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¿Dónde están tus alas? por Ali-Pon

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Capítulo XIV

Un secreto más

Desde aquel día que Erwin había besado a Armin, la cabeza del pequeño soldado estaba hecha un embrollo. Nada parecía tener sentido, todo era confuso, casi como si todo lo que era él se estuviera desmoronando. Era una sensación desoladora y que consumía a Armin. Ese beso brusco y que le dejó una mala impresión del comandante, incluso lo soñó repetidas veces, despertando agitado y con el sudor cubriendo su nuca, sintiendo un calosfrío recorrerlo entero. Obviamente no le dijo a nadie lo sucedido, no era algo que pudiera beneficiar a alguien.

Así pasó los días de su recuperación, pensando en los secretos que debía guardar y si realmente estaría bien callar. Por lo que logró observar en Eren, él no recordaba nada y parecía que no lo haría en un buen tiempo, sin embargo, la mirada fría y depredadora de Erwin le ponía los pelos de punta. Y en el momento que sus ojos se encontraban con los del mayor, era cuando todo lo que había construido, se venía abajo.

Debía idear algo rápido porque sabía que Erwin lo obligaría a hablar pronto y… eso no era bueno.

 

 

Eren llevaba la colada en la canasta, debía apurarse para poder colgar las mantas y se secaran pronto antes de que el sol se ocultara tras las nubes grisáceas que había en el firmamento. Ya habían pasado tres semanas desde que llegaron al norte. El clima era frío, duro y les causaba problemas para realizar algunas tareas. Armin usaba muletas para poder desplazarse por el castillo. Ayudaba en algunas tareas simples y Eren se sentía aliviado de ver a su rubio amigo de nueva cuenta. Sin embargo, algo había pasado, tanto Jean, Mikasa y él notaron un cambio en su comportamiento. Se había vuelto más callado, constantemente se perdía en sus pensamientos y a veces le dirigía miradas tristes. Eren se sentía intranquilo y aunque confrontó a Armin varias veces, siempre recibía la misma respuesta: “No es nada, Eren”. Si no era nada, ¿por qué verlo con pena? ¿Por qué sonreír forzadamente? ¿Por qué ausentarse del presente?

Lo curioso es que nadie más que ellos habían notado ese cambio. Al parecer, todos pensaban que ese era el comportamiento del rubio, por lo que pasaban de largo cuando lo veían mirar por la ventana y…

—¡Agh!

Un calor abrasador envolvió su cuerpo, entumiéndolo y haciendo que se le resbalara de las manos la canasta y las sábanas cayeran al piso. El castaño se llevó las manos al abdomen, sintiendo un dolor infernal ahí. Sus músculos ardían y sentía cómo se abrían desde adentro, como si algo quisiera salir de su interior. Sin poderlo evitar cayó al piso. Para colmo de males estaba en el corredor que llevaba al patio trasero, ahí donde ya habían limpiado y Eren solía colgar las cortinas, sábanas y algunas ropas cuando terminaba la colada. Por órdenes de Levi, todos estaban limpiando o haciendo tareas en el frente y en otras habitaciones del castillo, por lo que estaba solo.

—M-mi…mierda —musitó con dolor en su voz. Incluso respirar y hablar le quemaban. Nunca había sentido tal calor en su cuerpo. Sus ropas parecían fundirse con su piel y eso dolía más. ¿Así se sentía morir quemado? ¡Era lo peor!

Lo frío del piso parecía calmar un poco el calor en su cuerpo, pero no era suficiente. Con dificultad movió su diestra en el afán de poder levantarse, pero incluso sentía sus huesos arder y a punto de quebrarse al mínimo movimiento. De sus ojos se acumularon lágrimas, nublando su visión.

—¡…ren! —Escuchó de forma vaga, pero no lograba distinguir de quién se trataba.

¡Ayuda! Por favor… alguien… Capitán.

 

 

Erwin y Levi se encontraban en una de las oficinas del castillo, discutiendo qué harían ahora que había noticias de que el rey había movido sus piezas y la Legión de Reconocimiento ahora sería tratada como organización criminal.

Vaya mierda que les había caído.

—Esto lo tenías contemplado, ¿cierto? —comentó Levi con periódico en mano. No cabía duda que el rey quería deshacerse de aquello que pudiera ocasionarle un problema. Quería exterminar a una amenaza, una que no era gigante ni comía humanos a diestra y siniestra.

