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Fujoshi de mi corazón. por Miny Nazareni

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Notas del capitulo:

Pues cómo están? Yo bien, relativamente jajaa

No, la verdad estoy muy bien, sé que tenía un montón de cosas que decirles, pero ya se me olvidaron jajaja (ahorita regresan, lo prometo)

Estoy emocionada porque no soy la única que ama a Izumi (quizá si estoy enferma, pero lo amo!!!!) y oficialmente se inaugura el club de fans de Izumi, las Izumilovers y (ya basta!!! estás enloqueciendo!!!!!) Como primera tarea del club de fans es definir a Izumi con una frase de un libro (yo sin querer hallé la mía) se las enseño: 

"Así, en reposo, su aspecto era suave y bondadoso. Si se requería su atención, una expresión de cortesía y de interés iluminaba su rostro, demostrando que había luz dentro de él y que sólo el medio exterior de la llama intelectual era lo que obstruía el paso de los rayos" (La letra escarlata, Nathaniel Hawthorne) (Ignorenme aquello que no comprenden mi locura, sé que estoy enferma :S

Este capi me gusta mucho, habrá ciertos celos y fascinación, poco a poco nuestro lindo petirrojo cae y más cosas surgen (perdonenme si atareo sus cerebros con tanto misterio, pero os juro que lo sabran todo a su momento, tenganme paciencia)

Y ya no me acuerdo más, pero espero recordarlo en las notas finales :D

Muchas gracias y nos vemos :D

Capítulo 6: De sospechas y planes.

 

                —¡Maldita sea! ¡Por millonésima vez Koti-chan! ¡No te aparezcas así! ¡Uno de estos días me vas a matar de un susto!

Habían tenido que salirse de la clase, de todas formas el profesor no había llegado y por lo mismo, todos se habían dado a la tarea de fugarse a dónde quisieran. Ellos se lanzaron a la cafetería, donde la menor no paraba de abrazar a Takashi por la felicidad de volverlo a espiar.

                —¿Me echaste de menos hermanito?—ladeó la cabeza mirándolo con inocencia fingida.

                —Ni por asomo, todo estaba muy tranquilo.

                —Pues yo sí te extrañé hermanito, pero tuve que encargarme de ciertas cosas—miró a su alrededor. Enjou había relajado el rostro, pero aún se veía extrañado e Izumi le miraba con interés en los ojos. Sonrió.—Por fin les conozco chicos. ¡Oh qué emoción!

Se lanzó a los brazos de Enjou. Takashi gritó por dentro alarmado e Izumi le miró como si fuese lo más normal del mundo. El castaño supo que tenía que hacer las respectivas presentaciones.

                —Chicos, ella es Kobashi.

                —Koti-chan para ustedes—guiñó el ojo y se aferró más al cuello de Enjou.

                —Es mi hermana menor.

El castaño de los ojos verdes volvió a recargar su rostro en su mano derecha y adivinó.

                —Apuesto a que ella tiene algo que ver con tu decisión de mudarte—le extendió la mano a la menor—Un gusto conocerte Koti-chan.

La aludida soltó a Enjou por un momento y aceptó la mano de Izumi, el fascinante Izumi Kou.

                —Tengo todo que ver, mi hermanito es un quisquilloso, no pudo aguantar un poco de acoso de mi parte.

                —¿Un poco? Difundiste fotografías mías en un foro yaoi en internet, sin mencionar que te empeñabas por emparejarme con cualquier ente viviente del género masculino. Por esa razón me metí en problemas en la otra escuela.

Ella movió la mano despreocupadamente restándole importancia a sus actos y volvió a sonreírle a Enjou, quien no había dicho ni hecho nada.

                —Es genial conocerte al fin Enjou nii-san—sostuvo su rostro con las manos—Eres más apuesto de cerca.

Takashi fue quien enrojeció con semejante comentario y Enjou se sintió un poco incómodo, pero después suspiró un poco y el castaño se sintió alerta. Por lo que más quieras Enjou, no le hagas nada, trátala bien, no la mires como a mí, suplicó en su cabeza.

Y al parecer, Enjou escuchó sus ruegos, ya que al instante le sonrió a la menor, pero no fue una sonrisa ligera o sencilla como Takashi hubiese anhelado, fue inmensa, como si conocer a Koti-chan fuese lo mejor del mundo. Aquello le sentó demasiado extraño.

