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Azufre y Miel por Caperusita Kiryuu

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Notas del capitulo:

Holaaa aqui Caperusita Kiryuu...

He regresado despues de tanto tiempo. Cumplo mi promesa de no abandonar este ficporque me enanta y deseo terminarlo...

He estado muy ocupada porque trabajo, estudio y tomo talleres de musica; son muchas actividades y poco tiempo pero apesar de todas mis responsabilidades tengo un fuerte deseo por seguir con mi gran pasion que son los fics...

EStoy contenta por poder dejar este capi hoy, espero que lo disfruten...

Capitulo 12: puñales por la espalda…

 

El cielo oscuro cubría toda la ciudad, las estrellas se hallaban ocultas bajo el manto de las nubes de tormenta. Dentro de la mansión las sirvientas servían el abundante banquete que el cocinero había preparado para el gran invitado.

-Misaki me ha hablado maravillas del lugar al que le llevaste, dice que fue hermoso el tiempo que paso allí- dijo Takano mientras bebía un poco de vino.

-El ha disfrutado de todo lo que le pudimos ofrecer en la cabaña de la montaña. Lo lleve a cabalgar y también tuvo la oportunidad de bañarse en la cascada que hay por los alrededores- conto Akihiko.

-Espero que no hayas mirado a mi esposo- dijo Takano en tono bromista.

-Takano no hagas esas bromas- le regaño Misaki a su marido.

Masamune sonrió de manera dulce e intento tomar de manera delicada la mano de su espeso pero este sutilmente le rechazo alejando la mano y tomando la copa.

-Misaki no te preocupes, es solo una broma y a mí no me ofende. Además jamás osaría de mirarte sin tu consentimiento y menos sabiendo que eres el esposo de mi amigo- dijo Akihiko con una sonrisa galante.

Misaki desvió la mirada y se paró de su asiento, los dos hombres le miraron con curiosidad. El castaño los ignoro completamente y salió del comedor a paso veloz, con una mano sobre su boca y la otra en su estomago. Takano también se puso de pie para seguirle pero la voz de su amigo le detuvo.

-Déjalo, no está enojado mas bien precia que iba a vomitar- dijo Akihiko.

-Iré a verle, me preocupa que se sienta mal- dijo Takano, rápidamente salió corriendo por donde había salido su esposo.

Misaki estaba arrodillando frente al inodoro vomitando todo lo que había comido, la garganta le ardía y el sabor le producía mucho desagrado. Sus manos  sostenían con fuerza la orilla del inodoro. Entonces oyó como tocaban la puerta.

-Misaki ábreme- pidió Takano desde el otro lado.

El castaño no contesto, pero había dejado de vomitar. Sintió mucho miedo al pensar que podía ser descubierto en ese momento. Durante varios días pudo ocultar los síntomas pero estaba seguro de que Takano posiblemente notaba que andaba raro porque lo conocía muy bien, no quería decirle la verdad. Se dejo caer del todo al suelo, no tenía fuerza para pararse y en sus ojos comenzaban a acumularse las lágrimas.

-Por favor Misaki ábreme- pidió Takano elevando un poco la voz.

-Vete- dijo Misaki.

-No  me iré, déjame entrar o derribare la puerta- dijo Takano algo molesto con el comportamiento de su esposo.

-Quiero estar solo, me siento mal del estomago- dijo Misaki.

Takano desde afuera comenzaba a perder la cordura, le daba rabia este comportamiento tan distante y agresivo de su esposo.

-¿Misaki que te está pasando?, tú no eres así- dijo Takano preocupado.

-Tú no me conoces, no sabes lo que en verdad he sentido todo este tiempo… ¡Ya basta!, solo vete de mi vida- grito Misaki molesto.

-¿Misaki que estas queriendo decirme?- pregunto Takano desesperado.

-Quiero el divorcio- dijo Misaki casi gritando.

Takano horrorizado con las palabras de su esposo retrocedió unos pasos, sintiendo que el corazón se le desarmaba. El cuerpo entero le temblaba y la lengua se le había paralizado del horror. Justo en ese momento la ventana que había en aquel pasillo se rompió, los vidrio se esparcieron por todo el lugar y sobre el suelo había un paquete.

