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¿Dónde están tus alas? por Ali-Pon

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Notas del capitulo:

¡Hola! ^^/ Sí ya sé, mucho tiempo pero aquí les traigo el VI capítulo de este fic >wO

Espero les guste ne?

Nos leemos abajo

Capítulo VI

Solo un consuelo necesito

No había pasado tanto tiempo desde que todos se habían ido a dormir en aquel castillo. Eren seguía removiéndose en su cama, buscando la manera de poder cerrar sus ojos. Pero…por más que deseaba dormir, su cuerpo estallaba. La ansiedad que sentía era demasiada, no sabía cómo canalizarla o algo que le fuera un consuelo.

                Dentro de un par de días se encaminaría a la parte norte de la Muralla Rose con sus amigos y nadie más. Ni siquiera con el escuadrón de Levi…ni el mismo Levi le acompañaría. Apretó con fuerza aquel pañuelo que seguía con él. Temía que durante el viaje algo malo ocurriera, ya sea que él se saliera de control o que les emboscaran o algo. No podía siquiera pensar en aquello, ya que su corazón latía desbocado y la ansiedad aumentaba. Tenía la esperanza que alguien llegara y le dijera que era broma, que aquel viaje no ocurriría…pero aquel alguien nunca llegó.

                Pero había algo que toda vía le intrigaba más: ¿por qué le mandaban al norte? Algo le decía que no era una buena señal… ¿le querían ocultar? ¿Querían exterminarlo sin que nadie supiera? ¿Qué querían de él?

                No pasó mucho cuando escuchó que la puerta de su celda fue abierta. Con pereza se sentó en su improvisada cama, frotándose los ojos simulando que acaba de despertarse. Sin más, se acomodó sus ropas y salió de su celda. Grande fue su sorpresa cuando se topó con Jean esperándole fuera.

                –¿Qué haces aquí? –Cuestionó Eren, completamente a la defensiva.

                Por otra parte, Jean resopló hastiado de la actitud altanera del otro y sólo se limitó a girarse y subir las escaleras.

                Eren, desconfiado, cerró tras de sí la puerta de metal y siguió los pasos de Jean. El camino al comedor fue incómodo para ambos, quienes demostraban su molestia en su caminar y en su rostro. Ceños fruncidos y muecas de fastidio, era lo que les delataba. Se detestaban a muerte…o al menos eso parecía.

                Pronto llegaron al comedor y los leves murmullos fueron escuchados. Escuchar otras voces, a parte de las del escuadrón de Levi, le cohibían en cierta manera, puesto que no estaba acostumbrado. Su mirada se paseó por toda la mesa hasta que dio con la cabecera de la misma, esperaba que allí se encontrara (por fin) Levi, pero su ilusión se esfumó al instante en que notó que Hanji era la que estaba sentada en aquel lugar.

                En silencio tomó sus alimentos, escuchando la conversación que reinaba en la mesa. Hanji era la que más participaba, ya que el tema tenía cierta relación con los titanes y en cómo debían de actuar en la próxima expedición. Fue el primero en terminar su comida, y el que rompió el hilo de la conversación:

                –Voy a hacer la colada. –Anunció Eren, levantándose de la mesa.

                –¡Oi! –Le gritó Aurou quién fue tras de él. –Tú no puedes ir sólo por ahí, mocoso insolente.

                –Lo que digas. –Permanecer en vela por varios días, le había puesto irritable…no era algo bueno.

                –¡Oi!  Más respeto, maldito bastardo. –Estuvo a punto de lanzarle un golpea a Eren cuando una voz resonó en el comedor…

                –¡Aurou! –El aludido detuvo su acción, mientras sus bellos se crispaban. La seria voz de Hanji…era algo a lo que le temía. –Yo cuidaré de Eren, tú ayuda a tus demás compañeros y explíquenle a los novatos lo que deben hacer, ¿entendido? –Los miembros del escuadrón de Levi afirmaron y comenzaron con lo solicitado, explicándoles a los novatos las tareas que se efectuaban en aquel lugar.

                Hanji se acercó a Eren con una faz seria, algo poco común en ella (según Eren). Con un gesto de cabeza de Hanji, Eren reanudó su andar hacia el patio. La mañana era hermosa, soleada y despejada. El sonido del viento chocar con los enormes árboles, era algo único y sin igual. En silencio el castaño comenzó con su tarea, arremangándose la camisa. El agua era fría, pero aquella sensación de congelamiento en sus manos, le ayudaban a mantener su concentración en su máxima. No quería seguir especulando en lo que querían hacer con él cuando llegara al norte de la Muralla. Solo esperaba que no fuera su ejecución, no deseaba morir en manos de humanos…era algo absurdo y sin sentido.

                –¿Cuántos días llevas sin dormir Eren? –La voz de Hanji sobresaltó al menor, quien detuvo lo que hacía al escuchar la repentina pregunta de su superior.