                —Y tú eres muy bonita Koti-chan, me alegro también de conocerte. Tu mama siempre hablaba mucho de ti.

La menor se sonrojó en esta ocasión y Takashi entrecerró los ojos. ¿Su mamá? ¿Acaso Enjou ya sabía de Kobashi y de él antes de que se mudara? Izumi continuó leyendo como si la reciente escena no le importara y él simplemente volvió a mirar a sus dos “hermanos”.

                —Favor que me haces Enjou nii-san, sin duda eres tan lindo, encajas a la perfección con la definición de un seme.

                —Koti-chan—reclamó Takashi. No, a él no iba a importunarlo con tales ideas locas.

                —¿Qué?—le miró como si nada—Es la verdad, es apuesto, pertenece una banda, no tiene novia y lo mejor de todo…

Le tapó la boca al instante y Enjou la miró extrañado. ¿Por qué ella sabía todas esas cosas de él? Miró ahora a Takashi en busca de una explicación y el castaño miró a los lados sin saber qué decir. Fue Izumi quien, abandonando su libro de nuevo, resolvió el misterio.

                —Es muy simple, por alguna razón a tu hermana le gusta perseguir chicos y emparejarlos con otros chicos. Por lo mismo te ha investigado Enjou y tal vez me ha investigado a mi también—la miró con tranquilidad—¿Qué es lo que sabes de mi?

Koti-chan se zafó del agarre de su hermano y con una sonrisa orgullosa, respondió como si se tratara de un recital de poesía coral.

                —Eres Izumi Kou, hijo de un reconocido escritor y una afamada pintora—hizo un gesto serio de advertencia tratando de transmitir pesar y el oji-verde le pidió que continuara con la mirada—Vives en la colonia más refinada de esta ciudad. Tienes 17 años y tu novia es Aoi Maya, están prometidos desde los 6 años, por decisión unánime de sus familias. Te gusta leer y también sabes dibujar. Mides 1.80 y tu forma de vestir es una combinación entre lo formal y lo casual. No has cortado tu cabello a pesar de lo largo que está porque te gusta llevarlo así, aún con el calor que hace—sostuvo su barbilla en sus manos pensando—Me cuesta clasificarte, no sé si podrías ser un uke o un seme, eres muy alto, pero bien podrías ser un uke por tus pensamientos y tu forma de ver la vida, aunque no lo sé… ¿Ves? Es complicado.

El recién descrito muchacho solo enarcó una ceja y asintió de acuerdo con la chica, todo lo que había dicho era cierto en ciertas cosas. Enjou la miraba sorprendido y a la vez divertido, era una niña muy lista como podía ver y era posible que lo supiera todo de él. Todo… ¿En verdad lo sabía todo?

                —¿Y qué hay de mi, Koti-chan?

                —No, no, no—negó Takashi y volvió a taparle la boca aún si ella repelaba—Ya es suficiente, no quiero que continúes. Está bien que quieras saber y que me persigas, pero molestar a otras personas es de mala educación. Lo mismo hiciste con Yuu, deberías agradecer el hecho de que le agradas o ya estarías muerta.

                —Eso es muy cierto Koti-chan, Yuu Madara es peligroso cuando no te tiene buena fe.

                —Relájense, tampoco es para tanto—replicó Enjou y ayudó a la menor a zafarse de Takashi, quien no reaccionó nada bien ante aquello.

¿Qué mierda? ¿Enjou defendía a su hermana, acosadora y molesta, pero a él lo veía como escoria? ¿En verdad era el único al que Enjou destinaría su odio? ¿Por qué? No entendía nada, no quería vivir así el resto de su vida, huyendo de Enjou por todo y teniéndole miedo a su mirada de indiferencia. ¿Por qué maldita sea no me puedes tratar como a todos los demás? ¿Por qué tengo que ser diferente?

                —¿Quieres ir por un helado conmigo?—preguntó el pelinegro a la menor y el enojo de Takashi aumentó.

                —Me encantaría.

El chico se levantó y le ofreció su mano, la castaña la tomó con una sonrisa y ambos se alejaron de la mesa con dirección a la puerta. Takashi los observó irse y su ceño se frunció más. Fue Izumi quien le dio una explicación más o menos razonable ante aquel comportamiento, como siempre, producto de su deducción inmediata.

                —Esos dos tienen motivos ocultos.

                —¿De qué hablas?

