Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Fujoshi de mi corazón. por Miny Nazareni

[Reviews - 275]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Que el Yaoi esté con ustedes... que así sea -.-

¿Cómo están? Yo bien, como se podrán dar cuenta, sí logré tener el capi a tiempo (bueno... es un poco tarde, pero ustedes entienden). Me fue muy bien, por si alguien tiene curiosidad, me siento muy orgullosa de mí misma, y eso me emociona mucho. Lo malo es que pillé un resfriado (hace frío en ese lugar) así es, me siento de la patada, pero les tengo el capi listo y ahora sí puedo morir por una semana en temperatura :S

Muchas gracias por sus mensajes, como siempre. Este capi me parece complejo porque ocurren muchas cosas, a mi parecer, personalmente espero haber logrado hacerlo bien.

 Capitulando.... Fierecillas, el drama les sigue persiguiendo, pero Ren no se rinde... aunque Yuu sea muy necio. Además, al fin conoceremos los motivos de este chico pelirrojo (no sé qué tan válidos sean para ustedes, pero para mi son buenos, relativamente)

Izumilovers.... Izumi is back!!!! Oh Izumi!!! Estúpido y sensual Izumi.... Misaki e Izumi tendrán.... no sé como explicarlo, no es una pelea porque no pelearan, pero digamos que.... bueno... ya lo verán ;)

Pancitos!!!!! Qué puedo decir??? Ustedes estarán en el Séptimo cielo, eso es lo que les diré :D Lo que me lleva a decirles.... oh sí, el sufrimiento de Aoi está aquí, insisto, para mí me parece un buen castigo porque, independientemente de lo maldita que ha sido, Aoi ama a Enjou (a su manera rara, pero lo hace) y lo que Koti-chan y Takashi (incoscientemente, claro está, cuándo Takashi es consciente??) será bastante doloroso..... pero sé que quienes la odian con odio supremo y maldito no será  suficiente, sin embargo, les agradará, lo sé :D

Bueno... me callo, porque ya me extendí como loca, espero que les guste :D

Capítulo 23: El verdadero valor del amor.

 

Abrió los ojos con la potente sensación de que le dolía la cabeza. Maldita sea, mascullo en su mente e hizo una mueca, hasta maldecir le dolía y eso quería decir demasiado, la luz le lastimó un poco los ojos y solo cuando los arrugó fue consciente de que ya era de día. Se levantó de improviso y tal acción hizo que le doliera más. Su perra madre, puto dolor de cabeza, no me deja hacer nada, continuó insultando sin parar en sus pensamientos y prestó más atención a su alrededor, principalmente, al bulto que dormía en el sofá de esa habitación, una habitación que sí conocía, pero que no era la suya. Yuu se frotó los ojos, lo que aumentó su dolor de cabeza y trató de controlar las preguntas que brotaban como un riachuelo en su subconsciente.

¿Qué estaba haciendo en casa de Misaki? Precisamente en la casa de Misaki, como si se tratara de un fin de semana de los suyos con pizza y bromas a las altas horas de la noche. La noche… al recapitular lo que había hecho la noche anterior todos los dolorosos recuerdos volvieron a su cabeza. Las mentiras de Ren, la muerte de Kuma, el llanto con Misaki; suspiró profundamente, al menos ya sabía por qué le dolía la cabeza con tanta intensidad, no recordaba haber llorado de esa forma ni siquiera cuando era niño. ¡Qué patético soy!

Comenzó a bajar de la cama y a caminar de puntitas cuando la voz de Misaki le detuvo.

                —Ni siquiera lo pienses, no irás a ningún lado a estas horas, todavía es temprano.

Yuu volvió a la cama sintiéndose regañado en el acto y Misaki se destapó mostrándole el rostro.

                —Nunca he sabido cómo es que logras darte cuenta cuando alguien se despierta.

                —Me he cansado de decirte muchas veces que ese es mi súper poder así mega secreto—bromeó discretamente con una sonrisa y Yuu sin saber si estaba bien corresponderla, solo mostró una risa sencilla. Misaki giró los ojos y con una actitud seria le preguntó—¿Cómo estás?

                —Bien… yo… siento darte molestias tan tarde.

                —No digas eso, no fue molesto en absoluto, yo entiendo—le restó importancia con su mano y se levantó para estar frente a él en el colchón de la cama. Yuu sinceramente no sabía cómo actuar, la última vez que había visto a Misaki, antes de ayer, éste le había dicho cosas horribles que se merecía por completo, le odiaba, no sabía qué decir ahora. El rubio, como si leyera todos esos cuestionamientos, por fin habló—Sabes… yo… ayer pensé mucho las cosas y creo que, no pierdo nada con escuchar lo que tengas que decir. ¿Quiero saber qué está pasando?

Sus ojos ambarinos se iluminaron de repente y cuestionó como si no lo creyera.

                —¿Lo dices en serio? ¿Me escucharás?—el oji-azul asintió tranquilamente y Yuu miró a los lados sin saber cómo empezar a decir todo lo que tenía que decir. Era sumamente difícil, no solo debía explicarle como pasaron las cosas, si no también, los malditos acuerdos de Ren con Aoi, aquello seguramente iba a lastimarlo, pero era mejor que lo supiera ya. Se acomodó en la cama a pesar de la mirada irónica y burlona de Misaki y comenzó a soltarlo todo—Pues… para empezar, tienes que saber por qué razón me viste besar a Ren ese día. Aunque no lo creas, las cosas no son como imaginaste, lo que pasó es que estaba enfadado con ese idiota, cometí muchos errores y me sacó de mis casillas, empecé a gritarle cosas sin parar y, en esas… pues… terminé confesándole que lo amabas y todo lo que habías hecho para sabotearlo.

Misaki le interrumpió consternado.

