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Logra tus deseos. por Lizama24

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Notas del capitulo: Hola! Dos semanas aproximadamete desde mi ultima actualizacion. Les quiero pedir disculpas, les seré sincera. Las ideas para este fic se me han acabado, más bien la inspiracion no aparece.
Amo este fic de verdad, es el primero que me anime a publicar y me alegra muchisimo que gustara y aun más que mediante este fui aprendiendo diversas cosas. No me gustaría dejarlo, ni mucho menos borrarlo.
Tampoco pausarlo porque creo que si lo hicera o terminaria un dia borrandolo o cuando volviera a escribirlo ya nadie lo recordara y quienes lo leen ahora ya no lo hagan. Así que pretendo dejarlo activo, sólo les pido a cada uno de estudes lectores queridos, amados por mí, que sean pacientes. Paciencia es lo unico que no tengo, pero la tengo para la actualizacion de mis fics favoritos ¿Extraño? Lo sé, sin embargo esto lo hago por ustedes y por mí tambien, para qué mentir. No quiero borrarlo porque me sentiré horrible como "No puedes terminar un simple fanfic" xD que para mi ya no es tan simple. Cuando comencé a escribirlo era como que las ideas me llegaban de amonton, si alguien recuerda publiqué dos capitulos en un día, pues esos los hice los dos en un día y recuerdo que no eran tan cortos. Pues bueno, ¿A dónde su fueron todas esas ideas? No tengo la menor idea.

Ya escribí mucho, no queria dejarles más sin actualizacion. Casi 3000 palabras solamente pero espero les guste, se distraigan, me dejen un rw aunque solo 3 personitas lo hacen, a veces cuatro, pero no les culpo xD porque al menos unos... 100? 72? no sé, lo leen. Con ello soy feliz.

Esa noche no la había pasado nada bien. No era la primera vez que la pasaba en esos lugares, anteriormente había estado allí por vagancia en las calles de Tokio cuando recién había llegado, pero aquello era completamente diferente.

Además estaba más que enojado porque no se le permitió ver a Akira, ni a ninguno de sus amigos. El insomnio fue su único compañero en esa noche, qué más decir.

 

Aún cuando traía tantos problemas encima no podía evitar preocuparse por Kotomi, seguramente la chica estaba asustada y nerviosa por las amenazas de su grandiosa madre.

A veces es increíble creer en que una persona tan querida por ti de repente puede causarte tanto pavor. Era de esperarse de una personalidad como la de ella.

 

Intentaba dormir en eso que era su cama temporal, el estrés le invadía y mucho más el cansancio. Estuvo dormitando por varios minutos hasta que escuchó pasos acercarse a donde estaba, por lo que desistió y se incorporó para ver a quien fuera que estuviera allí.

Sintió una enorme emoción al ver al vocalista de su banda justo enfrente de él, tan sonriente y sin vergüenza como siempre y acompañado de una persona mayor vestida muy formalmente.

Casi corrió hasta los barrotes para poder tenerle más cerca.

 

— ¡Ruki! Que bueno que estás aquí. —exclamó con la esperanza de que le fuera a sacar de ahí.

 

 

—Hola, Yuu ¿Cómo estás? —ante su pregunta el otro entrecerró sus ojos molesto ante tal cosa—. Hablo enserio.

 

 

— ¡De maravilla! Es un lugar tan cómodo. —se cruzó de brazos y el otro no pudo evitar reír—. Mejor dime que vienes a sacarme de aquí.

 

 

—Su nombre es Honda Kazou—. Dijo presentándoselo al moreno—. Es un gran abogado que sirve a mi familia. —sonrió.

 

 

El hombre adulto hizo una reverencia frente al moreno el cual sólo se limitó a mirarle y después volver sus ojos al rubio.

 

—Entonces ¿Sí vienes a sacarme de aquí? —Ruki suspiró dejando caer sus hombros y negando levemente.