                —Tu hermana aceptó ese helado porque quiere saber más de él, obviamente tiene algo entre manos con respecto a eso que tu llamas “yaoi”.

                —No digas eso, es grave, Koti-chan no puede andar emparejando a la gente solo porque es una enferma fujoshi.

                —Pero no es la única que quiere saber cosas.

                —¿Por qué dices eso?—ya no entendía. ¿Qué trataba de decir Izumi?

                —Yo sé mis motivos.

Y decidió volver a su lectura dejando a Takashi más confundido que antes. Lo entendía, obviamente Takashi no podía haberlo notado con lo distraído que era, pero era bastante claro. Enjou temía que, al igual que lo había hecho consigo, la pequeña Koti-chan supiese todo de él. Y todo significaba precisamente eso. Todo.

Incluso su sumamente obvio secreto.

****

                —Quita esa cara por favor—pidió el pelirrojo y Misaki continuó sin dirigirle la palabra.

Estaban en su auto nuevamente, Ren siempre se ofrecía a llevar a su casa a Misaki. Desde que habían dejado de ser vecinos, hace un par de años, Ren tenía la costumbre de ir por Misaki, primero a pie y después, en su auto. De igual modo lo llevaba a casa y a veces, se quedaba a comer ahí, platicaban, jugaban X-box o cartas, porque a Ren le fascinaban las cartas y luego se marchaba.

Pero ese día parecía que Misaki estaba furioso con él y no entendía el motivo. Sólo se había perdido un poco después del entrenamiento. Pero había sido un asunto importante. Aoi Maya. La chica más bonita de la escuela le había pedido estar a solas, aquello no podía dejarlo pasar y conocía a su mejor amigo lo suficiente para saber que él no accedería a tal petición.

                —No tengo otra—replicó haciendo una mueca mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho.

El mayor le abrió la puerta del auto caballerosamente y tal gesto casi le hace ablandarse. Entró al vehículo solamente por cortesía y Ren se colocó unas gafas de sol para sentirse “cool” según él mientras arrancaba y trataba de solucionar las cosas.

                —Aunque no lo creas, me preocupan tus reacciones Misaki, sabes que eres especial para mí.

Oficial, se ablandó por completo.

                —¿De verdad?

                —Claro, eres mi mejor amigo desde hace doce años, me conoces más que yo mismo y te he confiado todo lo que soy, creo que eso te da muchos derechos. ¿No crees?

Sonrió brillantemente como sólo él podía hacerlo. Detalles y frases como esas eran las responsables de que Misaki guardara esperanzas, que creyera que por un instante, todo era posible, que Ren algún día comprendería que él era la única persona destinada para estar a su lado. ¿Pero es correcta tanta necedad? ¿No atentamos acaso contra los planes que el destino nos tiene al empeñarnos en otra cosa? También es cierto que la gente dice que el destino es alterable y no te puedes dejar regir por él nada más. ¿Pero hasta qué grado?

                —Yo también te quiero mucho Ren—Te amo, no tienes idea de cuánto amor alberga mi corazón por ti, no puedes siquiera imaginarlo, se dijo a sí mismo y se juró que algún día tendría el valor de ser sincero con él.

El pelirrojo también sonrió y continuó manejando mientras le contaba sus planes.

                —Sabes, por alguna razón del universo, las chicas me botan. Creo que esto del amor no es lo mío. Tal vez me vuelva monje o algo por el estilo—guiñó el ojo—O lo intente con los chicos, Takashi Kotori podría ser una buena opción para intentarlo.

Misaki reprimió sus ganas de poner mala cara y fingió.

                —No creo que le gustes a Takashi y él realmente no te gusta.  ¿O sí?

                —Pues… no es atractivo si me lo preguntas—torció la boca y el rubio estuvo a punto de lanzar un suspiro de alivio—Pero tiene ojos bonitos, eso me gusta de las chicas y creo que en los chicos no cambia mucho. Sin embargo, si tengo que elegir, la verdad es que está mucho mejor Aoi Maya que Takashi. Me gustan las rubias.

Entrecerró los ojos. Ahí iba a Aoi Maya de nuevo, quería zarandear a Ren hasta obtener información, pero debía ser paciente, inteligente y astuto. Sonrió nuevamente de forma fingida y cuestionó como un mejor amigo interesado en el asunto y no un novio celoso.

                —¿Qué asunto tienes con Aoi?