                —Entonces… él… lo sabe…—casi podía saborear la vergüenza en ese momento, el día anterior había visto a Ren y él no le había dicho nada. ¿Por qué era eso?

                —Así es… lo lamento, te traicioné al confesarle tu secreto y él lo vio como una oportunidad. Me chantajeó diciendo que actuaría como si nada frente a ti solo si yo le daba algo.

                —Y ese algo era un beso—dedujo Misaki y sonrió amargamente—A él le gustas, siempre usaba trucos así de baratos con todas sus chicas.

El Kaichou tembló con esa idea, ojalá pudiese creerla, pero no, no podía ni debía.

                —No Misaki, no es así. Después de ese beso me dijo que yo le gustaba…—Misaki estaba a punto de interrumpir alegando un “te lo dije” pero Yuu lo paró con la mano y siguió—Pero yo le rechacé, porque, aunque ya empezaba a sentir algo diferente al odio habitual por él, como te dije muchas veces, yo jamás te habría hecho eso o al menos eso creía. Me juró que me conquistaría aún si me negaba y yo creí que bromeaba. Sin embargo, cuando tú y yo peleamos y discutimos, paradójicamente eso me acercó más a él y al final… al final yo…—bajó la mirada con culpa.

                —Al final te enamoraste de él—completó Misaki sin el rencor que creyó que tendría.

                —Sí—frunció la boca—Fui tan estúpido, caí como un idiota y te fallé, de verdad te fallé.

Si la semana pasada Yuu le hubiese contado todo eso, sin duda le habría dado la razón, habría replicado, insultado y quizá no tendría un resultado tan diferente al que tuvieron en su pelea. Pero ahora, después de lo que había visto el día anterior, después de todo lo que le pasaba con Izumi y después de tanto jaleo y sufrimiento, todo lo que quería era escuchar razones y comprender.

                —Tampoco lo digas así… quiero decir, no voy a mentirte, me dolió como no tienes idea y realmente te odie en ese momento, pero… bueno… tampoco puedo culparte… ¿Quién no se enamoraría de Ren? Y más cuando éste trata de conquistarte, realmente debes ser especial para él si puso tanto empeño hasta lograrlo, considerando todo el odio que le tenías.

Yuu miró al colchón y mordió su labio tratando de olvidar todo lo que había pasado con ese maldito. Antes eran recuerdos hermosos, ahora dolían, muchísimo, trató de borrarlos.

                —Es que eso es lo que no sabes Misaki. Ren no me quiere, todo fue un plan de Aoi.

El rubio frunció el ceño ante la mención de esa maldita.

                —¿Qué tiene que ver esa zorra en todo esto?

                —Mucho, más de lo que crees. ¿Recuerdas que me pediste que investigara por qué tanta amistad de Ren con Aoi? Bueno… un poco tarde, pero ya lo sé. Ella acordó con Ren que nos separarían, que lograrían que dejaras de ser mi amigo. Ese fue el maldito problema, desde mucho antes de que yo lo dijera, Ren ya sabía de tus sentimientos, fue una trampa, ellos planearon ese truco. Ren lograría que yo le besara de algún modo y Aoi te llevaría a la escena para que lo vieras.

Se levantó de un brinco de la cama y comenzó a negar.

                —No, eso no puede ser verdad, Ren no podría haber hecho algo tan horrible. Eso significaría que… que a él no le importó lastimarme con tal imagen. Por Dios, no… él no es así.

                —Pues lo hizo y no le importó si yo me enamoraba de él en el proceso, él solo quería cumplir con Aoi, eso fue todo. Su amor nunca fue real, nada—ante lo último le tembló la voz y agregó—Pero, como te dije, me lo merezco, así que no importa.

Misaki frunció el ceño.

                —Deja de decir eso, es frustrante, no merecías nada de eso, independientemente de lo mucho que me molestara verlos juntos y todo eso, Ren no debió mentirte de esa forma, tú le quisiste, lo que sea que hayan vivido fue real para ti y él no debió jugar con eso.

                —Yo no importo Misaki, lo que me enfurece, lo que me hace odiarlo con todas mis fuerzas es lo que te hizo a ti, no se lo voy a perdonar, nunca—apretó sus puños y le miró con entereza—Mi corazón está bien, solo duele, pero nada más, puedo superarlo y voy a hacerlo.

Entrecerró los ojos con escepticismo, le conocía tan bien, eran amigos desde siempre y por supuesto que sabía cuando mentía. Ay Yuu, a veces creo que eres tan fuerte… y otras tan frágil.

                —Me alegra escuchar esa voz, me gusta pensar que podrás salir de esto.

El pelinegro le miró con timidez.

                —Lo lograré si estás conmigo, perdí demasiado. A Kuma no puedo recuperarlo, pero siempre estará aquí—señaló su pecho y después tomó su mano con fervor—Sin embargo, a ti si puedo, solo si me lo permites. Perdóname Misaki, perdóname de corazón.

Misaki desvió la mirada, ya no era cuestión de pedir perdón. Ahora que ya sabía cómo estaban las cosas, simplemente no podía parar de pensar en su egoísmo. Quizá Izumi había influido un poco en su pensar, quizá era el hecho de que le echaba tanto de menos, quizá era mucho lo ocurría, pero creyó que también había sido culpa suya, de alguna forma. Debió dejarle hablar, debió reaccionar de otra forma. Si lo hubiese hecho, tal vez Ren y Aoi nunca habrían logrado su cometido de separarlos. Por lo mismo, obviamente Ren jamás hubiese avanzado tanto con Yuu, haciéndole todo el daño que le hizo. Le dio coraje haber sido tan manipulable, esa maldita de Aoi seguramente se burló muchísimo de él. Apretó sus puños y miró al pelinegro con una disculpa en los ojos.  Oh Yuu, yo también, en cierto modo, te fallé.