-¡Takano!- grito Misaki aterrado con el sonido y pensando que su marido pudiera haber hecho una locura salió del baño para ver qué pasaba.

Takano ignoro completamente a su esposo y se acerco para tomar entre sus manos el bulto que había en el suelo, era una caja envuelta con un pañuelo. Lo desenvolvió y abrió la caja, adentro había una nota y un test de embarazo en una bolsita plástica.

Akihiko rápidamente llego al lugar de los hechos preocupado por los gritos que se había escuchado y por el sonido de un vidrio que se rompía.

-Felicidades al puto de tu novio y al traidor de tu amigo Akihiko- leyó Takano en voz alta.

-¿Takano?- le llamo dudoso Misaki, quien había escuchado todo.

-Dime que esto es una broma de mal gusto- pidió Takano entre dientes.

A Misaki se le empañaron los ojos y rápidamente las lágrimas comenzaron a rodar por la tersa piel de su mejilla humedeciéndole los labios. Se derrumbo contra la pared, luchando contra su cuerpo para no desplomarse sobre el suelo.

-Misaki habla- exigió Takano dándose vuelta bruscamente para enfrentar a su esposo, y para contemplar la cara de sorpresa de su amigo.

Agacho la cabeza cubriéndose los ojos para no ver la mirada de dolor de su marido. Un llanto fuerte broto desde su garganta resonando en todo el pasillo. Takano rápidamente se acerco a su esposo mirándole con desesperación.

-¿Misaki el te forzó, verdad?- pregunto Takano desesperado, intento negarse a su mismo lo que estaba pasando en ese momento.

-Takano, yo lo siento mucho- susurro entre sollozos Misaki.

Masamune intento tomarle del rostro con sus manos pero rápidamente recibió un manotazo de parte del castaño, había sido rechazado abiertamente de todas las formas posibles.

-¿Es por eso que quieres separarte de mí?- pregunto aterrado Takano, las lagrimas brotaban de sus ojos de manera natural y el no intentada detener el fluido de ese rio salado –Yo te perdono, te perdono cualquier cosa pero no me dejes porque yo te amo.

-Basta Takano, yo no puedo con esto- dijo Misaki llorando desesperadamente.

-Todos cometemos errores, lo entiendo, pero esa no es razón para que me dejes. Ese bebe sea mío o de Akihiko lo criare con todo mi amor- suplico Takano al borde del delirio.

-¡Entiende que esto no es porque te haya estado engañando con Akihiko!  ¡Es porque yo no te amo!- dijo Misaki, gritando a todo pulmón mientras sentía que su corazón se alivianaba.

Rápidamente Akihiko actuó cuando vio las intenciones de Takano de tomarle por los hombros. Arrastro hacia atrás al castaño y se interpuso en el medio del matrimonio.

-Detente Takano, le estás haciendo mal a Misaki y al bebe- dijo Akihiko con el seño fruncido.

-¡Tu! ¡Maldito traidor!- grito Takano reaccionado rápidamente con violencia, proporcionándole un fuerte puñetazo en el rostro.

Akihiko retrocedió unos pasos por la fuerza del golpe, limpio su labio inferior cuando sintió que la sangre comenzaba a fluir de la herida que se le había hecho.

-¡Takano basta!- grito Misaki desesperado, sosteniéndose el abdomen donde estaba recibiendo puntadas.

-No puedo, mira lo que te ha hecho Akihiko- dijo Takano dolido.

-No me culpes de tus errores- dijo Akihiko molesto.

-Mientras te confiaba la seguridad de mi esposo tú te aprovechabas y lo llevabas a tu cama- dijo Takano irritado, intentado reprimir cualquier imagen de su esposo teniendo relaciones con su amigo.

-Yo lo he protegido y lo seguiré haciendo, jamás lo obligaría a hacer algo que no quiere- dijo Akihiko.

Takano no fue capaz de oír nada más y se lanzo sobre su ex-amigo desatando su furia en golpes fuertes que iban dirigidos a las partes más vulnerable del cuerpo. Akihiko se encontraba incapaz de golpearle, el había fallado como amigo y lo sabía, por tal razón solo se protegía o esquivabas los golpes.