El galán en cuestión sonrió pícaramente y esto no le gustó nada a Misaki. Maldita, maldita sea, se dijo en la cabeza y esperó.

                —Pues… no tengo nada en realidad, pero se acercó a mí con una serie de preguntas extrañas sobre las chicas con las que he salido. Algo así como buscando una base de datos. Me preguntó por qué todas me dejaban a la semana si se veían muy felices a mi lado y le dije que no tenía ni la más remota idea. Siempre trato de ser un buen novio, las complazco en todo lo que me piden y soy lo más caballeroso posible. Es por eso que te digo que esto del amor no se hizo para mí.

Se encogió en su propio asiento. Misaki sí sabía la razón por la que las chicas lo dejaban. Ya sabía que él era maravilloso. Podría ser burlón y arrogante en un ambiente amistoso y de relajo, pero en las relaciones, Ren se esforzaba en serio, quería que su novia se sintiera bien a su lado y él también quería disfrutar la relación. Y eso era algo que Misaki no podía permitir. Entre más avanzara Ren con sus novias, más posibilidades había de que se enamorara de ellas.

Y eso cortaría de tajo todas sus esperanzas.

                —¿Así que solo se te acercó por eso?—cuestionó sin comprender los actos de la rubia.

                —Exactamente, pero te diré algo, si Aoi no tuviese un novio, sin duda alguna me lanzaría por ella. Me gusta.

                —¿Tiene novio?—no pudo con la sorpresa. Con mayor razón no entiendo, si tiene novio, ¿Qué mierda quiere con Ren? No me creo esa estupidez de la base de datos.

Ren asintió y después se le iluminaron los ojos como si acabara de tener una buena idea.

                —Misaki, tú podrías ayudarme.

                —¿Y cómo?—entrejuntó las cejas. No auguraba nada bueno.

                —Sencillo. Quiero que investigues la relación de Aoi con su novio, necesito saber si están en buenos términos. Sabes a lo que me refiero. ¿Cierto? Yo nunca me metería en una relación si ellos son felices, respeto el amor. Pero si Aoi no está bien con su novio, entonces tengo pase libre para intentarlo. ¿Qué dices? ¿Me ayudarás?

Tiene que ser una jodida broma. Obviamente no haría algo así nunca Ren, jamás permitiré que te líes con un rival como lo es Aoi Maya. No puedo contra alguien tan hermoso como ella. Cerró sus puños y con una mirada tan dulce que parecía verdadera, asintió.

                —Claro que sí, sabes que siempre puedes contar conmigo.

                —Gracias Misaki, eres el mejor.

Claro que lo soy, me voy a encargar de que Aoi nunca se te acerque, te lo aseguro, se dijo sonriéndole con todo el amor que le tenía. Ren era suyo, solo suyo, nadie más pondría sus ojos en él, pasaría sobre cualquiera con tal de tenerlo para sí mismo.

Sobre cualquiera.

****

Trataba de fingir estar sereno y tranquilo, pero la realidad era que estaba al borde de la histeria. A Takashi simplemente no se le hacía normal tanta familiaridad entre Enjou y Koti-chan. El chico le sonreía cálidamente, la menor le guiñaba el ojo, hablaba de sus fantasías boys love y el otro simplemente negaba con la cabeza pero sintiéndose divertido. Después de comprarle su helado, Koti-chan había llegado presumiéndoselo y jugando a compartírselo. Como parte de unos seguros planes malignos, la castaña le había pedido a Enjou que también le comprara uno a su nii-san y sin replicar, había obedecido. ¿Qué pasa con tanta obediencia? A mí me tratas como basura pero a ella como una reina. Sabía que era inmaduro pensar así, aún con todas sus locuras yaoi, su hermanita solo tenía doce años y por lo mismo, no había ser sobre la tierra que tratara mal a un menor.

Ni siquiera el amargado de Enjou.

Frunció el ceño mientras se terminaba su helado.

Habían caminado los tres en dirección a su casa, pero en el camino, el pelinegro había recibido una llamada que lo orillaba a abandonarlos. Tuvo mucha curiosidad de saber si era Aoi, pero obviamente nunca se hubiese atrevido a preguntar. Sin embargo, Koti-chan no tenía esos problemas a la hora de resolver sus dudas.

                —¿Fue tu novia?

El oji-gris le acarició el cabello con ternura y Takashi entrecerró más los ojos.