                —No tengo nada que perdonar, al contrario—le dio un gran abrazo que Yuu correspondió emocionado y le sonrió—¿Qué te parece si partimos de nuevo? Como en los viejos tiempos. Esta vez te voy a demostrar que ni siquiera una zorra loca y un idiota van a separarnos. Vale.

                —Vale—trató de sonreír Yuu.

Todo estaba un poco mejor ahora, pero solo un poco, sin embargo, ese poco, era suficiente.

****

                —¿Lo dices en serio Koti-chan? ¿De verdad él no te gusta?—cuestionó el joven castaño con una mirada incrédula y la pequeña giró los ojos como si tratara de convencer a un idiota.

                —Claro que no nii-san, Enjou nunca me “gustó” de esa forma, lo dije solo para provocar tus celos, con eso confirmo mi teoría, él siempre te gustó.

El aludido enrojeció, menudo tonto era, su propia hermana jugaba con sus emociones y peor aún, las manipulaba. En cierto modo saber que su hermanita nunca estuvo interesada en Enjou le alivió, al menos no tenía que sentir culpa por besar al chico de su hermana. Wow, pensó enrojeciendo aún más y la pequeña fujoshi sonrió perversamente imaginando la línea de sus pensamientos. Era verdad, él y Enjou se habían besado, cada vez que lo recordaba, su ritmo cardiaco se elevaba y casi parecía faltarle el oxígeno. Eso había sido la noche anterior y después del beso ninguno de los dos había tenido el valor de decir algo. Ahora, las clases habían pasado, estaba demasiado preocupado por Yuu, no había asistido y Misaki tampoco, se permitió pensar que ambos se habían tomado el día para aclarar sus conflictos y volver a ser amigos, aquello le hacía tener cierta esperanza y por supuesto, le distraía de pensar en Enjou y su “futuro”. No lo vio en todo el día y ahora, encerrado en la habitación con Koti-chan, tenía ganas de salir corriendo por si llegaba y decidía hablar, pero también estaba ansioso de verlo, de escuchar su voz, de perderse en su mirada. Su beso volvía a su memoria sin parar y solo le hacía anhelar otro y muchos más.

                —Estoy bastante nervioso—susurró con las manos temblándole.

                —Se te ve—secundó su hermana menor—¿Le confesarás tus sentimientos?

                —No lo sé, me aterra que me rechace. ¿Y si me besó solo porque quiso? Tal vez… hasta se arrepiente… oh por Dios tengo tanto miedo, pero sé que debo afrontarlo, debo hacerlo.

La puerta de la casa sonó y ambos escucharon voces. Takashi tembló aún más y Koti-chan entrecerró los ojos mientras trataba de tranquilizarlo.

                —Escucha, iré a ver si es él, de acuerdo.

El castaño asintió y la menor salió de esa habitación solo para agazaparse en las escaleras. En efecto, Enjou había llegado, pero no estaba solo, la rubia causante de todos sus problemas venía con él. Se notaba extraña y distinta, no tan segura como siempre, pero sin perder la confianza.

                —Si quieres puedes adelantarte a mi habitación Aoi—comentó el pelinegro como si nada—Creo que no hay nadie en casa, así podremos hablar. Me dirás aquello tan importante que tienes que decirme y… bueno… yo también quiero contarte algo.

La rubia asintió y se dirigió a las escaleras, Koti-chan regresó a la habitación rápidamente y sin cerrar por completo la puerta miró a su hermano con señal de alarma. Takashi malinterpretó tal gesto y comenzó a hiperventilar.

                —Oh por Dios, oh por Dios, oh por Dios. ¿Qué voy a hacer? ¿Qué le voy a decir?—se sostuvo el rostro con las manos muriendo de los nervios—Siempre he admirado a las personas que son capaces de confesarse, siempre he creído que el verdadero valor del amor es ese.

Koti-chan brincó con tal comentario y se atrevió a mirar hacia la puerta. Aoi Maya estaba ahí, al parecer se había llevado una sorpresa al ver que la habitación no estaba vacía, pero no entró, como si quisiera escuchar. ¿Está bien que ella escuche todo? Supongo… que es una cucharada de su propia medicina, pensó la pequeña fujoshi y cuestionó fingiendo no entender.

                —¿A qué te refieres nii-san?

Takashi trató de calmarse y habló con completa sabiduría, una sabiduría que ella desconocía.

                —Es… un pequeño pensamiento mío. Siempre he creído que la persona que se confiesa es aquella que tiene todo el derecho. Por ello me costaba un poco comprender a Misaki y estar de su lado. ¿Cómo puedes reclamar a alguien como tuyo si nunca has tenido el valor de confesarle tus sentimientos? Es ridículo y no lo digo como una ofensa, lo digo como algo lógico. ¿De qué te servirá sabotear a esa persona? Alejarlo de cualquiera, tenerlo solo para ti… ¿De qué servirá si nunca tendrás el coraje de luchar por él? Nunca te atreverás, porque si así fuese, ya lo habrías hecho, ya te habrías confesado. Por eso creo que confesarse es el verdadero valor del amor y por ello estoy aterrado, pero voy a hacerlo, si quiero que él me tome en serio, yo… debo hacerlo…

La pequeña fujoshi de ojos grandes no se esperaba una respuesta así y era lógico que Aoi Maya tampoco la esperara. Estaba pasmada, Takashi Kotori, con su torpeza, con su estupidez, con su maldita existencia, acababa de decir algo tan cierto, tan doloroso, tan cruel y a la vez tan real. Prácticamente la había dejado fuera de combate. ¿Cómo seguir luchando? ¿Cómo? Él tenía razón, ella nunca había tenido el valor y por lo mismo, no tenía ningún derecho sobre Enjou, aquello dolió como jamás pensó que dolería y justo estaba por marcharse cuando se percató que Koti-chan, la pequeña hermana del petirrojo, daba un salto y se disculpaba con su hermano.

