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Krone Blood por CamKaidan

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Recuerdo pocas cosas de lo sucedido entonces; pero desde hace un tiempo que me he estado esforzando por unir los cabos sueltos.

<<Oí un sonido. Era de algo delicado rompiéndose en mil pedazos, un vidrio posiblemente. Abrí los ojos y me encontré con un apacible Catriel durmiendo rodeándome con los brazos. Él tenía un sueño bastante pesado; pero de todas formas tuve cuidado de no despertarlo mientras me libraba de sus brazos. Volví a escuchar ese sonido crujiente. Luego oí una especie de grito.

Catriel se despertó y me vio ahí, parado frente a la puerta intentando luchar con mis miedos internos para ir a investigar, yo debía proteger a la familia, era el hombre de la casa, papá me lo había dicho antes de marcharse aquella noche… antes de que mamá y yo supiésemos que jamás regresaría a casa.

Antes de que me diera cuenta, las manos frías del polizonte de mi habitación estaban sujetas a las mías con fuerza.

-Estamos juntos en todo-declaró sacándome parte del miedo de encima.

Le dedique un asentimiento antes de apretar suavemente sus manos. Abrí la puerta, caminamos en puntillas por el pasillo a oscuras, con las manos reconocimos la baranda de la escalera y bajamos, en silencio cadavérico por terror a lo que estaba ocurriendo. Entonces, parados en el pie de la escalera fuimos capaces de ver la escena más traumática que mi mente podría imaginar incluso aún peor que las mejores pesadillas: los ventanales estaban rotos, cristales esparcidos por todos lados, las cortinas volando por la escena tapando los cuerpos a causa del viento que las empujaba, el cuerpo de mamá (reconocí sus pantuflas) sujetado por uno más grande e imponente y las luces de la calle me permitieron ver como ese extraño tenía la boca pegada al cuello de mi madre, cuyo cuerpo estaba inerte, no había señales de resistencia, tenía la cabeza caída hacia atrás y las manos le colgaban meciéndose por inercia a los movimientos del extraño.

Mi cuerpo entero comenzó a temblar, mi respiración se atoró en mi garganta. Tenía demasiado miedo. Demasiadas ganas de gritar hasta desgarrarme la garganta; ningún sonido pudo escapar de mí. Entonces, el extraño abrió los ojos y miró en nuestra dirección. Soltó a mamá que cayó como un muñeco de trapo haciendo crujir los pedazos de cristal del suelo. Comenzó a caminar hacia nosotros.

Retrocedí un par de pasos, empujando a Catriel conmigo, entonces, decidido a no perder a la otra persona que me importaba en el mundo, me aferré a su mano y corrí, sabía que no íbamos a poder huir del asesino de mamá; sin embargo, al menos iba a tener la oportunidad de ganar algo de tiempo para esconder a Catriel.

Subimos las escaleras y fuimos hasta el cuarto de huéspedes, donde estaba aquel escondite de provisiones que mi madre había construido en caso de emergencias- que en algún momento había considerado exagerado-, abrí la compuerta escondida entre los mosaicos del suelo y rápidamente empuje a mi único tesoro dentro. Me alegre que mamá hubiese hecho ese lugar para que cupiésemos los dos sumado a la gran cantidad de alimento.

-Escúchame Catriel, quédate aquí hasta que sea de día, entonces sal y corre hasta la policía-le agarré suavemente la cara. Sus ojos eran ligeramente más brillantes que de costumbre-. Tú ya sabes dónde está la policía. Por favor, no salgas hasta que sea de día, no importa cuántas cosas escuches. No salgas-sus ojos me miraban paralizados y cristalinos-. Te voy a extrañar Cat.

Sus labios quisieron decirme algo, pero no lo lograron, entonces cerré la compuerta. Asegurándome apuradamente que estuviese bien escondida, después salí corriendo de la habitación, cerrando la puerta detrás de mí, eso lograría que los sonidos llegasen más apagados al cuarto. Y corrí hasta planta baja nuevamente, con la esperanza de poder salvar a mamá, de algún modo pude alcanzar su cuerpo; pero ya era muy tarde, estaba helada, no tenía pulso y sus ojos me miraban sin expresión alguna. Estaban tan vacíos como mi mente de razón.

Detrás de mí, oí unos cristales crujir, no me moví, probablemente con dos víctimas estuviese más que conforme, y Catriel se salvaría, solo cuando sentí sus manos sobre mis hombros el pánico se acumuló en mi garganta anudándola, sentí mi corazón latir con fuerzas como si quisiera explotar antes de encontrar un final peor. Estaba sumergido en pánico; no obstante, no había nada que pudiese hacer a esas alturas. El extraño me volteó, vi sus ojos unos escasos minutos antes de que todo se volviese negro, una oscuridad tan profunda como el universo me envolvió junto con el dolor seco que atacó mi cuerpo.

Lo único que distraía mi mente de esa oscuridad eran los ojos que había visto, esos ojos que se me hacían conocidos...>>


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