Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Dónde están tus alas? por Ali-Pon

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Aloha! 

Sí, ya sé no es martes pero tuve "visitas" y hasta hoy pude terminar el cap para entregarlo. El fin de semana no iba a poder actualizar :/ por eso lo hago hoy xDU

Lamento la demora, pero aquí tienen~

Capítulo XII

Cuidados

Sus ojos comenzaron a abrirse con lentitud, pestañeando demasiadas veces para poder enfocar bien. Miró de un lado a otro sin poder reconocer dónde estaba. Quiso levantarse pero un dolor en su espalda se apoderó de él haciéndole volver a su posición, sin embargo, el dolor permanecía. Apretó su quijada por el dolor tan intenso, algo que nunca antes había sentido. Se recostó de lado sintiendo un poco de alivio. Se aferró a las sábanas para impulsarse y así llegar a la orilla de la cama donde se sentó de forma lenta y tortuosa. Unas cuantas lágrimas amenazaban con caer de sus orbes. ¿Qué había ocurrido? ¿Por qué le dolía el cuerpo? ¿Dónde estaba?

                Apoyó sus pies en el piso de madera inhalando de manera profunda tratando de controlar el dolor. ¿Dónde estaban los chicos? ¿Por qué estaba sólo en una habitación? Con ayuda de sus manos sobre la cama comenzó a ponerse de pie, las punzadas continuaban atormentándole pero él quería salir y ver dónde se encontraba, ¿qué tal si les habían secuestrado aquellos tipos encapuchados?  Cuando se puso de pie por completo quiso dar un paso desequilibrándose al instante y caer de rodillas. ¿Qué le había pasado? Forzó a su memoria a recordar, pero solo tenía vagos recuerdos de haber estado peleando contra unos encapuchados que venían con una titán (que peleaba bastante familiar). Dio comienzo a un segundo intento de levantarse pero más tardaba en guardar equilibrio para dar un paso que volvía a caer.

                Frustración. Una frustración de no poder hacer algo tan simple como levantarse y caminar. El dolor se hizo más intenso haciendo que un grito ahogado resonara en la habitación. Agachó su cabeza pegándola al piso formando puños con sus manos de la frustración. ¿Por qué el dolor? ¿Qué le habían hecho? Unos pasos escuchó fuera de la habitación, lo cual le hizo ponerse alerta y ver por la rendija de la puerta cómo una sombra se posaba frente a ella. Tragó saliva de forma lenta cuando vio cómo la puerta comenzó a abrirse con cautela. Su corazón se aceleró y en su mente el pensamiento de “Enemigo” se instauró por lo que frunció el entrecejo maquilando posibilidades de dar pelea fuera con quien fuera.

                Pero grande fue su sorpresa al ver que tras la puerta estaba el capitán Levi. Sintió su rostro palidecer ante la escena que debía estar presenciando su superior viéndole de rodillas y palmas en el suelo, con unas cuantas lágrimas en sus mejillas y otras más en sus ojos. La fría mirada de Levi se paseó por toda su fisionomía causándole escalofríos.  

                Para Levi la posición en la que el castaño se encontraba le hizo sentir extraño, como un alivio por haber sido él quien le hubiera encontrado de aquella manera. Al fin podía observar aquellos esmeraldas tan vivaces y que le causaban una extraña sensación cuando se sentía observado por ellos. Chasqueó los labios al notar sus pensamientos en cuanto a Eren. Sin más, se acercó hasta él viendo que el muchacho no se movía por lo que frunció el entrecejo con extrañez.

                –Ponte de pie, mocoso –ordenó Levi cruzándose de brazos para mostrar mayor autoridad.

                –N-no puedo, capitán –respondió con temor el adolescente presentando temblores en su cuerpo.

                Aquella respuesta solo hizo que Levi se enojara y que con rapidez tomara de los cabellos al castaño haciendo que elevara su rostro adolorido mientras él se acuclillaba frente a él.

                –A mí no me das negativas, mocoso estúpido –sentenció con molestia sin siquiera aflojar el agarre en la melena de Eren.

                –P-pero es la verdad, Capitán. No puedo –dijo con voz un poco entrecortada por el dolor que había acrecentado por el agarre tan brusco del mayor.

