Sin pensarlo, lo tome de los brazos para alejarlo. ¿Qué diablos estaba pasando? ¿Acaso no era yo el que ardía en deseo por besarlo? Entonces, ¿por qué él me estaba besando? Lo mire realmente confundido, pero al ver sus ojos llenos de lágrimas y sus labios con una mueca de tristeza, reaccione.
- Chae…, Chae… – mierda las palabras no salían de mi boca, el mejor momento de mi vida y me había quedado sin habla.
- No digas nada hyung – digo zafándose de mi agarre – entiendo que lo que me habías dicho antes solo fue para hacerme sentir mejor
Ahora era él quien quería salir huyendo de ahí, pero no lo deje – Espera – como pude lo detuve – No era mentira, cualquiera se sentiría feliz por tener tu corazón y yo no soy la excepción. Yo también te quiero – Si, al fin lo había dicho. Ya no había marcha atrás, mis sentimientos estaban sobre la mesa y esperaba que Jinnie los aceptara por completo.
- No es una broma, ¿cierto? – ya no pudo contener las lagrimas y estas caían de chorro por sus mejillas – No juegues conmigo, te bese y me alejaste de ti. TE DOY ASCO.
Nunca me había gritado, ¿asco? ¿Cómo?, estaba molesto que hablara de si mismo de esa forma, que lo abofeteé - Crees que si fuera broma, o si me dieras asco, ¿seguiría parado aquí frente a ti?
El pobre se sobaba la mejilla, se le puso roja con mucha facilidad, pero con eso fue suficiente para que se calmara y me dejara hablar – Si te aleje, fue porque yo era el sorprendido, quería verificar que lo que estaba pasando era real. Chaejin, durante toda esta tarde que querido decirte lo importante que eres para mi, pero soy un bruto y cada vez que se presentaba la oportunidad me retractaba. Te quiero tanto, que incluso sentí celos de Seyong…
- ¿De Seyong-hyung?, ¿por qué sentirías celos de él? – la había regado de nuevo, solito me delate
- Bueno, yo, es que cuando llegue los escuche de tras la puerta y pensé que tu y él, pues pensé que estaban pues eso… - como decirle que crei que estaban teniendo sexo sin parecer un pervertido.
- Hyung - su voz sonaba curiosa, se acerco a mi rostro y fijo su mirada en mi- ¿creiste que Seyong-hyung y yo estábamos teniendo relaciones?
- Yo…, pues si eso creí
- Ahhhhhh – grito – ¿cómo puedes pensar de esa forma?, ¿quién crees que soy?, pensar eso, eres un pervertido hyung
- Oye deja de gritarle de esa forma a tu hyung, pequeño mal educado. Como no iba a imaginarme cosas, si los dos estaban jadeando y gritaban y decías que la sacara – La conversación estaba tomando un giro inesperado. Después de decirnos que nos queríamos, ahora el me llamaba pervertido y yo niño mal educado
- ¿Mal educado?, lo dice la persona que escucha conversaciones privadas de tras de las puertas – Tuche, no tenia argumento para defenderme de eso.
- Bueno tal vez lo hice pero solo porque no quería que tu y Seyong estuviera juntos, me quemaba tan solo pensar que te estabas entregando a él y no a mi, no quiero que nadie te toque, QUIERO QUE SOLO SEAS MIO. – Me tape la boca, Por andar discutiendo había dejado que las emociones me controlaran y confesado todo lo que el maknae me hacía sentir. Se quedo callado, supongo que estaba procesando lo que acababa de decirle.
- ¿En verdad quieres que sea solo tuyo, hyung? – me dieron miedo sus palabras, su tono era seductor. Se lamio los labios, un escalofrió invadió mi cuerpo, mi imaginación me estaba jugando una mala pasada, no creo que el pequeño estuviera seduciéndome en ese momento ¿o sí?
- No te burles, ash – revolví mi cabello con la mano, me estaba volvió loco
- No es burla, yo nunca he pensado tener relaciones más que con una persona… tu – Una ventisca paso sobre mí y me dejo helado, por más que trate no pude evitar una sonrisa de gran felicidad, acto seguido a sus palabras, se abalanzo contra mí y caímos al suelo.
Auch, podias haberme avisado que te tirarías sobre mi – no recibí respuesta más que solo esos pequeños ojos inocentes, sus mejillas mostraban sonrojo, sus labios estaban entreabiertos, sin meditarlo más lo tome de nuca y lo bese lo más apasionadamente que pude.
