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¿Dónde están tus alas? por Ali-Pon

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Notas del capitulo:

¡Hola! ^^/ Aquí Ali reportándose después de unas semanitas desaparecida, pero creánme cuando les digo que estuve como maniática haciendo un proyecto importante ;w;

Sin más que, decir aquí arriba, les dejo leer >wO

Nos vemos en las notas de abajo

Capítulo VII

Inicia el viaje…sin mí

Dentro de su sueño, no había nada más que oscuridad, nada más que silencio y tranquilidad. Su cuerpo se encontraba tibio por las mantas que tenía sobre sí. Sabía que llevaba mucho tiempo durmiendo, pero sus ojos no querían abrirse, solo quería descansar y ya. Esperaba que despertara antes de que su viaje diera comienzo. Aún entre sueños, tenía un mal presentimiento en aquel recorrido hacia el norte de la Muralla Rose.

                Aquella cama tenía un olor peculiar, se le hacía conocido y tenía un parecido con…el pañuelo que aún tenía bajo su posesión. Por unos instantes su ritmo cardíaco se aceleró y con ello su respiración. Aquella cama era de Levi, de eso no había duda. Deseaba con todas sus fuerzas en que aquel día no llegara a dormir el capitán, si no sería hombre muerto.

                Sus sentidos se agudizaron y su cerebro al fin dio la orden de abrir sus ojos. Con suma lentitud sus orbes se abrieron apreciando la pared de piedra. Se encontraba recostado de lado, de eso pudo percatarse hasta ese momento. ¿Cuándo se había cambiado de posición? Tragó saliva con dificultad, al percatarse de que la habitación se encontraba a oscuras. Sintió un poco de alivio ya que pensó que en aquella habitación solo se encontraba él. Elevó su mirada hacia la hermosa luna en cuarto menguante, le admiró por unos instantes hasta que decidió el levantarse e irse a su celda, antes de que llegara el capitán.

                Con los músculos aún entumecidos se sentó en la cama sintiendo su cabeza darle vueltas. Necesitaba comer algo antes de irse a recostar, calculaba que deberían estar cenando sus compañeros, por lo que se dispuso a ir al comedor pero…

                –¿Te atreves a irte sin siquiera acomodar las sábanas que ocupaste, pedazo de mierda? –Aquella voz, la conocía…su piel se erizó y su cuerpo se congeló. No… el capitán no podía estar ahí.

                –¿No dirás nada? –Su cuerpo permaneció estático, sintiendo unos suaves y firmes pasos acercarse a él.

                Para el capitán aquella escena le deleitaba y le divertía. Al menos su espera de casi cuatro horas no había sido en vano.  Cuando estuvo lo suficientemente cerca del menor, pudo percibir –con la escasa luz –el temor que emanaba.

                –Te pregunté algo, mocoso.

                Eren tenía la mirada en el piso sintiéndose pequeño a lado del capitán. Sabía que había cometido un error…esperen, la señorita Hanji fue la que le dijo que esa era su alcoba…entonces no era falta suya, sino de Hanji.

                – Responde, ¿te atreves a irte sin antes acomodar las sábanas? –Solo al instante en que sintió que sus solapas eran afianzadas con zuma fuerza, pudo salir de su ensoñación.

                –N-no, señor. –Las esmeraldas de Eren causaron un ligero temblor en el cuerpo de Levi. Ese estúpido mocoso…

                –Entonces, ¿qué esperas? –Sin ninguna delicadeza soltó al menor que se estrelló con la pared de piedra, viendo como el capitán se retiraba.

                Su corazón latía desbocado, aquel encuentro sí que le tuvo al límite. Pasaron unos minutos cuando al fin recuperó su aliento y su cerebro había procesado aquella información. De reojo miró la cama, la cual no estaba tan desordenada, pero conociendo al capitán se debían cambiar las sábanas. Tras suspirar con resignación, decidió el quitar una a una las sábanas y doblarlas de tal manera que pudiera llevarlas al lugar de la ropa sucia. Las apartó de la cómoda cama, poniéndolas en la silla que reposaba en la pared exactamente frente a la cama (a los pies). Sin mayores ceremonias, tomó sábanas limpias de un estante y las extendió. Cuando terminó su trabajo salió con sábanas sucias en mano, al cerrar la alcoba del capitán y girarse para poder tomar camino hacia las escaleras, una silueta conocida se plantó frente a él.

                –El Capitán Levi me envió a escoltarte. –Habló Jean al notar el signo de interrogación en el rostro tostado de Eren, quien tornó los ojos en blanco mostrando fastidio. –Mira, no vengo a pelear contigo ni mucho menos a pasar la noche siguiéndote como idiota, así que comienza a caminar.

                –Solo cierra la boca, cara de caballo. –Sin siquiera dirigir su verde mirada al rostro molesto de Jean, Eren caminó a lo largo del corredor alumbrado por la antorcha que portaba Jean hasta topare con las escaleras y descender.