                Levi miró fijamente aquellos orbes tan de cerca que pudo admirar algunos destellos amarillos y verdes más oscuros que le daban profundidad y una belleza inigualable. Sin embargo, aquellos pensamientos tuvo que alejarlos para concentrarse en la situación en la que estaban.

                –No me vengas con esa mierda. ¡Párate! –exigió mientras tiraba de los cabellos castaños obligando al muchacho a ponerse de pie.

                Eren apretaba la quijada con fuerza para no proferir ningún alarido que se ahogaba en su garganta. Las lágrimas arremolinadas en sus orbes cayeron provocando que Levi sintiera que algo andaba mal con el muchacho. Sin aflojar su agarre en los cabellos del muchacho preguntó:

                – ¿Qué te ocurre?

                Eren, al escuchar la grave voz de Levi preguntarle algo, no pudo hacer otra cosa que apoyar sus manos en el pecho del capitán para no desplomarse por tercera vez. Tragó saliva y con la respiración errada respondió:

                –Mi…mi espalda…capitán. Me duele –exclamó con voz quebrada por el dolor.

                Levi entrecerró los ojos y, llevando su mano libre hacia la espalda del chico, tocó por encima de la tela viendo cómo el chico comenzaba a caer y a proferir quejidos que le hicieron sentir impotente. Curioso y con nervios bien ocultos, decidió adentrar su mano para palpar piel con piel la espalda del joven. Al hacer aquel gesto, Eren abrió los ojos y quiso detener al capitán pero el dolor le hizo omitir aquello. Levi, ya preocupado por el mocoso (quien profería quejidos que le dejaban sin habla) decidió girar al muchacho y así ver unas manchas amarillas en la playera blanca que antes no había reparado en ellas. Miró sus dedos que antes habían tocado la espalda de Eren y vio un líquido amarillo mezclado con rojo en ellos. Sin pensarlo dos veces le llevó hasta la cama, donde se percató de las mismas manchas amarillas en las sábanas. Colocó boca abajo al adolescente no sin antes retirar la playera y parte de las correas del equipo tridimensional. Cuando la espalda del muchacho quedó expuesta, con asombro pudo ver que había llagas en la espalda baja del muchacho (presentando ya piel muerta)  y unas manchas más oscuras en la parte de arriba (futuras llagas si no se cuidaban).

Sin decir más que “No te muevas” salió, cerrando la puerta encaminándose hacia donde estaba Hanji; porque Hanji llegó dos días después que los chicos. Todos pensaron que Eren despertaría el mismo día que Hanji o al siguiente, pero no. Ya habían transcurrido la semana y apenas había despertado. Sin educación, Levi abrió la puerta de golpe asustando a Hanji que estaba acomodando unos objetos en el pequeño escritorio que en la habitación había.

– ¿L-levi? ¡Enano, me asustaste!

El capitán chasqueó la lengua, molesto por el apelativo que había ocupado la castaña de coleta. –Me importa una mierda, necesito que vengas conmigo con todo y tu botiquín.

– ¿Qué? ¿Por qué? –preguntó Hanji tomando el botiquín que yacía a un lado del escritorio.

– ¡Sólo sígueme estúpida cuatro ojos! –ordenó desesperado Levi causando que Hanji tan solo brincara en su lugar. Nunca le había visto tan necesitado de su ayuda; así que en silencio le siguió hasta que dio con la habitación de Eren. Estaba por preguntar qué hacían ahí cuando Levi abrió la puerta y vio al menor respirando rápidamente y con una expresión de dolor en su rostro.

– ¡Eren! –exclamó asustada Hanji entrando rápidamente y posicionándose de cuclillas frente al muchacho que abrió sus cansados ojos con dificultad.

–Señorita, Hanji –susurró Eren esbozando una diminuta sonrisa que partió el alma de la superior.

– ¿Qu-qué te pasó? –murmuró Hanji viendo la espalda tostada del muchacho con las manchas rojas y una llagas en la parte baja de su espalda. Alarmada se giró hacia Levi quien trataba de mantener su rostro impasible y asintiendo para que la castaña comenzara a curar al joven.