En ese momento donde la atmosfera se había convertido un infierno irrumpieron Yukina y Dante, este tomo entre sus brazos al castaño y comenzaron a correr hacia la salida donde les esperaba un coche equipado con las maletas de los dos castaños. Takano cuando pudo reaccionar era tarde, se habían llevado a su esposo. Akihiko aprovecho que estaba distraído Masamune y tomo sus cosas para abandonar la mansión a toda prisa.

 

 

 

El avión ya habían llegado a destino hace unos minutos, Ritsu y Sabrina ya se encontraban con su equipaje. Habían salido a fuera tomando caminos diferentes. Ritsu tomo un taxi que lo llevaría al hotel Teito y Sabrina estaban siendo esperada por un guardaespaldas.

La joven se acomodo bien en el asiento mientras unos de los tipos que la escoltaría a casa guardaban su equipaje en el baúl del auto. Saco su móvil y marco el número de su intima amiga.

-Hola Sabrina, ¿Cómo estás?- pregunto una agradable voz al otro lado de la línea.

-Hola Aikawa, muy bien y supongo que tu también después de ese viaje a Hawái- dijo Sabrina, ambas mujeres rieron con alegría. La joven carraspeo su garganta y aclaro su voz- espero no estar molestando.

-Para nada, ¿dime a que debo tu llamada?- pregunto Aikawa curiosa.

-Necesito que recibas a alguien en tu apartamento- dijo Sabrina algo apenada.

-¿A quién?- pregunto Aikawa.

-Al amante de Akihiko- dijo Sabrina con un tono de voz juguetón.

-Está bien, déjalo todo en mis manos- dijo Aikawa emocionada.

-¿Así de fácil me dices que si? ¿No te das cuenta que vas a meter un total desconocido en tu casa?- le reprocho Sabrina.

-Dijiste Akihiko y amante en la misma oración, lo demás no importa. Además si dices que es su amante el que traerás a mi casa quiere decir que conoceré a la inspiración de todas las novelas de sensei- grito Aikawa emocionada.

-Entonces he elegido el lugar correcto para que se queden el amante y del hijo de Akihiko- comentó Sabrina divertida.

-¡¿Enserio?! eso es maravilloso- dijo Aikawa contenta.

-Por eso Dante los acercara ahora a tu casa, y el cuidara de ellos- dijo Sabrina.

-¿Y porque tu no?- pregunto Aikawa.

-Tengo unos asuntos pendientes que atender, pero pasare más tarde por ahí- dijo Sabrina seria.

-Estas rara- dijo Aikawa molesta.

-Perdona, es que tengo muchas cosas que hacer antes de que nos juntemos a charlar- comento Sabrina mientras miraba hacia adelante como el vehículo rápidamente avanzaba por las calles.

-Entiendo, solo te pido que seas cuidadosa- dijo Aikawa.

-Lo tendré en cuenta, y por cierto tú y yo hablamos la semana pasada sobre eso- dijo Sabrina seria.

-¿Le estas ocultando cosas a Dante?, me imagino que estas metida en algo grande- dijo Aikawa pensativa.

-No es la gran cosa, pero el exagera mucho. Prefiero a veces dejarle fuera de algunas cosas- comento Sabrina divertida.

-Entonces solo me queda desearte suerte, y obvio que te diviertas mucho- dijo Aikawa emocionada.

-Tú sí que me conoces. Nos vemos mañana- dijo Sabrina y cortó la llamada. Miro hacia el frente como manejaba el chofer, soltó un largo suspiro- Robert a veces pienso que yo fui quien más aprendió del lado yakuza de la familia.

-Usted no es una mala persona señorita Sabrina- dijo Robert sin quitar la vista del camino.

-¿Pero no es cruel lo que estoy haciendo ahora?- le pregunto Sabrina al chofer.

-Le puedo asegurar que no me equivoco al confiarle a ustedes la vida de toda la familia yakuza, señorita es usted la única que tiene la fortaleza para proteger a sus seres queridos sin flaquear- dijo Robert.