 

 

—Eso intento. Verás, creo que tu adorada tía hermana de tu padre tiene el suficiente dinero para comprarse hasta el mismísimo juez, bueno, no es un hecho pero sabes a lo que me refiero. Tenemos que… buscar pruebas que hagan creer en tu inocencia. —Aoi le escuchaba con atención.

 

 

— ¿Y Kotomi? —Takanori salió por varios segundos y después regresó con la pelinegra que fue corriendo hasta quedar separados sólo por las barras.

 

 

— ¡Yuu!, en verdad que lo siento mucho. No sabía que por mí culpa terminarías así. —su rostro se veía rojo, parecía que había llorado por mucho tiempo.

 

—Tranquila, no es tu culpa. Pero necesito tu ayuda, ¿Le contaste a alguien que estabas en  mi departamento?

 

Testigos pensó Takanori al escuchar dicha pregunta y se le hizo muy eficaz.

Kotomi pensó por varios segundos, después le dijo que sólo a una amiga y que le había contado casi todo. Tenían uno.

Pero sería mucho mejor tener más.

 

— ¡Tus padres!, tus padres vendrán a testiguar les dijiste a ellos por lo que estaba aquí ¿No? —sugirió la joven, Yuu recordó que en efecto se  los había dicho a sus padres y estuvieron de acuerdo.

 

 

—Entonces ya tenemos una ventaja, citaremos a tus padres y a tu amiga para que vengan a eso mañana. Seguramente eso no se lo esperaría Fuuka. —afirmó muy seguro el rubio, la pelinegra dio brinquitos mientras sonreía. Quizás todo se solucionaría muy rápido después de todo.

 

Kotomi salió, y Ruki se quedó junto con el abogado para ponerlo al tanto de cada detalle y que él fuera pensando en cómo ayudarle.

Al parecer ya podía sentirse un poco aliviado.

Takanori le había conseguido visitas ilimitadas con un poco de plata al guardia de su celda por lo que ellos podrían entrar cuando les diera la gana a verlo.

 

Aoi esperaba que fuera Akira a verle pues estaba muy impaciente, Akira le tranquilizaba y de verdad deseaba verlo. No se detuvo en todo ese tiempo de andar de un lado para otro en su espera y cuando escuchó que alguien volvía a acercarse volvió a correr a los barrotes.

Lamentablemente no era él, y por si eso no fuera malo quien estaba ahí no deseaba verle jamás.

 

 

—Ayumi…—murmuró viéndole seriamente mientras la chica se acercaba a él con una sonrisa tan hipócrita como todo lo que había vivido con ella.

 

 

—Yuu-chi, ¿Qué tal tu estancia en este lugar? Demasiado linda ¿No crees? —tenía todas las intenciones de burlarse de él sin importarle en lo absoluto.

 

 

—Lárgate de aquí, no tienes la vergüenza. —la castaña estalló en carcajadas lo que le hizo apretar la mandíbula.

 

 

—Por cierto, ya me enteré de que mañana vienen mis ex suegritos—lo había escuchado de labios de la madre de Kotomi—.  No sabes cuánto me alegra que vengan tus padres a testigua sobre el caso. —sonrió divertida la castaña—. Principalmente tu padre, Yuu.

 

Aoi seguía con su semblante serio y molesto, frunció aún más el ceño al escuchar lo último.

 

— ¿Qué quieres decir con eso?

 

 

—Yuu, ¿Recuerdas con qué te amenazamos la otra vez tu tía y yo?

 

 

***

 

 

—No lo creo. —le aseguraba el bajista mientras se encontraba recargado de espalda contra los barrotes de la celda al igual que el moreno mientras que sus manos se tocaban enganchadas a uno de los fierros, una sobre la otra.

 

 

—Yo la verdad no sé qué pensar. No sé cómo se lo habrá tomado. —soltó un suspiro más en ese día mientras intentaba relajarse al estar en compañía del otro.

