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En Anticipacion de mi Suicidio por LaChicaYeYe

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Notas del capitulo:

holi boli.!!!

bueno qeria agradecerles a los qe dejaron su review.. me alienta a segir publicando..

en el capitulo anterior pudimo conoer a Naruto y mas  o menos saber como es su vida..

ahora sin mas.. el otro cap

 

el disclaimer..
nadie me pertenece.. ni naruto ni sasuke.. son de kishimoto pero yo a veces fantaseo qe son mios (babas)

 

 

 

 

El reloj de la cocina marcaba las once y media de la noche. La casa de la familia Uzumaki se encontraba totalmente en silencio, la lluvia había cesado. En su habitación, el pequeño rubio se encontraba durmiendo, aun vestido con las ropas escolares; la golpiza que le había propinado su madre, más el tiempo que había estado llorando, habían agotado al pequeño rubio y había caído rendido.

Lentamente fue abriendo sus grandes ojos azules, los cuales brillaban como zafiros debido al alumbrado público que se filtraba por su ventana. Intento incorporarse pero aun tenia el cuerpo adolorido por los golpes; se sentó en la cama y abrazo sus rodillas, sentía muchas ganas de llorar, de escaparse de casa, y como recientemente se le había ocurrido, suicidarse. Pero Naruto, a pesar de todo, era un niño, y el suicidio le aterraba.

Se mantuvo pensando un largo rato hasta que un ruido en su ventana lo saco de sus pensamientos. Dirigió la vista hacia la ventana, ahí estaba Deidara saludándolo, Naruto se levantó y abrió la ventana

-Hola Dei-chan –saludo levemente el menor

-¿Lo hicieron de nuevo? –el menor empezó a sollozar –Naruto no llores

-Es que no entiendo –decía el pequeño mientras se secaba las lágrimas –No sé qué les he hecho para que me traten de este modo

-No deberías estar triste –Deidara acaricio el cabello del pequeño –Kami sabe por qué hace las cosas

-Gracias –el menor se tranquilizó un poco, mientras el mayor miro su reloj

-Naruto ¿tienes la ropa que te pedí que guardaras?

-Un momento –Naruto se dirigió a su armario y saco una maleta con ropa –Aquí esta

-Gracias –dijo el mayor mientras entraba por la ventana, cogió unos jeans negros y una camiseta blanca que se asentaba a su cuerpo. Mientras tanto el pequeño lo miraba con angustia

-Dei-chan –susurro el menor

-Dime –decía mientras se daba una mirada en el espejo

-¿Te puedo acompañar? –el mayor volteo rápidamente y le dio una mirada de extrañeza al pequeño

-Bueno Naruto –dudo un momento –No creo, a donde yo voy no es un lugar para un niño, sería como llevar una oveja a una cueva llena de lobos. Quizás cuando seas más grande

El pequeño solo miro al mayor con duda, definitivamente no había entendido lo que le acababan de decir. Deidara termino de verse y se dirigió a la ventana

-Gracias kitsune, te debo una –le guiño un ojo y salió

-Cuídate mucho Dei-chan –el pequeño cerro la ventana y volvió a la cama

-También quisiera tener la libertad de poder irme cuando me plazca –pensó el pequeño. Hasta donde el pequeño sabía, su amigo Deidara trabajaba en una especia de club social en el centro de la ciudad. Mientras pensaba, el estómago del pequeño gruñó como si de un león se tratara –Es cierto, no he almorzado, ni cenado –Naruto se levantó y tomo rumbo a la cocina, procuro no hacer el más mínimo ruido, sabía que sus padres dormían, y si se despertaban no sería una situación agradable. Llego a la cocina con la agilidad de un danzante de ballet, cosa que no se le hacía difícil ya que para sus doce, casi trece como él solía decir, tenía un cuerpo perfectamente formado, lo que para él era un martirio debido a su pequeña cintura y gran trasero que eran las partes que más lo agobiaban. Todo esto sin contar su baja estatura, lo hacían el blanco perfecto de bromas e insinuaciones de todo tipo. Lentamente abrió la despensa y saco un sobre de ramen instantáneo; lo preparo con agua hirviendo que se encontraba en un termo, y subió sigilosamente a su habitación.

Una vez en su cuarto, se dirigió a la cama y prendió la televisión, se encontraba sintonizando una película de dibujos animados que a él le encantaba. Mientras comía y veía la película, trato de razonar cual era la razón por la cual sus padres siempre se desquitaban con él. Quizás era algo que él había hecho, o algo que creían que había hecho, o simplemente porque se les daba la gana.

