— Estamos en presencia de un terrible complejo de hermano. — Dijo convencido Baek.
Luego de bajar de la terraza, fuí salvado nuevamente por la segunda clase, pero para el segundo receso tuve que soltar todo.
— ¿Complejo de hermano? — Preguntamos los cuatro al unísono.
— Sí. — Asintió con los brazos cruzados y los ojos cerrados, llevaba unos anteojos de pasta negra y gruesa que se me hacían familiares.
— ¿Baek, de dónde sacaste los anteojos?
— No más preguntas Lay. — Alzó una mano.
— Me los sacó a mí. — Respondió Luhan, y los tres asentimos entendiendo. Baek solía utilizar algo para complementar sus juegos, desde una posición hasta un objeto, que normalmente nos arrebataba sin darnos cuenta.
— Baek, ya devuelve esos anteojos a Luhan hyung, que sin ellos casi está ciego.
— Antes pruébatelos Yeollie. — Se los pasó y el otro obedeció. Quedamos en silencio. Los lentes lo hacían ver más maduro y le daban un aire sumamente fresco, más del que él emana naturalmente.
— ¿Qué? — Preguntó mirándonos a través de los cristales. — No veo nada. — Se los quitó y devolvió a su dueño.
— Ah... Sólo fue por un momento. — Baek se quejó en un suspiro.
— ¿Pero qué pasó? — Preguntó divertido Chanyeol.
— Los lentes te quedan geniales, Yeol. — Respondió Luhan con una gran sonrisa, acomodándose con el anular los anteojos.
— ¿Sí? — Nos preguntó sonriendo vergonzoso, y con una mano en la nuca.
— Muy lindos. — Extendí el pulgar con una gran sonrisa.
— Sumamente cool. — Lay imitó mi acción. Reímos animadamente.
— Hermoso Yeollie, muy hermoso, pero estábamos hablando de un tema sumamente importante que podría cambiar la vida de Minseokkie, e incluso podría obtener algo que siempre ha deseado. — Interrumpió Baekhyun. Todos lo miramos confundidos, pero antes de que Baek se dispusiera a explicarnos y dejara de lado ese aire tan misterioso, la campana para nuestra última hora de clases sonó. Los cuatro suspiramos decepcionados.
— Chicos, en serio, no hace falta que los cuatro me acompañen a casa.
— Esta bien, no hay problema. Además es por tu seguridad. — Chanyeol me abrazó por los hombros.
— Está bien. — Suspiré resignado.
— No puedo creer que Kai se haya atrevido a siquiera tocarte. — Bajé la mirada al recordar ese día, a la vez que Yeol comenzaba a caminar sin soltarme.
— Yo sí lo creo. Lay, tú mismo viste la forma en que miraba al pobre de Minseokkie.
— Sí, Baek, pero ¿llegar hasta ese punto? Me parece demasiado, sobre todo si hablamos de que hasta el mismo Chen tiene sus límites.
— En eso tienes razón. — Concordó Baek.
— Sehun tiene razón, dentro de todo Chen no es tan mal chico.
— Tu hermano lo dice porque es su amigo, seguramente como amigo no ha de ser tan malo, pero como hermano... — Sentí la mirada de Chanyeol sobre mí. Yo no había dicho una sola palabra en todo el camino. — Por eso creo que la idea de Baek de que Chen tiene complejo de hermano mayor hacia Min es un poco...
— No es tan descabellado. — Se sumó al tema de conversación Luhan. — Si no, ¿por qué de repente se preocupa tanto por Min? Tal vez sea la única forma que tiene para demostrarle que realmente le importa.
— No creo que trate de demostrar eso, más bien, es como si se le hubiese escapado de las manos ese comportamiento de hermano mayor sobreprotector. — Opinó Lay.
— Dos palabras: once y años. Estuvo once años molestándolo sin descanso, ¿ahora se viene a hacer el hermano mayor preocupado? No le creo nada. — Negó con la cabeza Yeol.
— Justamente por eso, Yeollie. Piénsalo bien, hasta ahora nunca había pasado algo igual, quiero decir, Minseok nunca estuvo en real peligro por lo que él nunca tuvo la oportunidad de manifestar su lado fraterno, incluso el sólo molestarlo también es algo que hacen los hermanos mayores. Mi hermano siempre lo ha hecho. No necesariamente deben llevarse tan bien como tú y Kyungsoo sunbae. — Concluyó Baek, levantando una mano como si lo que dijo eran pruebas suficientes.
