Seguía de pie en mi lugar en el salón de clases de donde Junhong había salido. Estaba viendo a su mesa y recordando la escena que ocurrió hace minutos. Sabía que eso haría que se enojara. Pero no esperaba ver lágrimas. ¿Estaba tan enfadado?. Bueno, fue un shock para él. Como le dije, por primera vez estaba en la misma línea con sus compañeros de clase. Espero que me perdone y tenga una lección por ello. No quiero ser su enemigo. Quiero que seamos amigos. Podemos ayudarnos el uno a otro. Suspiré y miré hacia fuera por la ventana. Ya estaba oscuro y en pocos minutos las puertas del Instituto se cerrarán por completo. Poco a poco me puse a caminar fuera, apagué las luces. Tomé el último vistazo al salón antes de cerrar la puerta. Empiece a caminar por el pasillo, a las puertas principales. Las luces estaban casi todas apagadas.
La gente que estaba afuera, eran jóvenes y algunos eran ancianos. Mi departamento no estaba lejos de la Instituto, así que fue rápido llegar a casa y cocinar algo. Sí, los hombres como yo pueden cocinar. De todas formas estaba haciendo algo simple, porque estaba agotado, y quería ir a dormir rápidamente. Cuando me senté a la mesa, con mi recipiente de ramen instantáneo, mi telefono comenzo a sonar. Miré de quien provenía la llamada… y si, era Himchan. Me reí y conteste. Sabía que Kim Himchan tenía que saberlo todo.
- ¿Cómo te fue? -fue su primer pregunta cuando le conteste.
- Se fue ... bueno, eso creo - respondí, mientras revolvía con los palillos el recipiente.
- ¿Qué significa eso? ¿Cambió? - Himchan preguntó con voz molesta e impaciente. Puse los ojos en blanco.
- Le di una lección. Hizo la prueba. Falló. Entonces se enojó ... y lloró - dije la última parte en un susurro.
- ¿Lloró? ¿Por qué? - Preguntó Himchan.
- Yah! No puedo leer las mente - le dije y comencé a comer.
- ¿Qué vas a hacer ahora? - Me preguntó con una voz alegre.
- Bueno, pensaba en ir a dormir - le dije con una sonrisa.
- Yah ... quiero decir con el estudiante, idiota - Himchan dijo con una voz enojada.
- No lo sé. Voy a tener que esperar hasta el lunes - dije mientras me ponía de pie y dejaba los trastes en el lavaplatos - ¿Y qué hay de ti? ¿y tus alumnos? - Le pregunté apoyándome contra un mueble, mirando a la nada
- Bueno, ellos son buenos. Finalmente - Dijo en una carcajada.
- Enhorabuena. Ahora voy a colgar. Tengo que tomar una ducha - dije y finalice la llamada con Himchan.
Caminé dentro del salón de mi casa que estaba conectado a la cocina. Encendí la televisión y me dirigí a la habitación. Empecé a desnudarme. Lanzando la ropa sucia en el suelo. Sin importarme donde caían. No soy persona que es buena para mantener las cosas en su lugar. Cuando estaba tomando una toalla para entrar a ducharme mi maldito teléfono empezó a sonar de nuevo. Cerré los ojos por un momento para calmarme y una vez más fui a la sala de estar para contestar el teléfono. Juro que si es Himchan voy a... oh es mi mamá...
- ¿Sí eomma? - Dije, y esperé.
- Hola, hijo. Queria preguntarte si va a ir a la iglesia conmigo ... hmmm mañana - dijo con una voz alegre.
- Bueno, sí. ¿A qué hora? - Le pregunté con una sonrisa.
- Alrededor de 11:00 en la mañana - dijo ella y asentí.
- Bueno, yo voy a recogerte - dije y colgué.
Sí soy un hombre religioso. Y no estoy avergonzado por eso. Pero siempre habrá un secreto que se quedará escondido en mi corazón. Me hace daño cuando tengo que ir a la iglesia. Para hacer frente al sacerdote y decirle mis pecados. Empecé a pecar cuando tenía 15 años en mi primer año en la escuela secundaria. Me estaba haciendo daño ... pero como el tiempo pasó volando lo acepté. Ya no pienso en ello. Pero cada vez que voy a la iglesia, la sensación llega de nuevo a mí. El dolor que sentí cuando me di cuenta de que lo que era hace unos años. Negué con la cabeza tratando de dejar de pensar en la mala sensación que se había apoderado de mí.
¡Yongguk no pienses en ello!. Todo estará bien. Caminé de nuevo a mi habitación y cerré la puerta, así no escucharia ningún ruido. Ni siquiera mi teléfono. Caminé hacia el cuarto de baño. Era pequeño, pero me gustaba que sea así. Puse la toalla sobre el lavamanos y me miré en el espejo.
