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Gensou no hana por yellowmuffy

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Notas del capitulo:

Jojojojo Lo prometido es deuda y aquí estoy, más rápido que el rayo McQueen trayendoles el tercer capítulo de esta historia. 

Disfrútenlo!!!

 

Capítulo 2

[La reunión]

 

Un primer llamado a la puerta y el mayordomo fue a prisa a abrir, mientras en el recibidor ya esperaban los señores de la mansión: Fugaku y Mikoto Uchiha; junto a su hijo menor y su nuera.

- Te vez adorable Sasu –Le bromeó al menor una preciosa peliazul de pálida piel, que lucía un holgado pero elegante vestido del mismo color de su cabello y que no lograba disimular la curva de su abultado vientre por el embarazo. La esposa de Itachi.

- Gracias, Kanon-neesan –Respondió Sasuke por lo bajo observando en la entrada a los recién llegados- Parece que esta vez han venido todos –Soltó al ver que también estaba su primo Sai al que, a pesar de que casi compartían la misma edad, eran pocas las veces que lo había visto en su vida aparentemente debido a la extraña enfermedad que padecía.

- Sólo recuerda mantener los ojos lejos del tío Madara o los perderás –Bromeó la mujer contra su oído, haciendo que a Sasuke le diera un escalofrío.

La base de la familia Uchiha se conformaba principalmente de tres hermanos, en orden: Madara, Izuna y Fugaku, su padre. Sin embargo Izuna era ciego y por lo tanto nunca se inmiscuía en los negocios familiares. Él también era el más afable de los tres y siempre había sido el preferido de Sasuke. Quizá por eso mismo de pequeño siempre se preguntó la causa por la cual su tío no podía ver, pero el día que le hizo la pregunta a su hermano mayor este, a modo de secreto le contó: “Dicen que Izuna-ojisan es ciego porque el mismo tío Madara le arrancó los ojos como castigo un día que le desobedeció”.

- Eso es sólo un cuento de niños – Alegó finalmente a pesar de que él  sabía que desde aquel día en su infancia, siempre había tenido sus reservas con el mayor de los Uchiha.

- Sí tú lo dices –La chica se alejó de su lado para ir a saludar a la familia justo como la etiqueta lo indicaba.

El primero en acercarse a Sasuke, fue Izuna, siendo guiado con extremo cuidado por Sai, quien curiosamente y a pesar de ser hijo de Madara, siempre estaba al lado de Izuna.

- Sasuke, cuánto tiempo sin verte –Ironizó el mayor sonriendo y extendiendo los brazos hacia el rostro del chico.

- Lo sé, ha sido mucho tiempo –Sasuke tomó las manos del mayor y las guió por su rostro.

- Cada día eres más guapo –Puntualizó el discapacitado con una risa traviesa- Es una verdadera pena.

Por alguna extraña razón las palabras de Izuna le sonaron con un tinte de tristeza. Pero decidió pasarlo por alto, creyendo que aquello era otro lamento a su ceguera.

Pasó a saludar a su primo, que como siempre se mostró serio. Y estaba por intentar una conversación con él cuando, para sorpresa de algunos, el timbre volvió a sonar.

El mayordomo repitió su actuar y un par de personas rubias hicieron acto de presencia en la mansión: una mujer de busto prominente y un chico de la misma edad que el menor de los Uchiha.

- ¿Sasuke? –Una mirada azulada se cruzó con la suya y el moreno se acercó a él con sorpresa.

Sasuke lo conocía, era el menor de la familia Namikaze, su compañero de clase , el único con quien compartía un par de palabras en la escuela, aunque fuera para pelear, por lo tanto su único amigo. Y, por supuesto, su amor secreto desde que tenía memoria. Aunque ese detalle únicamente lo conocían Orochimaru y su hermano, que lo habían adivinado incluso antes de que él mismo lo aceptara.

- ¿Qué haces aquí, Naruto? –Se suponía que aquella era una cena familiar, entonces ¿Por qué habían invitado a los Namikaze?

Las manos del rubio se revolvieron una contra la otra mientras el susodicho apartaba la mirada. Sasuke conocía ese gesto, el rubio siempre lo usaba cuando quería decirle algo que en realidad no debía contarle.

- ¿Se conocen? –La voz de Madara les interrumpió. Acercándose a ellos.