No nos importo estar en el frio suelo, solo pensábamos en darnos placer mutuamente, mis manos acariciaban su rostro tratando de recordar cada facción suya, mientras el se abría camino por mi boca con su lengua, era algo difícil aun de digerir pero no había vuelta atrás, esa noche le quitaría a Chaejin su virginidad.
Los besos se intensificaron, comencé a explorar el cuerpo del pequeño con mis manos, alce la camiseta y pude sentir su piel suave. Su cuerpo se tenso al contacto pero no dejo de llenarme de besos por toda la cara, suspiro en mi oído lo que me dio un poco de cosquillas.
- Hyung, no sabía que tenias cosquillas, que lindo eres – mire hacia otro lado, me había avergonzado – Ja ja ja, que tierno.
- Con que tierno eh? – Lo tome del cuello e invertimos posiciones, quede sobre el, con mis piernas apretando las suyas para evitar que se defendiera. Detuve los manotazos que lanzaba al tomarlo de sus muñecas. Me valí de mi jerarquía para inmovilizarlo. Era tan excitante tenerlo así sometido a mi voluntad, tantas veces me lo había imaginado de esta forma y ahora era realidad, sostuve sus muñecas con una sola de mis manos, aunque creo que si lo hubiera soltado no hubiera hecho nada, con la mano libre levante su camisa y sentí de nuevo su piel, su cuerpo despedía calor, supongo que el mío también, ya que me sentía acalorado. Jugaba con sus pezones, sus gemidos no se hicieron esperar, su cuerpo se contraía debajo de mí, le quite la camisa y también me deshice de la mía. Quería que nuestros cuerpos rosaran directamente. Al realizar esa acción tuve que soltarlo, pero no intento nada como lo había predicho. Al contrario, su mirada era de total sumisión, yo estaba hechizado al ver su torso descubierto, mis caricias no tardaron en regresar, succionaba dejando leves marcas rojas por su cuerpo, lo besaba, lo recorría con mi lengua, jugueteaba con sus pezones, me deje llevar tanto que tomándome de nuevo desprevenido, Chaejin ya había puesto una de sus manos sobre mi miembro semierecto, aprontándolo con su mano. Sentí como mis fuerzas se iban de mi ser, al notarlo Chaejin aprovecho para ponerse de nuevo sobre mí.
- Oye eso no es justo – le reclame por ese “golpe bajo”, a lo que el solo se rio.
Y sin decir más nada, me beso frenéticamente, bajaba a mi cuelo, a mi pecho, succiono uno de mis pezones lo que me erizo la piel.
- Chaejin, espera, debería ser yo quien te guie – puso un dedo sobre mi boca para que no dijera más.
- Hyung, quiero que ser quien te haga sentir un placer infinito, para que nunca me olvides ni busques a nadie más para que te satisfaga – habla muy en serio, así que deje que siguiera.
Continuo con su tarea de recorrer mi torso hasta que llego al pantalón, bajo en cierre y le ayude a sacarme el pantalón con todo y bóxer, mi miembro quedo expuesto para lo que seguía. Tomando mi miembro con ambas manos comenzó a dar marcar círculos en la punta, mi cuerpo instintivamente se arqueo, cubrí mis ojos con uno de mis brazos y eche la cabeza hacia atrás, solo me deje llevar por la mescla de sensaciones que me estaban invadiendo al sentir las habilidosas manos del maknae sobre mi ya más despierto pene. Chaejin quería complacerme, así que no dude en dejar salir de mi boca los gemidos de placer que me provocaba. Una sensación húmeda me invadió, apoyándome con los codos mire que era aquello, vi a Chaejin con mi miembro dentro de su boca, verlo de ese modo, con esa mirada lasciva, succionando mi pene, sacándolo, para luego volverlo a devorar, no aguante más, regrese a mi posición inicial, solo disfrutaba, mi cuerpo se movía invitando al maknae a que acelerada el ritmo de sus succiones. Llegue al clímax, eyacule dentro de la boca de Chaejin y el lo bebió todo. Se paro del suelo y se deshizo de su pantalón y bóxer. De nuevo bajo a mi juntando sus labios con los míos. Me acariciaba otra vez, no tenía en mente darme tregua. Pude sentir como mi miembro despertaba. Al darse cuenta, Chaejin, acostándose sobre mí, movía su cuerpo de tal forma que nuestros miembros chocaban. ¿Cómo había aprendido eso? No lo sabía, y a decir verdad no me importaba, me gustaba.
Se sentó a nivel de pelvis, me di cuenta de lo que estaba a punto de hacer y lo detuve.
