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Orfanato Konoha por luunaru

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Notas del capitulo:

Hace mucho que no actualizo este fic y no era porque no quisiera simplemente es que tuve un bloqueo de muchos años, 2 para ser exacta, espero no me vuelva a pasar D'x bueno aquí les traigo la actualización espero les guste 

2. Experimentos.

Siempre se había preguntado cómo es que los niños hacían para estar sin sus papás durante toda su vida y ahora lo vivía en carne propia, era frustrante no volver a ver a su padre cuando volvía de sus viajes, ni a su madre sonreír y prepararle una rica cena o un baño caliente, a su hermano gritarle cuando volvía a casa en vacaciones, ni los regalos de navidad, ni su cumpleaños, nada.

Sus ojos comenzaron a cosquillear por las lágrimas, realmente no entendía ¿Por qué su madre lo abandonaba? ¿Su padre lo buscaría? Él sabía que sí, sabía que en cuanto no supiera de él investigaría su paradero como con Itachi, su hermano mayor.

Soltó un sollozo que ahogo entre las sábanas ¿Y si no lo buscaban? ¿y si lo dejaban ahí de por vida? Sentía su corazón herido, que digo su corazón, su alma había sido arrancada de su cuerpo esa misma mañana cuando su madre lo dejo ahí. Tenía miedo; ahogo otro sollozo. Ya no podría correr a brazos de su niñera cuando tuviera miedo, sí, su niñera, ya que su madre nunca lo abrazaba cuando lloraba de miedo, la niñera quién vivía en la mansión se encargaba de eso. Su madre había sido lista, lo había abandonado solo un día después de haberles dicho a todos que salieran de vacaciones por 3 días.

Muchas veces había visto películas donde los padres abandonaban a sus hijos y siempre tenía una sensación de terror, de miedo, de vacío más nunca se imaginó que era mucho peor de lo que pensaba.

Ya habían pasado tres días, tres torturosos días en los cuales se paraba frente a la puerta principal todo el día a esperar a su padre. Él sabía que su padre iba a volver hoy y entonces volvería a casa. Realmente quería creerse esa mentira.

-          De nuevo tu aquí – musito con molestia – Deja de hacer eso, nadie vendrá por ti, no eres el primer niño al que sus padres abandonan aquí.

-          Hic – sollozo – no es verdad, sé que él vendrá por mi cuando sepa que no estoy – lo miro con molestia

-          Eres tan llorón, ya veo porque te abandonaron. Das lastima – Esa última frase le atravesó el cerebro como si acomodaran el puzle

¿Y si era verdad lo que decía Kabuto y lo habían dejado ahí por ser berrinchudo y llorón? Aunque qué esperaban de un niño de 9 años al que habían abandonado. En ese mismo momento se prometió no volver a llorar, fue hacia su cama y saco debajo del colchón una hoja y un lápiz escribió con rapidez, al finalizar doblo la hoja y la guardo dentro de su almohada, así nadie la vería, ahora tenía que planear un robo, sabía que eso estaba mal pero no le quedaba alternativa iba a necesitar ayuda y para eso iba a pedírsela a Naruto, a pesar de que era más grande que él actuaba muchas veces como niño pequeño.

-          Necesito un sobre – le dijo al ver que no quería acceder – Necesito enviarle una carta a mi padre y decirle que estoy aquí – agacho la mirada, ya había pasado una semana desde su ida de casa y se estaba desesperando – quiero ayuda por favor – hizo una reverencia

El rubio se la pensó demasiado, era muy peligroso robar y mucho más peligroso robarle a Orochimaru, si los descubriera quien sabe que cosas les haría, pero por otro lado estaba el pequeño Sasuke quién se veía desesperado por ayuda, él sabía qué, aunque mandara dicha carta nada iba a cambiar, pero al ver su insistencia cedió, le daba tristeza verlo así, tan roto y desesperado.

-          Vale, ayudare – suspiro con pesadez, solo esperaba no arrepentirse.

-          Muchas gracias – lo abrazo muy fuerte y con una sonrisa enorme, una que no había mostrado desde que llego a ese lugar.

