Tenía una botella en la mano, su cabeza daba vueltas y sus ojos estaban hinchados y rojos, su boca y nariz emitían pequeños sollozos, se sentía mal y avergonzado. En medio de la oscuridad un sonido lo saco de sus pensamientos.
Tocaron su puerta una dos tres veces, ni loco se levantaría e iría a abrir en su estado ¡sería la burla de quién sea que estuviera afuera!.
-Yuu.-una voz hizo presencia detrás de la puerta y Yuu la reconoció de inmediato, era Reita "¿qué mierda hace aquí?" lo maldijo en sus pensamientos, no tenía ánimos de ver a nadie.
-Yuu se que estas ahí, la puerta está abierta, escucha yo...sin querer escuche tú platica con la chica hace rato en el café, estoy preocupado.- lo maldijo aún más por saber que él estaba en lo correcto, o sea, que sí estaba mal por esa chica y sí tenía razón de preocuparse.
-Déjame entrar por favor.-la voz del mayor se le hizo tan dulce que quiso casi correr y abrazarlo para que lo consolara, se rindió y se propuso a dejarlo pasar.
Caminó a pasos lentos y torpes mientras dejaba la botella de sake en la mesa y se dirigía a la puerta la cual abrió segundos después. Akira sonrío al notar que la puerta se abría pero la borró de inmediato al notar la cara lamentable del moreno y el olor a alcohol proveniente de él, no se veía nada bien.
-¿Estás bien?.-susurró preocupado a lo que él pelinegro se giro y comenzó a caminar de nuevo hacia la mesa y tomar la botella, el rubio lo siguió y cerró la puerta tras de él.
-No, estoy terrible. -dijo con voz ronca por su gastada garganta.
-Oh...Yuu.-no sabía que decirle.
-No digas nada, está bien. Te agradezco que vinieras...eres-suspiró.-la primera persona que viene hasta acá a decirme que te preocupo.-la voz del pelinegro era deprimente algo que pudo notar Akira y se sintió muy mal, no le gustaba ver a Yuu así, él siempre estaba animado y parresia que nada le preocupara, parresia ¿feliz? no, en realidad nunca a parecido feliz-se dijo en su mente él bajista.
-Claro que me preocupó, ¿poder ayudarte?.-los ojos del pelinegro se llenaron de lágrimas y Akira abrió sus brazos, él otro no pudo ni pensarlo y se lanzó a los brazos del otro y lo abrazo hundió su cara en su hombro y comenzó a llorar.
-¡Ella nunca me amó! ¡Le di todo y no fue suficiente! ¡¡Yo la amaba mucho!!.- el rubio le acariciaba los cabellos mientras lo consolaba entre sus brazos, sentía al otro necesitado y débil su corazón se contrajo no soportaba verlo así "¿por qué?".
-Siento no poder decirte nada Yuu, pero sí me contaras podría entenderte. ¿Quieres hacerlo?.-preguntó y espero la respuesta del otro que fue casi inmediata.
-Sí.- necesitaba desahogarse y sabía que Akira lo escucharía.
El guitarrista le contó todo lo que sucedió con su ex novia Ayumi y cuando término Reita se sentía mucho peor por él.
-Hay gente realmente mala.-tenía al moreno recostado en su regazo mientras paseaba sus dedos en sus oscuros cabellos.
-La hay.- habló ya más tranquilo.
-Pero no deberías haberte dado por vencido en él tema romántico así de fácil, Yuu, hay personas que vale la pena aceptar y debes buscarlas.- lo miró a los ojos y él otro le regreso la mirada.
-No me interesa, no quiero ser lastimado de nuevo.-por esas palabras Akira se dio cuenta de que Yuu era una persona más frágil de lo que aparentaba.
-No quiero que vuelva a pasar lo mismo.-su mirada reflejaba dolor y decepción, entonces Reita se dio cuenta de algo, no soportaba verlo así y por fin acepto algo que se había negado rotundamente. "Me gusta Yuu,no,no sólo me gusta, lo quiero"
-Dale otra oportunidad a la vida, déjate enamorar de nuevo.-él pelinegro le miro dudoso por sus repentinas palabras y el modo en que lo dijo.
-Dame una oportunidad.-soltó de golpe y se sonrojo, de no ser porque traía su banda él moreno lo hubiera notado.
