Desde esa vez habían pasado dos semanas, me hice amigo de su hermano al conocernos por “por casualidad”, claro que en realidad fue planeado. La confianza que me tenía Takahiro era tan grande que me quedaba en su casa cuidando de Misaki, desde que él volvía de la escuela, hasta que volvía Takahiro de su trabajo, que era en la noche.
Mi relación de Misaki fue mejorando hasta el punto en el que yo era la persona en la que más confiaba, poco a poco se fue encariñando conmigo y se me fue pegando la costumbre de que cada vez que sonreía le acariciaba su cabello o también abrasarlo por la espalda para sorprenderlo.
Esos pequeños detalles que estaban llenos de sentimientos y significados ocultos.
Este fin de semana había planeado ir con Takahiro y Misaki al acuario, por el cumpleaños de Misaki que caía en sábado, pero a Takahiro le surgió una junta importante el mismo día, por lo que no iba a poder ir, quedamos que yo iba a pasar por Misaki para que solo nosotros dos vayamos al acuario.
Estaba arreglándome me puse una camisa de manga larga blanca, mi corbata de color morado y un pantalón negro, estaba listo…
Agarre mi billetera, mis llaves y mi saco. Salí de mi departamento he iba de camino al departamento de Misaki.
Creo que exagere al escoger mi vestuario ya que note varias miradas clavadas en mí, algunas con envidia y otras con deseo…
Entre en el complejo de departamentos donde vivía Misaki, me metí al elevador y pulse el botón de la planta 5 que es donde se encontraba el departamento de Misaki, entre al departamento 101 con la llave de repuesto que me había dado Takahiro, por si había alguna emergencia o se le olvidaba la llave a Misaki.
Busque a Misaki en la sala pero no se encontraba ahí, pero en cambio pude percibir un delicioso aroma proveniente de la cocina, me acerque y vi que estaba cocinando algunas cajas de almuerzo.
Misaki: -¡Listo!
Dijo poniendo todo en su lugar.
Misaki: -Me pregunto si le gustara-
Seguro que lo hizo para nosotros… me cerque por detrás sigilosamente y lo abrase.
Usagi: -De seguro que me gustara.-
Le dije en su oído y note como se estremecía y tratataba de zafarse de mí.
Misaki: - ¿y cómo sabe que es para usted?-
Usagi: - ¿Y para quien más va a ser?-
Al fin logra zafarse y no dijo nada mientras lo miraba con burla.
Usagi: - ¿Ya estás listo?.-
Misaki: -Si…-
Usagi: - Bien… ¿Vamos?.-
El tomo su mochila y dejo que yo me ocupara del almuerzo recién preparado, salimos de su departamento y en poco tiempo llegamos a mi auto, deje el almuerzo en el asiento trasero y abrí la puerta del copiloto, él entro y le abroche el cinturón.
Misaki: - Yo pude haberlo abrochado…-
Usagi: - Si, pero yo quería hacerlo.-
Me subí en la parte del conductor y nos fuimos el viaje fue normal, Misaki me platicaba de sus vivencias en la escuela, que había desayunado o que tarea le habían dejado, cosas así.
Llegamos al acuario y rodee el auto para abrirle la puerta a Misaki, le desabroche el cinturón de seguridad y él bajo. Compramos lo boletos y pasamos al acuario, todas las paredes estaban hechas de cristal incluido el techo, en ella podías ver las diferentes especies de peces que habitaban allí.
Pero los peces no importaban lo que en verdad quería conseguir visitando el acuario era ver la cara feliz de Misaki, pude observar cómo le brillaban los ojos al momento de entrar y las caras graciosas que hacia cuando trataba de imitar a los peces exóticos, incluso reconoció a un pez payaso alegando de que ese era su pez favorito.
En el acuario tenían una un espectáculo de delfines y también habían pingüinos, ya había comprado los boletos para el espectáculo de los delfines, pero para eso faltaba 30 minutos, así que fuimos a ver a los pingüinos mientras comenzaba, al momento de llegar a donde se encontraban lo pingüinos, note que Misaki no podía ver nada, ya que había mucha gente tratando de observarlos.