-Me alagas, por eso estoy segura de que hecho bien en involucrarte en esto, aunque no me hace feliz que puedas salir lastimado- dijo Sabrina seria.

-Nada malo pasara mientras usted lidere- aseguro Robert.

 

 

 

Las lágrimas que rodaban por sus mejillas eran tibias y cuando tocaban sus labios podía sentir su sabor amargo. Su llanto silencioso parecía no querer dar tregua, mantenía la mirada gacha pues no quería ver la expresión triste de Yukina o Dante. El alma se le partía en pedazos, ¿Por qué tuvo que ser así?.  El dolor de Takano se le había impregnado en la piel, ver la desesperación en sus ojos le había hecho sentir tan mal que si se hubiera dado la oportunidad se hubiera retractado de todos sus errores. Una mano roso la suya, giro solo un poco su mirada para ver la mano de su mejor amigo extendiéndole un pañuelo.

-Relájate un poco, no queremos preocupar al bebe- dijo Yukina regalándole una cálida sonrisa.

-Perdón…- dijo Misaki con voz suave posando una mano en su estomago y con la otra recibiendo el pañuelo para secarse las lagrimas.

-Díselo al pequeño, tú debes ser fuerte por los dos- dijo Yukina intentándole subir los ánimos.

-lo había olvidado… es que cuando vi a Takano…- hablo Misaki con voz baja, con dificultades para expresar lo que sus ojos habían presenciado.

-El ya lo sospechaba aunque no lo dijera.  Tu humor, tus comidas y tu cuerpo eran señales que él había comprendido... No debes culparte, todos hicimos algo mal. Takano quiso monopolizarte, Akihiko fue un cobarde, yo apañe tus travesuras. Nada sucedió por un desliz, porque aunque quisieras fosarte a creer que fue solo eso te darás cuenta que las cosas no son así… Si te arrepientes ahora ¿Cómo te sentirías?- le dijo Yukina, con la preocupación y el amor en la mirada.

-Yo amo a Akihiko y soy muy feliz sabiendo que podre darle un hijo, pero no quiero dañar a Takano. Mi marido me lo dio todo, incluso su vida- dijo Misaki con tristeza, intentando no llorar par no transmitirle su dolor al bebe.

-Te prometo que mañana todo será mucho mejor- dijo Yukina regalándole una dulce sonrisa.

Misaki no lo pensó dos veces y se abalanzo sobre su amigo para darle un cálido abrazo.

 

 

 

El vehículo estaciono en un pasaje de aquel barrio tan concurrido por los emigrantes extranjeros que aun deseaban conservar algo de sus raíces. Era un lugar pacifico, de colores pintorescos y aire familiar. Descendió del auto vistiendo una ropa casual (camisa salón, jean azul y unos zapatos bajos color plateado). Se encamino sin dudar a bar de comida tradicional mexicana, allí casi al final del local diviso a un joven sumamente atractivo que estaba bebiendo un vaso de jugo mientras observaba por la ventana.

-Perdona la demora- dijo la joven sentándose enfrente del hombre.

-Sabrina no hay de que disculparse después de todo hubiera esperado lo que hiciese falta para verte y poder tener esta charla contigo- dijo el hombre que la miraba fijamente a los ojos.

-Gracias Tohma, sin ti nada de esto sería posible- aseguro Sabrina con una sonrisa.

-Tú y yo sabemos que este es nuestro deber. Los errores cometidos deben ser remendados… tu callaste el incidente de Takahiro y yo deje que Shuichi se suicidara porque lo odiaba tanto. Hemos dejado que esta situación llegara muy lejos porque pensamos que podríamos con la responsabilidad… pero al final solo hemos causado dolor- dijo Tohma con la mirada agachada.

-Lo dijiste… ya no quiero hablar de los errores del pasado, así como nos equivocamos lo podremos solucionar- aseguro Sabrina.

-Espero que estés lista para la siguiente fase del plan- dijo Tohma serio.

-Nadie está listo para lo que viene, pero bueno es lo que hay y debemos ser fuertes- dijo Sabrina seria.