- Espera, haces que entre así sin prepararte te dolerá tanto que de seguro me maldecirás
- No te preocupes hyung, quiero sentirte dentro de mí, quiero ser solo tuyo, como habías dicho, no quiero esperar más – y dicho esto, dirigió mi miembro hacia su entrada, fue dejando caer poco a poco todo su peso sobre él, se encogió, le dolía pero nunca esbozo gesto de ello. Lo tome de las caderas y me moví un poco para dejar que se acostumbrara a mí. Luego él fue el que marcaba el ritmo. Los movimientos subieron de ritmo, los sonidos del choque de nuestros cuerpos se mesclaban con nuestros gemidos. Su cuerpo delgado, delicado, perfecto, se mantenía totalmente lanzado hacia atrás, sus ojos los tenia cerrados pero apretaba su mandíbula para evitar que saliera todo el placer que sentía. Gotas de sudor bajaban por su cuello, sin separarnos me levante para limpiarlas con mi lengua. Lo que hice lo sorprendió porque se incorporo, un poco, me miro y me dio a entender quería más. Me recosté para poder masturbar su miembro y así llegáramos al final junto. Mi acción pareció gustarle, aun con los movimientos, podía sentir como su cuerpo temblaba. Una sensación tibia inundo mi abdomen, Chaejin eyaculo antes que yo, pero minutos después deje salir todo mi semen dentro del pequeño. Su cuerpo se relajo y cayó pesadamente sobre mi cuerpo, dejamos que nuestra respiración se equilibrara a la par, mi pecho subía y bajaba. El pequeño me miro y me dedico una de esas hermosas sonrisas que tanto me gustaban, recargado en mi pecho se quedo dormido.
Como pude, me levante para llevar a mi pequeño amante a su cama, parcia una escena de película romántica, sostenía con mis brazos su ligero cuerpo, mientras el rodeaba con los suyos mi cuello. Limpie un poco su entrada antes de colocarle su pijama, al contacto se quejo pero no abrió los ojos. Ya listo, le bese la frente y lo deje dormir.
Yo debía limpiarme también, así que me di una ducha. Al terminar, me puse a ver la televisión, poco después el sueño también me embargo. Una sacudida me alejo del hermoso sueño que tenia. De mala gana abrí un ojo para ver aun irreverente rubio riéndose de mí.
- Hyung, hyung, despierta – era más que obvio que ya estaba despierto pero parecía gustarle molestarme
- Ya Seyong, ¿qué quieres?
- Te resfriaras si te quedas ahí a dormir – esta vez la voz salía de la cocina, Insoo me reprendió con una botella de agua en la mano.
- Mmm, ya, ya, ahora mismo ire a la cama
- Chejin ya se fue dormir – No me di cuenta que Jun Q estaba del otro lado mio
- Si, hace rato que se durmió
- Estaría muy cansado, ya que no es tan tarde. Eh, hyung, ¿Qué le hiciste que lo dejaste tan agotado? - su comentario me hizo despertarme por completo, mis mejillas ardían, seguro que también el color había subido.
- Que mente tienes, Seyong. ¿Qué podría hacerle al maknae? – Estaba decidido a irme a la cama y dejar al lado su interrogatorio, pero no conté con que en ese momento Chaejin se despertara.
- Ah Chaejin, te has levantado – el rubio salía al encuentro del pequeño
- Si, me siento pegajoso, quiero darme un baño – frotándose los ojos, el inocente maknae cavo nuestra tumba.
Los tres miembros restantes se miraron confundidos, pero al verlo con la parte superior del pijama estaba mal puesta, que dejaba ver un poco de su pecho, cayeron en cuenta a lo que se refería. Las risas de los tres, despertaron al pequeño y se dio cuenta de su error. No parecía molestarles, es más, Insoo dándome una palmada en la espalda me decía “ya se habían tardado”. Al parecer todos sabían lo que Chaejin sentía por mí y viceversa, los únicos que éramos ignorantes de los sentimientos del otro, éramos precisamente los interesados. Suspire resignado a seguir escuchando las risas burlonas de los chicos, me acerque a Chaejin que se había quedado paralizado, revolví su cabello y le lleve a ducharse.
Los otros tres, gritaban que no fuéramos ha hacer cosas indebidas y también que fuera bueno con el maknae, cosas así. Supongo que no podía haber resultado mejor de lo que hubiera esperado, tenía a la persona que amaba conmigo y mis amigos lo aceptaban. Quizás lo único que lamento es no haberme confesado antes.