 

 

—Tranquilo, después de todo eres su hijo. Los padres están ahí siempre que los necesitemos, no deberías dudar de eso. —le soltó para darse vuelta y verle de frente, cosa que imitó el moreno y se vieron mutuamente. El ver a Reita ahí sonriéndole y diciéndole que todo estaría bien lo tranquilizaba mucho, el saber que tenía a una persona que le quería de verdad y le apoyaría.

 

 

—Tienes razón. —le cedió una sonrisa sincera para después volver a juntar sus manos lo más que les fuera posible.

 

 

Según lo que le había dicho Takanori a Akira, habían conseguido que los padres de Yuu fueran justamente mañana para así poder decir todo lo que sabían y tener un punto a favor. Sólo les quedaba esperar y que con pruebas el dinero que Fuuka había dado no sirviera de nada.

Claro que esa señora también debía tener sus cartas bajo la manga, pero tenían la esperanza de que estas no fueran suficientes para ganarles.

 

Uruha, Kai y Takanori habían estado hablando con todos los que estuvieran al pendiente del caso, y en efecto, no existían pruebas. No existía más que la palabra de Fuuka.

Y al contrario Aoi tenía testigos de que lo que decía era verdad así que llevaban ventaja.

 

 

***

 

 

El clima no parecía estar a su favor, con un abrigo tan pesado le era irritante el tan sólo andar.

Tenía un rato para hacer absolutamente nada en lo que los padres de Yuu llegaban, el día de ayer no había ido a ver a Yuu. Se preguntaba si en verdad podría tener una amistad con ese chico, es decir, él le había perdonado y todo, y ahora parecía que las cosas con Ruki serían favorables para él. Sin embargo, no podía borrar las cosas así como así, y aunque todos aparentaran que nada había pasado Uruha no podía hacerlo, él sabía lo que había hecho y lo tenía muy presente. Había jugado con los sentimientos de Kai y abusado de su confianza, había engañado también a su mejor amigo y a su amor platónico, le había causado muchos dolores de cabeza al moreno que no tenía la culpa de nada más que de ser del gusto del vocalista.

Eran cosas pequeñas al recordarlas pero al vivirlas fueron realmente malas para todos, él mismo se tenía asco y no podía evitar sentirse incomodo frente a todos.

 

Caminaba rumbo a la comisaria cuando se encontró con el batero, por cierto, no se atrevía aún a mirarle a los ojos. Kai no había tocado el tema desde que había regresado, se comportaba como antes, cuando él no sabía de sus sentimientos. Lo trataba con el mismo cariño y amabilidad de antes. Aquello lejos de agradarle le molestaba, no quería ser tratado como antes y que nadie le guardara ni un poco de rencor ¿Por qué? Simple, le hacían sentirse aún peor.

 

 

—Hace mucho frio, ¿Verdad? —sonrió como era típico de él mientras se unía al ahora rubio y caminaban juntos a la misma dirección.

 

 

—Sí. —afirmó manteniendo su cabeza gacha y hundiendo parte de su cara en el cuello de su abrigo—. Yutaka—se atrevió a elevar la cabeza y mirarle de frente—, lo siento. De verdad.

 

Aquello hizo abrir desmesuradamente los ojos al pelinegro, sabía perfectamente a qué se refería pero no se lo esperaba. Se había prometido a sí mismo dejar por la paz a Uruha, que se enamorara Ruki de él y fueran felices juntos. Afrontar las cosas con la cabeza gacha y una sonrisa falsa, como siempre debió hacerlo. Porque Kouyou no era para él, no importaba cuánto lo intentara, cuánto tiempo pasara, Shima simplemente no era para él.

Pero así lo había decidido, y más aún no hablar nunca sobre eso, pero al parecer Uruha pensaba lo contrario, quería hablar de ello.

 

 

—Está bien. —dijo en un intento de que el rubio no siguiera, que se olvidara por completo de eso, de que le amaba.