-¿Qué?.-Yuu se sentó de golpe y lo miro aturdido, estaba confundido.
-Sí, déjame mostrarte que el amor existe, permíteme enamorarme de ti y que yo te enamoré.- respiró hondo y prosiguió.
-Me gustas Yuu. Yuu se quedó helado."¿qué ...dijó?" todo lo que le dijo fue demasiado repentino y extraño."Somos hombres, y amigos" se dijo en su mente.
Reita al no recibir respuesta lo tomo del mentón y unió sus labios con los del moreno una segunda vez, un beso cargado de cariño y dulzura, Yuu no pudo resistirse y correspondió. Ambos cerraron sus ojos y se dejaron llevar por el juego de sus lenguas dentro de la boca del menor, como pudo sin deshacer él beso Reita colocó al pelinegro debajo de él recostándolo en él sillón.
Bajó su boca a su pálido cuello y lo beso con dulzura estremeciendo al otro.
-Nmm.- suspiró, las manos del mayor no tardaron en colarse debajo de la playera del moreno, se encontraron una vez más con esa suave y perfecta piel blanca que tanto deseaba él mayor hasta en sus sueños. Pudo notar que aún llevaba la venda pero no le importó y siguió acariciando ese perfecto cuerpo debajo de él. Se cansó del estorbo de la playera del menor y se la quitó con facilidad ahora se dedicaba a besar cada centímetro del pecho del pelinegro. Yuu no pudo poner resistencia, le encantaba sentir los labios y manos de su ¿amigo? en su piel, ahora mismo lo que más necesitaba era amor, tal vez era egoísta, pero sí Reita estaba dispuesto a dárselo lo aceptaría. …l rubio le quitó su propia camisa y volvió a lo suyo, pero Yuu al ver el atractivo cuerpo del otro no dudo en pasear sus manos por aquellas partes del cuerpo del otro Reita se sintió muy feliz al recibir las caricias del ser que ahora aceptaba querer tanto, sus manos frías en su cuerpo que empezaba a calentarse de la excitación. Volvieron a unir sus labios en un beso más demandante de parte de los dos, Reita aprovechó y desabrocho el pantalón del sumiso para después deslizar su mano debajo de la tela del pantalón y acariciar la hombría del menor.
-Ahh..-gimió en medio del beso, Akira no detuvo su acción y siguió frotando aquella parte sensible que comenzaba a despertar cada vez más.
-Nmm Akira.-separo sus labios de los del otro para gemir sonoramente al mismo tiempo que sentía una sensación fría en su espalda. -Me gusta los sonidos que emite tú boca.-roso con su lengua sus labios mientras se ruborizaba él de abajo por su comentario. No soporto más y le despojo de su pantalón y ropa interior, se detuvo unos segundos a observar con fascinación el cuerpo desnudo frente a él. Su pecho y abdomen que tanto deseaba interrumpidos por esa molesta venda, pero dejó eso de lado y admiro sus no tan delgadas piernas pero que sin duda eran sensuales ante sus ojos, su figura era delgada pero se notaba que tenía buen físico, se mordió el labio de sólo pensar lo que desearía hacer en unos minutos con ese chico debajo de él.
-D-desnúdate tú también.-Dijo avergonzado él moreno al captar las miradas de deseo del mayor. Reita se levanto y desvistió rápidamente para después volver a su posición, se recostó encima de él y junto sus labios, sus cuerpos encajaban a la perfección, cada centímetro de su piel y cuerpo podían acariciarse con la del contrario, al igual que sus miembros ya excitados que se rozaban en cada instante y lanzaban descargas por la espalda de ambos. Sus pulsos y respiraciones aumentaron de velocidad al igual que él calor y deseo que se formaba en cada uno de ellos.
-Nmm..A-akira.-gimió él guitarrista al sentir la mano que masajeaba su miembro de forma tan placentera, movió sus caderas por impulso deseando sentir más, su cuerpo se sentía hirviendo...al igual que algo dentro de él. "Me quiere" daba brinquitos su corazón al recordar la petición y confesión del rubio, no sólo sentía placer ¡no! sentía amor, ese dulce prohibido que ahora tanto deseaba junto a él. Cada vez la hombría de Reita se impacientaba mas, deseaba poseer aquella pequeña figura de una vez por todas.