Erwin respondió con un “Mhm”, leyendo un informe del comandante Pixis y una carta de uno de sus subordinados que se había quedado en el Cuartel para poder informarle todo lo ocurrido. Ciertamente lo consideró y hasta se sorprendió con lo rápido que su reputación se vio reducida a cenizas. Pero todo valió la pena, tenían a Eren y con él, la esperanza de la humanidad. No todo estaba perdido, ahora tenían un nuevo enemigo y era de su misma raza.

Algo molesto, pero tendría que idear un plan pronto para…

De pronto su puerta fue abierta de golpe, tomándolos por sorpresa y sintiendo que algo andaba mal con sólo ver el rostro asustado y con pánico de Aurou.

—¡Capitán… Comandante! —exclamó Aurou con frenesí, todo su cuerpo temblando y con sudor perlando su rostro.

—¿Qué sucede, Auruou? —preguntó calmado Levi, controlando lo mejor posible un malestar que comenzó a molestarle hacia unos minutos. Con sólo ver el rostro de Aurou, sabía que algo malo estaba ocurriendo y, por breves instantes, pensó en el mocoso de Eren.

—¡Eren…! ¡Es Eren! ¡Él está… está quemándose!

Tanto Levi como Erwin arquearon las cejas ante el reporte y con un nudo en la boca del estómago, se levantaron y salieron de la oficina.

¿Quemándose…? Eren…

 

 

Conforme se acercaban a el corredor que daba al patio trasero, escucharon la voz desesperada de Mikasa repitiendo el nombre del castaño. Levi frunció el entrecejo con fuerza, sintiendo ese malestar ponerlo de mal humor.

—¡Oi! —gritó Levi, llamando la atención de todos quienes se giraron con brusquedad y mostraban un gesto de horror, angustia y preocupación—. ¿Dónde está Eren?

Tan pronto lo mencionó, todos le abrieron paso y dejaron ver a un Eren tendido en el suelo, con la ropa bañada en sudor, respirando con dificultad y desprendiendo el característico vapor de los titanes. Por lo bajo logró escuchar sus quejidos y sollozos. Sintió su estómago contraerse y un miedo similar a uno del pasado, comenzó a apoderarse de su sistema.

—¿Qué es lo que le ocurrió? ¿Qué está pasando? —preguntó Erwin, mirando a todos y por último a un agonizante Eren.

Hanji, que se encontraba arrodillada a un costado de Eren —y vendándose una mano con un trozo de tela— se giró a mirarlo con seriedad. Con sólo verla, todos temieron lo peor.

—No sabemos, Erwin. Petra lo encontró tirado en el suelo y lo vio agonizar que quiso acercarse a ayudarlo, pero… —Los ojos analíticos de Hanji se desviaron a una petrificada Petra recargada en una pared del pasillo, derramando lágrimas en silencio, con los ojos clavados en un punto muerto. Tanto Erwin como Levi vieron sus manos vendadas y enrojecidas—. Quien toca a Eren termina quemándose —sentenció Hanji—, intentamos mojarlo, pero eso empeora todo e incluso le genera quemaduras en su piel, como si el agua fuera fuego mismo. —Con pena miró al tembloroso adolescente—. Ni siquiera puede hablar y al parecer no puede escuchar o ver, porque no responde de ninguna forma. Erwin, esto es malo.

Levi había escuchado todo con detenimiento, viendo el rostro compungido del castaño, quien parecía sufrir un infierno. Algo le había respondido Erwin a Hanji, pero no lo escuchó por estar viendo a Eren. Nunca había presentado este estado, por lo que no había manera de asistirlo. Todo estaba haciéndose mierda. Ni siquiera cumplían un mes en ese lu…

En ese momento Eren entreabrió los ojos, sus esmeraldas acuosas se movieron para posarse en él. Eren lo estaba mirando directamente y eso causó que Levi se estremeciera y entrara en algún tipo de trance y comenzara a acercarse. Sintió unas manos querer detenerlo, pero se las quitó con facilidad, no importando si hería a alguien, algo en su mente le decía que debía estar al lado del joven. Cuando llegó hasta el chico, este se movió un poco sin dejar de mirarlo. Un calosfrío recorrió a Levi y un instinto asesino golpeó su ser. Era una sensación fuerte y similar a las que experimentó de joven, pero en esta ocasión su cabeza estaba nublada, completamente enfocada en el chiquillo frente a él, desconociendo su entorno. Y eso lo asustó por breves instantes.

