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¿Dónde están tus alas? por Ali-Pon

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Notas del capitulo:

¡Aló! Ya sé, tarde un montón >/< pero no fue a propósito. Los causantes de mi ausencia fueron los siguientes factores: no tenía inspiración, entré a la escuela hace ya dos semanas y en menos dos días ya tenía como 4 proyectos que atender u.u

Bueno, para ya no aburrirlxs les dejo leer ^^

Nos leemos abajito ne?

Capítulo V

Esto debe ser una broma

Se removía una y otra vez en su pequeña e incómoda cama. Por más que se cubría hasta las orejas con su manta, el frío que recorría su cuerpo no aminoraba. El calabozo era su nueva habitación. Suspiró derrotado, al verse en la penosa necesidad de mantenerse despierto. No tenía problema alguno con desvelarse, pero sí con mantenerse libre de sueño por la mañana. Levi seguía con su estricta rutina y eso le hacía ver su suerte. Con esa noche, llevaba cerca de cuatro días sin poder cerrar sus ojos. Todo estaba oscuro, solo se podía tener un poco de luz gracias a las antorchas y velas; sin embargo, en aquella ocasión no había nada de aquello y sus ojos solo percibían ligeras sombras en su rededor.

Se quedó viendo el techo de piedra, escuchando la pequeña brisa que se colaba por el lugar. Habían pasado dos días desde que el Capitán le había ‘dado’ aquel pañuelo. Aunque su herida había sanado en tiempo récord, mantuvo el pañuelo en su dedo; tal vez por que no recordaba que lo mantenía ahí. La cena fue normal, como todas las anteriores: en silencio. El Capitán fue el primero en irse, dejando a un Eren que tenía la intención de devolverle su pañuelo. Pasaron los minutos y todos fueron retirándose; pero como Eren no podía estar sin vigilancia en ningún instante, Gunther decidió esperar a que terminara su comida y poderlo escoltar  a su ‘alcoba’. Como siempre, no pudo dormir. Al día siguiente, Levi jamás salió de su –ahora – oficina. Por un momento, Eren, pensó que fue por el ‘incidente’ del día anterior…y tal vez así era. Sin embargo, Levi siempre les acompañaba en la hora de la comida y cena, pero volvía a aquella habitación, a encerrarse por horas sin descanso.

Pasaron las horas y pronto su celda fue abierta. Petra había ido por él y eso le desilusionó, él quería entregar aquel pañuelo. Llegó a pensar que el Capitán le huía, pero le resultaba algo idiota pensar aquello, por el simple hecho de que alguien como Levi debía tener asuntos importantes que atender.

Todos desayunaron en silencio, tratando de omitir la ausencia de su Capitán. El lugar al ser enorme se sentía vacío y falto de vida. Cuando todos terminaron de comer, se preguntaron unos a otros cuáles eran las tareas que se les había asignado: Gunther, limpiar vidrios; Petra, limpiar las habitaciones de la segunda planta al norte; Erd, limpiar la entrada y Eren la colada, siendo vigilado por Aurou.

La mañana se pasó rápido y en ningún momento vio al Capitán. Quiso preguntar pero Aurou no se había levantado de humor o bien, odiaba cuidarle. Sabía que todos le temían, muy en el fondo de sus corazones. Aquello le desilusionaba y le quitaba la iniciativa de ser aceptado por aquellos de élite. Aunque las conversaciones que tenían eran llevaderas, seguía sintiendo esa inseguridad, ese miedo a que se convirtiera en titán. Todo aquello estaba presente y lo sabía a la perfección.

 Suspiró con desgano por enésima vez mientras colgaba las sábanas limpias, para que se secaran con el aire. Miró el cielo, intentando encontrar una manera de devolver el pequeño lienzo que siempre cargaba en uno de sus bolsillos. Lo había lavado y limpiado con esmero, sabiendo que le pertenecía a alguien importante. Cuando terminó de colgar todas las sábanas, se dedicó a mirar el azulado cielo. El aire fresco y los cálidos rayos del sol le hacían sentir paz, le traían recuerdos de cuando era pequeño, de cuando su madre era tocada por aquellos rayos que hacían brillar su achocolatado cabello. Le extrañaba y deseaba escuchar su voz por última vez. Su familia se desmoronó aquel maldito día en que apareció el Titán Supremo.