Abrió un poco sus piernas y se acomodó entre ellas, en todo esto no dejó de besar los labios del otro que parecían no querer despegarse de los propios. Deslizo su mano por la cintura del moreno y terminó en su firme trasero, él menor reaccionó y dedujo lo que sucedería en unos segundos. "¿debo hacerlo?" se cuestionaba, pero sin duda no podía resistirse ante él amor que el mayor le brindaba en ese momento, y deseaba más. Enrolló sus brazos alrededor del cuello del rubio acercándolo más a su cuerpo y besándolo, tiro de su labio inferior y después enrollo sus piernas en su cintura dando entender con este gesto de que diera el siguiente paso. Akira lo miró a los ojos y no separó la mirada de aquellos oscuros iris hasta que Yuu los cerro apretándolos; había entrado en él. No completamente, pero al ser la primera vez que él guitarrista era prenetado era obvio que sólo eso le dolería, no se movió y Yuu sólo apretaba la mandíbula y trataba de relajarse.
-Lo siento, no sé cómo...-habló un poco avergonzado.
-Yo tampoco sé cómo hacerlo con un hombre.- río un poco pero aún con una mueca de dolor. Trató de introducirse aún más pero se detuvo de nuevo al escuchar el grito ahogado del menor.
-Ha-hazlo ya, joder.- cerro sus ojos con fuerza. Akira entró completamente y un suspiro se escapó de su boca, jamás entrar en alguien le había resultado tan exquisito, pero por su parte él pelinegro no soportaba lo que sentía en su interior.
-¿Estás bien?.-preguntó jadeando.
-Sí, sólo no se te ocurra moverte.-encajo sus unas en el hombro ajeno. Tuvo que esperar unos minutos para que Yuu se acostumbrara, en ese tiempo Akira admiro las finas facciones de la cara de su "amigo" no podía comprender que le gustaba de él, sólo lo sabía, le encantaba.
-Estoy listo.- el bajista empezó a moverse con lentitud, algo muy difícil para la necesidad que tenía en ese momento pero no quería lastimarlo.
-Nmm.-jadeó él pelinegro, lo dolía un poco pero no se sentía nada mal. Aceleró él ritmo y profundidad y ambos empezaron a jadear uno más alto que él otro pues este no sentía dolor. Después de unos minutos las embestidas ya no eran lentas, ambos se movían al mismo ritmo, no sólo él rubio se movía él pelinegro también movía sus caderas profundizando las embestidas.
-Ahhg..Akira.- hundió sus uñas en la piel del sillón perforándolo. Sus cuerpos estaban calientes y pequeñas gotas de sudor se hicieron presentes en sus pieles.
-Oh Yuu,esto es tan delicioso.-lamió su cuello con lujuria mientras seguía embistiéndolo. Empujo con más fuerza y profundidad y ese fue él golpe de suerte que dio en él punto del moreno.
-¡¡Ahh!!.- gimió sonoramente al mismo tiempo que encorvo su espalda. Su cuerpo se espasmeo y sintió un placer inimaginable. -Más Reita ¡más!.-exigió al otro, ¿quién diría que hace unos minutos se quejaba de dolor?.
-Ahh Yuu.- lo penetraba profundamente y a un ritmo delicioso para ambos. El miembro del pelinegro rogaba por atención y comenzaba a gotear ese líquido blanquecino.
-Nmm.-llevó su propia mano a su miembro endurecido y comenzó a masturbarse a si mismo al ritmo de las embestidas. El rubio se quedó embobado al notar al pelinegro hacer eso, sí fuera otra persona le hubiera resultado repulsivo y asqueroso pero en SU Yuu lo encontraba excitante, su pecho subía y bajaba por la dificultad de respirar, sus labios entre abiertos emitían sonidos roncos y llenos de placer, sus ojos que hace unos minutos habían tirado lágrimas ahora se apretaban al recibir cada intromisión en su interior. Akira recorrió con su lengua la barbilla del moreno luego bajó por su cuello y se detuvo en su pecho, succiono sus pezones y daba uno que otro mordisco en esa zona, savia salado por él sudor de su cuerpo pero olía tan bien, su aroma lo embriagaba.