                —Entonces me iré, debes hacerlo tú solo.

Antes de que el chico reaccionara con estas palabras, la pequeña salió topándose con Aoi. Sin decirle nada, sin ni siquiera preguntar, la tomó de la mano y la arrastró a la otra habitación para ocultarse mientras Enjou subía las escaleras. Aoi no entendía y trató de zafarse de su agarre, pero no pudo, no tenía la suficiente fuerza. El pelinegro entró a la habitación y casi dio un brinco al notar a Takashi en ella. La pequeña nuevamente arrastró a Aoi hasta la mirilla de la puerta de esa habitación y le pidió que guardara silencio. Era demasiado cruel si lo analizaba, pero era lo mejor, Aoi debía presenciarlo, solo así, lograría hacerle entender que sus acciones eran incorrectas.

Y sin notar nada a su alrededor, Enjou y Takashi continuaron callados un buen rato, hasta que, no pudiendo soportar la tensión, el pelinegro decidió hablar.

                —Takashi… yo… quisiera hablar contigo… hay… hay algo que debo decirte…

                —Yo también…—replicó al instante el castaño—…tengo que decirte algo… tu primero…

                —No, no, si tú quieres habla primero.

Estaba por replicar que no, que si él era quien había decidido romper el silencio, era su turno, pero entonces recordó sus propias palabras y el valor, todas esas emociones y pensamientos. Asintió con muchísimo nerviosismo, estaba aterrado hasta la muerte y, siendo consciente de que, tal vez su hermana estaba espiando por la puerta, miró en su dirección y le sonrió para darse fuerzas.

                —Yo… quiero decirte que… el día de ayer… que lo podríamos considerar como hoy porque ya pasaban de las doce—sacudió la cabeza, no debía distraerse—…bueno… ese momento… fue… sin duda el más feliz de mi vida… yo sé… sé que te sonará extraño y hasta asqueroso quizá, somos hombres y no es natural pero yo… bueno… yo… tú…—apretó los puños y se mordió el labio antes de susurrar—… tú…. Me gustas…

El chico de los ojos grises enrojeció por completo, era tan adorable, Takashi era tan adorable y le estaba diciendo lo que siempre anheló escuchar, desde la primera vez que le sonrió hace dos años, con tanta ligereza y alegría. Tantos días, tantos meses, esos dos años creyendo que había sido rechazado y que nunca tendría la posibilidad de ser especial para él, desaparecieron para siempre. Estaba ahí, asustado, tembloroso, pero firme, sin dudar, y le decía que correspondía lo que él siempre había sentido desde que lo vio, por primera vez, desde que compartieron esa primera cita, desde que, en un arranque de timidez, se dieron ese primer beso, desde ese entonces.

¿Cómo no amarlo? ¿Cómo?

Sonrió, sonrió sin poder frenar la dicha que le recorrió cada centímetro de su piel y Takashi no supo qué hacer con esa sonrisa. ¿Qué significaba? ¿Acaso Enjou le correspondía? ¿Era eso? ¿O era que lo que acababa de decir era tan ridículo que por ello le daba gracia? Oh por Dios, di algo, lo que sea, si me rechazas, está bien, dolerá muchísimo… pero ya no me tortures así… por favor.

Enjou se arrodilló frente a él sin borrar su sonrisa y tomó su mano entre la suya antes de hablar.

                —También fue el momento más feliz de mi vida, uno de los más felices. Entiendo que es extraño y entiendo que para muchos no es natural, pero no me importa, hace mucho que dejó de importarme la opinión del mundo. También me gustas…—…te amo, pensó, pero no estaba preparado para decirlo tan francamente y apretando su agarre propuso—…y quiero… no… te pido que no lo dejemos pasar, no esta vez, sé que sonará apresurado pero… me gustaría saber si tu quisieras… quisieras salir conmigo… no pienso permitir que nadie nos separe… no de nuevo… por eso te lo pregunto… ¿Quisieras… salir conmigo? ¿Ser… mi pareja?

Sin comprender muy bien por qué decía “de nuevo” Takashi se olvidó de todos sus miedos y le sonrió a punto de llorar de la emoción. No dijo nada y se lanzó a sus brazos cayéndose en el acto, cosa normal considerando que Enjou estaba arrodillado. Terminaron en el suelo, el castaño encima del oji-gris y sin que lo esperara siquiera asintió con un brillo impresionante en los ojos.

                —Sí, sí quiero—susurro antes de besarlo con la alegría de un niño que recibe un juguete.

El pelinegro correspondió su beso y lo abrazó con una de sus manos mientras que con la otra acomodaba su cabello detrás de su oreja. Koti-chan hubiese brincado de la emoción, se habría retorcido, habría lanzado incluso maldiciones y grititos agudos, pero contuvo toda esa alegría. Ella, a diferencia de Aoi, no podía ser tan ruin aunque lo intentara y sabía, por su rostro, que la escena presenciada acababa de destrozarla por completo. Se veía en su rostro, en sus ojos hinchados y llorosos y el temblor de sus manos. Ahora Aoi comprendía más o menos a Misaki Takaba cuando presenció el beso de su mejor amigo con Ren, ahora entendía a Yuu y el dolor en sus ojos cuando le reveló toda la verdad y le dijo esas cosas horribles que no eran del todo ciertas. Ahora comprendía el dolor de Kotoko, el dolor de Rui, el dolor del propio Enjou, cuando años atrás, se creyó rechazado. Ahora entendía la magnitud del daño, aunque quizá, ya era tarde para arrepentirse. La pequeña Koti-chan palmeó su hombro y habló con mucha madurez para su edad.