Otra semana había pasado ambos ya habían planeado como hacer el robo e iban a entrar en acción esa noche cuando pasaran la lista, el rubio investigo unos trucos (sacados de su loca mente que llevo a cabo) de como abrir puertas. Había estado practicando hasta que por fin lo logro, intento dos más cerciorándose de que no había sido solo suerte, una vez preparados pusieron el plan en marcha.

-          Van dos semanas Mikoto, dos – apunto con sus dedos – Sasuke no aparece y siento que la vida se me va – suspiro

-          Cariño, todo es culpa mía – sollozo fingiendo arrepentimiento – me duele la culpa, no sabes cuánto ¿Dónde podrá estar mi pequeño – se dejó caer al sofá con dramatismo

Fugaku la abrazo tratando de consolarla y calmarla sin dejar de pensar en su pequeño

-          No debí haberlo dejado ir solo – se excusó Mikoto aun con lágrimas falsas – ay mi pequeño – se abrazó a su esposo y luego le planto un beso, Fugaku correspondió y luego la alejo un poco brusco

-          No es momento para esto, ¿Por qué no han pedido rescate? ¿Le habrán hecho algo ya?

Mikoto negó con la cabeza fingiendo desolación. En la mente de Fugaku, Sasuke había ido de intercambio al extranjero, llamó a la escuela para saber si su pequeño había estado bien en el viaje y ahí fue cuando todo su mundo se vino abajo, le informaron que Sasuke nunca llego y que la escuela esperaba poder hablar con él; Fugaku le explico la situación

-          ¡Oh! Qué pena, lo siento mucho, espero el joven Uchiha se encuentre bien

-          Muchas gracias – colgó

Eso había sido hace dos semanas y él aún no podía con eso, había publicado en los periódicos la foto de su hijo, en las noticias y en todos lados, pero nadie le daba señas de donde podría estar, el único que sabía aparte de Mikoto sobre el paradero de su hijo menor, era el chofer que los había llevado, más sin embrago, la mujer le pago una jugosa cantidad por su silencio.

Las cosas iban mal en la casa de los Uchiha, Itachi había pedido su intercambio nuevamente a lo que su madre se opuso diciendo que en el extranjero tenía su vida, que lo tendrían informado y que no podía cambiar de escuela a mitad de semestre, Itachi acepto quedarse donde estaba un poco inconforme. Los sucesos se estaban saliendo de control para Mikoto ya que a pesar de todo su esfuerzo para que su esposo se quedara a solas con ella fueron en vano, Fugaku estaba más concentrado que nunca en su hijo menor, así como había sido hace tres años atrás, cuando mando a Itachi al extranjero y cuando un año después había descubierto que Fugaku tenía fotos de Sasuke en un maletín de diversas características, las guardaba como un tesoro y es que el pequeño era muy lindo, tenía guardada una fotografía donde el menor usaba un vestido y unas coletas, otra donde tenía un pequeño ramo de flores y una corona del mismo material, así había varías donde salía vestido como niña. Se creó un hobby secreto por vestir a Sasuke de mujer y es que el hombre siempre había querido una niña e Itachi tenía más facciones masculinas que el propio Sasuke, Fugaku no lo hacía por maldad simplemente tenía una fantasía de una niña en casa y aun así su madre se obsesiono con eso comenzando a tener celos por su hijo menor llevando a cabo ese plan, más nunca imagino que su esposo llamaría a la escuela.

-          Es hoy Naruto – Informo el menor de los Uchihas – Tenemos que tener precaución

-          Solo con la serpiente esa – se puso sus zapatos y miro a todos lados confirmando que los demás dormían

-          Vamos

Sasuke camino por el pasillo en dirección a la rectoría ya que ahí guardaban los sobres y todo lo relacionado a la paquetería, iban con sumo cuidado, aunque no era tan necesario ya que los guardias de noche no eran tan atentos puesto que se suponía que los niños dormían. No les fue difícil llegar, lo difícil sería encontrar el dicho sobre y el sello del orfanato para que la carta saliera sin problema.

