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Logra tus deseos. por Lizama24

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Notas del capitulo: Por fin actualizo!! aunque un capitulo muy pequeño, discúlpenme. Estoy feliz pues ya tengo más de 3000 leidas xDD En fin espero les guste este capitulo que es muy corto y sencillo pero que por mi falta de tiempo no pude hacer mucho.

A leer!
—Uruha. —estrechó la mano del otro y este sonrió.



— ¿Qué haces aquí? Ya es de noche y no creo que no tengas donde dormir. Además estás ebrio. —soltó una carcajada que para nada agradó al castaño.


— ¿Y?... y-yo pu-e-do cuidarme solo. —arrastró las palabras tanto por su estado de ebriedad como el sueño que traía encima.


—Mejor déjame llevarte a tu casa. —se ofreció el de cabellos más oscuros cediéndole su diestra ahora para levantarlo, la cual Uruha no tardó en tomar. Estaría bebido y sería orgulloso, pero no era tan idiota como para quedarse a mitad de la plaza en donde se encontraba y correr el riesgo de que le robaran o algo mucho peor. Así que con su ayuda pudo mantenerse en pie y caminar tambaleante hasta su coche, si estuviera en sus cinco sentidos no se hubiera animado a subirse al coche de un desconocido pero recordando que estaba más que borracho no pensaba en aquello y se dejó llevar en su auto.


Tsuzuku condujo a la casa de su primo después de escuchar la dirección de los labios del más alto seguido por unas cuantas palabras que no pudo comprender perfectamente, con lo que puedo entender tenía que conducir rápido o Uruha terminaría orinando en su automóvil.

Al llegar a su destino lo bajó y observó atentamente como este le hacía un ademan con su mano como despedida y le gritaba un “Gracias” muy fuerte como todo el bebedor que era. Estuvo aproximadamente un cuarto de hora riéndose a carcajadas porque el castaño no podía realizar una acción tan fácil como meter la llave en la cerradura y dar vuelta, al final tuvo que bajarse y recibir un buen golpe en su entrepierna por parte del otro en su intento de ayudarle y que él lo malinterpretara como un asalto.


Al parecer no era tan fácil ayudar a un desconocido pero nada le quitaba las carcajadas que se le salieron hasta después de ser golpeado y ya estar camino a su casa a darse el merecido descanso que se merecía por su buena acción de la noche.







***





Después de aquel día ya era una costumbre para él irse muy seguido a ese bar y olvidarse de sus problemas hasta terminar olvidado en las calles y poco tiempo después ser recogido por el que se convirtió en su salvador: Tsuzuku, al cual sólo veía en esas noches de parranda al momento de subir a su auto, se había convertido en su chofer y aunque no tenía ninguna otra clase de relación y aquella era totalmente patética empezaba a volverse su amigo, ya que nadie lo soportaba cuando estaba ebrio y el pelinegro sí, hasta intentaba darle consejos y terminaban riéndose de los problemas del castaño. Así fue durante muchas noches y el tiempo seguía pasando.

Aquel día después de ya tener seis meses viviendo en Londres no había sido la excepción. Había amanecido con una terrible resaca, ese maldito dolor de cabeza que parecía estar matándolo lento y tortuosamente a cada segundo. Apenas había abierto sus ojos cuando la musiquita de su celular, al cual maldijo, le indicó que tenía una llamada de su jefe gritándole la pregunta del por qué no se había presentado ese día a trabajar, ahí fue cuando Uruha se dio cuenta que había dormido todo el día y que ya eran cerca de las cuatro de la tarde por lo que tuvo que disculparse y jurarle que no volvería a ocurrir, le descontaron el día y fin de la historia.


— ¡Ah! Eso te pasa por borracho, Kouyou. —se reprendió a sí mismo mientras se tiraba en la cama y se estiraba para poder después levantarse y caminar perezosamente hasta la cocina donde se encontró a su primo junto a otra persona que no vio de quien se trataba pues estaba de espaldas.