                —Lo lamento, en verdad que sí, pero creo que lo más sano Aoi-san, es que te rindas ahora, yo pienso que todo tiene un límite, hasta el dolor. ¿No lo crees?

Le miró con los ojos llorosos y asintió antes de soltarse de su agarre. Koti-chan la dejó marchar dirigiéndole una mirada de disculpa, pero también de serenidad, había sido necesario, solo sintiéndolo en carne propia, Aoi comprendería que el amor, el verdadero valor del amor, como decía su hermanito, no estaba en el egoísmo o en la posesión, no.

Estaba en la libertad.

****

                —¿Puedes quitar esa cara de idiota? En serio, es molesto.

Takashi se encogió en su asiento ante la mirada intimidante de Misaki Takaba mientras, Yuu, también sentado con ellos, miraba a la nada sumamente deprimido, no era el mismo de siempre y ambos lo sabían, pero trataban de actuar como si nada para ver si de ese modo, se sentía un poco más animado. Aunque claro, era difícil si Misaki no dejaba de mirarle como si quisiera golpearlo.

                —Lo siento—sostuvo su celular a la altura de su pecho sin frenar su  emoción—Es que me envió un mensaje de buenos días, no lo pude ver temprano y aún así me deseó los buenos días…

Misaki hizo una mueca de asco y Yuu prestó atención tratando de sonar tranquilo y hasta alegre.

                —Es bueno saber que por fin aceptaron lo que sienten y ya están saliendo, era bastante obvio, solo ustedes no se daban cuenta. Felicidades Takashi.

El aludido bajó la mirada, no era justo, estaba actuando de forma muy egoísta. Él estaba feliz, muchísimo, era la persona más dichosa del planeta, pero sus amigos no lo eran, estaban en un pozo, principalmente Yuu, aunque Misaki tampoco se hubiese llevado una parte muy bonita de ello. Dos días habían pasado desde que Yuu supo la verdad y después Kuma murió y el Kaichou, aún se notaba deprimido, aunque trataba de ocultarlo con todas sus fuerzas. Quizá lo único bueno era que Misaki y él, habían recuperado su amistad y ahora se sentaban los tres juntos.

                —Sí, sí, muy bonito, ustedes están saliendo—alegó Misaki y se estremeció con algo parecido a la náusea—¿Pero por qué tienen que ser tan asquerosamente cursis? Me asustan.

                —El amor también puede ser dulce—se defendió Takashi—No todo es besarse con locura y desenfreno—entrecerró los ojos y le miró con astucia—Aunque… quien sabe… tú podrías decirme más de eso… supongo que el amor también es besarse con un chico por el que se supone no sientes nada… ¿Verdad Misaki?

Recibió el golpe con su cuchara en la sien y Takashi no pudo evitar quejarse mientras se sobaba.

                —¡Cierra la boca maldita mosca!—replicó rojo como nunca Misaki y frunciendo el ceño.

                —¿Qué? Es solo un comentario, yo creo que estás enamorado de él y no lo quieres aceptar, por eso te niegas a alejarte a pesar de lo “incorrecto” que es—le miró mal—¿O acaso piensas decirme que aún amas a… ya sabes quién? ¿En serio? ¿Con todo lo que hizo?

Misaki volteó a mirar a Yuu con cierta alarma. El rubio y el castaño habían acordado no mencionar el nombre de Ren para nada mientras Yuu estuviese con ellos, no querían reavivar su depresión, no querían que le afectara. Al notar como el pelinegro miraba nuevamente a la nada, ignorándolos, el oji-azul se permitió hacer una mueca y mirar con saña a Takashi.

                —Obviamente que las cosas han cambiado, pero eso no quiere decir que esté enamorado de Izumi. No puedes olvidar de la noche a la mañana y… y… lo que pasa con Izumi no es nada. Solo nos besamos, un par de veces y ya, no es especial. Un simple beso no cambia la vida de nadie.

Takashi estaba por replicar sumamente furioso con Misaki por tanta necedad, le indignaba que no admitiera lo obvio y aún con todo lo malo que Ren había hecho, se empeñara en creer que estaría con él. Iba a decirle unas cuantas palabritas ofensivas cuando Yuu intervino con indiferencia.

                —Al contrario Misaki… un beso te cambia la vida para siempre—agachó la mirada y apretó los puños—Lo siento, tengo que ir al Consejo, nos veremos después.

Y se levantó de la silla dejándolos a ambos con un sentimiento de tristeza instalada en su pecho. Takashi negó, no le agradaba ver a Yuu tan triste, pero peor, tan necio al querer ocultarlo. Misaki, por su parte, no  se detuvo a pensarlo, las palabras de Yuu eran verdaderas, pero aceptarlas sería afirmar que estaba empezando a sentir algo más importante por Izumi de lo que debería y no, no debía ser así, no… no podía ser así…

Dejando a la mosca en la mesa, sin decir nada, también se levantó de la silla dispuesto a seguir a Yuu, no podía dejarlo solo en ningún momento, temía por él, temía por sus actitudes, no era el de siempre y, aunque había jurado que lo superaría, algo le decía que Ren le había lastimado más de lo que aparentaba. Y aquello, en cierto modo también le dolía a él mismo.

¿Cuánto has de amarle que te tiene así? Pensó tristemente y perdiéndose en los pasillos.