– ¿Cuánto tiempo estuvo en la misma posición? ¿Por qué nadie me dijo, Levi? Estas cosas son llagas por presión, ¿qué acaso nadie venía a ver a Eren? Afortunadamente no han llegado al hueso pero esto tardara en sanar –hablaba seria, Hanji mientras comenzaba a limpiar las llagas viendo cómo se tensaba Eren sintiendo verdaderamente molesta. –Eren, trata de no moverte, debo limpiar –dijo con suavidad recibiendo un asentimiento por parte del moreno.

Levi no respondió ninguna pregunta sintiendo culpa por no haber sido más cuidadoso y haber checado el estado del adolescente. Desvió la mirada al escuchar los quejidos lastimeros de Eren sin siquiera moverse ya que no podía. Era como si fuera su castigo escuchar las exclamaciones de dolor de quien se supone debió haber cuidado. Afortunadamente había mandado a sus soldados por provisiones, quedándose los subordinados de Hanji, la castaña y él. No quería lidiar con la asiática que le tenía un aprecio nulo (el cual era recíproco). No entendía por qué aquella niñata hacía lo posible por querer alejar a Eren de él. Estúpida, pensó al si quiera recordarla.

– ¡Levi! –gritó Hanji completamente desesperada por no haber recibido una respuesta antes.

– ¡¿Qué?! –respondió Levi viéndole con fastidio.

–Te estoy diciendo que Eren deberá estar con cuidados intensivos en estos días; al igual que Armin, debes designar a alguien que le cuide y…

–Lo haré yo –interrumpió Levi tomando por sorpresa a Hanji.

– ¿Qué?

–Lo que oíste, estúpida cuatro ojos. Me ordenaron que este mocoso estuviera bajo mi vigilancia; lo que significa que también soy responsable de su salud –explicó serio viendo de reojo cómo Eren abría sus ojos por la sorpresa y un tenue sonrojo se apoderaba de sus mejillas.

–De acuerdo, enano –dijo sonriente Hanji regocijándose en su interior por la respuesta de su compañero gruñón. –Entonces te daré más tarde todo lo que tienes que hacer durante estos días, ahora tengo que checar a Armin en lo que llega Mikasa –anunció Hanji guardando todas las cosas que había ocupado y tirando en una pequeña bolsa con algodones manchados de sangre y con restos de piel muerta.

Pronto Levi permaneció con Eren a solas y sin dudar se acercó al muchacho que ya comenzaba a caer dormido. Levi miró ya su espalda con pedazos de tela húmedas sobre las llagas que había dicho Hanji. Resopló al darse cuenta de lo que le podía ocurrir a Eren aun estando bajo su cuidado. En unos días llegaría Erwin (le había dicho Hanji)  y esperaba que para entonces hubieran mejorado un poco las llagas de Eren. Suspiró completamente hastiado de todo.

–Capitán –llamó Eren con voz un tanto rasposa captando la atención del susodicho.

– ¿Qué? –respondió frío Levi viendo con indiferencia (que ocultaba sus sentires) al moreno.

–Lo lamento –dijo suplicante Jeager causando que Levi frunciera el entrecejo al no entender sus disculpas.

– ¿De qué mierda hablas?

Los esmeraldas de Eren le miraron de una forma que no supo definir y que le hizo desviar la mirada resoplando cansado del revoltijo de sentimientos que tenía en cima. Se sentía estúpido y realmente confundido por todo lo que últimamente le estaba sucediendo, no sabía qué era ni por qué de repente comenzó, pero sabía que no se sentía bien, era como tener las ansias de morir por culpa de un titán multiplicadas por cantidades estratosféricas.

–Capitán…

–Ya cállate y mejor descansa –sentenció el mayor mientras tomaba asiento a orilla de la cama colocando sus antebrazos en sus rodillas dejando caer su cabeza haciendo que sus cabellos le cubrieran el rostro.

Eren sintió extraño el actuar de Levi y quiso preguntar, pero sabía que el capitán se caracterizaba por no hablar de él y por su mal carácter; por ello desistió y prefirió concentrarse en un punto cualquiera de la habitación pensando en qué pudo haberle pasado durante el enfrentamiento contra la titán. No obstante, cada vez que trataba de recordar su cuerpo comenzaba a temblar y un miedo y desespero se apoderaban de él. Era ilógico, ¿por qué su cuerpo reaccionaba así?

