Complejo de hermano por ShineePlanet

"Siempre quise tener un hermano, y si es mayor mucho mejor" — Eso fue lo que pensé cuando mi madre me dijo que su nuevo novio, y futuro esposo, tenía un hijo de mi edad, un año mayor. Pero sólo era un niño, y me dejaba influenciar por lo que mis amigos decían de sus hermanos mayores, o en el caso de Lay, su hermano menor.

Ellos describían a sus hermanos mayores como chicos geniales, grandes, fuertes, inteligentes; decían que ellos siempre los ayudaban con sus tareas, jugaban con ellos, y pasaban el mejor tiempo juntos. Lay decía que haría cualquier cosa por su tierno hermanito Sehun, aunque éste lo volviera loco por lo inquieto que podía llegar a ser, hasta insoportable, pero lo amaba tanto que cuando Sehun utilizaba su aegyo con él, podía perdonarle cualquier cosa, porque dentro de todo, su pequeño hermano sólo quería llamar su atención porque lo admiraba.

Creí que mi nuevo hermano mayor y yo podríamos llevarnos así, (a pesar de no ser realmente hermanos), sólo que no le causaría problemas, y lo admiraría y apoyaría en todo, y haríamos todo juntos... Que equivocado que estaba. ¿Pero qué iba a saber yo? Sólo tenía seis años.

— Él es Chen, tu nuevo hermano. Tiene siete años y de ahora en adelante irán a la misma escuela — Su padre, ahora de ambos, nos presentó. "Es hermoso" Que iluso. Maldito castigo de Dios — Chen, él es tu nuevo hermanito. Su nombre es Minseok y es un año menor que tú, así que es tu deber cuidarlo como su hermano mayor, ¿entendido?
— Minseokkie, ¿quieres darle la mano a tu hermano? — Mi mamá, siempre tan dulce y amable, a pesar de que me estaba empujando de a poquito hacia el mismo infierno. — Es un poco tímido — Sonrió.
— No te preocupes, ya tendrán tiempo para acostumbrarse — "Mi nuevo papá es tan amable. Seguro mi nuevo hermano es igual" ¡¿En qué estaba pensando?! Con ese ingenuo pensamiento me acerqué al niño de cabello oscuro y rasgos finos y elegantes.
— Min... Minseok, también me llaman Xiumin — "Me costó, pero lo logré" Sonreí. El me miraba fijo, ignorando por completo mi pequeña mano extendida hacia él. Suspiró.
— Papá, acepto que te cases con su mamá, pero no voy a aceptar a este niño como mi hermano. ¿No podemos dejarlo en un orfanato, o en la calle? — Mis ojos y mi boca se iban abriendo cada vez más tanto él iba hablando. — Estoy seguro que con toda la grasa de su cuerpo sobrevivirá por varias semanas. Mantener a un perro sería más barato. — Si bien era inteligente, no lo era del modo que yo me lo esperaba. Hice un pequeño puchero con mis labios, tratando de contener mis lágrimas, pero como todo niño, me fue imposible y comencé a llorar.
— ¡Jongdae! — Regañó su padre, y el hijo sólo chasqueó la lengua, rodando los ojos. — Lo siento cariño, no sé qué sucede con él, nunca antes se había comportado así — Su padre se disculpó conmigo, alzándome entre sus brazos.
— Papá, no lo alces, tu espalda no lo soportará — ¿Cuál era su maldito problema? Lloré aún más fuerte, mi nariz ya chorreaba mocos, hasta podía sentir pequeños globitos formarse y explotar. Asqueroso, pero en un niño de seis años hasta se vería tierno.
— ¡Jongdae, ven y pídele una disculpa a tu hermano!
— ¡No es mi hermano, y no me llames así! No me gusta.
— ¡Ven ahora mismo!
— Chen — Mi madre se acuclilló a su altura, sonriendo con amabilidad. — ¿Podrías disculparte sólo esta vez con Xiumin, por mí? ¿O es que no te agrado? — Chen negó con la cabeza. — ¿Entonces lo harás? — Luego de unos segundos, Chen asintió. — De acuerdo — Miró hacia nosotros para que el padre de Chen se acuclillara también y me depositara en el suelo. Yo no quería separarme de él, así que Chen tuvo que acercarse.
— Eres un llorón — Su padre iba a regañarlo nuevamente, pero mi madre lo detuvo negando con la cabeza. Fruncí el entrecejo a la vez que hacía un exagerado mohín con mi labio inferior para no volver a llorar. — ¡No llores! Ya, lo siento, me estoy disculpando sinceramente, así que ya no llores, ¿sí? — Sonreí satisfecho, y sentí un moco resbalar pasando mis labios. Él me miró con asco. — Eres un asco. Yo debería ser el que llore. ¡No quiero tener un hermano como tú! — Comenzó a llorar.
— ¡Yo tampoco quiero tenerte como hermano! — Y yo lo acompañé en llanto. Recuerdo el rostro de nuestros padres mirarse confundidos entre sí. Ese fue el comienzo, el terrible comienzo de nuestra fraternidad.