 

 

— ¡¿Cómo que “está bien”?! ¡Yutaka! No quiero que sigan actuando como si nada hubiera sucedido, yo sé que te hice daño. Jugué con tu amor y no me importó. —ahora mismo tenía el ceño fruncido, le veía a los ojos, le reprochaba que no le odiara ni un poco.

 

 

—No me importa, no quiero que hables más de ello. Quiero que te olvides de que algún día te dije que te amaba. Quiero que pienses que soy tu consejero con Ruki, quiero que volvamos a estar como antes. —mordió su labio inferior al pensar en lo último que diría—. Quiero que olvides que si quiera pasó… y está pasando.

 

Pretendió irse antes que él, pretendió terminar eso ahí y ahora pero simplemente el rubio no estaba dispuesto a hacerlo. Le tomó por la muñeca y obligó a detenerse.

 

 

—No. —Kai no volteó—. No puedo, no quiero que hagas como si nada hubiera sucedido.

 

 

— ¿Por qué? ¿Ah? —se soltó de su agarre y volvió su mirada a esos ojos miel que le miraban suplicantes ¿Suplicantes de qué?  En cambio su mirada era dura, seria—. Me conoces muy bien Kouyou, sabes qué clase de carácter tengo. Sabes que no soy una persona tan dulce y tierna como todos piensan, sabes que cambié eso por ti, que le demostré mi parte más dura a Yuu por ti. Entiendes perfectamente la persona que soy, y sabes muy bien que no quiero lastima.

 

—Yo no lo digo por lastima. —su voz se escuchó apenas audible. Kai se estaba comportando como debió comportarse desde antes, su voz no reflejaba la mínima tristeza ni sus ojos mostraban lágrimas amenazantes como los suyos que empezaban a empaparse, su voz era dura sin muestra de amabilidad, sus ojos demostraban neutralidad y frialdad cosas que no le agradaban para nada—. Lo digo porque quiero que nuestra amistad sea sincera, que no me ocultes rencor, si me odias quiero que me lo demuestres.

 

 

—Takashima, te amo. No te odio. —terminó por decir y anduvo de nuevo ahora más rápido, ahora no fue detenido: Uruha se había quedado ahí, de pie sin sabes qué hacer o decir.

 

 

Los sentimientos de Kai no habían cambiado, así como tampoco habían sido borrados.

No era de las personas que creían que un amor duraba para siempre pero Joder, que ya ha durado mucho.

 

Uruha prefirió dejarle marchar antes para no tener que caminar a sus espaldas si es que lo alcanzaba.

Cuando llegó ya estaban todos ahí, incluyendo a los testigos que dirían lo que sabían en defensa de Aoi. De inmediato cuando llegó, Ruki se apresuró a ir con él y llevarlo hasta allá para que ya todo pudiera comenzar.

Kai conversaba con Kotomi, ambos rostros se veían serios y para nada animados, cruzó miradas con él por un microsegundo. De inmediato el pelinegro la apartó y la devolvió a la joven que seguía hablando. Aquello hacía sentir muy mal a Uruha, Kai era de sus mejores amigos, una de las personas que lo aceptaban tal y como era con todo y los 10 000 defectos que tenía encima, el tan sólo pensar en perder una amistad como esa le derrumbaba.

 

 

— ¿Estás bien? —preguntó preocupado el vocalista, Uruha asintió sin muchos ánimos y siguió con su mirada directa a Kai, lo cual pudo notar el más bajo—. ¿Han peleado?

 

 

—Ojala. —fue lo único que dijo, cosa que extraño a Ruki ¿Ojala?

 

 

— ¿Puedo ayudarte? —Aoi venía entrando a la sala donde se encontraban escoltado por dos uniformados.

 

 

—Sí. —Ruki le miró directamente esperando que le dijera cómo ayudarle en lo que fuera que tuviera—. Ódiame, Taka.