                —Claro que no, ya te dije Koti-chan que no tengo novia.

                —Lo sé—sonrió con suficiencia—Solo quería molestarte, estoy consciente de que no tienes ni novia… ni novio.

Guiñó el ojo y si no fuese porque Takashi estaba concentrado mirando el asfalto para ocultar su enojo, podría haberse dado cuenta de que Enjou había enrojecido por completo con ese comentario. ¡Bingo!

                —Koti-chan… no… Eso suena raro… no…. No tengo novia ni novio.

                —Aún—agregó inquisidora y el rojo de Enjou aumentó mientras veía de reojo a Takashi, temeroso de que lo notara. Suspiró con tranquilidad y al mismo tiempo estuvo tentado a girar los ojos. En serio, ¿Cómo era posible que alguien fuese tan disperso?

A veces me dan ganas de zarandearte, pensó fugazmente y luego otra idea vino a su mente que provocó que el rojo fuese aún más profundo. Koti-chan ató algunos cabos y sonrió aún más satisfecha. Todo apuntaba a lo que ella quería, era genial. El pelinegro casi juró que leyó su mente y se apresuró a borrar toda sospecha, aunque con Kobashi fuese imposible.

Al menos debía intentarlo. ¿No?

                —No, no pasará, ni siquiera lo pienses—advirtió y entonces Takashi sí prestó atención.

                —¿De qué hablan?

Los ojos de Enjou se abrieron con cierto pánico. ¿Por qué jodidamente se te ocurre en este momento prestar atención? ¿Qué pasa contigo? Koti-chan relajó el rostro y mintió con maestría exagerada.

                —De nada, emparejé a Enjou con un chico de la escuela y no le agradó.

                —Claro que no—giró los ojos y después miró con cierta disculpa a Enjou—A ningún chico en su sano juicio le gusta que lo emparejen con alguien de su mismo sexo.

El hijo de Fusaki no supo si agradecer o temer por la mentira. El hecho señalaba que Koti-chan estaba al tanto de todo o al menos, de una parte importante. Suspiró resignado y decidió dejarlo pasar, tenía que irse ya.

                —Descuida, me acostumbraré con el paso del tiempo—le sonrió a su nueva hermanita y se agachó a su altura—Adiós Koti-chan, te veré otro día.

                —Hasta luego Enjou nii-san.

Miró a Takashi y trató de modular su voz para que sonara seria e indiferente.

                —Cuídala bien.

                —Así lo haré—replicó con ganas de reclamar. ¿No hay ni siquiera una buena despedida para mí? ¿Sólo eso?

Asintió para el castaño y se alejó de ellos antes de que Kobashi leyera sus pensamientos como seguramente lo haría. Takashi estuvo tentado a lanzarse a suspirar de puro coraje y Koti-chan, la única tranquila de los tres, habló comentando sus impresiones de Enjou y su futuro emparejamiento.

                —Me gusta, me gusta mucho Enjou.

Aquello por supuesto, Takashi lo interpretó de otra forma.

                —¿Te gusta? ¿En serio? ¿No es muy grande para ti?

Por primera vez Koti-chan abrió los ojos sin entender y cuando analizó bien sus palabras y la reacción de su hermano, entrecerró los ojos. Esto es interesante, se dijo en una sonrisa y asintió.

                —Sí, lo es, pero aún así. Me gusta.

Takashi ya no supo qué hacer con esa información y peor aún, con el extraño retorcijón en su pecho, una especie de molestia, de enojo, de… celos.

¿Celos? ¿Estaba celoso de su propia hermana?

Aquello era demasiado.

****

No tenía ni la más perra idea de cómo comenzar.

El día anterior, después de que Ren lo dejara en su casa y comieran un poco para después echar relajo, Misaki había querido darse de topes en la pared. ¿Cómo iba a espiar la relación de Aoi Maya? Era ridículo, para empezar, ni siquiera conocía el horario de clases de la rubia y lo peor, no sabía quién era su novio. ¿Y si se trataba de un tipo fortachón y rudo, de aquellos que tienen mirada de matón? Algo le decía que solo lograría sacar cosas muy malas de esa idea, pero allá va, el idiota de Misaki diciendo que sí a todo lo que Ren le pedía.