                –Esas ojeras no se hicieron solas, ¿verdad? –Eren dejó caer sus brazos, dejando que la cortina que estaba ya limpia, se volviera a ensuciar de barro. –¿Qué es lo que te preocupa, Eren? –Escuchaba con claridad los pasos de Hanji. Unos pasos lentos, firmes y que se dirigían a él.

                –No sé qué se sienta estar en la mira de todo el mundo, siendo catalogado como un monstruo. –El castaño apretó el agarre a las cortinas. –Tampoco sé que pienses ahora, ni cómo te sientas al respecto, solo me resta decirte que no eres el único que sufre, ni el único que tiene miedo. Eso ya debes saberlo, pequeño. –Hanji se puso a un costado del menor, viendo el hermoso cielo azul. –Yo tengo miedo, Eren. Erwin, Levi, Petra, Aurou, Erd, Gunther, Mikasa, Armin, Jean…todos tienen miedo. Tal vez todos difieran en su temor, pero de algo estoy segura Eren –Hanji desvió su mirada al menor, sonriendo sutilmente. –Todos quieren que vivas.

                –Gracias. –Murmuró Eren, antes de reanudar su labor. Aquellas palabras le sirvieron, un poco, para calmar su alma.

                Aquella mujer amante de los titanes, aunque era rara seguía siendo humana…más humana que él. Saber que tenía en quién confiar en aquel mundo hipócrita…le aliviaba.

                Siguió lavando las sábanas, ropa y cortinas faltantes, para después meter las que ya estaban secas. Sabía que Hanji le seguía a una distancia prudente y que no le dejaría estar solo en ningún momento. Siguió andando por los corredores, hasta que llegó a la habitación correspondiente al almacenaje de las prendas limpias. La chica de lentes le veía desde la puerta, observándole con detenimiento.

                Para Hanji era un misterio Eren, un chico que a leguas se notaba que era un humano cualquiera…pero que en su interior había una bestia que deseaba salir. Hanji sabía que el monarca estaba detrás del pequeño y que no quería hacer otra cosa más que exterminarlo. Eso hacían los reyes, se deshacían de lo que consideraban riesgoso para su estatus, lo que consideraban perjudicial para el proletariado…que debía permanecer sin esperanzas más que en las murallas. Hanji sabía mejor que nadie, que Erwin quería mantener con vida a Eren para que la esperanza de la humanidad permaneciera latente. Ella, aparte de querer investigar a fondo al niño, quería salvarlo de una muerte injusta, por eso le había sugerido a Erwin que mandara a Eren al norte, a aquel lugar que pocas veces era visitado por la Policía Militar. Debían de cuidar de Eren, tanto como pudieran…en él recaían muchas cosas, de las que aún no se percataba.

                Ella conocía a Levi como la palma de su mano y sabía que él seguiría cualquier orden que Erwin le dijera, por lo que le comentó al Comandante lo que debía decirle al enano para que les apoyara en aquella misión que ponía en riesgo a la Legión de Reconocimiento. Aunque al principio pareció rehusarse, al final accedió…lo cual alivió a Erwin y Hanji.

                –¿Señorita Hanji?

                –¿Eh? Perdona me fui.

                –Descuide, sólo le quería decir que quería ir al baño.

                –¡Oh! Claro, te acompaño. –El menor asintió mientras iniciaba su caminata al baño, sintiéndose cada vez más cansado y con unas enormes ganas de dormir. Pero no podía, debía cumplir con sus deberes.

                –Cuando salgas, te permitiré ir a dormir a mi alcoba, Eren. Te ves muy demacrado, y te necesitamos saludable y alerta en el viaje, ¿entendido?

                –Gracias, señorita Hanji. –Fue lo último que respondió Eren en aquel día, antes de entrar al baño.

                El resto de la tarde, Eren se la pasó durmiendo en la alcoba de Hanji, recuperando energías para el viaje que realizaría en un día. Fue simplemente el hecho de que tocara la cama para poder caer en un sueño profundo, olvidando sus preocupaciones y sus miedos, sosteniendo en sus manos aquel pañuelo que aún no regresaba.

 

                Aquella misma tarde, Levi había llegado al castillo. Había tenido que realizar mucho papeleo y estar en reuniones para que el plan de Erwin diera frutos. No estaba muy convencido con dejar a Eren ir solo, pero Erwin le había explicado que Eren sería escoltado por sus amigos –que personalmente había seleccionado –. Sin embargo, sentía una enorme angustia al tan solo pensar que el mocoso muy idiota hiciera alguna estupidez que echara a perder el plan…y que aquello le llevara a una muerte segura.

                En la puerta del castillo le esperaban sus subordinados, acompañados de la molesta cuatro ojos y los novatos…pero en ningún momento vio a Eren.

                –Bienvenido, Capitán Levi. –Dijo Gunther, con el famoso saludo en señal de respeto.

                –¿Dónde está Eren? –Levi había ignorado de forma campante a Gunther quien ni se inmutó.

                –Está durmiendo. –Respondió Hanji sin miramientos, viendo cómo Levi hacía una mueca de disgusto mientras chasqueaba la lengua…como solía hacerlo.