— O tal vez, sólo se sintió responsable por lo que me hizo uno de sus peones amigos y prefirió cortar las cosas de raíz para no arriesgarse a que lo delate con la escuela o nuestros padres, y también por eso montó un show delante de mí. — Aparté el brazo de Chanyeol y me paré en frente de los cuatro, aún mirando el suelo. Se quedaron en silencio por un momento. — Ya llegamos. Será mejor que vuelvan a sus casas antes de que anochezca.
— Min, — Sentí el brazo de Baek rodear mi cuello. — no te sientas tan inseguro. Tú siempre quisiste tener un hermano mayor como se debe, ¿o no? — Luego de unos segundos asentí. — ¿Por qué no aprovechar la oportunidad que se te está dando? Tal vez Chen no se atreva a acercarse a ti como debe, pero tú puedes acercarte a él como su lindo y tierno hermanito menor. Créeme, no se podrá resistir a tratarte bien con lo adorable que eres. — Se apartó de mí, los miré. — Sólo inténtalo, ¿quién sabe? Tal vez funcione. — Se encogió de hombros.
— Ok, ya nos vamos. — Chanyeol abrazó por los hombros a Lay y a Baek, comenzando a caminar.
— ¡Suerte, Min! — Oí la voz de Lay. Luhan también se dio vuelta mostrándome con su puño cerrado un "fighting". Sonreí asintiendo, para luego entrar a casa.
— ¡Es demasiado difícil! — Salté sobre mi cama. — Chen ni siquiera quiere que me acerque a él y ya casi ni me habla, ¿cómo voy a hacer para llevarme bien con él? — Suspiré, envolviéndome en las sábanas. — Mañana es feriado, y el lunes también lo es, eso significa fin de semana largo, mis padres se fueron a una segunda luna de miel a la Isla de Jejú, me tengo que quedar con Chen empezando desde esta noche, los dos solos en casa durante cuatro días y yo no conseguí ningún avance. ¿Qué voy a hacer? Ya casi no me quedan ideas.
Toda la semana había estado intentando acercarme a Chen, hasta le pedí que me ayudara en las tareas, lo cual se negó rotundamente echándome casi a patadas de su habitación. Traté de usar a nuestra madre para que lo convenciera, ya que él nunca se negaba a ella, repito, negaba, porque ésta fue la primera vez que se negó a una petición de nuestra mamá, diciendo que tenía mucho que estudiar. ¡Mentira! …l nunca estudia, sin embargo siempre aprueba y es siempre el quinto mejor promedio de la escuela, si tan sólo estudiara aunque sea un poco, seguramente estaría entre los tres primeros. — ¿Tan grande es su deseo de mantenerme alejado de él? Incluso le traje las tareas cuando fingió estar resfriado. ¡Y ni siquiera me lo agradeció! ¡Me cerró la puerta en la cara! — Hice un puchero con mis labios. Me acomodé de lado en la cama. — Lo hizo ayer, cuando estuve insistiendo dos días seguidos para que me dejara ir con él por el mismo camino para ir a la escuela. Cuando conseguí que aceptara, se viene a hacer el enfermo. — Suspiré nuevamente. — ¿Tanto me odia? — Comencé a patalear y girar de un lado para otro en mi cama, soltando pequeños grititos de frustración. La puerta se abrió de golpe. Me senté por inercia y vi volar una almohada directo a mi cara. Golpeó tan fuerte en mi rostro que hizo que me acostara nuevamente.
— ¡Cierra la maldita boca y ya duérmete de una vez! ¡Escucho tus murmuros desde mi habitación! Ten un poco de consideración, estoy en el cuarto de al lado, no me siento bien, ¡quiero dormir! ¡Y tú lo único que haces es hablar solo de no sé qué...! — Chen comenzó a toser. — Estoy cansado y tú no me dejas descansar. No he dormido bien desde hace más de una semana, ya casi dos... — Tosió una vez más, lo siguiente que escuché fue un golpe seco en el suelo. Por fin quité la almohada de mi cara, levantándome urgentemente de la cama al ver a Chen tratando de levantarse y no conseguirlo. …l seguía tosiendo, traté de ayudarlo pero no me dejó tocarlo.
