que un cadáver nos quiera enseñar… Debemos... Casi debemos caer a su lado para ver desde su ángulo a ese infeliz que les arrebato la vida… ¿Puedes imaginarlo?
-Oh no Doctor… Eso es terrible… Ver a tu asesino…
-Eso es a lo que voy… Estas personas, desde su posición, eran vulnerables…
-¿Vulnerables?
-Si… Mujeres marginadas… Obligadas a ser prostitutas, no por elección, si no por necesidad… Un cliente se acerca, saca una moneda de oro y ellas… ¿Qué hacen?
Scott asintió.
-Así es… Deben mostrar su vulnerabilidad… ¿Cómo es frágil una mujer?
-¿Cuándo expone su corazón?
-En parte si… Eso es con el “amor”…Pero también al dejar expuesta su piel… Que otra persona pueda verla desnuda… ¿Qué sientes cuando alguien te ve sin ropa?
-Bueno doctor… A mí me da mucha pena…
-¡Exacto! Esa es la vulnerabilidad de la que hablo… Si un padre azota a su hijo sin ropa, este queda marcado, frágil… Su autoestima baja… Y al crecer repite el patrón…
-¿No puede evitarlo? –Scott hablo preocupado.
-Podría… Siempre hay dos salidas… Pero elegimos la que sabemos nos llevara a un resultado ya conocido… Si ese niño, frágil, repite esa acción, siente la misma seguridad que su padre sintió… Y humilla al otro… Eso pasa con estas mujeres… Son humilladas y al ser humilladas, se vuelven vulnerables, son fáciles de matar…
Scott no podía estar más sorprendido, el Dr. Pym resolvió todo en un simple viaje de carruaje.
-Entonces… ¿Ya sabe a quién arrestar? Digo con sus conjeturas… Debe tener a un candidato…
-Tengo una vaga idea… Pero debemos observar el campo… No perturbar a la policía local, tengo entendido que el detective Odínson es una fiera…
-¿Fiera?
-Si… Carácter explosivo, resultado de una vida difícil… Y ese…
-¿Quién?
-Ese medico… Laufeyson… Otro enfermo mental… Alcohólico, fumador… Drogadicto, tengo entendido que hasta sodomita… Tiene suerte de que la reina este de su lado…
-¿La reina?
-Si… Su padre el conde es su sobrino… Así que, estamos de manos atadas frente a el… Pero acorralando al otro animal, podremos obtener todos los datos y encerrar a ese infeliz…
El chico sonrió muy feliz, su decisión de dejar de ser un simple contador público para seguir al Dr Pym había sido la más acertada que jamás pudo haber tomado.
-¿Le avisaste a Janet?
-Sí, le envié un telegrama, pero creo que había salido con la señorita Hope…
-Creo… Como son damas de sociedad… No me hacen mucho caso…
-Deben aprovechar su título…
-Um… -La esposa del Doctor era una fina dama de sociedad que por capricho se casó con el simple ciudadano... ¿Cuándo una fina Baronesa se iba a enredar con un doctor?
-Tenemos tiempo para descansar… -El Doctor se acomodó en su asiento y cerró los ojos, poner a trabajar tanto su cerebro lo agotaba. Scott solo lo admiro y sonrió.
Era el mejor hombre, el más listo, incluso más que el presumido de Richards que vivía en Liverpool, o el idiota de Xavier. Nadie era mejor que el Doctor Hank Pym.