****

Cuando los chicos hacían maldades en los pasillos y el Kaichou los descubría, solían suplicar por piedad mientras eran golpeados y encerrados en los cuartos de servicio. Yuu Madara y su fama de agresivo e inflexible tenía a media escuela aterrorizada y sin embargo, nunca faltaban aquellos locos que, habiendo sufrido las consecuencias de la ira del pequeño Kaichou, no paraban de hacer destrozos. Sin embargo, ese día en especial, después de ser descubiertos pintando las paredes de uno de los salones, el Kaichou no actuó de forma habitual y aquello les extrañó tanto que hasta le preguntaron si se sentía bien. Yuu asintió con una mirada indiferente y extendió el reporte mientras les señalaba el camino a la dirección. ¿Yuu Madara? ¿Extendiendo reportes? ¿Mandando personas a la dirección? Eso no era normal, sin duda el Kaichou debía estar muy enfermo.

Y lo estaba, le dolía el corazón, pero no iba a mostrárselo a nadie.

Guardó en su mochila el block de reportes y comenzó a caminar hasta llegar al Consejo, esperaba distraerse un poco con trabajo y papeles, al no asistir el día anterior, estaba seguro que se le habían acumulado los pendientes y aquello era perfecto, ocupado no tendría tiempo para pensar. Sin embargo, cuando dio la vuelta y divisó la entrada a dicho salón, también pudo ver algo o alguien. Si no fuese porque no tenía las fuerzas suficientes, se habría lanzado a correr para huir.

Ren Ashiya estaba esperándolo en la puerta del Consejo y lo miraba con ansia, de verdad que no se veía igual que otros días. Se veía incluso ojeroso, como si no hubiese podido dormir, su cabello estaba despeinado como si no le importara y su ropa desordenada, como si hubiese agarrado lo primero que había visto con tal de llegar a tiempo.

                —Yuu… al fin te encuentro… pensé que no te…

                —Vete Ren, no quiero hablar contigo—interrumpió el pequeño sin una pizca de emoción, ya no tenía fluidos en el cuerpo como para lanzarse a llorar.

                —No Yuu, prometiste escucharme, tienes que hacerlo, no voy a permitir que esa loca se salga con la suya. No, tienes que escuchar lo que voy a decirte, no te voy a perder así.

Le miró con tanta frialdad que hasta él mismo se estremeció, Yuu siendo indiferente dolía más que Yuu bañado en lágrimas. Verlo así solo significaba una cosa, que se había desahogado tanto que ahora ya no tenía fuerzas para luchar. Quiso mandarse a la mismísima mierda, se suponía que él nunca le iba a hacer daño a Yuu, se suponía que le protegería, quería morirse en ese momento, pero no iba a flaquear, tenía que luchar, tenía que hacerlo con todas sus fuerzas.

                —Yo no te prometí nada—replicó el chico y continuó—No voy a escucharte, todo está claro y no importa. Me da igual.

                —Eso no es verdad—se atrevió a acercarse a él y elevó su mano hasta acariciar su mejilla—Yo sé que no te da igual.

Yuu dudó, la caricia estaba desarmando toda su barrera, sus manos comenzaron a sudar y su boca a temblar mientras le miraba con una pizca de dolor y miedo, tanto miedo. ¿Por qué era tan débil? ¿Cómo pudo haber perdido toda su fuerza? ¿Cómo permitió que Ren tuviese tanto poder? ¿Cómo? ¿Cómo era posible que ahora una mirada suya, un roce, le hiciera flaquear tan fácilmente? No, no puedo caer, no puedo, no puedo, se repitió con los ojos llorosos a punto de ceder, pero entonces, una mano externa alejó la de Ren de su rostro y se interpuso entre ellos.

Misaki miraba a Ren con muchísima rabia y ante esto, Yuu pudo respirar más tranquilo. La mirada del rubio cambió cuando se posó sobre él y le pidió amablemente que se retirara.

                —Ve a clase Yuu, yo me encargo—hasta le sonrió con cariño y el Kaichou obedeció.

Ren le vio partir pero no movió un solo músculo y una vez solos, estaba por empezar a explicarle las cosas a Misaki, cuando éste frunció la boca y cerró uno de sus puños antes de estampárselo en  el ojo con toda la fuerza de la que era capaz.

                —Eso fue por hacer planes nefastos con Aoi en mi contra.

El pelirrojo se sobó el golpe y asintió.

                —De acuerdo, me lo merezco, es entendible, pero escucha, yo tengo que…

No pudo seguir hablando, pues Misaki le interrumpió con otro puñetazo ahora en la nariz.

                —Y eso, fue por romperle el corazón a Yuu—ya no se frenó y elevó el tono de su voz—¡Cómo pudiste! ¡Cómo te atreviste a hacerle algo tan horrible! ¡Cómo fue posible que no te tentaras el corazón para separarnos como lo hiciste! ¡No te importó lastimarme! ¡No te importó lastimarle a él! ¡No lo entiendo! ¡Yo te tenía en un pedestal! ¡Jamás te creí capaz de algo así!

                —¡Es que ese era precisamente el problema Misaki!—replicó Ren sujetándolo de los hombros para evitar que se moviera. Lo que estaba por decirle quizá le lastimaría más, pero era el momento de hablar con la verdad—¡No podía más! ¡No soportaba seguir viendo cómo te hacías tanto daño! ¡Puedes decir que soy un egoísta y un maldito! ¡Es completamente cierto! ¡Pero lo hice pensando en ti! ¡Fue por tu bien!

Trató de zafarse de su agarre pero no lo logró mientras cuestionaba con furia:

                —¿Qué mierda estás diciendo? ¿Por mi bien? ¡No jodas! ¡Cuál fue el bien que me hiciste!

El aludido lanzó un suspiro y se tranquilizó mientras confesaba.