 

 

 

Allí estaba el, solo y destrozado por dentro ahogando todos sus pecados en una botella de ron. Había elegido este camino, el mismo sabía que este sería el final. Quería estar aislado del mundo, encerrado en su oficina oculto debajo del escritorio. Oía como golpeaban con brutalidad la puerta pero él se negaba a abandonar su refugio, aquellas voces que gritaban su nombre con desesperación se hacían cada vez más lejana.

Ya nada importa. La vida era una mierda y él se había encargado de que no faltara ningún detalle en su caída. Todo este tiempo había creído que conocía cada centímetro del corazón de su amado, que había jugado limpio en el amor, pero ahora nada parecía tener sentido, ¿Qué había estado haciendo durante tantos años de vida?

-A veces no solo se trata de amar, a veces no es solo sexo… el amor y el sexo siempre forman un todo, si faltara un pieza entonces no se podría decir que es el indicado- ese había sido un consejo oxidado con los años que se lo había dado quizás el único amigo verdadero que había tenido.

Dio otro trago largo al ron y cerro sus ojos. Promesas y palabras al viento, todo era arrastrado muy lejos de el porqué aquello que había sido su razón se escapo de sus brazos y entrego su corazón a otro. El juego macabro del amor no era para él, o quizás el jamás quiso jugar y solo tomo una apuesta segura.

Al demonio su imperio, nada valía ahora que se había quedado en la nada. Misaki le amaba pero solo como un hermano, y solo ahora era capaz de ver en cada gesto de su amado el cariño pero no la pasión. No entendía que había estado pensando cuando monopolizo al castaño.

… y Yokozawa, el siempre estuvo allí intentándole salvar y queriéndole hacer ver lo que en verdad pasaba frente a sus ojos. Akihiko también había hecho un sacrificio por él, se había alejado de él y su amado solo para no producir dolor. Misaki quien había decidido entregarle todas sus sonrisas para que fuera feliz. ¿Y el que había hecho por todos ellos?...

A Yokozawa le había quitado la posibilidad de ser madre, de poder engendrar un hijo en su vientre. Akihiko se había convertido en un desconocido, un hombre del cual desconocía sus intenciones. Y a Misaki le había arrebatado la vida, todas sus ilusiones… Pero él no era malo, el solo era un hombre enamorado e idiota. ¿Por qué pasaban esas cosas malas a su alrededor?...

-¿Por qué las cosas deben ser así?- se dijo a sí mismo con la voz quebrada. Esas lágrimas traidoras fluían sin piedad por la piel de su mejilla cobrándose cada una.

-Tú no tienes la culpa, alguien más abuso de tus sentimientos- dijo una voz suave y cálida.

Escupió el trago de ron que había dado y arrojo lejos de él la botella de la bebida alcohólica. Escondió la cabeza en sus rodillas y negó con la cabeza, estaba teniendo alucinaciones por el alto consumo de la bebida y la depresión por la que estaba pasando.

-Yo podría contarte la verdadera versión de los hechos, lo que debió ser y no lo que te hicieron creer- dijo aquella voz.

Aterrado se arrastro con desesperación fuera del escritorio y miro hacia todos lados. Estaba tan atontado por la bebida alcohólica, no entendía que estaba pasando. Entonces vio la silueta de alguien sobre el escritorio.

-¿Tu?- pregunto dudoso, intentando que la borrachera dejara de jugar con su mente.

-La única e inigualable- dijo aquella voz.

-¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste?- pregunto alterado.

-Takano quiero que me escuches bien, quizás lo que te diga sea la respuesta a todo lo que has estado viviendo.

-¿Y qué tienes que ver en esto?- pregunto Takano confundido, intentando mantener su vista fija en la silueta.

-Yo fui quien provoco todo esto, fui yo quien está por contarte una versión de los hechos que no conoces… ¿Estás dispuesto a escucharme?

-¿Qué fue lo que hiciste?- pregunto Takano irritado.

-Esta es una historia vieja que solo descansara en paz cuando tu mueras… pero yo no lo permitiré. Takano esta falsa historia debe terminar.

-¿Mi muerte? Deja de jugar conmigo, si tienes algo que decir habla claro- dijo Takano exaltado.

-Debemos cortar la raíz del mal… no debes confiar en Takahiro.