Mi cara estaba pálida gracias a que había pensado en ‘ese’ secreto. Siempre me pongo enfermo cuando pienso en ello. ¿Cómo puede alguien como yo ser así? Las personas como yo están malditas... deberían ser la muerte... el hijo del diablo... no deberían vivir. Si... estas son las palabras la gente dice sobre la gente como yo. Trato de aceptarlo... pero es difícil. Soy un ser humano, ¿No tengo derecho a vivir?. ¿Cuando se es diferente es necesario ser sacado de la sociedad? Ahora dime, porque la gente dice que estamos enfermos. ¿Acaso no lo están más? ¿No tienen sus propios secretos oscuros?.
- AAHHHHH - grité al mismo tiempo que lanzaba mi puño al espejo. Gracias a Dios la luz molesto en mis ojos, por lo que no rompí el espejo.Abrí el agua, esperando hasta que saliera caliente. Camine dentro y cerré la puerta de cristal de la ducha. Dejé que el agua cayera de mi... deje que el agua me limpiara de todos los pecados que cometí y que podría llegar a cometer.
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Estaba acurrucado en mi cama, Daehyun me abrazaba por detrás.
- Hyung, ¿en verdad soy tan malo? - Le pregunté con la voz un poco ronca.
- No ... no lo eres. Es solo que acabas de entender las cosas de manera diferente. Se llama intelecto - Daehyun dijo y comenzó a acariciar mi cabeza ligeramente. Cerré los ojos e intenté conciliar el sueño, pero no pude.
- Daehyun, ¿por qué no estabas en la escuela? - Le pregunté después de un minuto de silencio.
- Bueno… estaba cuidando de Youngjae. Está enfermo y sus padres están en el extranjero - dijo.
- ¿Cuándo va a estar bien? - Dije con mala cara. Realmente extrañaba a Youngjae. Él es muy buen amigo. Y hace unas galletas deliciosas. Incluso más deliciosas que las de mi madre.
- El lunes debería estar en la escuela - contestó, mientras seguía acariciando mi cabello como sabía que me gustaba.
Desde nuestra infancia fué como mi hermano mayor, se hacía cargo de mí. Cuando estoy triste y llorando él está ahí para abrazarme y así calmarme hasta que me duerma, como lo estaba haciendo ahora. Pero no sé, hoy no tiene ningún efecto en mí.
En mi cabeza había un montón de preguntas que debía resolver. Era como una fórmula matemática. Tenía que resolverlo. Hoy de nuevo... Tuve esa sensación. Ese sentimiento equivocado. La única cosa que me tranquilizaba era que mañana iría con mi madre a la iglesia para orar y hablar con el sacerdote por mis pecados. Ya puedo imaginarme cada pregunta del sacerdote. Sí le decía la verdad... a lo mejor podría ayudarme de alguna manera. Suspiré y abrí los ojos... no podía conciliar el sueño... gran problema.Escuche algunos ronquidos detrás de mi.
Daehyun siempre tuvo el sueño rápido. Ahora, ¿qué debía hacer?. Poco a poco me desprendí del agarre que le proporcionaba a mi cintura. No quería despertarlo. Me puse de pie y me acerqué a la ventana. Seguia lloviendo en silencio. Todas las carreteras estaban mojadas y oscuras. No veía a ninguna persona, por lo que supuse que están de fiesta o en casa. Espero que están haciendo lo segundo. Caminé a mi escritorio y puse mis manos en él. Había oscuridad en la habitación, así que sólo podía adivinar lo que había en el escritorio. Sentí bajo mi toque un papel, probablemente era algún cuaderno y un boligrafo. Poco a poco me acerque a la silla y me senté en ella. Saqué mi teléfono de mi bolsillo y lo desbloquee para tener un poco de luz.
Cuando ilumine a mi escritorio, encontré el pequeño interruptor de la lámpara y la prendí. No era una luz brillante así que no haría que Daehyun despierte. ¿Debería hacerlo?. Me pregunté a mí mismo mientras miraba el cuaderno, con sus hojas en blanco. Tal vez es una idea estúpida... Pero después de una pelea con mi yo interior abrí el cuaderno y tome correctamente el bolígrafo. En él escribí la fecha y el año. Y empecé a escribir las cosas que tenía en mente. Nunca en mi vida me imaginé que un día iba a escribir un diario. Mi primera oración era simple y lógica.
- ¿Quién soy? -
La sentencia fue escrita en un papel blanco de el cuaderno, con letras grandes....