                —Sé de tus sentimientos desde hace cuatro años. Tienes la manía extraña de hablar dormido y en una ocasión, mientras te quedaste a dormir en mi casa, me lo confesaste entre sueños. Nunca en la vida me sentí tan sorprendido como en ese momento y te lo juro Misaki, traté con todas mis fuerzas de corresponderte, de sentir lo mismo, de verte como algo más. Pero no pude y entonces, tomé la resolución de que haría que te interesaras en otra persona—negó con la cabeza ante las intenciones de Misaki de interrumpir—Pero nunca lo hiciste y cada vez te hundías más y más en un pozo. Te veía actuar diferente frente a mí, te veía destrozar cada una de tus ilusiones por mí, te veía romper tu propia esencia por mí y no pude soportarlo. Tú merecías más que eso, por ello empecé a salir con muchas chicas, creí que si te rompía el corazón, me odiarías lo suficiente para dejar de quererme. Y sin embargo, las cosas empeoraron, saboteaste todos mis intentos—bajó la mirada ante lo que estaba por decir—Por ello, cuando Aoi apareció haciéndome todas esas propuestas, lo vi como una oportunidad. Ella me gustaba, eso es cierto y en aquel momento me prometió que si yo hacía lo que me pedía, dejaría a Izumi para salir conmigo. Más que el afán de lograr estar con ella, actué pensando en ti. Si lograba que me odiaras lo suficiente, entonces sí podrías amar a alguien más. Por ello lo hice, por ello conspiré en tu contra.

El rubio se había quedado pálido con tanta información, casi no le circulaba sangre en las venas por todo lo dicho y trató de soltarse de Ren, quien lo permitió creyendo que Misaki necesitaba procesarlo. Bajó la mirada y contuvo la picazón en sus ojos, era lo más cercano a un rechazo que Ren le estaba dando y aunque sí dolía, la realidad era que no dolía tanto como creyó.

                —¿Qué hay de Yuu?—cuestionó fríamente después de varios minutos—¿Qué ganabas con herir a Yuu de ese modo? ¿También fue por su “bien”?

                —No, claro que no—se apresuró en negar Ren—Yuu ni siquiera estaba en los planes, yo tenía que conquistar a Takashi, solo a él. Me acerqué a Yuu y le ofrecí esas clases porque pensé que con eso bastaría para hacerte enojar y “separarles”. Mi intención nunca fue llegar más lejos, pero… pero yo no contaba con que… al estar a su lado… el que sucumbiría ante él sería yo. Me enamoré de él, me enamoré de él y no pude frenar mis actos, no pude detenerme y de repente quería toda su atención, quería que me quisiera y era consciente de que estaba arruinándolo. Pero cuando lo tuve en mis brazos, cuando lo besé, cuando le hice el amor, ya no pude más y juré que les diría la verdad, lo sabrían todo. Afrontaría a Aoi y su coraje al fallarle en conquistar a Takashi, pero todo salió tan horriblemente mal, ella le dijo cosas horribles, le dijo que todo era su culpa, que él te había lastimado y era el único responsable. Por eso necesito hablar con él, aclararle como fue todo y hacerle entender de una vez por todas que el único responsable por sus malas decisiones soy yo, nadie más que yo. Y que le amo, Misaki tienes que creerme, le amo con mi vida.

Las manos del oji-azul temblaban. Maldita sea, le creía, sabía que Ren era sincero, sabía que Ren de verdad amaba a Yuu, sabía que estaba desesperado por recuperarlo, sabía que todo era verdad. Lo conocía tan bien que sabía que era la primera vez que Ren suplicaba y aquello le partió aún más el corazón, pero trató de ocultarlo muy bien y le miró con seriedad.

                —No es a mí a quien tienes que convencer y lo siento Ren, pero yo no voy a ayudarte.

                —Lo sé—trató de palmear su hombro para pedirle perdón pero Misaki no lo permitió.

El pelirrojo comprendió que no tenía nada más que decir y salió de ese lugar doblando por uno de los pasillos. El rubio cerró los ojos tratando de normalizar su respiración ante todo lo que acababa de escuchar y se mordió los labios sin saber a ciencia cierta qué era lo que le dolía, justo entonces, como si se tratara de un deja vú, su voz profunda y sumamente reconocible se escuchó en el lugar.

                —Ese fue un buen derechazo.

Abrió sus ojos y miró en su dirección. Izumi tenía los brazos cruzados y, a diferencia de la otra vez, no le miraba juzgándole, sino con la misma calidez que siempre le caracterizaba. Trató de actuar normal frente a él y hasta se permitió sonreírle con cierta presunción.

                —Claro que lo fue, cuando me lo propongo, soy intimidante.

                —Eso es cierto—le lanzó su mirada de “deja de fingir, yo leo a través de ti” y Misaki negó.

                —Pero sabes… no te niego que estoy triste, aunque no sé muy bien por qué—bajó la mirada y el temblor en su cuerpo se incrementó—No sé si es por lo que Ren le hizo a Yuu, no sé si es porque se aman, no sé si es porque acabo de comprender por fin, que Ren nunca hubiese podido quererme, no sé si es por su conspiración o no sé… si es todo… no lo sé…

Izumi asintió comprendiendo todo su dolor y sus emociones confusas y se acercó a él hasta quedar frente a frente. Estaba por palmear su cabeza, como señal de ánimo, cuando Misaki negó y lo miró firmemente a los ojos haciendo otra petición.

                —Dame un abrazo Izumi, siento que si no me abrazas ahora me moriré… por favor… hazlo.

No tuvo que suplicar más, el castaño obedeció y lo sostuvo en sus brazos, entonces sí, Misaki se permitió llorar. Silenciosamente, como si no estuviese ahí, liberó su llanto en su pecho, Izumi sintió las tibias lágrimas manchando su camisa y se permitió acariciar su cabeza con ternura, tratando de enfundarle todo el apoyo que necesitaba.

                —Está bien, puedes llorar, no hay problema—susurró y el llanto de Misaki aumentó.