- Somos compañeros de clase –Sasuke se mostró indiferente.

- Eso es maravilloso –Soltó el mayor con una sonrisa- Hará que las cosas sean mucho más fáciles.

Aquello no pudo sino darle un mal presentimiento a Sasuke.

Por alguna razón sus padres le instaron a sentarse justo al lado de Naruto, y por un momento estuvo tentado a pedirle una explicación al chico, pero el rubio jamás dejó de evitar su mirada. Y por parte de sus padres fue incluso peor.

Fugaku se aclaró la garganta y se puso de pie.

- ¡Hoy es un gran día! ¿No es cierto, Izuna? –Dijo al tiempo que a su lado aparecía un hombre desconocido sosteniendo un portafolio de piel.

Izuna asintió, impasible.

- Hoy es el día en que la familia Uchiha dará un nuevo paso a su expansión –Continuó con su discurso, solemne- Hoy mismo la Compañía de los Namikaze pasará a formar parte de la Corporación Uchiha.

Sasuke de inmediato centró su vista en Naruto, con más dudas que antes.

- Y como prueba de esta unión tan magnífica, sellaremos el trato con una unión mucho más significativa. La unión de dos de los sucesores de cada empresa.

Aquellas palabras helaron a Sasuke.

- No habíamos querido hablar contigo, porque queríamos que fuera una sorpresa –Intervino Mikoto, cruzando palabra con su hijo por primera vez, casi como si le pidiera una disculpa.

- Hoy firmaremos el compromiso de tu boda Sasuke –Fugaku terminó con la sentencia.

¡Todos se habían vuelto locos! Buscó un gesto de reprobación de parte de Naruto pero éste seguía inmóvil en su sitio, con la vista fija en la mesa. La única que se veía molesta con la noticia era Konan, que no había dejado de fruncir el ceño en ningún momento, pero no podía intervenir ¿Dónde estaban Orochimaru y su hermano cuando los necesitaba? Se preguntó.

- ¡Tiene que haber un error! –Sasuke se puso de pie sin pensarlo.

- No hay ningún error –Fugaku le miró con advertencia. Hizo una seña y el extraño a su lado colocó la carpeta de cuero frente a Naruto y Sasuke, exhibiendo frente a ellos un contrato de matrimonio perfectamente en regla.

- ¡¿Y piensan que lo voy a aceptar así como así?! –Dio un golpe a la mesa con fuerza, buscando en su mente cualquier excusa que lo lograra zafar.-  ¡Los dos somos hombres! ¡Ni siquiera podríamos darle un heredero a la familia! –Gritó como último recurso.

- Eso es lo de menos muchacho -Esta vez fue Tsunade la que habló- No eres el sucesor de tu familia así que esa no es tú responsabilidad y si nuestra empresa pasa a ser suya entonces los Namikaze tampoco necesitamos un heredero.

Y Sasuke abrió los ojos desmesurados al ver que Naruto tomaba la pluma y  firmaba sin vacilar.

- Es tu deber como Uchiha –Le recordó su padre como última sentencia.

Aquello era más que humillante, vivir a la sombra de los deseos de su familia le hacía rabiar. Y, con la mano temblando de furia, tomó la misma pluma que Naruto y plasmó su firma en el papel. Aquella era una traición por donde quiera que la vieras, no sólo por parte de su propia familia, sino también de su mejor amigo.

- Es bueno que sepas tomar decisiones sobrino –Madara habló por primera vez con parsimonia y alzó su copa al aire, una vez que Fugaku y Tsunade terminaron de firmar también el contrato- ¡Por la feliz pareja!

Los presentes brindaron al unísono y los sirvientes comenzaron a entrar trayendo la comida.

Sasuke se puso de pie.

- ¿Qué haces Sasuke? –Le reprendió su madre.

- No me interesa cenar –Dijo y se retiró.

Entró en su habitación dando un fuerte portazo, no sabiendo que debía pensar. Siempre se había sentido inmune a la manipulación de su familia pero este evento sólo pasaba a confirmar que tan falsa había sido esa creencia.