El rubio cruzo brazos y piernas y se quedó viendo la ventana un minuto; casi como si alguien se lo hubiera ordenado, volteo instantáneamente a ver su reloj, era más de medianoche, había excedido por mucho su hora normal de dormir, ya que sus padres hacían que se fuera a la cama alrededor de las nueve de la noche. Rápidamente se puso el piyama y se fue a cepillar los dientes; cuando termino, boto el envase de ramen, apago la televisión y se acostó en la cama.

Con todas las luces apagadas se puso a pensar "Ojala mi vida fuera como la de mis compañeros, de que me sirve ser buen hijo si mis padres me odian…" el pequeño cerro los ojos y lentamente dejo que el sueño hiciera de las suyas hasta que quedó dormido.

SxN

Eran ya las cinco y media de la mañana cuando el reloj de Naruto comenzó a sonar, la noche se le había pasado en un giro. Apago el reloj como pudo y solo atino a abrazar su almohada y seguir en el precioso reino de Morfeo. Los padres de Naruto ya se encontraban en la cocina desayunando; Kushina al notar que su hijo no había despertado, se levantó en dirección a su habitación. Allí encontró al pequeño Naruto en plena madrugada, sin inmutarse porque su madre había entrado en la habitación; Kushina destapo al pequeño, el cual abrió los ojos de golpe, casi asustado

-Escuche el reloj hasta la cocina y aun estas durmiendo –el pequeño se sentó en la cama

-Lo… lo siento –bajo la mirada al notar su tartamudeo –Ya bajo

-Apresúrate, que tu padre y yo estamos a punto de irnos

Naruto no contesto, y una vez que su madre salió de su habitación se levantó de la cama en un brinco y fue a lavarse el rostro; mientras caminaba en dirección a la cocina se golpeó con varios objetos, al parecer pasarse de la hora de dormir no le había resultado muy conveniente.

En la cocina se sentó a la mesa y saludo suavemente

-Bu… buenos días –los padres Naruto ni se inmutaron

-¿No entiendes que es dejar de tartamudear, pareces un retrasado? –dijo Kushina sin mirarlo. Naruto solo bajo la mirada, sentía que los parados le pesaban; cuando iba a tomar el vaso con leche con chocolate que se encontraba frente a él, el sueño le jugo una muy mala pasada, que le traería verdaderas consecuencias. El pequeño boto el vaso a un lado debido al cansancio y se rego encima todo el contenido. Kushina enfurecida miro al pequeño, al cual se le desapareció el sueño al ver lo que había hecho. La mujer agarro fuertemente del brazo al pequeño y lo llevo a jalones hacia su habitación; una vez allí, entro al baño y lo metió en la regadera, el pequeño la miraba con terror, como aquella mujer podía haberlo traído al mundo. Kushina abrió el agua fría de la regadera y salió del baño, el pequeño trato de salir, pero retrocedió al ver a su madre entrar con un cinturón, al verlo su madre comenzó a golpear al pequeño

-Ahora tú te vas a encargar de ti mismo y de no ensuciar tu ropa, todos creen que soy su sirvienta y que debo limpiar sus desastres, pues estas muy equivocado Naruto, ¡Oíste, equivocado! –los latigazos iban sin piedad contra el rubio el cual se había encogido en el suelo mientras lloraba y rogaba tratando de cubrirse todo el cuerpo con sus pequeñas manos

-¡Ya no, p… p… por fav…! -el rubio no podía articular las palabras debido al agua helada y a los golpes que recibía

-¡Cállate! ¡Vas a aprender por las buenas o por las malas! –la mujer levanto al rubio jalándolo de un brazo y le lanzo una fuerte cachetada que hizo caer al niño contra el borde de la regadera. Un moretón se le produjo al instante en la mejilla izquierda al pequeño, cuando Kushina vio esto paro su castigo

-Cámbiate y lárgate a la escuela, me tienes harta, maldita la hora en que naciste –salió sin ningún tipo de remordimiento, dejando al pequeño casi sin poder respirar tirado en el suelo de la regadera.

Naruto se quedó ahí, quería morir en ese instante, pero el miedo que le tenía a su madre hizo que se incorporara levemente y se fue desnudando.

El pequeño quedo sentado abrazando sus piernas, totalmente desnudo, mientras lloraba y se preguntaba, por qué a él; no era grosero con sus padres, ni les desobedecía, ni tenia mala calificaciones, en realidad era un buen hijo, se esforzaba en los estudios, se comportaba bien, pero todo esto inducido por el miedo que le tenía a las represarías de sus padres.

Se levantó y cerró la regadera; se miró en el espejo y al ver su rostro morado e hinchado pensó "No puedo ir así la escuela". El rubio salió del baño tapándose con una toalla y se cambió rápidamente. Una vez vestido se dio un vistazo e hizo una mueca de disconformidad; se dirigió a su armario y cogió una bufanda color naranja con negro, los cuales iban intercalados, se cubrió el cuello y como pudo se cubrió medio rostro.