-Ahh...nmm...ahg A-akira.-sintió la opresión en su hombría y supo que estaba al límite, el mayor ayudó al otro masturbando con rapidez el miembro ajeno.
-¡Ah! ¡¡Akira!!.- sintió como una corriente eléctrica recorrió su espina dorsal y se concentró en su miembro, apretó sus manos en la piel del sillón y su cuerpo tembló, se liberó en la mano del otro llegando a su preciado orgasmo, nunca imagino que llegar a un orgasmo lo hiciera sentir tan bien. Pero el dominante aún no terminaba, acercó su mano húmeda por él líquido a su nariz y lo olfateo y a la atenta mirada del pelinegro rojo de vergüenza lo lamió con sensualidad dedo por dedo, él otro sólo desvío la mirada.
-Sabes muy bien.-susurró en su oído y después paseo su lengua por su oído.
-Nmm.- suspiró extasiado. Las penetraciones no sesaron,en su lugar fueron aumentando de velocidad, sus lenguas jugueteaban la una con la otra y sus ojos reflejaban total placer y deseo por el otro.
-Ahh..ahg..ahh.- gemía él mayor sintiendo la rica sensación que provocaba el interior del otro en su miembro, no podía negarlo, era el mejor sexo que jamás haiga podido tener. Su miembro no tardó en llegar a su límite y acompañado de sensaciones frías y calientes viajando por toda su sangre se corrió dentro del moreno, gimió su nombre antes de terminar y cerró los ojos disfrutando de llegar a su orgasmo.
Salió con cuidado del interior del otro y se recostó a su lado, él menor se puso de lado para que Akira se acomodara mejor. Se miraron mutuamente, él rubio le sonrío. "Esto...no se que decir, esto ¿me vuelve gay? ¡Idiota! ¡¿Eso es lo único que se te ocurre?!"
-Yuu...-susurró él rubio al notar su ausencia de atención.
-E-eh...lo siento, estaba pensan...-"¡mierda! ¡¿Qué hora es?! ¡¡Seguro Kotomi llega en cualquier momento!!".-do. Se levanto de golpe lo cual confundió a su "amigo".
-¿Qué pasa?.
-Akira, vístete rápido.-sintió una punzada en su espalda baja y apretó su mandíbula.-te maldigo por tercera vez.-susurró.
-¿Eh?.- se sentó aún confundido y viendo como él otro hacia toda su fuerza para vestirse rápido.
-¡Qué te vistas! No estoy viviendo sólo, si Kotomi llega y nos ve desnudos será muuy incómodo.-le aventó su ropa y siguió vistiéndose él.
-¿Kotomi?.-su voz sonó molesta.- no me dijiste que vivías con una chica.
-Es mi prima y vivo con ella desde hoy.- no noto los celos del otro. Obedeció y se comenzó a vestir.
La puerta se escucho abrirse. Justo a tiempo, Reita ya se estaba poniendo los zapatos.
-Yuu-chi.- su voz chillona se hizo presente, paso a la sala y vio a los presentes sentados en el sillón.
-Ah, no sabía que estabas con un amigo, hola mi nombre es Kotomi.-saludo alegremente la chica a Akira.
-Mucho gusto, Akira Suzuki ,pero puedes llamarme Reita. -Reita.-repitió la joven.
-Llegas muy tarde.- reprendió su primo.
-Ahs Yuu, sólo son las...-miró su reloj.- cuatro cuarenta y dos pm.-sonrío.
-Tsk. Como sea, deberías ir a dormir es tarde.
-¿Y tú qué haces despierto también?.-se cruzó de brazos. "Si tú supieras"
-Pues te estaba esperando y Akira llegó hace rato y me acompañó.- dijo dudando de todas sus palabras pronunciadas.
-Aún no me dices que haces aquí.-le cambio el tema. -Buenas noches Yuu.-corrió la chica y se encerró en él cuarto.
-Ese es mi cuarto.-musito molesto él pelinegro, él bajista se acerco y beso con suavidad los labios ajenos.
-Creo que debo irme.- Yuu se ruborizo, estaba muy cerca de su rostro y su voz sonaba tan inexplicable.
-S-si e-es tar-tarde.-balbuceo nervioso a lo cual el otro río. Lo acompañó a la puerta y la abrió dejándolo salir.