—Hasta que te levantas, Takashima. —retumbó en sus oídos aquella voz y soltó un quejido.


—Ya, ya, que me duele la cabeza. —gruño y de respuesta escuchó una risita del desconocido que estaba platicando con su primo, se giró con una taza de café en sus manos y el ceño fruncido para ver a aquel tipo que se burlara de él, pero al encontrarse con quien era no recordó la razón de enfrentarlo pues este lo desconcertó por completo— ¿Ta-ta-ta…


—Buenas tardes, Shima. —aquel rubio se encontraba ahí en la cocina de la casa de su primo cuando se supone que debería estar muy muy lejos en Japón y sobre todo sin molestarlo en su vida.


— ¡Hey!, que parece que has visto a un fantasma. —rió divertido su primo ante la cara de espanto que lucía en ese momento el castaño.


— ¡¿Qué mierda haces aquí?! —preguntó alterado y de inmediato Yukiteru le regaño por ser grosero.


—Pues… bueno, teníamos la idea de venir todos, pero no teníamos suficiente dinero. Teníamos un evento social pero al final fue un asco y nos pagaron muy poco por lo cual opinaron en que sería mejor que viniera yo solo a traerte de vuelta. — explicó tranquilamente.


—Yo los dejo solos. —Yukiteru se retiró de ahí para darles privacidad.


— ¿Por qué me quieren de vuelta?


—Nos escuchaste esa vez en el aeropuerto ¿Verdad?, sabes que no soy idiota. —sonrió de lado mientras tomaba cercanía con el más alto— Uru, todos te extrañamos. Deberíamos estar molestos pero… the GazettE no puede seguir sin nuestro primer guitarrista.


— ¿Por eso has venido? —al que menos quería ver era a Ruki, Ruki sólo le había causado problemas en su cabeza y corazón ¿Por qué no podían dejarlo ir en paz? ¿Por qué tenían que mandarlo justamente a él?


—No, te extrañamos ¿No escuchas? —dijo en tono molesto— Akira parece una nenita chillona por no tener a su hermano a su lado, Kai también está deprimido y ha comenzado a comer en exceso ¡Así no podrá tocar la batería!, Yuu... bueno, Yuu extraña con quien pelear.


— ¿Y tú? —cuestionó aún con un semblante serio.


—Yo… entendí que eres más importante para mí de lo que imaginé. —confesó con la mirada en otro lado, ocultaba sus ojos debajo de esas grandes gafas oscuras y traía una sudadera más grande para su talla, cosa que era en exceso adorable para Uruha que consideraba a ese tipo, a veces, como un niño.


— ¿Más importante? ¿Qué tanto? — de un momento su ánimo había cambiado, ahora que lo pensaba ¡Era Ruki! ¡Ruki estaba ahí diciéndole que lo quería de vuelta en Tokio!


—Mmm pues digamos que Reita me hizo darme cuenta de que… quizás me gustas. —Uruha estalló en carcajadas.


— ¿Cómo? Vienes aquí a decirme que "quizás" te gusto después de todos los rechazos que me hiciste.



— ¡Sólo eso le faltaba! Bueno, si ahora le gustaba a Ruki, Ruki tendría que rogar.

—Bueno... es que, tú eres atractivo, inteligente y muchas cosas más. Pero nunca lo noté porque siempre he tenido parejas de a montón.


—Eso es estúpido. —afirmó.


— ¿Y? Hasta yo tengo derecho de ser estúpido. Pero bueno, no te estoy pidiendo que seas mi novio ni nada de eso. Sólo te lo estoy diciendo: me gustas de alguna forma. Quiero que vuelvas a Tokio conmigo y los demás. —habló de forma firme. Al parecer la reacción de Uruha ante su confesión no fue como la imaginaba ¿Ya no le amaba? Si ese fuera el caso el orgullo de Takanori se habría caído en esos dos minutos.


—No voy a regresar. No tengo el valor de volver después de todo lo que hice además...