–¡Todos en la entrada, ahora! –El grito de Erd le dio un pequeño susto, pero de inmediato obedeció.

Cada que se acercaba a la puerta se sentía más nervioso, tenía una pequeña corazonada…

–¡Saluden! –De forma presurosa posó su puño derecho en su pecho y la zurda tras su espalda. No sabía la razón, sino hasta que vio a Mikasa, Armin y Jean. Sus ojos se abrieron en demasía, quiso correr hasta ellos y preguntarles qué hacían ahí; sin embargo, los miembros del Escuadrón de Levi, se interpusieron entre sus amigos y él. Quiso apartarlos pero el esbelto cuerpo de Hanji, le hizo retractarse.

–¡Hola, Eren! Tiempo sin verte, hermoso titancito. Mira quienes te vinieron a visitar. –La voz amigable y con ligeros toques de comicidad, le desconcertaron. Ya no entendía nada, de pronto sus amigos estaban ahí junto con la Segunda Comandante, Hanji. Su mente no procesaba aún aquella información y necesitaba que alguien le explicara con peras y manzanas qué diablos estaba pasando.

–Creo que estas tan emocionado que no tienes palabras, ¿verdad? –El comentario de Hanji le trajo de vuelta y con un ligero asentimiento, afirmó lo que había dicho la castaña.

–Disculpe. –Susurró Eren apenado.

–Descuida, no pasa nada. Mejor vamos adentro, tenemos algo que hablar. –Los marrones ojos de Hanji despidieron un brillo que le provocó un calosfrío en su espina.

En el comedor se encontraban todos, ubicados de la siguiente manera: de pie, en la cabecera de la mesa, estaba Hanji; en seguida estaba Mikasa, Armin, Jean sentados; frente a ellos estaban Petra, Gunther, Erd, Aurou y Eren –en medio de ellos –.

Como aún era de día, no hubo necesidad de encender antorchas, por lo que la habitación estaba bien iluminada y en mutismo. Los compañeros de Escuadrón No 104, miraban a Eren, quien se sentía incómodo y evitaba a toda costa hacer contacto visual con ellos.

–Y bien, señorita Hanji, ¿qué es lo que necesitamos saber? –Aurou, quien se había cansado de la mudez, habló en un tono de fastidio –queriendo imitar a su Capitán –.

–Siempre tan desesperado. –Musitó la mencionada, sonriendo divertida. –En fin, lo que se les quiere comunicar será lo siguiente –aclaró su voz y se irguió, adoptando una pose de autoridad –, Eren, irás al norte de la muralla Rose y ahí esperarás a las siguientes órdenes.

El rostro del castaño mostraba una sorpresa inmensa, ¿por qué le quería enviar al norte?

–Obviamente que tus amigos te escoltarán allá. Al fin no tendrás tan de cerca a Levi ¿cierto? –Al escuchar lo último, miró a la señorita Hanji. Aquello debía ser una maldita broma; Levi no podía dejar de vigilarle, ese había sido el ‘trato’.

–Pero… ¿eso no iría en contra de lo que ordenaron en mi juicio? –

–Sí, no, tal vez… ¿a quién le importa la autoridad? –Una estridente carcajada por parte de la científica le causó molestia. ¿Es que a esa mujer no había algo que no le diera miedo o le importara (que no fueran los titanes)?

–De todas formas –habló Armin –, ¿por qué solo a nosotros tres se nos está permitido estar cerca de Eren?

Una sonrisa tenebrosa junto con una risilla casi inaudible, provocaron en los jóvenes un escalofrío que recorría todo su ser. Esa mujer podía dar más miedo que los malditos titanes.

–Eso es algo confidencial, mis niños. –En menos de un segundo, Hanji, recuperó su compostura y de forma amable les pidió que se retiraran, que la ‘junta’ había terminado.