Se amaban, maldita sea, se amaban tanto, nunca creyó que le dolería tanto como en ese momento, pero lo que más le dolía era el hecho de que Ren tenía razón, de que Ren había recurrido a hacer algo tan horrible porque él no era capaz de aceptar que su amor nunca podría ser. Y le entendía, pero no dejaba de doler, entendía que si Ren, lo hubiese hecho por las buenas, él no hubiese desistido, habría llevado más allá su egoísmo. Pero ya no podía, no podía volver a ser egoísta nunca más, porque Izumi le había enseñado que sí había otras opciones y eso era demasiado para soportar, porque ahora ya no quería ser mentiroso, ni saboteador, ni nada de eso, porque ahora, lo único que quería era verlos felices y juntos, aunque también fuese como un cuchillo en su corazón. Era una emoción demasiado contradictoria y su confusión, su miedo, su necesidad de Izumi, le estaba partiendo en dos.

                —Jamás le he permitido a nadie verme así, eres la primera persona que me ve llorar de este modo—explicó sin apartarse y hasta ironizó—Deberías considerarlo todo un honor.

                —No es un honor verte sufrir—respondió separándose y besando su frente con cariño.

Misaki cerró los ojos ante tal gesto y la calidez de Izumi invadió todo su cuerpo. Quería más de ella, quería que Izumi le llenara de toda esa bella emoción que le hacía sentir cada vez que estaba a su lado. Abrió sus ojos y paseó sus manos por su cuello dirigiendo su boca a sus labios, estaba por besarlo, pero entonces Izumi se apartó con cuidado y negó. Era el segundo rechazo del día y por alguna razón, sintió que éste le había dolido más que el de Ren.

                —I… Izumi…

El oji-verde desvió la mirada con una supuesta indiferencia y explicó.

                —Misaki… yo creo… que tú y yo, debemos alejarnos por un tiempo. Ya no me necesitas.

No… por favor… eso no…

                —Pero… me… me estás enseñando a dibujar y… y…

El más alto negó con tranquilidad.

                —No, no es así. Eres muy talentoso Misaki, las clases no te hacen falta, todo lo que necesitabas era un pequeño empujón, y creértelo. Ahora ya no dudas de ti y estoy satisfecho por ello. Ya no hace falta que sigamos viéndonos, así que creo que es lo mejor.

Estaba por replicar, aunque no tuviese una excusa verdadera, Misaki estaba por replicar. No, no podía hacerle eso, no podía alejarlo de él. ¿Pero por qué motivo no quería que lo hiciera? ¿Qué hay de… de nosotros? Pensó de repente y los vellos de su piel se erizaron con pánico al comprender lo que estaba pensando. No hay… no hay ningún nosotros… se supone que yo no siento nada por ti… no somos… no somos nada…

Aquella fue la revelación más dolorosa que pudo haber sentido en ese día e Izumi la leyó en sus ojos, pues asintió y se permitió acariciar su mejilla una última vez antes de salir de ese lugar mostrando su cara indiferente para cualquiera, pero guardando una profunda tristeza en esos ojos color verde que Misaki no había alcanzado a ver.

El rubio se limpió las lágrimas que había derramado por Ren y cayó de rodillas sin comprender qué era esa horrible sensación en su pecho, esa terrible punzada que superaba con creces cualquier dolor que hubiese sentido antes. ¿Por qué la idea de no volver a estar junto a Izumi le dolía tanto? ¿Por qué? ¿Por qué sentía que se lanzaría a llorar de nuevo y con más fuerza esta vez? ¿Por qué?

¿Por qué sentía que acababa de perder algo sumamente vital?

Oh Dios… ¿Qué está pasándome? ¿Qué es? ¿Qué es?

Su subconsciente lo sabía, pero no iba a aceptarlo, no podía aceptarlo.  Y quizá… ese era el precio a pagar por su necedad.

Notas finales:

Oh sí Misaki sufre!!! jajajajajaja ok no, pero yo creo que se tenía bien merecido ese rechazo. Muy bonito Misaki, le lloras a Izumi que Ren te rompe el corazón, pero quieres besarlo... tienes graves problemas :S

Mi Izumi es tan noble y maravilloso que simplemente no quiere verle confundido (oh cosita linda.... Izumi :3 te amo!!!)

Lo mejor de todo fue que Misaki y Yuu volvieron a ser amigos y mejor.... Misaki golpeó a Ren por Yuu jajajaja (fue genial, en mi imaginación lo fue jajajajaaajajajaja)

Aoi tuvo una cucharada de su propia medicina, os lo dije, no hagas lo que no quieres que te hagan a ti.... hablando de eso....

MALDICIÓN!!!!!!!! AL FIN SON NOVIOS JODER!!!!!!!

Yo sé que ustedes creyeron que pasarían siglos para que esto ocurriera pero... Enjou no puede más. Y ustedes dirán... ¿Cómo pueden estar juntos sin haber aclarado nada? Bueno... Koti-chan aclarará todo para ellos y cuando así sea bueno.... ese "te amo" que hemos esperado desde que este fic empezó, será dicho yei!!!!!! (además, ellos son muy adorables como novios, creánme, deliro con solo imaginarlo!!)

Ren y Yuu continúan en su etapa de sufrimiento, oh Yuu, tan destrozado y tan orgulloso, reprimir el dolor no nos hace bien, deberías de saberlo ya.

Bueno, nuevamente me disculpo por extenderme, no se pueden perder el próximo capítulo, tendremos de todo, será divertido (Tenshi Kotori, el papá de este par de castaños, regresa mejor que nunca para avergonzar a su hijo), trágico, adorable, lleno de celos (alguien va a morir de celos... cofcofMisakicofcof jajajajaja) drama y mucho más, no se lo pierdan ;)

Los quiero y ojalá me regalen su opinión, muchísisimas gracias :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).