—Sí, sí. Pero estás arrepentido ¿No? ¡Tu pecado será perdonado! —interrumpió —. Piénsalo.







***



— ¿Y no le vas a dar nada? —caminaba con los otros tres chicos al departamento del moreno después del intento de ensayo, pero al no tener primera guitarra y tampoco vocalista era un poco tonto.


—Kotomi, no se da un regalo por cada mes que se cumple. —bufó el moreno. Mañana cumplía cinco meses con Akira y su prima insistía que debía regalarle algo —. Sólo es al mes, a los seis meses y al año. Después es cada año.


— ¿Quién puso esa ley? —protestó la menor.


—Ya, Akira está de acuerdo ¿Verdad? —volteó a verlo y este asintió.


— ¡No le diste nada al mes! ¡Es más! ¡Se te olvido!


— ¿Enserio? —Kai comenzó a reírse —. Ya entiendo por qué no tenías pareja.


— ¡Ya es suficiente! Sí, se me olvido pero... pero no volverá a pasar.


Llegaron a su departamento entre risas y comentarios tontos. Kotomi afirmaba que Yuu se quedaría como la señora de los gatos pero sin gatos, no tardaron en echarse a reír, hasta Aoi se rió de su "horrible destino". Habían acordado en ir ahí para llamar a Takanori y preguntarle qué había pasado.


—Ya ¡Llámale! —ordenó el batero cuando ya todos estaban en el living.

Marcaron el número y esperaron a que contestaran del otro lado.


— ¿Hola? —pusieron el alta voz y todo escucharon la ronca voz de Ruki detrás de la línea.


— ¿Cómo está Uruha? —preguntó el bajista.


—Está bien y gracias por preguntar por mí. —se escucharon risas.


— ¿Cuándo regresan? —ahora habló el moreno después de que las risas cesaran.


— ¿Me extrañas tanto?


— ¡Takanori! —gritó Akira.


—Ya, ya. La cosa es que Shima no quiere volver... esperen —se escuchó como el rubio caminaba y varios ruidos más hasta que escucharon como decía "Te hablan" y el teléfono cambiaba de mano.


— ¿Eh? ¿Hola? —preguntó, como si no supiera quién o quienes le hablaban.


— ¡¿Cómo es eso que no quieres volver?! ¡¿Te volviste loco?! ¡¿Piensas abandonarnos así como así?! —le cuestionaron los tres chicos al otro lado con una y otra pregunta furiosa, muchas no pudo escuchar a la perfección y prefirió quitarse del oído el celular y esperar a que se callaran —. ¡¿Shima?! ¡¿Estás escuchando?!


—Sí... no estoy sordo —murmuró —. Haber primero se callan. Luego, ¿En verdad quieren que vuelva? Sólo he sido una molestia.


— ¡Tonterías! ¡Sólo lo has sido para mí! —argumentó Aoi.


—Eso no ayuda, Yuu. Pero también lo he sido para los demás: traicione su confianza y les engañe. —confesó avergonzado.


—Yo no recuerdo eso ¿Y tú, Kai? —dijo el bajista.


—La verdad no. —respondió.


—Yo tampoco. —le dijo el vocalista frente a él.


— ¿Lo ves? ¡Seguro lo soñaste! Nadie recuerda nada. —Aoi estaba dispuesto a olvidar todo aquello, estaba seguro de que Uruha era buena persona aunque no con él pero lo era.


—Son unos idiotas. —no pudo evitar reír ante los comentarios de todos ellos, era muy bonito que todos quisieran perdonarlo y que regresara —. Lo haré, pero no por ustedes sino por la banda ¡Yo quiero ser un gran guitarrista!


Se escucharon gritos de “Genial” “Estupendo” y otros cuando accedió. Conversaron un rato más y quedaron en que volvería en unos días en lo que arreglaba todo y renunciaba y de más.


