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Complejo de hermano por ShineePlanet

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Notas del capitulo: ¡Hola! ^^ Gracias por leer, espero lo disfruten ^^
— Chen... — ¿No podía hacer otra cosa más que pronunciar su nombre? Algo como ir y abrazarlo. …l me miró, se levantó secando sus lágrimas que no querían detenerse, y se acercó a mí. — ¿Tanto así me odias? — Suspiró frustrado.
— ¿Qué no lo entiendes? Nunca fue eso, Minseok. Jamás fue a ti a quien odiaba. Todo lo contrario. — Me miró a los ojos, preocupado, nervioso, dubitativo. — Tú...me gustas Xiumin. Me gustas…y mucho. — Lo siguiente fue que Chen posó sus labios sobre los míos, y yo me quedé completamente helado.
Cuando se apartó de mí, suspiré sin saber por qué. Chen se mordió el labio inferior.
— Te extrañé... — Susurré sin pensar, escondiéndome en su pecho para que él me abrazara. — No vuelvas a ignorarme, no me gusta, me duele. — Lo escuché tragar saliva. Me aferré a su cintura. No sabía por qué estaba siendo así, pero actuaba sin pensar, sólo con la necesidad de tenerlo cerca. Yo quería estar con Chen, porque yo lo necesitaba.
— Lo siento. — Susurró, correspondiendo mi abrazo lentamente. — Yo también te extrañé...mucho. — Mi corazón se aceleró aún más al escucharlo, y me aferré con más fuerza, enterrando un poco más mi rostro en su pecho, que latía casi tan rápido y fuerte como el mío. Se sentía sumamente reconfortante. Me abrazó con suavidad, apoyando su mentón en mi cabeza y acariciando mi cabello.
— Es en serio, no vuelvas a ignorarme, nunca más. Lo permitiré sólo en la escuela. — Lo oí sonreír. Estar con Chen me hacía sentir cómodo, capaz de ser yo mismo.
— De acuerdo. — Me apartó un poco por los hombros, para mirarme a los ojos. — Sólo si me dejas besarte de nuevo, esta vez bien. — Lo miré dubitativo, y bajé la mirada avergonzado.
— No preguntes, me da vergüenza. — Volvió a sonreír.
— Entonces no lo haré. — Levantó mi rostro con su mano para que lo mirara. — ¿En serio, puedo?
— Chen. — Lo regañé, y él rió un poco, acercándose más.
— Te quiero. — Susurró contra mis labios, para luego besarme, esta vez con la boca levemente abierta, y yo correspondí. Nunca pensé que con sólo esas dos palabras que Chen había pronunciado, me sentiría tan seguro, y mi pecho se sintiera tan cálido, como si estuviese a punto de explotar.
No tenía experiencia en lo absoluto, así que me dejaba guiar por Chen, pero seguía siendo muy torpe. …l sonrió sin apartarse.
— No te burles. — Me quejé.
— No lo hago, pero, ¿no entiendes que cuando te muerdo quiero que abras la boca? —. Me puse color tomate. — Eres tan lindo. — Me dio un beso en la mejilla.
— No es cierto.
— No, es verdad. Desde que eras un niño siempre fuiste adorable, sobre todo cuando lloras. — Tomó mis manos llevándolas a su cuello, y luego posó las suyas en mi cintura.
— Ah, es por eso que no te gusta verme llorar. — Asintió. — Y lo de tu nombre, ¿qué?
— No sabes lo que me encanta oírte decir mi nombre. — Apoyó su frente contra la mía. Ambos sonreímos. Chen volvió a besarme, esta vez acelerando solo un poco los movimientos de sus labios, y cuando acarició con su lengua mi labio inferior supe que estaba pidiendo permiso para profundizar el beso, y esta vez accedí. Gemí inconscientemente cuando sentí su lengua dentro de mi boca, acariciando la mía propia. Se sentía bien, muy placentero, como nuestras lenguas jugaban conociéndose, sus suaves labios succionar los míos, se sentía húmedo y cálido a la vez, como sus dientes mordían ligeramente mi labio inferior, el sonido de nuestros dientes chocarse de vez en cuando, de nuestras respiraciones irregulares. Todo era perfecto, pero yo ya no podía más y me separé. — Respira por la nariz. — Me regañó. Yo me mordí el labio inferior avergonzado. Chen sonrió, rozando mis labios con su pulgar. — Están rojos.
— ¿Qué? — Llevé una mano para tapar mis propios labios, totalmente avergonzado. Lo miré. — Los tuyos también. — Hablé sin quitar mi mano.
— Eso es bueno. — Susurró acercándose a un lado de mi rostro y besar, posar sólo una vez sus labios en mi cuello. Me sorprendí ante esa inesperada acción. Volvió a reír suavemente, e iba a besarme de nuevo, esta vez en la boca, pero escuchamos la voz de nuestra madre llamar al otro lado de la puerta. Nos separamos y la puerta se abrió.