Eren levantó su diestra con dificultad y Levi la tomó sin dudarlo, por un momento creyó que se quemaría como Hanji o Petra, pero ocurrió todo lo contrario. Era una sensación cálida, demasiado cálida y que apaciguó el nudo en su estómago. El vapor que cubría a Eren pareció disminuir, pero él seguía sudando, jadeando y parecía que en cualquier momento se deshidrataría. Una suave sonrisa de alivio se dibujo en los labios ya resecos de Eren antes de caer en la inconsciencia. Levi, de forma automática, tomó a Eren en brazos y, sin dudarlo, lo llevó escaleras arriba hasta su habitación, siendo seguido por todos.

Al llegar, abrió la puerta de una patada y se encaminó a colocar a Eren sobre la cama, notando que el vapor casi se extinguía, pero Eren seguía sudando. Sin pensarlo dos veces, de la cómoda, tomó la jarra con agua fresca y vertió un poco en un vaso limpio que había ahí. Con cuidado levantó la cabeza de Eren y, con ayuda de su meñique, abrió los labios del joven para poder darle a beber agua. De forma inconsciente, Eren bebió el líquido. Cuando terminó, Levi alejó el vaso y colocó la cabeza del joven en la almohada.

En su interior sintió alivio, como si supiera que ya todo había pasado, pero era la primera vez que asistía a Eren y que el chico presentara tales síntomas.

¿Cómo… cómo es que…?

—Levi —habló Erwin desde su espalda. Por el tono empleado, sabía de sobra que le interrogaría más tarde.

—¡Eren! —exclamó Mikasa, corriendo hasta donde su hermano y ver su rostro apacible. Levi tuvo la intención de alejarla, sintiéndose como un perro protegiendo a su dueño…

¿Por qué me imagino que soy un perro?

Aquel pensamiento lo desconcertó porque nunca se había referido a sí mismo de esa manera. Ni siquiera cuando obedecía a Erwin. ¿Qué está pasándome?, se preguntó.

—Levi —habló Hanji sorprendida por lo que había visto. Su compañero no había sufrido ninguna quemadura, es más, perecía inmune. Algo estaba pasando y quería saber qué era. ¿Por qué Eren había presentado ese estado? ¿Por qué nadie más que Levi pudo tocarlo? ¿Por qué el vapor casi desapareció tan pronto Eren entró en contacto con Levi? ¿Qué estaba pasando con Erencito? Pero lo más importante, ¿cómo es que Levi supo qué hacer?  

Notas finales:

 

Ali volvió con un cap nuevo!!! xD

Den gracias a que volvió el hype de esta serie y que he estado poniéndome al día. 

Muchas gracias por su apoyo! Gracias por gustar de esta historia que... va a paso súper lento xD Me molesta que no lo tenga terminado a estas alturas, pero bueno, shit happens y pues aquí ando, tratando de escribir en mis ratos libres ^^

Quiero aclarar que todo lo que le ocurra a Eren y Levi tiene una explicación xD Y no, nada de omegaverse porque en este mundo eso no pinta, pero ya hay una "verdad" sobre el origen de los titanes y en MI versión se contará por qué el de Eren es especial y por qué pasará por ciertas cosas, además de su relación con Levi.

Sé que todo es confuso ahorita... mi vida es confusa, la verdad, jajaja pero creánme que estoy trabajando duro en encontrar el final adecuado. Lo tenía claro hace tiempo, pero ahora lo puliré y agregaré algunas cosas.

Sí, meteré personajes del manga, sí también habrá personajes OC que ayudarán a nuestro escuadrón. 

Estoy algo emocionada por haber escrito este cap, algo chiquito, pero que me gustó en lo personal *corazoncito*

No puedo prometer que actualizaré pronto, porque en estos momentos estoy en mi último semestre de carrera so... tanto puedo volver, como puedo desaparecer por un rato :'D

De cualquier forma, leo sus comentarios y me emociono cuando le dan "estrellita" so... Sepan que Ali los está vigilando *ojitos*

Bien, gracias por todo.

Nos leemos en otro cap!!

AliPon fuera~*~*


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