– ¿Eren? –el suave llamado de Levi le hizo volver a la realidad viendo sus ojos grises mirarle con extrañez. – ¿Qué te sucede?

El joven planeaba decirle lo que le ocurría, en verdad quería informarle pero parecía que algo en su interior le negaba la salida a aquella verdad. Era como si una parte de sí mismo le advirtiera que aquel momento no era el adecuado para hacerle saber. Sus amigos debieron haberle dicho algo así que, que él dijera algo más sería innecesario. De pronto, el recuerdo de lo último dicho por Hanji le vino a la mente.

–Señor, ¿qué le sucedió a Armin? –preguntó un tanto temeroso por que fuera algo malo. Él no se perdonaría si Armin, su mejor amigo, se encontrara en malas condiciones.

Levi analizó las facciones de Eren buscando algo que ni él mismo sabía, por lo que dejó pasar aquel momento cuando sintió los temblores en la cama provenientes del menor.

–Se rompió una pierna –respondió neutral a la situación del rubio. Afortunadamente, el muchacho había pasado lo peor por lo que ya no había mucho por qué preocuparse, solamente por la atención de la pierna para que no se infectara y que el muchacho se alimentara bien; pero aquella labor la tenía asignada Mikasa, quien sin pensarlo dos veces se había ofrecido para llevarla a cabo.

– ¿Cómo? –susurró sorprendido Eren sin poder creer lo que escuchaba.

– ¿Estás sordo? –exclamó molesto Levi.

– Pero ¿cómo ocurrió? ¿No le dijo, capitán? ¿Y los demás? ¿Qué les pasó? –Siguieron las preguntas alarmadas del castaño quien, luego de percatarse de la manera que solicitaba información, murmuró un “Perdone”.

El mayor miró fijamente al otro pensando en que tenía derecho a saber la situación de salud del rubio. Después de todo tantos días inconsciente y despertar sin saber qué ha sucedido con sus compañeros es probable que sea algo tormentoso. Por primera vez (en muchos años) sentía que estaba siendo demasiado condescendiente con alguien más.

Este mocoso es el culpable de todo lo que me pasa, pensó completamente seguro de que así era, de que así sería a partir de aquel día.

–Armin dijo que unos encapuchados les emboscaron en el bosque y que, mientras peleaba contra ellos, como eran más fuertes, en un movimiento terminó estampado contra un tronco cayendo a un arbusto. Como la mayoría del golpe lo recibió su pierna, el resultado fue que se rompiera –explicó exactamente como le habían informado. –Jean y Mikasa sólo tienen heridas en las manos –continuó informando al menor quien asimilaba lo dicho.

– ¿Y le dijeron qué me pasó para que terminara inconsciente?

–Dijeron que fuiste idiota porque te golpeaste en la nuca con un tronco mientras peleabas. En verdad eres patético –comentó Levi con molestia.

Para Eren aquella explicación no le había convencido en absoluto sin embargo, no tenía por qué hablar con el capitán a sabiendas de que sus compañeros probablemente fueron los que dieron esa versión y no en la que se transformó en titán para vencer a una titán femenino. Demasiada información qué analizar en poco tiempo y que ninguno de sus compañeros estuviera presente para que le resolvieran aquellas dudas era lo peor.

–Armin está reposando; Jean y Mikasa fueron con mi Escuadrón por provisiones –añadió Levi.

Eren le miró unos instantes, pensando en que nunca había visto a Levi tan… ¿suave? A su manera claro está, pero no utilizando aquel tono que causaba temor. Por otro lado, él mismo se sentía extraño como si de un mal presentimiento se tratara y a la vez un alivio por haber llegado al castillo… vivo.

¿Por qué no recuerdo? 

Notas finales:

¿Y bien? Hermoso momento Riren verda :´D Bueno, fue una probadita >w< Además de que anunció de una vez por todas, que el proximo cap será el inició del Erurmin >wO Oh yeah! Para quienes lo deseen desde el fondo de su ser xD

Sin más me retiro bellas creatura OwO

Cuídense

AliPon fuera~*~*


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).