Misaki al ser pequeño, no podía ver por culpa de esas personas, note como cambio su cara a una decepción y tristeza, por lo que lo tome y lo alce para sentarlo sobre mis hombros, él se sorprendió por la acción.
Misaki: -Usagi-san ¡Bájeme! ¡Estoy pesado y le puede dar dolor de hombros más tarde!.-
Me empecé a reír con una voz a apenas audible, no lo puedo creer, que él aunque se viera tan triste pusiera en primer lugar mi estado en vez del suyo, además su cara estaba llena de pánico y vergüenza.
Usagi: -¡No quiero!, además así puedes ver a los pingüinos ¿no es verdad?.-
Misaki: -Si… pero Usagi-san…-
Usagi: - Nada de peros, preocúpate solo por ti, trata de relajarte mientras comienza el espectáculo de los defines… ¿de acuerdo?-
Misaki: -Está bien…-
Nos quedamos observando un rato a los pingüinos, y al terminar fuimos a otra sala para ver a los delfines, Misaki se bajó de mis hombros, sabía que estaba enojado por el puchero que tenía en su cara, por eso le deje hacer lo que quiera esta vez.
El espectáculo pasó con normalidad e incluso se podía notar como le brillaban los ojos a Misaki por verlos.
Al finalizar el espectáculo de delfines, paseamos un rato más, por el acuario, pero este se empezaba a llenar de gente.
Usagi: -Misaki no te vayas a separar de mí.-
Misaki: - Bien…-
Dijo mientras trataba de seguirme el paso, pero le costaba mucho esfuerzo por el amontonamiento de gente, por lo que al final lo termine cargando, como siempre Misaki se sonrojo, pero no se quejó, recorrimos todo lo que nos faltaba y después nos fuimos del acuario para ir al parque de sakuras.
Era primavera así que deberían estar floreciendo en este momento y recuerdo que una vez Misaki me dijo nunca había ido a verlos ya que Takahiro estaba muy ocupado como para llevarlo. Misaki no sabía a donde nos dirigíamos.
Misaki: - Usagi-san, ¿Dónde vamos?.-
Usagi: -Es una sorpresa.-
Dije con una sonrisa en los labios, el resto del viaje transcurrió sin novedades, al llegar bajamos las cosas y caminamos hacia la sakuras, se podía notar a lenguas de distancias que Misaki estaba emocionado.
Nos establecimos de bajo de un árbol de sakura, tendimos la manta y desenvolvimos el almuerzo, el cual consistía de: onigiris, takoyaki, dangos, jugo de naranja, pastel de fresa (de mi parte) y camarones fritos; aunque no entiendo como un niño de 8 años puede freír camarones.
Al terminar de acomodar todo nos sentamos. Misaki iba a sentarse en frente de mi pero, por un impulso, termine agarrándolo y sentándolo sobre mis piernas.
Misaki: - Usagi-san-
Dijo resistiéndose, pero al ver que no cedía se resignó.
Usagi: - Misaki, esta es la fase final de tu regalo.-
Le dije mientras lo veía, el alzo su cara viendo fijamente hacia mí y sonrió.
Misaki: - Gracias por todo.-
Dijo mientras sonreía, lo abrace y le susurre al oído “feliz cumpleaños”, note como se ponían rojas sus orejas pero no dijo nada más. Comimos, reímos, disfrutamos (mas yo, que él) de los momentos que pasábamos juntos, pero todo tiene que terminar.
Ya se estaba haciendo tarde y a Takahiro le daría un infarto, si Misaki estuviera todavía a fuera cuando se hiciera de noche, por lo que recogimos todo y lo subimos al auto, nos íbamos a ir pero vi cómo se le iluminaban los ojos a Misaki cuando vio un puesto de crepas.
Usagi: -¿Quieres unas?