— Entonces no estabas fingiendo... — Murmuré, sintiéndome culpable por pensarlo. …l no me alcanzó a oír. — Vamos, déjame ayudarte Chen, el suelo está muy frío, empeorarás.
— Déjame, no me toques... Yo puedo solo. — A duras penas consiguió ponerse de pié, yo estando siempre atento a que no volviera a caer y poder sostenerlo. Y como lo esperaba, perdió el equilibrio cayendo sobre mí, lo sostuve rodeando fuertemente su cintura con mis brazos.
— Pesas... — Dije, costándome hablar por la fuerza que ejercía.
— Suéltame... — Murmuró débilmente en mi cuello, haciendo que me estremeciera.
— Si te suelto...caerás. Será mejor que te recuestes en mi cama. Sólo deja que me acomode... — Iba a tomar uno de sus brazos para hacer que se sostuviera de mi cuello, pero antes de que comenzara con aquélla acción Chen se aferró a mí, abrazando con ambos brazos mi cuello. — ¿Ch... Chen?
— ¿Por qué me haces esto? — Pronunció débilmente.
— ¿Qué cosa? — Pregunté confundido.
— Esto, ser tan bueno conmigo cuando yo soy el peor contigo.
— ... S-Somos hermanos, ¿no? Los hermanos siempre están cuando se necesitan.
— Tú y yo no somos hermanos. — Trató de apartarse de mí, pero estaba demasiado débil como para moverse por sí solo. Aproveché para llevar uno de sus brazos a mi cuello, rodeando con un brazo su cintura y conducirlo a la cama. — No vuelvas a decirlo. — Lo senté sobre el colchón, y lo miré a los ojos, acuclillándome.
— ¿Por qué no? Yo quiero que seamos hermanos.
— ¡Yo no! ¡No quiero! ¡Lo odio! ¡¿Por qué no lo entiendes?!... ¿Por qué tuviste que ser tú? — Murmuró esto último, con el entrecejo levemente arrugado, y los ojos le brillaban.
— Siempre lo he sabido, pero nunca quise aceptarlo. Chen, tú... ¿Tanto me odias? — Mis ojos estaban vidriosos. — ¿Realmente odias que tú y yo seamos hermanos? — …l asintió mordiendo su labio inferior, y yo ya no soporté las lágrimas que corrían por mis mejillas. — Entiendo, pero... ¿Por qué? ¿Qué hice mal?
— No hiciste nada mal... — Negó con la cabeza.
— ¿Entonces? No entiendo, ¿por qué?
— Es por eso precisamente, porque no haces nada mal. — Las lágrimas no paraban de caer. — No llores... Sabes que odio verte llorar. — Me sequé las lágrimas, pero continuaban cayendo una tras otra. Ya hipaba levemente por el llanto, me tapé el rostro con las manos.
— ¿Hay algo...que no odies de mí? ¿Qué fue...lo que te hice? — Chen guardó silencio por unos segundos.
— No lo sé... — Respondió finalmente. — No lo sé Minseok, tú dímelo, ¿qué me hiciste? — Lo miré, lo veía borroso por las lágrimas, pero podía jurar que Chen también lloraba. — No sabes lo difícil que me la estás haciendo. Insistiendo e insistiendo estos últimos días para que nos comportemos como hermanos. ¿No te das cuenta que yo no quiero, que no puedo estar cerca de ti? No te imaginas lo duro que es para mí que insistas tanto. ¿No puedes parar? Con todo eso de llevarnos como hermanos, ¿no puedes detenerte? — Negué levemente con la cabeza. — ¡¿Por qué?! ¿Por qué no puedes hacerlo? Por favor, ya detente.
— Yo siempre...quise un hermano.
— Yo no puedo serlo. No puedo verte...como a un hermano, y créeme que lo intenté, pero no puedo. Lo siento, yo no puedo ser tu hermano, no quiero. — Chen se levantó, esta vez sí pudo hacerlo sin perder el equilibrio, y salió de la habitación, dejándome en el mismo estado que cuando Kai me acorraló en los pasillos de la escuela aquella vez. Confundido, sentado en el suelo, solo, llorando... Sólo que esta vez era porque Chen me había rechazado.
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