                Jean le siguió en silencio hasta que llegó al cuarto de lavado dónde dejó los pedazos de tela en una canasta cualquiera para reanudar su caminar e ir hacia el comedor. El castaño alto le miraba atentamente, siguiendo uno a uno sus movimientos.

                –¿Toda vía estaban cenando cuando el Capitán te envió? –Preguntó Eren, mirando a los ojos al otro.

                –Sí, pero ya pasó la cena por lo que me dijo que te irías a tu alcoba sin comer. –Para Eren fue el acabose, su tripa demandaba comida y cuando creyó que, después de haber estado durmiendo todo el día, ingeriría comida esta se le fue negada. Con resignación asintió, y resignado dirigió sus pasos hacia el sótano. Nuevamente en silencio, Jean y Eren, caminaron por aquellos pasillos con paredes de piedra. Sus pasos resonaban en sus oídos como tambores y la brisa de la noche se colaba por las pequeñas ventanas que se encontraban abiertas.

                Por la cabeza de Eren rondaba la incógnita del propósito de que le enviara allí, al norte de la Muralla, estando a tan poco tiempo de realizar una expedición para probar su utilidad. Con sus manos formó puños recordando que aún no sabía del todo cómo controlar al monstruo que llevaba dentro y que gritaba por salir. Resopló sonoro al recordar las vagas memorias en las que su padre le miraba con ojos llorosos y le hacía algo. Se regañaba internamente al ser incapaz de recordar algo tan importante como aquella última noche en que había visto a su padre. Dentro de su mente se planteó la meta de lograr manejar a aquella bestia indomable y ser de ayuda para la humanidad; ser aquella esperanza de salir y librarse de las garras de los titanes.

                Al estar tan sumergido en sus pensamientos, no supo el momento en que, por inercia, se adentró a su celda cuando le fue abierta. Solo el sonido de la puerta siendo cerrada, le espabiló.

                –Mañana saldremos al alba, así que ni se te ocurra quedarte dormido, Eren. –Amenazó Jean, señalándole con su mano libre. –Quedas advertido, Jaeger. –Dicho esto, Jean se retiró, dejando a oscuras a un ansioso Eren.

                –Imbécil. –Fue lo que vociferó Eren cuando ya no hubo escuchado los pasos de aquel cara de caballo.

                Nuevamente pasaría la noche en vela, nuevamente tendría que soportar el mantenerse alerta durante todo el día siguiente. Imploraba que su cuerpo resistiera lo suficiente hasta que llegaran al dichoso lugar de la Muralla. Con pesadez se dejó caer en la cama, cerrando sus ojos, intentando conciliar el sueño. Sin embargo sus ansias comenzaban a golpear su cerebro con tal fuerza que estuvo por un buen rato cambiándose de posición, y la única manera que encontró para calmar un poco sus nervios, fue tomando aquel pañuelo blanco. Aquel pedazo de tela ya se le hacía algo importante con lo que debía cargar siempre, por alguna razón (que no podía explicarse del todo) el tocar aquello le recordaba que el Capitán se encargaría de él si llegase a perder los estribos.

                Su cuerpo tembló por el solo hecho de saber que el Capitán tenía la autorización de matarle en caso de que, Eren, se saliera de control. Esperaba que el viaje no durara tanto tiempo y que en ningún momento ocurriera alguna tragedia.

 

                Ya era de madrugada y su celda fue abierta. Se incorporó con rapidez y estaba por caminar a la salida cuando la voz de Hanji le detuvo.

                –Eren, necesito hablar contigo a solas. ¿Puedo? –El castaño, sorprendido por la pregunta de su superior, asintió un tanto lento provocando que los labios de aquella científica se curvaran hacia arriba, formando una débil sonrisa.

                –En ese caso, acompáñame. –Con un gesto de cabeza de Hanji, Eren salió de su alcoba. Subieron las estrechas escaleras hasta llegar a uno de los tantos corredores de aquel enorme castillo. Siguieron andando hasta que llegaron a la salida que daba al jardín. Hanji le indicó que sentara al filo de las escaleras, obedeciéndole dudoso. Aquella mujer le resultaba misteriosa, como una caja negra…de la cual no sabías a ciencia cierta qué sería lo próximo que encontrarías al adentrar tu mano en ella.

                –¿Descansaste lo suficiente? –Preguntó amable Hanji.

                –Sí, muchas gracias señorita Hanji. –Respondió al instante Eren.

                Pasaron unos segundos en los que ninguna palabra cruzó la barrera de sus labios, el momento estuvo a punto de incomodar al menor cuando pudo escuchar al fin cómo su superior se reía por lo bajo.

                –¿Pasa algo, señorita Hanji?

                La mencionada detuvo un poco su risa para dirigir su mirada a los esmeraldas del niño. –No mucho, Eren. Solo el hecho de que dentro de un par de horas ya te estarás marchando de aquí. –La suave sonrisa de la castaña de coleta, conmovió a Eren.

                –Y en cuanto a eso…Eren –dijo seria –, necesito que me escuches atentamente. –Eren asintió un tanto sorprendido por el repentino cambio de humor de la Segunda al Mando.