Suspiró mirando hacia el techo. Quizá aquello sólo era un golpe de la vida en su cara por haber sido un niño mimado toda su infancia. Y ahora lo que más le preocupaba era ¿Qué iba a suceder después? Porque, seguramente, éste era el primer paso de algún sucio y elaborado plan. Naruto era el último heredero de la fortuna de los Namikaze y, si en lugar de sólo comprar la compañía habían decidido casarlos, era porque Madara deseaba sacar más provecho a esa familia. ¿Y si terminaban haciendo daño a Naruto para conseguirlo?

Toda acción bajo el nombre de los Uchiha tenía una segunda intención.

La puerta sonó y Sasuke sólo se dio la vuelta dándole la espalda. Viendo en el reloj que ya había pasado más tiempo del que había creído. Seguramente la cena ya estaba por terminar.

El sonido se repitió nuevamente, pero esta vez fue seguido por las palabras de alguien:

- Voy a entrar –Esa era la voz de Naruto ¿Acaso también planeaban obligarlos a vivir juntos? Se preguntó con sarcasmo e incorporó de su lugar, justo a tiempo para ver como el rubio entraba en el cuarto con un vaso humeante de ramen instantáneo en una de sus manos.

- ¿Qué haces aquí Naruto? –Le cuestionó el moreno con cierto fastidio.

- Estamos comprometidos ¿recuerdas? –Naruto le puso el vaso hirviendo entre las manos pero al ver que el moreno no dejaba de verle molesto, soltó un largo suspiro dejándose caer en la cama- Debo cuidar de mi prometido–Bromeó.

Sasuke curvó una de sus cejas, sin encontrar el sentido del humor en eso.

Naruto suspiró.

- Allá abajo siguen algo entretenidos hablando de negocios y pensé que sería buena idea subir para explicarte las cosas –Le dijo al fin- Mi padre se ha ido. Nos dejó a Tsunade-obaasan y a mí solos con la empresa llena de deudas.

- ¿Y la única manera de resolverlo era casándote conmigo?

Naruto asintió.

- Lo siento –le dijo.

- Pudiste haberlo dicho –Sasuke olfateó el vapor que despedía la comida.

- Será mejor que te lo comas antes de que se enfríe –Le regañó Naruto señalando el vaso- El ramen siempre debe comerse caliente.

- Odio el ramen –Soltó Sasuke antes de dar el primer sorbo de la sopa.

El rubio soltó un bufido.

- Olvidé que los Uchiha no deben rebajarse a probar los alimentos para plebeyos –Soltó con sarcasmo.

- Los Uchiha somos peores que eso –Le advirtió Sasuke pensando en todo el historial negro que él le conocía a su familia. Incluso su “Nana” era el encargado de los “trabajos sucios” de la familia- No sabes dónde te estás metiendo.

Volvió a probar esta vez un poco de fideos y observó de reojo como Naruto permanecía en silencio. Tal vez su suerte no era tan mala. Después de todo terminaría casándose con su mejor amigo. A su hermano le había ido incluso peor teniéndose que casar con una mujer que no amaba y que además estaba esperando el hijo de otro.

- ¿Seguimos siendo amigos, cierto? –Le asaltó el rubio con la pregunta, viéndolo directamente a los ojos.

Y, después de terminar sus fideos, Sasuke se dejó caer a su lado. No podía culpar a Naruto por lo sucedido, y mucho menos podía romper la relación que tenían solo por algo como eso.

- El estar comprometidos no cambiará nada –Afirmó cruzando los brazos detrás de su cabeza para apoyarse en ellos como si fueran una almohada- Sólo espero que no quieras que empecemos a actuar como enamorados–Ahora era su turno de bromear.

- ¡Claro que no! –Naruto arrugó la nariz.



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- Itachi se fue…? –El rostro de Mikoto perdió color al escuchar las palabras de Orochimaru.

Fugaku frunció el ceño.

-  ¿De qué hablas Orochimaru?

- Itachi desapareció esta noche y tuve que realizar el trabajo solo –Mintió, tratando de encubrir al pelinegro- Y acabo de revisar su habitación, faltan varias cosas. No creo que regrese.

Mikoto se dejó caer sobre el suelo llorando. Mientras Fugaku maldecía en voz alta.

- ¡¿Eso es todo?! ¡No sabes nada más!

Orochimaru negó.

Detrás de ellos Madara se puso de pie. No se veía molesto, analizó Orochimaru, pero eso no significaba que no lo estuviera.