— ¿Ven? Les dije que sería bueno mandar a Ruki. Ese enano sabe convencer a la gente. —dijo Akira después de que hubieran terminado la llamada.


— ¿Qué no lo convencimos nosotros? —le dijo Kai a Reita.


—El punto es que va a regresar. —rió Aoi. De repente llamaron a la puerta y el moreno se levantó para abrir la puerta pues dudaba que alguno de los perezosos que estaban en su sala se dignara a hacer tal acción. Y cuando lo hizo no pudo hacer más que quedarse helado de ver a esa señora frente a él —. T-tía Fuuka. —fingió una sonrisa y Kotomi al escuchar el nombre corrió rápidamente al baño para esconderse.


—Yuu. —habló la mujer con un semblante serio mientras lo observaba —. ¿No me vas a dejar pasar?


—Eh... —giró su cabeza para comprobar que Kotomi ya no estuviera y así fue —. Claro, pasa. —se hizo a un lado y le dejó entrar.


—Buenas tardes. —saludaron al unisón los otros dos entre risas pues hace unos segundos estaban bromeando entre ellos.


—Veo que tus amistades no cambian, Yuu. —dijo al observar las "fachas" según ella de aquellos dos jóvenes.


—Yo no cambio, tía. —sonrió mientras se sentaba a lado de Akira y le susurraba que nada de tratarlo como su pareja pues aparte de todo ella también era homofóbica —. ¿A qué debo tu visita?


—Ayumi me dijo que Kotomi estaba aquí. — "Ayumi así que no puedes dejar de joder" pensó el moreno —. Así que vengo por mi hija.


— ¿Le crees más a ella que a mí? Ya te lo dije, Kotomi no está aquí y no tengo idea de dónde esté ¡Yo también le he buscado!


—Pues no te creo nada, tú sonsacas a mi hija y de seguro estás de acuerdo con que tenga a ese bastardo. —su tono de voz era notoriamente molesto. Fuuka no podía permitir que su única hija fuera tachada de fácil y posteriormente de madre soltera.


—En eso estás en lo correcto. Estoy de acuerdo con que tenga a ese bebé, tía un bebé es algo hermoso. —le dijo con una sonrisa.


—Mientras sea en el momento indicado. Yuu, Kotomi podrá tener sus hijos cuando esté casada y tenga la edad correcta, ahora mismo es una estupidez pues ese poco hombre le abandonó.


— ¿Y por qué no le dijiste eso a Ayumi?


—Esa niña es punto y aparte. A mí me preocupa mi hija.


—A mí mi prima y mi futuro sobrino. —le miró con seriedad —. Déjala que lo tenga y que aprenda a cuidarlo.


—Es suficiente. —se levantó de donde estaba —. Me vas a decir dónde está o te acuso de secuestrador.


—Anda, el que nada teme nada debe. —mantuvo su sonrisa haciendo enfurecer más a su tía la cual se largó de ahí a los pocos segundos —. Ya se fue, Kotomi. —dijo después de unos segundos.


— ¡Maldita Ayumi! ¡Cuando la vea le voy a dar una golpiza! —decía una alterada pelinegra.


—Aparte de zorra, chismosa. —dijo Akira después de una carcajada.


—Ya, no importa. Ahora la cosa es que tu mamá no te encuentre.

Después decidieron cambiar de tema pues no querían agriar el momento hablando de tal persona que sin duda no agradaba. Siguieron conversando de trivialidades por un largo rato por lo que en lo menos esperado se hizo de noche y Kai les dijo que ya debía irse así que apresuradamente salió del departamento del moreno. Por su parte Kotomi se fue cuando unas amigas pasaron por ella para irse de fiesta, claro sin alcohol, y ni Yuu pudo convencerla para que se quedara pues con siete meses ya de embarazo era desobligado de su parte irse así como así a cualquier lugar. Sin embargo era una Shiroyama y como tal era en verdad terca hasta que se salió con la suya.
Por tal motivo Akira y Yuu se quedaron solos.