Lo habían conseguido, Sasuke no aguantaba la felicidad que en esos momentos tenía quería llorar tanto y aun así no lo hizo porque se lo había prometido.

-          Los encontré – la voz de Naruto lo saco de sus pensamientos, corrió hacía él y miro sobre sus hombros – aquí están – se los mostró sonriendo

Sasuke los agarro sonriendo, los poso en su pecho y suspiro, estaba a un paso de ser libre de ese lugar y cuando su padre volviera por él, se llevaría a Naruto con ellos. Había hecho una promesa para él solo y era que se llevaría al rubio de ese lugar, lo que no sabía es que Naruto se había prometido lo mismo y por eso estaba en ese lugar, arriesgando casi todo lo que tenía por verlo libre.

Habían vuelto a la habitación después de haber llevado la carta al correo del orfanato, Sasuke aún seguía nervioso, esa noche no pudo dormir, ni siquiera cerrar los ojos por la emoción que sentía.

Habían pasado dos torturosos días y el correo saldría la mañana siguiente puesto que no trabajaban los fines de semana, en esos momentos podía aspirar un poco de libertad, en cambio el rubio a cada hora que pasaba se sentía más y más intranquilo, no quería que Sasuke se fuera y es que se había llevado tan bien con él que ya no sabría que hacer o con que divertirse, pero su promesa pudo más así que se mostraba sonriente.

-          Uchiha, favor de venir a mi oficina – se escuchó en el parlante del orfanato la carrasposa voz de Orochimaru – ¡ah! – exclamó asustando un poco al ya nervioso Sasuke – Y Naruto también.

Ambos se miraron sin entender, aunque el rubio ya se olía por donde iba la cosa, se sintió de lo más patético al pensar que podrían engañar a aquel monstruo. Caminaron a paso lento, sin saber en qué momento dejaron de respirar, sus manos sudaban y sus corazones latían a mil por hora o eso sentían ellos. No fue necesario que tocaran, Kabuto esperaba por ellos, abrió la puerta de aquel gran despacho dándoles acceso.

-          Veo que se han divertido – Sonrió el jefe – Veo que no han podido mantener sus narices lejos de mi oficina – Sus ojos se clavaron en ambos, sentían que eran la presa de una gran serpiente

-          Lo siento – se disculpó el azabache – Fue mi …

Y antes de que pudiera terminar Naruto lo interrumpió

-          La verdad fue mi culpa, yo no quería que Sasuke se quedara en este apestoso lugar – lo reto con la mirada y es que odiaba a ese tipo por el acoso de hace un mes y por todo lo que representaba su repugnante persona – Así que el único que merece un castigo soy yo

Sasuke, Kabuto ni el mismo Orochimaru cupieron en la sorpresa de aquel niño quién pensaban que no mataba ni una mosca, pero ¡oh, sorpresa! No era tan inocente como pensaban, de hecho, era cruel, demasiado; ni uno sabía cuánto.

-          Admiro tu valentía, joven Naruto – lo miro con desdén – aunque aquí eso no valga nada, está vez tu faceta de héroe no los salvará – se levantó y camino a donde estaban los dos posándose en frente con la mirada altanera – Tengo planes, muchos planes para la dominación de ciertos grupos de personas – camino con altanería de un lado a otro – primero será este apestoso orfanato olvidado por la sociedad, después serán con los adolescentes un poco más grandes que tú – señalo al rubio – y después con más personas, mayores, quizá vagabundos o quizá empresarios – los miro a ambos – Están por ser testigos del orden glorioso para el control de mí, seré su Dios.

Sintieron un escalofrió recorrer su cuerpo, desde la punta de los pies atravesando la espina dorsal hasta llegar a la nuca, era la sonrisa y la mirada más fría y convencida que jamás habían visto en su vida

-          Comenzaremos con un experimento básico – los miro continuando con su discurso – De ahora en adelante, serán conejillos en mis experimentos.

-          ¿Experimentos? – No cabían en la sorpresa de aquellas palabras. 

Notas finales:

Hola! ¿Qué tal les pareció este capítulo? Espero sus RW y muchas gracias por leerme! hasta pronto ^u^


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