Ya cambiado y "camuflado", Naruto bajo y se despidió de sus padres los cuales se encontraban a punto de salir

-Que ten… gan buen día –dijo casi en un susurro

-Habla fuerte –le dijo su padre

-Que te… tengan buen día –repitió más fuerte el pequeño

-Adiós –le dijo su padre, mientras que su madre ni noto su presencia.

El pequeño salió de su casa y se dirigió a la parada de autobús; eran las seis de la mañana, el día estaba nublado, al parecer iba a llover nuevamente. Naruto bajo la mirada y suspiro melancólicamente. El pequeño trato de recordar si en algún momento de su corta vida, sus padres lo habían tratado bien, cosa que no le tomo mucho tiempo ya que no lograba recordarlo. Al llegar a la parada del autobús, Naruto se encontró con dos compañeros suyos de la escuela, Kiba Inuzuka y Shino Aburame. El más pequeño saludo alegremente a Naruto a penas lo vio, mientras que el joven de las gafas permanecía inmutable.

-Buenos días Naruto –dijo con voz graciosa Kiba

-Hola Kiba, buenos días Shino –atino a decir el menor volteando hacia el Aburame, el cual asintió sin emitir ni un sonido

-Que tedioso tener que levantarnos a tan temprano, y todo para ir a estudiar –dijo el de las marcas rojas

-Si lo es, pero bueno, tenemos suerte de poder estudiar en esa escuela, y más aún, que el autobús pase por nuestra "Zona" que es la más lejana –reprocho el rubio a su amigo

-Me alegra que a alguien a parte de mí, este agradecido con sus oportunidades

-¿Qué dices Shino? –dijo Kiba mirando un poco molesto a Shino –Si yo también disfruto del poder estudiar ahí

-Querrás decir, que tu disfrutas de poder ir a jugar ahí–hablo el Aburame

-Lo dices por pura envidia –el joven desvió la mirada sonrojado. Naruto sonio al ver la escena; Kiba noto la bufanda que llevaba Naruto –Naruto, ¿por qué usas bufanda?, no está haciendo mucho frio

-Es que estoy resfriado –mintió nerviosamente el pequeño. Shino solo miro fijamente a Naruto, era imposible saber que expresión había detrás de esas gafas oscuras –Miren, ahí viene el autobús –dijo Naruto tratando de cambiar el tema.

Camino a la escuela, Kiba trataba de averiguar la razón de la bufanda de Naruto, haciendo que éste se alegrara y olvidara por un instante los problemas, los golpes, las humillaciones, todo. Cuando llegaron a la escuela, Naruto sintió que se desconectaba de todo y entraba en otro mundo totalmente distinto a su realidad. El pequeño alcanzo a ver a cierto pelirrojo se encontraba esperando ansioso a Naruto

-Hola Naruto –ni bien el rubio puso un pie fuera del bus era recibido por el ojiverde

-Hola Gaara-kun –saludo sonriente el pequeño

-Vamos, ya te he dicho que no me digas así –el pelirrojo puso un brazo sobre el rubio –Somos amigos hace mucho

-Solo llevo aquí un año –el rubio se apeno

-Sí, pero aun así, soy tu amigo desde tu primer día aquí –dijo el joven ojiverde

-De acuerdo tú ganas Gaara-kun –si había algo que había aprendido el rubio de su amigo, era que no tenía sentido discutir con él.

-No te parece que es muy temprano para acosar a Naruto –se oyó cerca de los pequeños

-Una intervención precisa Kiba –alcanzo a decir Gaara, mientras ambos se lanzaban miradas de odio, Naruto alcanzo a ver como muchas, por no decir todas las chicas, se encontraba más arregladas de lo normal, y aun así, se esmeraban por arreglarse más

-Ah… Gaara-kun –llamo el rubio mirando de lado

-¡Que no me digas así! –reprocho el joven pausadamente

-Perdón –sonrió nervioso el rubio -¿Hoy habrá alguna actividad especial, o algo de lo que no estoy enterado? –retomo la pregunta el pequeño

-Ah sí, lo había olvidado por completo –menciono Gaara dirigiendo su mirada hacia el Aburame que se encontraba al lado de Kiba –Hoy regresa Sasuke Uchiha –dijo el pelirrojo dirigiéndose a Shino

-¿Quién es Sasuke Uchiha? –tanto Kiba como Naruto se hicieron la misma pregunta

-Bueno… -hablo Shino –Era y por lo visto volverá a ser, el chico más popular de la Escuela Principal de Konoha –Naruto y Kiba se miraron

-¿Y bueno porque se fue o qué? –pregunto el castaño

-Hasta donde yo sé, por lo que me conto mi hermano; él se retiró a la Secundaria del Niibi porque quería estar cerca a su madre la cual estaba enferma –dijo Gaara