- Si se fue hoy significa que no debe estar muy lejos, alertemos a nuestra seguridad para que salgan a buscarlo y mantengan vigilada a su esposa -Ordenó el jefe de los Uchiha dirigiéndose hacia la salida.

Y sin decir una sola palabra más, se fué.

- Al menos la alianza con los Namikaze salió bien -dejó salir Fugaku, sabiendo bien que debía hacer hasta lo imposible por encontrar a su hijo. Itachi sabía demasiado.

- ¿De qué estás hablando?

- Sasuke se ha comprometido con el heredero de los Namikaze -respondió Mikoto con todo el afán de molestar al de ojos dorados y lo logró.

- ¡Cómo pueden hacerle eso a su hijo! –Orochimaru molesto golpeó el cristal de la ventana no queriendo ver a la cara a ese par de desalmados.

- ¡No hemos hecho nada malo! ¡Estamos asegurando el futuro de nuestro hijo! –Atajó Mikoto furiosa por el atrevimiento del otro- ¡Yo soy la madre de Sasuke, tú no eres más que un sirviente más en esta casa y no tienes ningún derecho a intervenir en nada! ¡NADA!

Fugaku intervino colocando una mano en el hombro de su mujer, pidiéndole silenciosamente que se detuviera.

- Como ya lo dijo Mikoto, sólo estamos asegurando el futuro de nuestro hijo –Argumentó con calma- Hablamos largamente con Madara y esto es lo mejor que podíamos hacer por Sasuke y por la familia...

- ¿A quién buscan engañar con eso? –El pelinegro se acercó a ellos clavándoles su mirada encolerizada-  ¡Le están haciendo lo mismo que a Itachi! ¡No me extraña que él haya decidido huir de ésta familia!

- Aún es muy pronto para sacar conclusiones sobre lo sucedido con Itachi -se adelantó Fugaku, haciéndole una seña a Mikoto para que se mantuviera en silencio- Y en cuanto a Sasuke, mi esposa tiene razón, no tienes palabra en cuanto a las decisiones que tomamos por el bien de nuestro hijo.

- Ustedes son unos malditos irresponsables -les recriminó Orochimaru con rabia- A veces me pregunto si existe algo que amen más que el prestigio o el dinero, porque a sus hijos estoy seguro que no.

Y salió de esa habitación de la misma manera que había entrado. Furioso.

“Cuidar de Sasuke” Recordó  la promesa que recién le había hecho a Itachi. El pelinegro era lo único importante que le quedaba y ni siquiera había podido llegar a tiempo para impedir que usaran al chico como una marioneta.

Se encaminó con sigilo hasta la habitación de Itachi y cuando entró en ella la cólera que sentía dio paso a la preocupación nada más sus ojos se posaron en una de las pocas fotografías que había.

Suspiró, observando a los dos chicos sonriendo en la imagen, de pie uno cerca del otro, y no pudo evitar sonreír.

Sonrió levemente y sosteniendo aún el retrato se acercó a la ventana, mirando la luna a través de ella. Permitiéndose pensar en el pasado una vez más, como siempre hacía en esa misma fecha en la que se rememoraba la pérdida de aquello que pudo haber sido su final feliz.

- ¿Estarás observando el mismo cielo que yo? –Se preguntó en voz alta, perdiendo la mirada entre la hermosa imagen del cielo estrellado. Sin poder deshacerse de esa sensación de soledad y angustia que siempre le acompañaba al final de un largo día, más ahora que la tormenta estaba por desatarse- Jiraiya -dió un último susurro cargado de anhelo.

Una lágrima rodó por su mejilla y apretó su puño con fuerza. No volvería a perder nada más, se prometió.

Lo que el moreno no alcanzó a notar fue que desde el marco de la puerta Sasuke no hacía más que observar a la distancia, preguntandose como siempre si había algo que pudiera hacer para aliviar la tristeza de Orochimaru.

 

[ . . . ]

 

 

 

Notas finales:

Qué tal les está pareciendo la historia? Por mi parte yo estoy más que feliz con la parejita principal, de hecho esa es la principal razón de la existencia de este fic, no hay muchos JiraOro y yo amo a ese par <3.

Dudas, sugerencias? Felicitaciones? Saben que todo me lo pueden dejar en los comentarios. 

Nos leemos pronto!!


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