-¿No es conmovedor?- se escucha su ácida voz por el lugar; pero yo estoy muy lejos, perdido en mi mente. Aquí es el único lugar donde no me pueden hacer daño. Lejos de todas las miradas, lejos de todas las críticas, lejos de toda la humanidad…
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-¿Que a dónde vamos después de morir?- Había repetido minato la pregunta que le había hecho su hijo. Acarició su rubio cabello en señal de nerviosismo ¿Acaso no podía preguntar algo más simple? Algo como el porqué era importante ir a la escuela o porqué las nubes soltaban agua -así de paso le aclararía que, en realidad, el cielo no se ponía triste y, por consiguiente, el pequeño naruto no tenía que acompañarlo en su desahogo y ponerse a gimotear también-.-Pues… verás, es un poco complicado de explicar, naruto.
-¿Por qué?- Sus inocente rostro de 6 años giró levemente hacía la derecha. Parecía un pequeño minino con esos grandes ojos azules y esas marquitas en sus mejillas.
Kushina rio a su lado, observando intrigada mientras se preguntaba cómo se libraría su esposo de esta. Ella acercó una uva a cada uno, quienes abrieron la boca al mismo tiempo. Rodó los ojos ya acostumbrada; más parecidos no podían ser.
-Porque yo tampoco lo sé.- El pequeño abrió grande la boca, formando una cómica “o”, al fin había encontrado una pregunta lo suficientemente difícil para su “sabelotodo” papi.- Pero el a dónde vayamos no debe de importarte, lo único que debes saber es que las personas que te quieren seguirán cuidando de ti aun cuando tú ya no las puedas ver. –kushina frunció los labios con indignación. Sus mofletes se inflaron levemente mientras observaba a un asombrado pequeñín por la respuesta de su genial padre.
¿Cómo es que siempre quedaba como un súper genio? Cada vez que naruto le preguntaba esas típicas cuestiones infantiles, ella no sabía cómo explicarle, por lo que tenía que fingir ponerse brava y mandarlo a callar.
-¿me lo prometes?- Su tono nervioso creó incertidumbre en los dos mayores, quienes no sabían que en la escuela le acababan de enseñar acerca de la muerte: cuando alguien descansaba para siempre a causa de algún accidente o enfermedad.
Naruto tenía miedo que sus padres se fueran de perezosos a “dormir” por siempre y lo dejaran solito; él ni siquiera sabía fritar un huevo ni sabía cómo tomar el transporte público para ir a la escuela... tampoco cómo conseguir esos papeles que sus padres llamaban dinero ¿acaso se imprimían? -lo que llevaba a lo mismo porque aún no sabía cómo usar la impresora- ¿Cuántos necesitaría pagarle a un médico para que despertara a sus papás en caso de que pasara?
Algunas lágrimas se acomodaron en sus ojitos al recordar a su maestro comentarles que todos moriríamos algún día, por lo que era necesario disfrutar lo que más se pudiera de este regalo tan maravilloso que nos dio Dios –váyase a saber quién era él; pero debía ser muy bondadosos para regalar vidas a tanta gente, pensó-
El mayor limpió la segunda lagrimita traviesa que escapó de sus ojos. La primera se había estrellado sobre el mantel donde estaban sentados disfrutando de ese picnic familiar de sábado.
-Siempre te protegeremos.- Exclamó con seguridad. Esas palabras parecieron calmar al menor, quien corrió a esconder su mojado rostro entre el vestido de su madre. Kuhina luchó contra la emotividad de la situación, tratando de controlar esas gotas que se acomodaban en el precipicio de sus “líneas de agua”. Devolvió el gesto abrazándolo con fuerza.
Ese era el recuerdo más preciado que tenía con su padre… Pero, ahora todo parecía una mentira.
Solo eran palabras vacías, falsas promesas que vagaban por su inepta mente.
¿Dónde estaba su padre ahora que lo necesitaba?
¿Por qué no se paraba de esa maldita tumba para venir a ayudarlo?
¿Qué había hecho para merecer esto?
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-Mírame cuando te estoy hablando.-Sentí mi cara arder cuando impacto su mano en mi mejilla. Levante la mirada hacia su asquerosa cara ¿Por qué no me dejaba en paz?- no pensaste que esto acababa aquí ¿Verdad?- Ella tomó mi inexpresivo gesto como un sí.- ¡Pero que monada! No, no, naruto. Esto apenas está comenzando. –Su mano acaricio mi mejilla. Sinceramente no sentía dolor, ni siquiera sentía su mano. Al parecer mi consciencia parecía ir y venir a su antojo.
Karin se acercó a la tarima y oprimió algunas teclas en aquella laptop al lado del proyector. Sus labios se movían hacía sasuke, que seguía mirándome intensamente después de que se pausara “ese” video. En realidad podía sentir la mirada de todos sobre mí, o eso suponía… quizá solo era una de esas alucinaciones que solía tener. No me molesté en comprender su expresión, estaba cansado de las miradas de odio, de las miradas de pena; estoy cansado de todo… hasta de la vida.