-¿Estás hablando de mi cuñado?- preguntó Takano confundido.

-Takahiro a hacho muchas cosas malas, sin ir más lejos lastimo a Yokozawa y Ritsu. ¿Acaso ellos no eran personas muy importantes en tu vida?

-¿Ritsu?- pregunto Takano pálido, al borde de la locura.

-El no te ha olvidado, aun creen en la amistad que tenían. Y aunque suene muy loco Yokozawa lo ha protegido al igual que yo… ¿Y los papeles de tu herencia? yo que tú me consigo un nuevo abogado y hago unas modificaciones, pero hazlo en secreto de ese cuatro ojos.

-¿Por qué hablas tan mal de Takahiro?- pregunto Takano preocupado.

-El se ha deshecho de cada uno de tus hijos… Takano siempre fuiste descuidado e ibas por la vida dejando embarazado a muchas personas y mientras tanto el a tus espaldas en encargaba de desaparecer a esas pequeñas criaturas que se engendraban en los vientres de sus madres.

Takano sintió que el grito de horror se atoraba en su garganta, aterrado y espantado. Retrocedió asustado chocando con la silla de su escritorio, cayendo sentado al suelo. Los ojos los tenía muy abiertos al igual que su boca y todo su cuerpo le temblaba de pies a cabeza.

-¿Entonces Yokozawa…?- pregunto Takano sin poder continuar la frase pues el dolor en su pecho le estaba robando el aire.

-Yokozawa perdió a su bebe en manos de Takahiro, intentando proteger a otra persona. A pesar de ser gruñón hizo algo muy hermoso… Ese cuatro ojos jugo muy sucio y yo se lo permití porque pensé que era un idiota, pero me equivoque y es hora de remendar mi error. La pregunta es: ¿Vendrías conmigo?

-¿Cómo sé que puedo confiar en ti?- pregunto Takano serio, mirándola a los ojos.

-Porque sabes que jamás dañaría a Misaki, además he traído para ti un paquete especial- dijo la silueta entregándole un sobre- No dejes que nadie más los vea… y si después de ver todo lo que hay ahí quieres seguirme comunícate con el móvil que allí coloque porque estoy más que segura que todas las líneas de tu casa están pinchadas.

-¿Puedo confiar en ti?- pregunto Takano.

-Solo tú lo sabrás…

Envuelta en una luz desapareció. Takano sintió que esa luz que lo enceguecía eran los efectos del alcohol en un alto grado, sin pensarlo mucho oculto el sobre y se dejo caer inconsciente al suelo.

 

 

 

El auto se estación a media noche en un elegante y lujoso pero a la vez sencillo edificio de 7 pisos. Misaki mantenía la cabeza agachada, sin querer saber nada sobre todo lo que lo rodeaba pensando únicamente que quería descansar y reparar todo el dolor causado. Dante bajo del auto y abrió el baúl para bajar el equipaje mientras que Yukina con delicadeza ayudaba al castaño a descender del vehículo. Se acercaron a la puerta principal. Yukina saco la llave del edificio y abrió la puerta. Con diligencia subieron al ascensor y marcaron el último piso.

-¿A dónde me han traído?- pregunto Misaki, su suave oz se oía cansada.

-Está bien no hay de qué preocuparse, aquí estarás a salvo- dijo Yukina acariciando los castaños cabellos de su amigo.

-¿A salvo?- pregunto Misaki confundido.

-Estas embarazado, lo mejor es que estés en un lugar seguro donde sepamos que nada malo te pasara. Queremos estar confiados de que nada ocurrirá si te dejamos en buenas manos, te dejaremos al cuidado de una muy buena amiga- aseguro Yukina con una sonrisa.

-Entiendo- dijo Misaki regalándole una débil sonrisa.

Un breve sonido resonó en el ascensor, era el aviso de que habían llegado a destino. Bajaron y se encaminaron hacia el apartamento 7ª. Sin tocar ni visar de su llegada, Yukina saco una llave de su bolsillo y abrió la puerta. Inmediatamente la luz se encendió sola.

-Que practico que es este sistema- dijo Yukina contento mientras se hacía a un lado para que sus dos acompañantes entraran.