— ¿Tú no tienes nada que hacer? —le entregó una cerveza y los dos se sentaron en el suelo.


— ¿Me estás corriendo? —Yuu rió y negó con la cabeza —. Podría ir a mi casa y echarme a dormir pero es más divertido estar contigo.


—Oh, eres la primera persona que prefiere estar conmigo que dormir. —ahora rió el bajista.


—Estaba pensando... si parte de tu familia es homofóbica nunca aceptarían nuestra relación ¿O sí? —aquel tema le desconcertaba, si lo pensaba sus padres también tenían muchos prejuicios hacia diferentes cosas.


—Pues, no es como si me importara. Creo que el único problema son Fuuka y mi padre, pero no tienen por qué meterse o por qué saberlo.


— ¿Quieres decir que se lo ocultaras? —le dio un sorbo a su lata.


— ¿Por qué estamos hablando de esto? —rió un poco.


— ¡Porque es importante! Yuu, yo quiero algo serio contigo. —dejó la lata en el suelo y se acercó a él —. Sé que debe ser complicado todo eso pero aún así no quiero que eso afecte nuestra relación.


—No lo hará. —sonrió animándolo. Aoi tenía la duda de qué diría o haría su padre pero tampoco era como si le fuera a tomar importancia, él quería a Akira.


Akira se acercó aún más y besó sus labios por un corto tiempo ya que un sonido los desconcertó alguien había entrado y ese alguien ahora los veía con asco.


—Vaya, así que... eres homosexual. —Aoi frunció el ceño al verla ahí con una cara de desagrado — Dime Yuu ¿Qué pensaría tu padre cuando se enterara de que su hijo menor es un marica?





***





Al principio creyó que por lo que estaba ahí era por lo que había dicho “No puedes ir con un extraño ¡Puede pasarte algo!” pero ahora caía en cuenta que por lo que lo hizo fue que no soportó el cómo Uruha le miraba a ese tipo. ¿Estaba celoso? No tenía la menor duda.
El como Uruha le sonreía a ese tipo, el como hablaban entre ellos con esas estúpidas miraditas lo tenía más que furioso.
Por su lado Kouyou reía en su interior por las nada discretas miradas de muerte que les mandaba el vocalista de su ex banda, claro que al principio le sorprendió que Tsuzuku llegara hasta su casa y le pidiera salir, era algo que jamás creyó que pasaría por el simple hecho de que ellos no se trataban del todo.
Pero ahora que se ponía a conversar con él se daba cuenta de que era una persona muy interesante y divertida y tenían muchos gustos similares así como el chico también pertenecía a una banda pero en lugar de guitarrista era vocalista “Creo que tengo atracción por los vocalistas” pensó el castaño.


—La comida está muy buna, Tsuzuku. —dijo muy animadamente el más alto de todos los presentes.


—Me alegra que te guste, Shima. — “¿Shima? ¡¿Le ha dicho Shima?!” pensaba el rubio—. ¿Tú que opinas de la comida, Taka? —se atrevió a preguntarle.


—Preferiría que me dijeras Ruki. —musitó—. Es… buena. —contestó con seriedad mientras seguía comiendo sin mirarlos.


—Ah, disculpa. —rió un poco y siguió charlando con Shima.


Al finalizar sus alimentos decidieron salir del lugar y dar una vuelta por ahí. Aún no oscurecía por lo que no tenían problema de ir por cualquier lugar.
Si no fuera por los celos que traía encima Ruki hubiera disfrutado mucho de estar allí, ante sus ojos Londres era un lugar muy hermoso por todas sus construcciones y como lucía, si fuera por otras circunstancias ya estaría en el centro comercial gastándose todo el crédito de su tarjeta comprándose cualquier cosa que le llamara la atención.

— ¿Te estás divirtiendo, Taka? —le preguntó burlón el guitarrista y Ruki le miró para después sonreírle falsamente lo cual Shima lo sabía—. Tú fuiste el que se aferró a venir.