-¡Muy bien! Todos creen que yo soy la mala de este cuento ¿no?- La sala seguía en silencio. Karin hizo una seña y dos hombres más apresaron a sasuke. Este solo se dejó hacer mientras sus ojos seguían sobre mí. –Eso está por verse. Le acabo de preguntar a sasuke a quien elegiría ahora que sabe la verdad: que el pequeño Naru es un asesino gigolo decidido en hacerse pasar por una bella paloma.-Se movía con gracia a través de la tarima, hablando con simplicidad… como si estuviera dando una conferencia ilustrativa donde yo era el simio que estaba en exhibición.- Repíteme la respuesta que me diste, sasu-chan.- pidió con fingida lástima. Ella movió el micrófono hasta la boca de aquel hombre.
“naruto.” Salió de sus labios.
Sin disculpas, sin adornos, sin contemplación. Creí que sería tan fácil odiarlo… Pero aquí estamos. Mi cabeza daba vueltas y yo solo me ofuscaba de creer que a pesar de todo lo que me estaba haciendo, mi pecho vibraba con alegría al escuchar su elección. Me estaba eligiendo a mí…
-Bueno… ahora escucharemos la decisión del rubio ¿no? Hay que ser justos…- comentó con gracia. La idea de que todo fuera solo una broma televisiva parecía reaparecer en mi cabeza.
Ojalá así fuera.
-Pero, antes de que elijas, es tu turno de saber quién es el verdadero sasuke. Él tuvo la oportunidad de ver tus demonios, ahora te toca… ¿a que no soy la más imparcial de todas? En realidad no, corazón, no te lo creas; solo quiero que veas lo que de verdad significas para este bombón. –Y ya, sin saber qué era lo que me mostraría, la ansiedad se apodero de mis sentidos, sacándome de ese sueño en el que me creía sumergido. Sasuke dejó de mirarme para intentar luchar; gruñó con desesperación al no poderse zafar del agarre de los dos mastodontes que lo tenían apresado.
Los dos hombres que me tenían colgando me soltaron repentinamente. Caí como un bulto de arena sobre el suelo, mis rodillas habían recibido todo el peso. Gemí con fuerza al sentir el pinchazo en esa zona al intentar levantarme; además, las manos seguían escosando aunque no sangraran.
-¡Voy a matarte, maldita bruja!- Sus palabras eran feroces y cada vez más vulgares. El vídeo ya había comenzado, pero yo no podía alejar mi mirada de su cara desesperada; me dolía verlo así… y eso me enfurecía. -¡Apaga esa mierda! ¡Naruto, no quiero que escuches!- Su tono parecía fragmentarse cada vez más, pero seguía luchando por soltarse. En un arrebato logró su cometido y se acercó como una bala hacia mí; antes de reaccionar a su cercanía, me sujetó bruscamente de la muñeca y me guio lejos de la tarima.
Me sorprendía ver a karin indiferente ante el acto… incluso parecía que era lo que ella esperaba.
-“veamos, te daré 5000 dólares si logras enamorar a…”-
El tapo mis oídos y pegó su frente con la mía, alejando mi visión de la pantalla.
-Si de verdad me amas, no escuches ni veas eso…-
Se veía tan asustado y vulnerable… casi tanto como yo hace unos minutos, esos donde suplique por ayuda y nadie vino a mi auxilio, donde él solo me miró con asco y me juzgó como si fuera un cerdo que llevaban al matadero. Él… ahora lleno de hipocresía, me pedía una muestra de amor.
Debía estar tocándome los huevos…
Me solté con ira de su agarre y le di un puñetazo en la nariz, llevándolo directo al suelo. Él intento levantarse nuevamente, pero pateé su abdomen con fuerza, dejándolo sin aire sobre la superficie. Él gimió con fuerza.
-Pero presta atención, naruto… ¡aquí viene la mejor parte!-resté importancia al agarre de sasuke sobre mi talón, que seguía luchando por recomponerse. La imagen había cambiado de lugar. Ahora era un pasillo de la escuela; el mismo pasillo donde me había chocado con sasuke el día siguiente al spa, el mismo pasillo donde solía verlo con odio en las mañanas –la envidia de que todos lo amaran y yo fuera tratado como un cero a la izquierda parecía importante en ese entonces-. El video parecía desde un ángulo peculiar: era de las cámaras de seguridad del colegio.
Él golpeaba el casillero con fuerza, esa parte no tenía audio; y, después de unas breves palabras de su acompañante peliblanco, este último saca un fajo de billetes y se los extiende.
-No es verdad. Nada de eso es verdad.- Un leve susurró se escucha por el suelo. Yo me alejo con miedo de su mano. Que no sea lo que estoy pensando, por favor…
“Tómalo. Un trato es un trato, lo has conquistado antes de la graduación”
Y el aire abandona mis pulmones….
Con inconsciencia muevo la cabeza de un lado al otro, buscando con desesperación algo de oxígeno en el lugar; mi boca suelta una exclamación, y alejo con fuerza su mano al encontrarla en mi hombro.