                –¿Y quién le dijo que podía dormir en horas de trabajo?

                –Fui yo, enano. –De un momento a otro Hanji era tomada de las solapas de su camisa con gran fuerza; sin embargo no mostró miedo alguno…eso lo vivía siempre con aquel Capitán malhumorado.

                –¿Cómo pudiste dejarlo hacer tal cosa, pedazo de mierda?

                –Eren estaba demacrado, tiene unas ojeras enormes y lo necesitamos al ciento por ciento en el viaje, ¿o quieres que cometa una estupidez por falta de descanso?

                –Él es un mocoso, bien puede manejar el desvelo.

                –Colapsaría antes de poder reaccionar a algún ataque y lo que menos queremos es que muera, ¿verdad?

                La mirada afilada de Levi nunca se borró pero el agarre en las solapas se deshicieron, eso indicaba que había ganado la batalla, Hanji.

                –¿Dónde está ahora?

                –En tú alcoba. –La mirada de Levi se volvió fiera y su cuerpo despedía una aura negra…estaba furioso.

                –¿Quieres decir que le dejaste dormir en mí cama, en mí alcoba?

                –Creo que eso es obvio ¿no?

                Hanji recibió un empujón que le hizo caer de bruces al suelo, viendo cómo el Capitán iba a paso presuroso a su alcoba. Estaba furioso, nadie tenía porqué dormir en su cama y dejar sus gérmenes en ella. Eso no lo soportaba ni lo soportaría.

                En la entrada, todos se encontraban en un silencio sepulcral. Hanji se puso de pie mientras sonreía triunfante. Era hora de comprobar una de sus tantas teorías…lo curioso era que no tenía nada que ver con titanes.

                –Señorita Hanji, ¿qué acaba de hacer? –Preguntó Petra con el miedo en su rostro.

                –Solo un experimento…

                Todos le miraron extrañados sintiendo su cuerpo tensarse. Excepto Mikasa, aquella chica se mantuvo impasible en todo momento…ese enano le hacía hervir la sangre y tenía tantas ganas de enterrar una de sus cuchillas en aquel diminuto cuerpo. Estuvo a punto de seguir los pasos del Capitán cuando la mano de Hanji le detuvo:

                –En este experimento, tú no eres una variable Mikasa. –Dijo amable Hanji, sonriéndole alegre a la nombrada quien detuvo su andar y tan sólo asintió.

 

                Solo unos cuantos pasos y estaría cerca de su alcoba. Es que era imposible esa mujer loca y estúpida. En verdad que esa mujer le lograba sacar de sus casillas en menos de un segundo, y no era ni la primera y última vez que ella se divertía haciéndolo. Él sabía que para esa mujer todo era un juego, un laboratorio donde realizar pruebas de todo tipo…incluso las más estúpidas.

                Ya se encontraba frente a la puerta de madera que le guardaba en su interior su recámara. De forma brusca abrió aquel pedazo de madera y estuvo a punto de gritar cuando se dio cuenta de que aquel joven de cabellos achocolatados y orbes esmeraldas, se encontraba en su cama. Él descansaba de forma pacífica, que llegó a envidiar. A paso lento se fue acercando, hasta llegar a la orilla de la cama, donde se percató de lo que llevaba el menor en las manos. Se sorprendió al ver su pañuelo pulcro en medio de las manos tostadas y jóvenes del niño que seguía perdido en sus sueños.

                Su mirada se dirigió hacia el rostro del menor, donde pudo corroborar las enormes ojeras que Eren portaba. Aquella mujer tenía razón, y eso le enfurecía. Se veía cansado, lo cual le preocupó un poco…

                Estaba en un debate interno, en si debía de despertar al menor o debía dejarle dormir. ¿Qué hacer?

                Después de varios golpes internos, decidió dejarle descansar. Sin embargo, solo fue a cerrar la puerta para después tomar la silla, que ahí había, y sentarse en un rincón para poder observar al menor dormitar.

                Sería la tercera vez que le vería de aquella manera, no obstante sería frente a frente.

                ¿Qué tenía ese mocoso que le hacía dudar? ¿Por qué tenía el poder de sorprenderlo y llegar a preocuparle?

                Dentro de un día ya no le volvería a ver, tomarían caminos distintos…puesto que en el plan que Erwin le había dicho, él debía de viajar por otra ruta. Al enterarse de aquella información, sus entrañas se revolvieron haciéndole sentir náuseas. Tendría que estar sin conocimiento del estado de Eren por una semana. Y en una semana podía ocurrir cualquier cosa, incluso en un día.

                Resopló cansino al percatarse que nuevamente se veía preocupado por aquel niñato.

                No sabes cuánto detesto que me hagas esto, estúpido mocoso.

Notas finales:

¿Y bien? ¿Qué le spareció?

En lo personal ya se ve un pcoo más el cambio de Levi...ya muestra más interés ^^

Lamento lo corto del cap pero prometo hacer los demás un poco más larguitos ¿sí?

Espero leerles en algun rev ok?

Cuídense

Les amodoro

AliPon fuera~*~


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