                –Promete que seguirás mis indicaciones al pie de la letra. –La mirada seria y dura de Hanji puso (más) nervioso al pobre de Eren.

                ¿Qué será tan importante?

 

                Después de alistar sus caballos y de recibir las últimas instrucciones, Armin, Jean, Mikasa y Eren salieron galopando por el camino que les había indicado Hanji que le llevaría a su destino. El espeso bosque era lo que les rodeaba. Los pájaros volaba de un lado a otro y el suave viento que chocaba con sus rostros les hacía sentir paz. Eren deseaba que en el camino no ocurriera alguna situación que les causara dificultades; ya que no tendrían al Escuadrón de Levi cerca para apoyarlos. Las entrañas del muchacho se estrujaron al recordar que Levi iría por un camino distinto al suyo en el viaje.

                –Detengámonos a descansar. –Sugirió Jean, recibiendo afirmativas por parte de los demás compañeros. Sin mayores problemas se orillaron en el camino, bajando de la montura para dar de comer a los caballos y beber un poco de agua.

                En un lugar apartado estaban Jean y Armin estudiando la ruta que debían seguir, en el mapa que se les había dado (con el camino trazado); además de calcular cuántos días duraría ese viaje y ver si podían reducirlo recorriendo a todo galope durante el día y parte de la tarde. Mientras aquellas decisiones se estaban tomando, apartados de ellos estaba Eren cepillando a su caballo que comía un poco de heno de una cubeta de fierro un poco oxidada. En su mente se reproducía una y otra vez las instrucciones de Hanji, y en especial una: “Eren, en caso de que sientas que pierdas el control...”

                –Eren. –Le llamó Mikasa al ver que su hermano se encontraba absorto en sus pensamientos.

                –¿Qué ocurre Mikasa?

                –Debemos marcharnos pronto. A unos cuantos kilómetros de aquí, hay una pequeña aldea, ahí pasaremos la noche. –Eren asintió cual autómata terminando de acomodar su silla y guardando el heno sobrante en una pequeña bolsa.

                La chica de cabellos negros no volvió a hablar, solo se limitó a observar las acciones de Eren. Ella notaba que algo atormentaba el interior de Eren, pero sabía que su hermano jamás le diría algo al respecto. Él había cambiado en aquel tiempo que estuvo en aquel castillo junto al Capitán y su escuadrón de élite. Además de que siempre cargaba con un pañuelo que nunca usaba, lo cual le daba curiosidad por saber. Su corazón se sentía cada vez más frío con la indiferencia que Eren, de vez en cuando, le trataba. Tal vez él había cambiado por culpa de Levi…tal vez por él, Eren ya no era el mismo. Sí, eso debía ser.

                –Deja de mirarme así Mikasa y muévete. –Un suspiro escapó de los labios de la asiática, quien se encaminó a su caballo y le montó rápidamente para comenzar a cabalgar junto con sus amigos hacia el pueblo, más cercano.

 

                Por otra parte, el Escuadrón de Levi y el Capitán, se encontraban acampando a las orillas del bosque. Todos comían entre murmullos. Petra demostraba que sentía preocupación por Eren y sus amigos, que habían sido mandados en solitario; para los otros, el pensar de que estaban realizando algo a escondidas de los altos mandos, y del rey, les intranquilizaba.

                Mientras sus subordinados se quemaban la cabeza formulando teorías del porqué Erwin había dado esa orden, Levi solo se dedicaba a beber su acostumbrado café. En su mente solo estaba el hecho de que el mocoso podía cometer alguna estupidez y llevar al traste todo el plan. Para Levi, esa era su preocupación negando que en realidad se preocupara por el bienestar del menor. La noche anterior, cuando regresó a su alcoba, se encontró con su cama tendida con sábanas limpias. En su interior se maldijo por haberle dicho al niñato que acomodara su desorden, ya que (en su interior) anhelaba el dormir en aquellos pedazos de telas impregnados del olor de Eren.

                Chasqueó sus labios con enfado al recordar aquellos pensares innecesarios y estúpidos (según él). Ante aquel gesto, su escuadrón detuvo su plática, prestando atención a su Capitán quien se levantó y dijo:

                 –Aurou harás guardia esta noche. –El mencionado maldijo en su interior el ser siempre al que ponían de guardia.

                Te odio, maldito Eren Jaeger.

Notas finales:

¿Y bien? ¿Les gustó o no?

Déjenme un hermoso rev >wO

Agradezco a todas aquellas personas que se toman la molestia de leer este fic en el que estoy poniendo mi mayor esfuerzo :´D

Espero no tardar tanto como antes uwu*

Ahora...¡spoiler de parejas!

-En este fic habrá ErwinxArmin. Sí, así como lo leyeron sus bellos ojos. Esta pareja la pondré en este fic, tal vez nola mencione tanto pero sí habrá uno que otro cap dedicado a ellos >wO O bien, puedo hacer otra historia paralela a este fic, pero con Erwin y Armin como protagonistas xD

Bien, dicho esto me retiro....muero de sueño

Cuídense amores

AliPon fuera~*~*


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