Se escucha el gemido de sorpresa por parte de todos los estudiantes… alguna que otra risa lo acompaña.
En el video sasuke toma el dinero, sonriendo prepotente ahora con el fajo en sus manos.
“Entonces al final he ganado… ¿Quién sigue?” –Siento su agarre nuevamente en mi hombro. Sasuke me voltea con fuerza y estampa sus labios con los míos. Sus movimientos son torpes y acelerados; pero sus labios saben al peor veneno de todos: saben a mentira, saben a engaño. Odio su beso.
Muerdo con fuerza su labio inferior, dándole un sabor sangriento y amargo. Él se separa rápidamente entre quejidos.
-¿Eso es lo que soy para ti? Una maldita apuesta…-Exclamé, escupiéndole la sangre en su traje; hablaba lo suficientemente bajo para que solo me escuchara él. Para el resto de los expectantes tan solo eran murmullos sin significado; para mí, significaría el cortar de raíz todo sentimiento con este ser que destruyo la poca esperanza en la humanidad que hubo en mi interior. Porque todos tenían solo máscaras… hinata, utakata, sasuke, kiba, shizune… yo; después de esto, no podría volver a confiar ni en mi propia sombra.
No hubo tiempo para las lágrimas ni tristeza, pues toda ya había sido drenada sin contemplación. Ahora solo sentía repulsión y coraje… pero dolió, dolió como nunca jamás algo lo llegó a hacer.
Limpie con ira la humedad en mis mejillas; culpa de las lágrimas de desconsolación de sasuke, que se habían adherido a mi piel en medio del beso. Le deje en claro que no quería tenerlo cerca con mi expresión corporal al descubrir sus intenciones de acercarse nuevamente.- Le aseguro, maldita basura, que nunca volverá a verme la cara. Lo odio, lo odio con todas mis fuerzas; si pudiera volver al pasado, hubiera preferido tragar ácido antes de conocerlo a ust…- Mi rostro se ladeo con fuerza al sentir su pesada mano sobre mi mejilla.
Me había abofeteado…
Pues al final era mentira lo que dije… porque las lágrimas parecían no haber acabado, estas se acumulaban rápidamente en mis ojos. Yo luchaba con fiereza por no dejarlas caer.
Él no las merecía.
-yo… no quería…- Su mano temblaba y el miraba con horror mi cara –posiblemente la marca en mi mejilla-. Antes de que terminara la frase, el sonido de un arma cargándose detuvo sus palabras. Mis lágrimas cayeron, anticipando lo que posiblemente pasaba a mis espaldas. La voz de karin volvió a sobresalir por la de todas.
La sala se llenó de terror –algunos empezaron a correr hacia la salida- al ver el revolver que portaba la culpable de todo esto. Ella apuntaba directo a mi cabeza.
-No hace falta que griten, solo quiero volarle los sesos a este imbécil. Escúchenme bien, a partir de ahora… Nadie ¡absolutamente nadie! Hablará de lo que pasó esta noche… o me encargaré de asesinar a toda la familia de quien se atreva a culparme por algo.- La gente gritaba desesperada, intentado abrir las puertas que en algún momento habían sido cerradas. -¡Cállense!- El silencio volvió a reinar; pero la agonía y el olor a muerte también. –Ahora que acabé con toda tu falsa realidad, me tomare yo misma la molestia de librarte del sufrimiento. No te molestes en agradecerme… solo relájate y disfruta tener una bala entre los ojos.-
Me hubiera gustado decir que mi vida paso entera frente a mis ojos, que pude revivir lo mejor de mi pasado antes de que se extinguiera y se volviera parte del cosmos… pero nada de eso pasó. Yo seguía atrapado en ese tormentoso lugar, paralizado del miedo mientras todos corrían hacia las puertas, intentado tumbarlas.
En algún momento cerré los ojos… Quizá así no dolería, solo sería como haber caído en un profundo sueño. No sentía ira contra karin en este instante. En realidad daba mal sabor de boca admitirles que me sentía agradecido, porque ella me libró de la gran mentira que era mi vida. Me volteé hacía sasuke. Quería apreciarlo una última vez antes de partir… no como aquella persona que apuñalo mi corazón y lo dejo desangrar con su mirada arrogante; más bien, como aquella persona en mi imaginación, que dejó la popularidad y la arrogancia para estar con un nerd, para demostrarle al mundo que el amor de verdad si existía.
Suena patético, lo sé. Quería mentirme hasta en este momento. Morir pensando que sasuke fue lo mejor que me pudo haber pasado.
Solo sonreí con tristeza y extendí mis brazos, aguardando el final.
Extrañaría tanto a mamá…
El sonido de no uno, sino dos disparos, hicieron presencia. No dolió, no se preocupen, prometo que no sentí nada.
Finalmente solo escuché el ruido de un cuerpo cayendo al piso.
Era yo… y ese era mi final.
FIN
Nah, es broma XD. Continuará…