—No me arrepiento. Y sí, me estoy divirtiendo mucho pues Londres es un lugar espectacular—fingió entusiasmo mientras alzaba sus manos, Uruha rió.


—Hey, Shima. Tengo que irme. —se acercó a él y le dio un beso en la mejilla de despedida— Nos vemos Ruki. — le cedió una sonrisa a la que Takanori respondió con un ademan y después el pelinegro se fue.


—Me teñiré el cabello de rubio, ¿Crees que se me vea bien? —comenzó a hacer tema de conversación antes de que el silencio incomodo se hiciera presente. Comenzaron a caminar de regreso a casa del primo del más alto.


—No te imagino de cabello rubio pero supongo que te quedará genial. —se hundió en hombros mientras caminaba a su lado y trataba de imaginarse a Uruha teñido de rubio.


—Bueno, no sería todo el cabello. Me dejaría unos mechones castaños, siempre he querido maltratar mi pelo un poco—rió siendo acompañado por el más bajo—, así como tú. Tú maltratas mucho tu cabello con tantos tintes y esas cosas.


—Pero me veo bien ¿No? —volteó a verle con una sonrisa mientras Uruha asentía.


—Siempre te has visto bien. Eres toda una diva, Takanori. —volvieron a reír—. Te adoptaría como a mi hermanita menor.


—No me gustaría ser tu hermana menor. —admitió. Hubo un silencio pues el castaño no se atrevió a preguntar el por qué, así que Ruki agregó—. Estoy en contra del incesto.


Uruha iba a preguntar “¿Qué?” acompañado con una risa de duda pero segundos después comprendió el mensaje “subliminal” que contenía esa frase. El calor llegó a sus mejillas.


—E-eh b-bueno. —titubeó.


— ¿Falta mucho para llegar? —cambió de tema audazmente y le miró como si nada hubiera pasado.

Uruha negó y siguieron caminando en silencio. ¿A quién engañaba? Ni con las tres largas horas que pasó a lado de Tsuzuku se compararía con la emoción que sintió hace unos segundos y solo con cinco palabras, solo con dos segundos Ruki conseguía ponerlo ansioso.
A los pocos minutos Takanori volvió a romper el silencio pero ahora ya no dijo nada comprometedor y continuaron charlando hasta llegar a su destino. Takanori se quedaría ahí por unos días en los que Uruha arreglaba todo y se irían juntos, pues Yukiteru también era su amigo así que no tenía problema por darle asilo también a él.







***





— ¿Qué haces aquí, Ayumi? —dijo con voz notoriamente molesta a la castaña sin vergüenza que empezaba a pasearse por su sala.


—Nada, sólo venía a visitarte. ¡Y mira con lo que me encuentro! Te lo juro, jamás sospeché de tu homosexualidad. —estalló en carcajadas descaradamente haciendo enfurecer aún más al moreno.


—Te exijo que te largues de mi casa. —se levantó y caminó hacia ella con el ceño fruncido.


— ¿Por qué? ¿Quieres privacidad para besuquearte con tu novio? Ahora entiendo el por qué me rechazaste cuando quise tener intimidad contigo. —lucía en su rostro una enorme sonrisa de satisfacción por poder hacer enojar al pelinegro.


—Jamás creí que cayeras tan bajo, tu padre estaría avergonzado. —bien, no sólo era Ayumi sino también su tía ¡Eso no podía estar peor! La señora se adentró a donde estaban los otros, había permanecido afuera pero había visto y escuchado lo mismo que la castaña.


—Dios. —dijo con frustración el moreno llevando su palma a su frente.


— ¿Qué es lo que quieren? —se levantó el bajista y se puso a lado del moreno mirando firmemente a las dos mujeres.


—Tú no hables, vago. ¿No lo ves? ¡Has corrompido la mente de mi sobrino! —gritó molesta la mayor.