-Eras su amigo –pregunto Naruto

-No, pero mi familia y la suya han tenido relaciones de negocios por años, y bueno tuve la obligación de conocerlo

-Ah ya veo –dijo el pequeño entendiendo que eran cosas de familias de poder –Bueno y porque va a volver si su mama está enferma

-Es que ya falleció –Naruto trago saliva y se sintió algo apenado

-Ah, lo lamento no lo sabía –Gaara miro curiosamente a Naruto

-¿Por qué te disculpas conmigo? ¿Es más porque siempre te andas disculpando de todo? –Naruto se sonrojo

-No… no lo sé –dijo el rubio agachando la mirada. De pronto la milagrosa campana rompió con la incómoda escena

-Bueno, vamos a clases –dijo Kiba

-De acuerdo –asintieron todos

El día transcurría con tranquilidad para Naruto, pasando por clases de algebra e historia, hasta llegar a gimnasia, fue ahí cuando su calvario comenzó. Todos los jóvenes del primer año se encontraban cambiándose en los vestidores, todos excepto Naruto

-Naruto, ¿es que no vas a hacer gimnasia? –pregunto Kiba al ver al pequeño pensando

-No, estoy enfermo –dijo el rubio cruzando los brazos mientras enterraba la cara en la bufanda

-Deberías ir a hablar con Guy-sensei –sugirió un joven mientras se llevaba unas frituras a la boca

-No gracias Chouji, así estoy bien

-¿Hablar conmigo sobre qué? –un sujeto de enormes cejas y corte de cabello gracioso irrumpió en los vestidores. Naruto al ver al profesor empalideció, sin duda le pediría explicaciones por la cual el niño no quería hacer la clase -¿Y bien, que es?

-Es que me siento un poco mal –mintió el rubio; el profesor noto que el rostro del pequeño estaba oculto en su bufanda

-Naruto quítate la bufanda por favor –el rubio se quedó mirando paralizado al profesor –No lo repetiré Naruto –el rubio bajo la mirada ante la insistencia de su maestro y la mirada curiosa de todos –Muy bien, todos a correr al campo. Naruto ven a mi oficina

-Pero… -hablo el rubio

-Ven –dijo el profesor mientras los alumnos salían de los vestidores

-La que te buscaste –bromeo Kiba. Naruto se levantó de la banca y camino dentro de la oficina de su maestro

-Cierra la puerta –ordeno el profesor. Naruto cerró la puerta y se sentó frente al escritorio –Muy bien Naruto, ya puedes mostrarme ese golpe –el pequeño se sorprendió, como había sido capaz de notarlo

-Lo lamento Guy-sensei –dijo el rubio dejando a vista su rostro morado

-¿Quién te hizo esto? –pregunto el maestro estirando un brazo para tomar la barbilla del rubio

-Me… me caí hoy mientras me duchaba –mintió el rubio mientras examinaban su rostro.

-¿Y los raspones de tu espalda también son por caídas? –Naruto se quedó helado, ¿también había notado eso? –No tiene caso que trates de mentir, te vi mientras te cambiabas la semana pasada –el rubio bajo la cabeza -¿Qué está pasando Naruto?

-Si fue por una caída –el rubio apretaba los ojos para no llorar –Es que soy muy torpe –Guy miro a su alumno un momento. Sin duda no llegaría a ningún lado

-Naruto quiero que vayas a hablar con tu tutor de aula –el rubio alzó la mirada sorprendido

-¿Con Iruka-sensei? ¿Estoy en problemas? –pregunto preocupado el rubio

-No, solo ve a hablar con el –Guy se levantó de su asiento y se acercó a su alumno –A él le puedes contar algo que quizás a mí no

-No le estoy mintiendo –refuto Naruto nervioso –De verdad me he caído

-Está bien –dijo Guy saliendo abriendo la puerta –Entonces ve con él para que te lleve a la enfermería

-De acuerdo –el pequeño se levantó de su asiento y tomo rumbo a su aula. Mientras caminaba iba pensando en que si iba a hablar con Iruka-sensei seguro llamaría a sus padres; la simple idea hizo que el menor se detuviera en seco, sin duda tener a su madre en la escuela solo le traería unos buenos golpes. El rubio sacudió la cabeza y cambio el rumbo hacia la enfermería, la cual se encontraba cerca de la oficina del director. Naruto pasó cerca de aquella oficina, sin saber que ese momento, una persona ahí, marcaria muchas cosas en su joven vida y próximo futuro.

Notas finales:

y bueno mis chikis sin mas qe decirles.. nos vemos en una semanita con un nuevo cap cap ..

besitos de miel para todos


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