Ahora, ya en la escuela, después de preguntarle desinteresadamente a Yuu sobre Aoi Maya y no lograr nada, preguntó en los pasillos. Varios chicos le dijeron el nombre, Izumi Kou, sonaba algo imponente, sobretodo el apellido. Pero él era valiente ante cualquier cosa, no iba a dejar que nadie amedrentara sus planes. Con el nombre del novio de Aoi ya tuvo más información, decidió pedirle a Yuu, quien nunca dejó de mirarle ceñudamente, el anuario de la escuela y, luego de varias búsquedas, lo encontró.

Afortunadamente Izumi Kou no era un matón.

Parecía un chico bastante normal y común. En su foto no sonreía y entre los pasatiempos tenía leer y dibujar. Encogió los hombros sintiéndose más tranquilo, podría espiarlos sin ningún problema y aunque Izumi Kou parecía demasiado normal, sin chiste alguno con sus anteojos, pensó que algo bueno debía tener para que fuese novio de Aoi, la deslumbrante y sumamente hermosa Aoi Maya.

Por eso, ya siendo la hora del almuerzo, tomó sus binoculares, los mismos que usaba siempre en las citas que Ren tenía con alguna otra chica, y una libretita para hacer anotaciones. Confiaba plenamente ver en esa pareja una pizca de amor, lo que descartaría a Aoi como una rival y de ese modo, podría acabar con las aspiraciones de Ren. Se escondió bastante bien entre las macetas que adornaban la cafetería y justo cuando estaba por comenzar su “investigación”, una voz dulce e infantil lo interrumpió.

                —¿Qué haces?—susurró y Misaki brincó en su escondite, pero afortunadamente nadie lo notó.

Una pequeña niña, como de doce años, estaba junto a él escondido. Tenía ojos enormes y una sonrisa parecida a la de los psicópatas que están viendo un hacha. ¿Quién era esta niña y por qué lo abordaba en una de las tareas más importantes de su vida?

                —¿Quién eres? ¿Por qué estás aquí?—también susurró.

                —Soy Koti-chan—respondió la pequeña dándole la mano, el rubio la tomó y ella continuó—Estoy aprendiendo cómo acosar personas. Tú estás haciendo eso. ¿Verdad?

Enrojeció sin poderlo evitar y negó con desenfreno.

                —Yo no le llamaría “acosar”, simplemente hago una “investigación”.

Los ojos de la menor se ensancharon (sí, más) y sacando de quién sabe donde una libretita, apuntó en ella la palabra. Misaki no comprendía nada, seguía sin decirle qué quería exactamente con él y como si hubiese leído sus pensamientos, Koti-chan, como se hacía llamar, le explicó.

                —Necesito “investigar” a un chico, pero no tengo idea de cómo hacerlo. Te vi haciéndolo y supuse que eras bueno en ello. ¿Puedo quedarme? Prometo no molestarte ni importunarte. ¿Qué dices?

Encogió los hombros y asintió. Le daba igual, sinceramente, que una niña desconocida se acercara con semejantes ideas le tenía sin cuidado, siempre y cuando no fastidiara sus planes, no tenía problema alguno. La mencionada guardó silencio absoluto y comenzó a hacer anotaciones a cada uno de sus actos mientras Misaki se concentraba tanto que se olvidó de su existencia.

Además, Aoi y su novio merecían mayor atención. Los observó con los binoculares y a cada segundo, sus reacciones cambiaban más y más. Aoi Maya era muy cariñosa con su novio, le sonreía, lo tomaba del brazo, platicaba y le mostraba cada una de las cosas en su celular. Una novia en verdad enamorada, pensó al principio, pero después de notar las respuestas que su novio le daba, comprendió lo que pasaba.

Era el tipo más seco que había visto en su vida, en verdad tenía ganas de salir de su escondite y reclamarle tanta frialdad. Aoi le sonreía y él no hacía nada más que mirarla sin expresión alguna. Aoi le abrazaba y él se dejaba pero sin corresponder. Aoi hablaba y hablaba sin parar bastante animada y él simplemente asentía. Con razón la maldita anda picando en otras flores, pensó furioso, tiene el novio más insensible del mundo. Si esta información llegaba a Ren, lo podía dar por perdido, el chico tendría luz verde para conquistar a Aoi y ella obviamente accedería, con un novio así, cualquiera lo haría y más tratándose de Ren. Él es maravilloso, no paraba de repetirse y negó con convicción. Su mejor amigo nunca lo sabría, Ren siempre creería que la relación entre Aoi Maya e Izumi Kou era perfecta.