— ¿Qué? —se le salió una carcajada al rubio, aquello era tan ridículo— Yo no he “corrompido” a nadie, y no le veo el por qué tanto alboroto al enterarse de las preferencias sexuales de Yuu.


—Eso a ti no te importa. ¿Tú no te sientes mal, Yuu? ¿Te imaginas la cara que pondrán tus padres al enterarse de esto? —era una amenaza, Aoi lo sabía. Lo estaban amenazando con acusarlo con su padre como si fuera un niño pequeño ¿Qué tenían en la cabeza? Sin embargo el que su padre se enterara sí lo ponía de nervios.


—Fuuka, ya basta. No tienes por qué meterte donde no debes. —le miró con el ceño fruncido, no se dejaría intimidar.


—Hagamos esto, Yuu. Tú me dices dónde está mi hija y yo guardo tu sucio y asqueroso secreto para que jamás llegue a los oídos de mi hermano. —suponía que a eso iba.


—Ya te dije que yo no sé dónde está. —mantuvo su sonrisa.


—Yuu-chi, no digas mentiras ¿Recuerdas que yo la vi aquí? A mí no me puedes engañar. —sonrió triunfante la joven.

Aoi estaba entre la espada y la pared. No podía entregarle a Kotomi a esa señora pues por ello le obligaría a abortar, pero también le ponía nervioso el solo hecho de pensar en su padre y lo que haría o diría, su padre era un prejuicioso. Recordaba que de pequeño le había “enseñado” que las personas homosexuales eran como monstruos, que no debía existir y que estaban enfermas, una vergüenza para la raza humana. Claro que él nunca le creyó del todo puesto que su madre era una mujer más comprensiva y le decía a espaldas de su esposo que no debía juzgar a las personas por cosas como esas pues las preferencias de cada persona era decisión suya y no hacían daño a nadie.
Esa era su madre, con ella no tenía problemas. El problema era papá: ¿De qué sería capaz ese hombre al saber que su hijo menor era gay? Bueno, bisexual pero ante sus ojos era la misma cosa.


—Díganle lo que quieran. No me importa, yo no voy a entregar la felicidad de Kotomi. —contestó al fin. No le importaba qué sucediera mientras pudiera proteger a su prima.


— ¿Hablas enserio? —Fuuka estaba más que sorprendida pues creyó que ahora sí le diría la verdad.


—No soy tan desalmado como tú. —admitió con una sonrisa mientras tomaba la mano de Akira—. Es más puedes decírselo y me quitarías un peso de encima.


— ¡Pues se lo diremos! —gritó Ayumi enfurecida y salió de ahí seguida por la mujer más mayor.

Se quedaron solos nuevamente aunque ya no tan tranquilos, aunque les dijo que no le importaba la verdad era que sí le importaba y mucho qué pensaría su padre. Después de todo era su padre y él su hijo y aunque le vinieran en gana sus prejuicios no le venía en lo que pensara de él, sabía que era capaz de hasta desconocerlo como su hijo.

— ¿Estás bien? —interrumpió sus pensamientos pues había notado su cara de pensativa.


—Claro. — sonrió con sinceridad mientras le miraba y de inmediato lo abrazó— Akira, te quiero.

Reita sonrió ante las palabras de su novio y también lo abrazó con fuerza.

—No te preocupes por la amenaza de esas tipas, yo estaré a tu lado y nada malo pasará ¿Bien? —Aoi asintió con una sonrisa en su cara mientras volvían a unir sus labios.

Era cierto, tenía a Akira y sabía que sus sentimientos eran sinceros por lo que no le preocupaba qué sucediera con su padre ni con su tía ni mucho menos con Ayumi, pues con Akira sería feliz.
Al fin volvía a crear sentimientos hacía una persona y nada ni nadie se lo impediría.
Notas finales: Gracias muchisisisisimas gracias por leer y les agradeceré aun más si comentan.

¿Cómo ven? Ayumi sigue causando dolores de cabeza.

Ruki está celoso y ya se enteró de que tiene un rival.

En fin Bye bye

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