-Gracias por venir y por preocuparte por mí. Dijo sin mirarle directamente, sentía sus mejillas arder.
-¿Cuál es tú respuesta?.- aún no le había rechazado ni aceptado.
-Me lo pensare.- le miro a los ojos y sonrío, cosa que conmovió al otro, fue un 'tal vez' pero por la forma en que lo miró y le habló era seguro que tenía una oportunidad.
-Perfecto.- exclamó feliz él bajista y se despidieron; así Akira se fue a su casa y él moreno a dormir, Yuu hubiera permitido que se quedará pero con su prima ahí sería incómodo tanto para él como para Akira, y eso Reita lo sabía.
"Oh Akira, ahora ya sabes lo que sientes y te has confesado, y no sólo eso ¡le hiciste el amor a Yuu!"-se cuestionaba en su cabeza él rubio."Ya no hay vuelta atrás, lo hecho hecho está" sonrío al recordar los dulces momentos que había pasado con el pelinegro hace un rato y sintió una inmensa alegría.-Te quiero Yuu, te quiero mucho.-le dijo al aire en voz alta. -Este ha sido de mis mejores cumpleaños.- rió al pensarlo y siguió su camino.
En el departamento de Yuu. Yuu tomo su celular y se dio cuenta de que tenía una infinidad de llamadas perdidas de Ruki y un mensaje del mismo, abrió él mensaje y leyó:
"Yuu, como ya eres parte de la banda suponemos que también debes venir, hoy a las 12 de la noche en la casa de Reita ¡Es su cumpleaños! y tenemos que ser los primeros en felicitarlo, ni se te ocurra faltar, Uruha tiene llave de su casa así que podremos entrar y sorprenderlo. Hasta entonces. Ruki" Aún le era difícil manejar los nombres "artísticos" de sus compañeros de banda.
-12 pm...-trató de recordar y hace hora más o menos Reita había llegado a su casa.- mierda, creo que les estropee la sorpresa.-se sintió un poco culpable ya eran casi las cinco y tal vez los otros estaban molestos esperando a ambos.
-Yuu, ven a dormir.- gruño la joven al verlo aún levantado.
-Sí, niña.- camino hasta su habitación y se tiro a lado de su prima.
-Tú departamento es bonito.
-Lo sé.- bostezo y cerro sus ojos.
-¿Qué relación tienes exactamente con ese tal Reita?.- preguntó divertida a lo que él mayor abrió los ojos y la miro.
-Es mi amigo y compañero de banda, ¿por qué lo preguntas?.
-No sabía que los amigos se besaban.- sonrío picara la menor y Yuu se puso rojo.
-¿D-de que hablas?.-se hizo el desentendido.
-Abrí la puerta para preguntarte algo y vi como él te beso, ¿me dirás que alucine?.-no tenía pretexto.
-Tengo sueño, hasta mañana.-se volteó dándole la espalda.
-Ay Yuu, que amargado eres.- se rindió y se dispuso a dormir. El pelinegro sentía sus mejillas calientes, ahora tenía la cabeza fría "¿habré hecho bien?" sin embargo no pudo negar que se sintió de maravilla "¿Y qué sí no está bien? ¡Me vale!" sonrío.
Akira llegó a su casa y, oh sorpresa, todos los de la banda se encontraban dormidos en la sala y en la mesita del centro un hermoso pastel de betún blanco y escrito "Feliz día Aki-chan"
-Vaya.- susurró sonriendo.- olvide que a ustedes les gustaban las sorpresas. Vio como él vocalista se estaba despertando.
-Taka.-le habló.
-Mmm maldita iguana ¿dónde estabas?.- habló somnoliento.
-Salí a algún lado.
-¿a algún? ¿no es a un?.
-calla y duérmete.- le sonrío y él otro lo miro molesto.
-Desgraciado a tú próximo cumpleaños no te daremos nada.
-Gracias por el pastel.- agradeció y Ruki sonrío.
-De nada iguana.-se volvió a acostar en él sillón y pretendió dormir.
-¿no es incómodo?
-Sí, hablas muy alto.- gruño
-Ya. Hasta mañana.- se fue a su habitación y después regreso con cobijas que se las puso a cada uno, guardó el pastel y se fue a dormir. Su día había comenzado muy bien.
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