— Ahora mismo estaba llevando a Min a comer, ¿verdad? — Chen me miró, y yo asentí.
— Sí, ahora íbamos a bajar.
— Que bueno, estaba preocupada porque no comieras. — Nos miró con una sonrisa, y yo no daba más de los nervios. — ¿Se arreglaron?
— ¿Eh? Digo, sí. Ya estamos bien.
— Muy bien. — Pasó un brazo por mis hombros. Le di un disimulado codazo por remarcar la palabra "muy" y él sólo sonrió divertido. — Enseguida bajamos, vamos detrás de ti. — Mamá sonrió y dejó la puerta abierta cuando se marchó. Chen me abrazó por la espalda, rodeando mi cintura con sus brazos, y comenzó a caminar hacia la puerta.
— Suéltame, nos van a ver.
— ¿Y? ¿Los hermanos no se pueden abrazar? — Mordió con fuerza mi hombro.
— ¡Auch! — Golpeé su mano en mi abdomen.
— Los hermanos también se pueden morder. — Se apartó de mí, riendo a la vez que salía de mi habitación.
— ¡Ya deja de poner eso como excusa! — Salí corriendo detrás de él.


Cuando nos fuimos a dormir, me costó muchísimo separarme de Chen, por eso se quedó conmigo hablando hasta tarde en el comedor.
— Tal vez sea porque a pesar de tener un lindo aspecto y ser tierno involuntariamente, en contraste es muy serio, digo, entiendo que sea el presidente del consejo estudiantil, pero puede intimidar más que Tao y Kris juntos, sobre todo por esa forma de mirar tan... Hasta Kai se queda helado cuando lo regaña por andar corriendo y gritando por los pasillos de la escuela... Pero la peor vez, fue cuando puso un huevo de oro y los siete enanitos liderados por D.O quisieron quitárselo. Fue una batalla campal, y el pobrecito de Sehun lloró porque se quedó sin bicicleta. — Me reí débilmente.
— Sí te estoy escuchando.
— Sólo quería comprobarlo. — Se encogió de hombros. — Te ves cansado y me miras con tus ojitos brillosos. — Se inclinó hacia mí, mirándome a los ojos, ya que yo estaba apoyando la cabeza de lado en la mesa y desde ahí lo miraba. Sonreí empujándolo por el hombro con suavidad. — Sí, ya es hora de que te vayas a la cama.
— ¿Quién es D.O? — Sonrió entendiendo el mensaje; no quería acostarme aún.
— Es Do Kyungsoo, D.O de Do. Lo inventó Sehun, para hablar en clave entre nosotros.
— ¿Tanto así los intimida?
— Tú porque no lo tienes de compañero. Con una mirada hace que te congeles, es como si te menospreciara. Totalmente diferente a Chanyeol. ¿Cómo ellos dos son hermanos? No puedo creerlo. D.O es... — Posicionó su mano a la altura de su pecho. — En cambio, Chanyeol es... — Esta vez la estiró sobre su cabeza, poniéndose de pie. — E intimida mucho menos, a pesar de su altura. — Volvió a sentarse.
— Sí, puede ser. Tal vez Kyungsoo sunbae no los miraría con menosprecio si se esforzaran un poco más. Seguramente sabe que tú no te esfuerzas y aún así consigues mantenerte en la misma posición.
— ¿Cuál es el sentido? Debería ocuparse de mantener su propio puesto.
— Quizá no sienta esa dificultad y sólo te quiere como su rival, claro, si tan sólo te esforzaras.
— ¿Cómo terminamos hablando de D.O? Ah, sí, es verdad. Porque el pequeño Min no quería ir a dormir. — Hice un mohín sin moverme de mi lugar. — Ya, en serio, es muy tarde. Tienes que descansar. — Inflé las mejillas. — No hagas eso. — Sonrió mordiendo su labio inferior.
— Sólo un rato más. — Cerré los ojos con una sonrisa.
— Ya estás drogado del sueño, a dormir.
— ¿Un ratito? — Lo vi negar con la cabeza, parecía costarle decirme que no. Decidí dejar de torturarlo. — Esta bien, pero tengo tanto sueño que no podré subir las escaleras. — Me paré de golpe, sintiendo un leve mareo. Al parecer, realmente tenía demasiado sueño. Chen se puso de pié tomándome del brazo.
— ¿Quieres subir en mi espalda?
— ¿Eh? — ¿Qué? — No, yo puedo solo. — Comencé a caminar llevándome una silla por delante, estaba muy nervioso y avergonzado.
— Ven. — Se puso en frente de mí, acuclillándose para que subiera a su espalda. Dudé un poco, pero finalmente obedecí. Se puso en marcha.
— ¿P-peso?
— ¿Qué te dije la vez en el baño?