Él se puso rojo, de seguro sintió vergüenza cuando me di cuenta de su antojo…
Misaki: -No…-
Usaig: - Misaki conmigo no te contengas, se tan caprichoso como quieras…-
Le dije medio enojado por tratar de contenerse. Él desvió la mirada…
Misaki: - Uno de fresas y helado de vainilla.-
Usagi: - Bien, entonces espérame mientras las traigo, ¡no te muevas de acá!
Misaki: - ok.-
Me separe de Misaki no quería dejarlo solo, pero no era muy recomendable llevarlo conmigo porque la fila para comprar era interminable, de todos modos el puesto quedaba justo doblando la esquina así que no creo que haiga algún problema…
Termine de comprar después de unos 20 minutos, en verdad esa tienda era famosa… espero que Misaki no se haya aburrido por el tiempo en que se quedó solo, doble la esquina para llegar al auto, y note algo inquietante, Misaki no estaba…
Corrí hacia el auto con la esperanza de que se encontrara adentro, incluso no importo tirar las crepas que me había tomado tanto tiempo en comprar, pero, adentro no había nada.
La desesperación y preocupación fueron en aumento, ¡Misaki no se encontraba por ningún lado!, y solo temía a lo peor que los demonios lo hayan encontrado. En ese momento una pareja de ancianos cruzaba justo en frente de mí.
Usagi: - Disculpen, no han visto un niño de 1 m de alto y de ojos verdes que se encontraba aquí, además tiene el pelo castaño-
Anciana: - No hemos visto ningún niño por aquí…
Anciano: - Pero acabo de ver a un sujeto cargando a un niño que tenía una sudadera verde y cabello castaño…-
Al oír eso mi corazón de un vuelco, ¡si, ese debía de ser Misaki!
Usagi: - ¡Si, ese es!, ¿vieron cómo era ese sujeto que se lo llevaba?
Anciana: -¿No era su hermano?
Usagi: -¡No! ¡Yo soy el encargado de cuidarlo!
Anciano: Um… el sujeto… si no me equivoco, era más o menos de su altura, piel clara, llevaba ropa casual y no pude ver sus ojos porque tenía lentes de sol.-
Aciana: -¿No debería notificar a la policía?
Usagi: -¿No recuerda algo más? ¡Cualquier cosa!.-
Anciano: -Emm… si no mal recuerdo… creo… que tenía… amm…-
Usagi: - ¡Dígalo de una buena vez!.-
Anciano: -¡Ya recordé! Tenía un anillo con una cruz y una piedra roja.-
Me quede petrificado, tenía la esperanza de que fuera algún humano el que haya llevado a Misaki, pero la descripción de anciano lo decía todo, el que se lo había llevado era el demonio de la lujuria ¡Ijuuin!
Anciana: ¡Señor! ¡Señor! ¡Debe llamar a la policía!.
Decía la anciana mientras tironeaba de mi brazo para que reaccionara.
Usagi: -Gracias por todo, fueron de gran ayuda.-
Dije dando media vuelta y entrando al carro, arranque y me fui a toda velocidad hacia mi departamento, Mientras sacaba mi celular, marcando el número de Urahara, el que seamos ángeles no quiere decir que no estemos actualizados.
Urahara: -¡eh! ¿Qué pasa Akihico? ¡Que me cuentas de Misaki?
Dijo con una voz tan alegre que incluso me lo imagine con su estúpida sonrisa y con flores saliendo de su cabeza.
Usagi: -Secuestraron a Misaki y fue Kyo Ijuuin.-
Dije con mi voz seria, pero pude notar la desesperación y preocupación que emanaba de esta, hubo algunos minutos de silencio, y aunque o estuviéramos frente a frente podía notar la tensión en aire…
Urahara: -Regresa al cielo. Es una orden.-
Dijo y después colgó. ¡Me sentía como un idiota!, perdóname Misaki, aunque me prometí que no dejaría que algo te pase de nuevo… Te he fallado…