Y nada lo arruinaría.

Nada excepto que Aoi lo notara, por supuesto.

La rubia había recargado su cabeza en la de Izumi después de contarle todos sus problemas. El chico nunca decía nada, pero lo conocía tan bien que sabía que con sus ojos bastaba para saber todos sus pensamientos. Izumi no le regañaba por sus acciones, nunca lo había hecho y de igual modo, él no lo sabía todo, trataba de contarle la mayoría, pero sabía que ciertas cosas nunca las aprobaría.

Izumi, más que su prometido, era como su hermano, lo adoraba tanto. Desafortunadamente nunca pudo sentir por él otra cosa que no fuese cariño fraternal y por lo mismo, ahora que las cosas se habían complicado, necesitaba encontrar a la persona indicada. La había buscado con Ren, pero nunca se imaginó que su pequeño asistente la espiaría. ¿Tan grande era su obsesión por el capitán del equipo de natación? Casi todos en la escuela lo sabían, ella incluida, pero nunca creyó que fuese capaz de cruzar esos límites.

Lo miró espiándola y analizando cada una de sus cualidades. Fue entonces que una brillante idea se le cruzó por la cabeza y estuvo tentada a dar un brinco de emoción, pero se contuvo. Volvió a inspeccionar de reojo a Misaki Takaba, que era como se llamaba el chico, según recordaba y sonrió con astucia. Para lograr lo que quería, debía hacer algunos movimientos y cambios en su estrategia, pero era una idea perfecta. Ésta se trazó en segundos y el resultado le agradó. Apartó sus ojos de él y fingió una emoción parecida a la de las novias enamoradas, solo para que el chico la viera y no sospechara de sus planes.

Solo hubo otra persona que encontró extraña su actitud.

La pequeña discípula del joven Misaki Takaba, quien aún continuaba anotando todo y al ser tan pequeña, Aoi no había podido verla. Sólo ella notó su sonrisa astuta y sus miradas directas al rubio de ojos azules. Y su curiosidad despertó como los leones dormidos que son molestados por un mosquito, algo se tenía en mente esa chica tan bonita y una corazonada le dijo que no podía dejarlo pasar.

Bien, no lo haría. Koti-chan develaría ese misterio.

****

                —No puedo creer que te me perdieras así en el almuerzo. Trata de pensar lo que te pudo haber ocurrido si alguien menos paciente que Yuu te hubiese encontrado. Problemas y muchos problemas es lo que digo.

                —Habría sido tu culpa nii-san, eres mi hermano mayor y tu deber es cuidarme.

Entrecerró los ojos, claro que no, su labor era sacarla de esa escuela para que nunca volviera a acosarlo ni a él, ni a Yuu, ni Izumi y mucho menos a Enjou. Aún seguía conmocionado con los hechos del día anterior. No sabía qué sentir, había demasiadas emociones en su cuerpo pugnando por ser la predominante. Se debatía entre la sobreprotección usual de un hermano mayor, aquella típica historia de los hermanos mayores que se van encima de los chicos que sus hermanas pretenden. Quizá la situación era un poco diferente, pero eso no le quitaba la preocupación de que Enjou alimentara tales esperanzas, sabiendo que era imposible.

¿Y por qué no? Koti-chan es muy bonita… ¡Qué dices consciencia! ¡Es una niña! ¡Tiene doce años y Enjou tiene 17! Puede crecer… ¡Ni de coña! ¡Él no se meterá con mi hermanita! Más bien admite que te desagrada la idea y que preferirías que se metiera contigo… ¡Qué coño estás diciendo consciencia!

Y así mantuvo durante horas esa discusión mental el día anterior, también en ese momento y cuando estaba en clases. Era como si no pudiese parar y Kobashi lo sabía muy bien. Había dicho esos comentarios precisamente con esa intención. La plática con Enjou y sus reacciones le habían dicho todo, además de las ideas que había discutido con Fumiko-sensei. Todo era perfecto, solo debía investigar con más precisión a Enjou nii-san y analizar las reacciones de Takashi.

Caminaban por los pasillos, el almuerzo ya había terminado y al parecer la hora que sucedía al mismo se había cancelado por una junta de algunos profesores y el consejo estudiantil. La menor iba como si nada y notaba la confusión y debate mental de su hermanito. Justo estaba por decir algo para molestarle cuando escuchó un ruido proveniente de un salón cercano.