— ¿Eh? — Me sonrojé al recordarlo. — Que no peso nada…
— Así es. Estoy preocupado, es como si no llevara nada. — Terminó de subir las escaleras y corrió a mi habitación. Escondí mi rostro en su espalda, cerrando con fuerza mis ojos, apretando mis manos para no ahorcarlo. — Primera parada: habitación de Min. — Abrí mis ojos, y me bajé. Apoyó sus manos en sus rodillas. — Uff, no, sí pesas. No fue buena idea correr. — Golpeé su hombro, y él sonrió. — Es mentira. — Se acercó posando sus manos en mis caderas y me empujó hacia dentro de mi habitación, entrando conmigo, para luego besarme. Lentamente fui rodeando su cuello con mis brazos, acariciando su lacio y oscuro cabello, hundiendo mis dedos en él. Ladeé un poco mi cabeza para poder besarlo con más comodidad. De repente sentía calor, mi corazón retumbaba en mis oídos. Por instinto di unos pasos hacia atrás, teniendo como objetivo la cama, sin soltarlo y atrayéndolo hacia mí. Chen cortó con el beso. — Hasta aquí. — Me separó un poco más de su cuerpo, aún con los ojos cerrados y tratando de recuperar su ritmo normal de respiración, en ese sentido estábamos en las mismas condiciones. — Si continuamos así, será peligroso.
— ¿Hice algo mal?
— N-no.
— ¿Por qué no te escuchas seguro?
— Me tengo que ir, que descanses. — Se apresuró a darme un beso en la frente y tratar de marcharse. Me cruce de brazos.
— Chen, si te vas ahora, voy a enojarme contigo. — Se dio la vuelta de inmediato y corrió hacia mí.
— No, por favor. — Levanté una ceja esperando una explicación. — Es solo que...no puedo...estoy cansado.
— Quédate a dormir conmigo.
— ¿Eh? — Levantó ambas cejas sorprendido. — N-no puedo. — Dijo en un hilo de voz.
— ¿No quieres?
— Créeme que no es eso. — Me miró serio. — ¿No prefieres mejor hablar? Tengo gratis contigo. — Levantó su celular. Lo miré más enojado aún.
— Yo no quiero hablar.
— ¿Entonces?
— Besémonos. — Di un paso hacia él, el mismo que él retrocedió. Lo miré sorprendido y ofendido a la vez. — Tú acabas de...
— Ah, lo siento. — Se mordió el labio inferior.
— Olvídalo. — Me di vuelta disponiéndome a acostarme.
— No, no, no, Min. — Me agarró del brazo.
— Suéltame. — Lo miré.
— No seas así.
— Entonces besémonos. — Me planté en frente de él.
— ¿Por qué me haces esto?
— Bien, si no quieres. — Amagué a darme vuelta nuevamente, y de nuevo me detuvo.
— No digas eso, no sabes cuánto tiempo esperé para besarte. — Se molestó.
— Entonces, ahora que no tienes que esperar, ¿por qué no-
Los labios de Chen me interrumpieron con brusquedad. Mordí levemente su labio inferior y él gimió molesto, pegando más nuestros cuerpos. El beso pasó de ser uno lleno de pasión a uno tierno y dulce. Se separó de mí, entre pequeños besos.
— Creo que creé un monstruo. — Susurró con los ojos cerrados, apoyando su frente contra la mía. — Uno adicto a los besos. — Sonrió. Yo no podía dejar de mirarlo, la distancia era mínima y eso me encantaba, sobre todo sentir los fuertes latidos de su corazón con mis manos en su pecho, acompasado con el mío propio.
— Sólo a ti. — Pronuncié con timidez. …l abrió los ojos mirándome a la vez que sonreía.
— Yo también. — Susurró antes de volver a besarme, y luego, después de un rato más, separarse con suavidad. — En serio, tengo que ir a mi cuarto. — Se mordió el labio inferior, no siendo muy convincente. Hice un pequeño puchero con mis labios. — Te lo compenso mañana. — Me besó la mejilla. — ¿Quieres ir a algún lado? Te llevo a donde quieras. — Suspiré. — No te enojes, todavía tenemos todo un fin de semana. — Lo miré.
— A la casa de Luhan hyung.
— Ni pensarlo. — Se negó poniéndose muy serio.
— Dijiste que a donde quiera.
— ¿No puede ser a otro lugar?
— No, tengo un trabajo que hacer, nos reuniremos todos ahí. — Suspiró.
— Ahora me quita tu tiempo hasta el fin de semana. — Se quejó. — Bien, de acuerdo, pero el resto del día eres todo mío. — Asentí, besando su mejilla.
— Ya puedes irte. — Palmeé su hombro. Me dio un beso, luego otro y otro, para finalmente separarse de mí a regañadientes e irse cerrando la puerta detrás de él. Suspiré y me acosté en la cama, no muy conforme, sin embargo el sueño me venció de inmediato.
Notas finales: Como siempre, me disculpo ante cualquier error. [Reverencia] Muchas gracias por leer ^^ ¡Hasta la próxima! [Reverencia de noventa grados]

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