Todos se marcharon de aquella enorme sala, dejando a solas a Hanji y al escuadrón de Levi. Ella les había pedido que se quedaran un momento para discutir un ‘asunto’. Por los pasillos se encontraban Eren, Mikasa, Armin y Jean, quien veía de forma seria la espalda del ‘maldito suicida’. En su interior había una mezcla de emociones; por un lado estaba aliviado de que estuviera entero, pero por el otro, quería molerle a golpes, por haberlo preocupado.

En seco se detuvo, procesando sus pensamientos. ¿Se había preocupado por Eren?

–¿Jean? –Le llamó preocupado Armin, pasando su palma frente a los abiertos ojos del aludido, pero éste parecía no reaccionar.

Eren, al ver que el ‘cara de caballo’ seguía en su mundo, no dudó en sestarle un bofetada, logrando que Jean se espabilara.

–Cara de caballo, deja de estar como idiota. –La seriedad y dureza en las palabras de Eren, cabrearon a Jean. Él, sin decir nada, se abalanzó sobre el castaño, iniciando una riña que pronto fue detenida por Mikasa, quien lanzó lejos a su ‘hermano’.

–¡¿A quién le dices ‘cara de caballo’, pedazo de mierda?! –Gritaba Jean, quien quería abalanzarse de nueva cuenta sobre Eren y disfrutar golpearlo; pero Mikasa se encargaba de impedirle el paso, con su misma mirada inexpresiva y su fuerza sobre-humana.

–¡Pues a ti, imbécil!

–¡A mí no me digas imbécil, imbécil!

–¡Ya basta! –El grito de Armin, atrajo la atención de los ‘peleadores’, quienes desviaron la mirada. –Deben dejar de insultarse, nos puede traer problemas.

Cuando los dos se calmaron, Mikasa se apartó y se dirigió a Eren. –Deja de comportarte como un crío, Eren.

–Déjame en paz. –Musitó el castaño de ojos aguamarina.

Ante aquella respuesta, Jean bufó irónico para caminar y al pasar por un costado de Eren dijo:

–Esto me pasa por preocuparme por alguien. –La molestia con que había dicho aquellas palabras fueron percibidas y causó que Eren dirigiera su mirar a él. Por unos efímeros segundos se miraron hasta que el llamado de Petra les hizo moverse en dirección al comedor.

El camino fue en silencio. No había necesidad de aclarar cosas, o al menos eso parecía. En la cabeza de Eren resonaban las palabras de Jean. ¿Ése imbécil se había preocupado por él? ¡Ja! Sí, claro. Eso no era más que una broma, de eso no había duda… ¿o sí?

Notas finales:

¿Y bien? Espero les haya gustado y lamento que haya sido taaaaan corto >/<

Como dato cultural de mí persona, les digo que estoy en el Área de Físico-matemáticas, cursando el último grado de preparatoria, escuela media o como deseen llamarle. En poco meses ya debo estar haciendo examenes de admisión para universidades y todo ese rollo...por lo tanto el trabajo es mayor que a lo que estaba acostumbrada.

Realmente agradezco sus revs y me hacen feliz que les agrade la historia ;w; aunque también tengo otras en mente de esta serie w

Bueno, ahora un aviso:

Como ya dije, tengo mayor carga de trabajo por lo que he tenido que agendar unas cuantas actividades. Y ustedes deben estar preguntándose: "¿Y esta a qué carajos quiere llegar?". Bueno, es que el único momento en que puedo escribir sin mayor problema son lo viernes; pero he ahí el dilema, tengo cerca de 6 fics que atender, por lo que la actualización de éste y los otros serán más tardadas.

Ahora bien, la próxima actualización de este fic, será el 11 de octubre. Sí, hasta esa fecha. No quiero ser mala con ustedes por hacerles esperar casi dos meses o menos, por un cap de por lo menos 4 hojas; pero así es como puedo avanzar en las historias :|

Perdonen~ u_u

Solo espero me comprendan y sean pacientes ;w; ¿sí?

En todo caso, les envío abrazos psicológicos y besototes OwO

Cuídense

Les amo <3

AliPon fuera~*~


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