 

 

 

El juez comenzó con aquello. Dio primero la información de lo ocurrido a los padres de Yuu para que estuvieran al tanto, su madre volteó a verle con una cálida sonrisa de “todo estará bien”.

Aoi hace tanto que no veía a esa mujer que no pudo evitar devolvérsela.

Después de eso vino el turno de que la amiga de Kotomi testiguara sobre lo que sabía.

La chica dijo todo lo que sabía: que Kotomi había llegado de repente un día a Tokio y le había ido a visitar contándole su por qué estaba ahí, ósea, porque su madre se enteró de su embarazo y le estaba obligando a abortar. Tales palabras causaron indignación fingida en la madre de la chica y que esta misma gritara “protesto” aún cuando eso no podía hacerlo ella.

Al terminar fue el turno de la madre de Aoi. La cual también comenzó a contar cómo había sucedido aquello: Aoi le había llamado para contarle que Kotomi estaba allí y que su tía era una bestia por tal amenaza, la cual le parecía realmente ridícula ya que Kotomi ya era mayor de edad y podía decidir por ella misma.

Lo que dijo terminó en lo mismo que dijo la chica anterior: Fuuka tenía la culpa de que Kotomi escapara a la casa de su primo, Yuu no tenía nada que ver en ese problema.

 

Al parecer el juez estaba muy de acuerdo con aquello, ambas mujeres decían lo mismo pero a su modo, ahora sólo faltaba la palabra de su padre y quizás tendría una prueba al menos de su inocencia, así tendrían dudas e investigarían aún más.

 

 

—Bueno, yo quiero pedir una disculpa por las mentiras de mi esposa—aquello hizo arquear la ceja a más de un presente—. Entiendo perfectamente que quiera defender a su hijo porque es eso, nuestro hijo. Sin embargo yo no estoy de acuerdo con lo que él hizo. —Aoi no podía creerlo, después de todo… su padre sí era como Ayumi le había dicho—. No creo que deba salir sin pagar lo que ha hecho.

 

 

— ¡Alto! —el moreno se levantó de su asiento aún cuando Ruki intentó detenerle— ¿Cómo puedes decir eso? No puedo creer que estés de parte de estas tipas.

 

 

—Yuu tiene razón, ¿Qué te sucede? —contestó igual de molesta su madre.

 

El juez les calló y dejó hablar al hombre hasta que terminara, exactamente lo mismo que Fuuka había dicho, pero también le agregó que tenía problemas mentales y que probablemente había sido

 por ello que había cometido la locura de secuestrar a su propia prima, que al parecer tal acto no tenía caso. Ruki exigió pruebas de ello y el padre de Aoi sólo le dijo que las tendría, por lo cual aquel argumento no quedó completamente confirmado.

 

Todo terminó peor de lo que habían imaginado, su propio padre le había acusado y tachado a su madre de mentirosa y de encubrirle.

Por si eso fuera poco, Aoi se le acercó cuando este ya se iba, aunque traía a los policías detrás de él no se quedó con las ganas de reclamarle lo que había hecho.

 

— ¡Nunca creí que pudieras hacerme esto! ¡Soy tu hijo! Sabes perfectamente que yo no soy así.

 

 

Todo para recibir una respuesta que le hizo enfadarse y quedarse sin palabras.

 

 

 

 

 

Estás enfermo, Yuu. Quizás la cárcel te ayude a curarte.

Notas finales: Espero les haya gustado y me dejen un "Te odio" un "Te amo" o un deja ya de escribir porque la verdad me da lo mismo .-. lo que sea es bienvenido en esa casillita de allá abajo.

Otra cosa, estoy escribiendo un neuvo fic. No, no lo he publicado y no es por eso que me falta inspiracion, la inspiracion se marchó mucho antes.

Y por ultimo, tardare unas 2 semanas quizas más quizas menos, no lo sé. Pero espero sean pacientes y no se molesten, ni tampoco mande mi fic a la... ya saben.

Les quiero aunque no les conosco :33 gracias por leer.

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