-Llegaron- dijo con emoción una mujer (en camisón cubierta con una bata) que se asomo al living desde la cocina.

-Aikawa no sabía que estabas despierta- dijo Dante mirando a la mujer como si se tratara de una vieja amiga.

Aikawa le regalo una corta sonrisa, para luego caminar y acercarse al castaño. Lo miro detenidamente con mucha curiosidad analizando cada una de sus facciones.

-Tú debes ser Misaki, es un gusto conocerte- dijo Aikawa saludando con voz cálida al castaño.

-Hola Aikawa, el gusto es mío. Además quiero agradecerle el que me reciba en su casa- dijo Misaki con una dulce sonrisa, siempre tan correcto.

Un estridente grito resonó en la habitación. Aikawa sonrió ampliamente y se arrojo sobre Misaki para abrazarlo como si fuera la cosa más bella del universo.

-¡¡¡No puedo creer lo mono que eres Misaki!!! ¡¡¡Quiero tenerte tan cerca de mí!!! ¡¡¡Voy a morir con lo lindo que eres, además eres tan educado!!!- Aikawa gritaba emocionada casi asfixiando al castaño entre sus brazos.

 

 

 

No tenía otro lugar a donde ir ni tenía a quien recurrir para saciar su incertidumbre. Tenía la botella de vino sin abrir junto a él, quería ahogar sus penas pero no en la bebida aunque sus instintos primarios le pidieran que lo hiciera. La razón martillaba con fuerza su cabeza manteniéndolo cuerdo, permitiéndole estar lucido para comprender lo ocurrido.

-Un hijo- susurro con una mezcla de sorpresa y emoción en la voz.

Sentía una felicidad inmensa desde los pies hasta la cabeza al saber que su amado engendraba en su interior un hijo fruto del amor, un hijo fruto de la traición… Así como subía también bajaba, la felicidad rápidamente era opacada por el recuerdo del rostro de su mejor amigo teñido de dolor y soledad. Le había arrebatado la felicidad de toda una vida a su amigo del alma solo por culpa de sus sentimientos egoístas.

Quería encontrar un culpable, pero al final de cuenta nadie lo era. El mismo lucho contra todos sus instintos y emociones para impedir esta tragedia, pero su amor era más fuerte y más si era correspondido.

-Te juro Takano que mi intención no era dañarte, te juro que luche contra todo para olvidar a Misaki… Yo no quería esto para ustedes, para nosotros- sollozo Akihiko destruido por todo lo que había ocurrido.

No daba paso a la felicidad, la opacaba con todo el arrepentimiento que se posaba sobre sus hombros. Estaba derrumbado sobre el suelo llorando como aquella vez que supo que había perdido al amor de su vida. No había donde correr, el sabor de la traición siempre le dejaría la garganta seca y ni el agua mas cristalina podría zacear su sed.

 

 

 

No lograba salir de shock. Estaba allí sentado sobre el sillón cubierto con una manta amarilla mientras miraba su reflejo en la humeante taza de té. Quería comprender porque todo había ocurrido de esa manera, porque se salió de control la situación a tal punto que había huido de su hogar cuan este había sido su único refugio.

-Misaki ¿Quieres hablar conmigo?- pregunto la mujer que estaba sentada el suelo observando a Misaki con tristeza.

-Aikawa de verdad estoy agradecido por su hospitalidad pero no es necesario que se fuerce a entablar este tipo de charlas conmigo- dijo Misaki con voz suave, algo rasposa después de todo lo que había llorado.

-A mi no me molesta para nada, me encanta poder ayudar a las demás personas escuchándolas- dijo Aikawa regalándole una cálida sonrisa.

Misaki le sonrió con algo de timidez para luego volver a centrar su mirada en la taza que sostenía entre sus manos. Le dolía tanto el corazón, sus pensamientos se repetían una y otra vez en su cabeza.

-Supongo que todavía no caigo en cuenta de la persona que descubrí que soy- dijo Misaki con tristeza.

-¿Y qué clase de persona crees que eres?- pregunto Aikawa.

-Una mala. Una que engaña, traiciona, defrauda y que al final termina arrastrando a todos sus seres queridos en sus problemas- confeso Misaki sintiéndose la peor persona del mundo.