Aunque decir ruido era un poco ofensivo.

                —¡Nii-san! ¡Nii-san! ¡Vamos!—tomó la mano de su desprevenido hermano mayor y lo arrastró por los pasillos.

Takashi no entendió y se dejó llevar hasta que alcanzó a escuchar la música. Sonaba genial, muy entretenida y sencilla al mismo tiempo. Llegaron a una puerta, donde Koti-chan se detuvo para mirar por el hueco de la misma y justo entonces, el sonido de unas cuerdas de guitarra inundó sus sentidos.

Y el resto se pasó en una nube.

La primera voz que escuchó era la de Rui Miyano, lo pudo reconocer por sus ropas. Tenía un tono de voz grave, pero su estilo de canto era parecido a recitar versos pero acompañados de música. Enjou era quien tocaba la guitarra y estaba concentrado en hacer los acompañamientos al verso de Rui. Le pareció que tocaba increíblemente y justo cuando estaba por sugerirle a su hermana que salieran de ahí, Enjou tuvo el turno de cantar su parte de la canción.

Sus pies quedaron pegados al piso y no hizo ni un solo movimiento más.

La voz de Enjou era increíble, sonaba masculina y para nada trabajada, era como si cantar fuese algo natural en él, como si hubiese nacido con ese don y sólo lo estuviese expresando. Un tono grave, pero suave, como sus dedos acariciaban las cuerdas, así se escuchaba, como una caricia. No pudo evitar mirarle fascinado y Koti-chan, sonrió al notar su embelesamiento.

Es oficial, se dijo, acabas de caer rendido a sus pies.

Dio un brinquito que, por supuesto, Takashi no notó.

¡Es perfecto!

****

Acababa de salir de su última clase y Misaki no estaba ahí en ese momento, el chico se había tenido que ir a la reunión de los profesores en representación suya. Hubiese ido él, claro, pero ya tenía muchas faltas con ese profesor y si continuaba así, reprobaría. Aquello mancharía su imagen de capitán del equipo y más que eso, con materias reprobadas no podría participar en el torneo.

Aquello era impensable.

Revisó su celular y se preguntó cuánto tiempo tardaría la reunión, necesitaba inspeccionar sus próximas actividades y sólo Misaki tenía la agenda. Hizo una mueca y estaba a punto de llamarlo a pesar de que, tal vez solo interrumpiera, cuando la bella imagen de Aoi Maya se colocó frente a él. Quedó anonadado y le sonrió con coquetería, como solía hacer con las chicas. Ella le devolvió la sonrisa y agudizó la mirada.

                —Hola Ren, me alegra encontrarte…—sus ojos se hicieron aún más pequeños—… solo.

                —Aquí me tienes. Necesitas más datos sobre chicas o algo así.

                —No, nada de eso, esta vez se trata de algo diferente.

                —¿Ah sí?

No pudo evitar hacer un gesto de confusión. ¿Exactamente qué buscaba Aoi con él? No negaba que la chica le gustaba, pero era extraña la forma en que hacía las cosas y peor, las frases que le decía. La rubia sonrió seductoramente y con un brillo extraño en los ojos, hizo su jugada.

                —Tengo… una interesante propuesta para ti y necesito que me ayudes con algo.

Aquellas palabras le gustaron al pelirrojo y sonrió con suficiencia. Ya no necesitaba la investigación de Misaki, tenía lo que quería justo en ese momento.

                —Adelante… ¿Qué es lo que debo hacer?

Ella sólo lo miró complacida.

Notas finales:

¿Qué creen que planea Aoi? Ella para mi es muy complicada, sus acciones, su forma de pensar, sus anhelos... ella es como mi venenito :S

Las Izumilovers tuvimos nuestra dosis de Izumi, oh Izumi, eres tan genial (No Koti-chan, Izumi no es Uke!!! Acaso no ves que él tiene toda la pinta de un seme?)

Yo creo que a estas alturas ya saben quiénes son las tres parejas, la segunda medio la adivinaron el capi anterior y pues la tercera es un poco más notoria aquí.

Les tengo un aviso (lo recordé!!) probablemente la próxima semana actualice más temprano, porque me iré a un evento en la tarde y temo no tener internet, así que antes de irme, actualizaré, así que no les extrañe si lo ven antes :)

Y cuéntenme sus opiniones, me encanta leerlas, muchísimas gracias y los amos!!

Bye bye


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