-Bueno eso es algo relativo, todo depende de por donde lo mires… pero dime ¿por qué crees que eres todas esas cosas?- cuestiono Aikawa.

-Engañe a mi marido, traicione su confianza, le defraude cuando demostré que fácilmente caí en los brazos de otro hombre y he metido en líos a la familia Usami solo por haberme involucrado con uno de sus hijos- conto Misaki con tristeza, sintiendo que nuevamente el llanto quería atacar.

-Has hecho todo eso, pero no eres el único culpable. Después de todo cada uno de los involucrados actuó de una manera que también influyo en ti. Nadie está libre de pecados en esta historia- aseguro Aikawa mirándolo de manera maternal.

Misaki miro esos ojos y sintió remordimiento en su interior. Desvió la mirada, sentía asco de la compasión que estaba recibiendo por parte de la cálida mujer frente a él. La culpa no le dejaba respirar en paz.

-Aikawa seguramente tú debes saber que yo he quedado embarazado de Akihiko- comento Misaki, intentado conseguir una reacción de disgusto por parte de la pelirroja.

-¿Y acaso eso no te hace feliz?- pregunto Aikawa.

Misaki elevo la mirada y observo a la mujer, la cual lo miraba con una sonrisa suave.

-Me hacía mucha ilusión la idea de que tuviera una semilla de Akihiko creciendo en mi interior, todavía no me creo que es verdad- confeso Misaki mostrando su primera sonrisa sincera de la noche.

-¿Entonces por qué te empeñas en tirarte hacia abajo?- pregunto Aikawa comprendiendo el dolor del joven castaño.

-Porque el hijo que crece en mi vientre es de Akihiko el mejor amigo de mi marido- dijo Misaki sintiendo las lágrimas caer por su mejilla.

-Pero anhelabas a ese hijo y a su padre lo amas… y sabes bien que a Takano no lo amas como tu esposo. Si hay algo por lo que debes juzgarte es por lo que realmente sentiste tiempo atrás, ¿En verdad amabas a Takano cuando diste el “si”?- pregunto Aikawa seria, pero manteniendo la calma en su voz.

-Yo…- Misaki se había quedado sin palabras.

-Entonces no es esa la verdadera traición. Misaki a veces el error es otro y no queremos verlo porque simplemente quisiéramos que eso nunca hubiera pasado… Sé que quieres a Takano pero no puedes obligarte a verlo más que como un hermano. Quizás deberías repensar todos tus sentimientos- dijo Aikawa con calma, dándole palmaditas en la pierna para darle ánimos.

 

 

 

Ella lo mira con cariño, con los ojitos empañados por las lágrimas. Cada error del pasado estaba cobrando forma en el presenta, estaba viendo perecer a sus seres queridos. Tenía que ser fuerte porque ella era la única cura. Solo ella sabia la verdad, solo ella podía derribar al enemigo con un ataque sorpresa. Si llegaba a flaquear todo se iría al demonio. Ya tenía su jugada armada y estaba segura de que su enemigo también la tenia, era todo o nada.

-Ganar una batalla es una cosa, pero te juro que seré yo quien gane la guerra...

 

 

Notas finales:

Que les parecio???

Ya se sabe que Misaki esta embarazado y espaco de casa envuelto en un remolino de fuerte emociones...

¿Takano enloquesio o fue real lo que paso en su oficina? ¿Quien sera esa persona? ¿Que contiene el sobre?...

Akihiko ahora siente el peso de la culpa, quizas era el quien no estaba listo para enfrentar a su amigo cuando se supiera la verdad...

Sabrina parece tener todo en orden, ¿Sera que se acerca el final de esta tragedia del pasado?...

 

Queria dejar un aviso que pronto subire un nuevo fic: si son fans de las parejas romantica terrorista erotica y domestica entonces seguro que les encantara. no quiero dar mucho detalles pero aviso que sera un fic muy sexy, con mucha adrenalidas y travesuras adolescentes...

 

Les deseo a todos un FELIZ AÑO NUENO!!!!

Nos leemos pronto, besosssssssssssssssssssss


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